Detective Conan: La Organización Negra, todo sobre ellos.
Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad  Sherry15

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Mensaje  Baileys Brandy Miér Ene 02, 2013 2:41 pm

La negra noche destacaba aquella noche como nunca, ni la luz de las estrellas ni la de la luna parecían iluminar aquella noche que absorbía de manera única la luz apoderándose así la penumbra de aquella noche única. El silencio parecía destacar más que nunca en unas montañas del Japón alejadas de las vista de cualquier curioso y de un dificultoso acceso, no siendo fácil ir hasta la cima. Pero ahí desafiando lo que aparentemente parecía imposible de hacer estaba un BMW X5 negro subiendo aquella montaña por aquella carretera con baches y piedras que se entrometían a su destino. Era un modelo exclusivo blindado y de vidrios tintados hecho expresamente a encargo de una persona a la que nunca le había servido un no por respuesta. Esa persona se encontraba dentro del coche conduciendo temerariamente, aunque ella parecía no apercibirse del estado del terreno ya que ni siquiera estaba concentrada en lo que hacía, era como si conociera la carretera y cada uno de sus obstáculos como la palma de su mano. Era un joven chica, incluso podríamos decir que era una adolescente, de una larga melena albina con tonos plateados que desprendía por cada centímetro seguridad y arrogancia. Ojos muy maquillados acompañados por una simple vestimenta basada en unos pantalones negros ceñidos y un jersey gris holgado acabando el conjunto con unas botas negras con tacón de aguja.
Una melodía llamó su atención, ella no llevaba la radio encendida prefería el silencio y la calma cuando conducía o trabajaba, era un teléfono, sonaba dentro de su grande bolso, que como casi toda su vestimenta era negro. Sin parar, como hubiera hecho un buen conductor, puso su mano dentro del bolso en busca del aparato que parecía no cesar de sonar. De dentro de ese sacó dos teléfonos de última generación, una Blackberry blanca que no parecía haber tenido mucho uso y un Iphone negro que delataba su constante uso por las dedadas, no por las ralladuras ya que no tenía ninguna. Esos celulares y el auto que conducía aclaraban que no era una persona con dificultades financieras. Notó con desagrado que era el Iphone que sonaba “Son ellos” fue su primer pensamiento de replica -¡¿Qué querrán estos ahora?!- remugó en voz alta mientras lo atendía llevándoselo a la oreja –Aquí Baileys Brandy..- dijo mostrando bien su desgana ante ese telefonema –Brandy, Brandy, gracias a Dios que me atiendes, tenemos un grave problema, e..el.. – era la molesta secretaria que siempre se encargaba de los asuntos sin importancia del Jefe, parecía nerviosa y su voz temblaba más del costumbre, siendo eso ya habitual en ella – Habla de una vez, maldita seas- ahora pudo oír desde el teléfono medio sollozo mientras la muchacha parecía coger aire para decir algo grave -¡¡¡El jefe ha desaparecido!!!- a causa de ese grito y del contenido rápidamente interpretado por Brandy un impulso nervioso tensó sus manos haciéndola perder el control del volante casi sacándola fuera de la carretera y tirándola por un barranco -¡¿Cómo que ha desaparecido?!– vociferó de mala manera contra la chica, ignorando lo que había estado a punto de sucederle –Lle..lleva 3 días sin aparecer por aquí y no contesta su correo ni sus teléfonos- la chica no paraba de llorar y la albina estaba segura que la razón no era la ausencia del Jefe sino más bien la ira que ella estaba dejando ir contra la chica, pero poco le importaba eso -¡¿Cómo?! ¡¿Y solo ahora me avisas?! ¡¿Acaso eres idiota?!– cada vez su interlocutora estaba más asustada sin saber ya que decir -Y..yoo..– el miedo a la respuesta errada no la dejaba responder pero eso no era lo que importaba más ahora a Brandy –Kgh.. ¿Quién más lo sabe?- interrogó para analizar la situación –Solo t.. quiero decir, solo usted, Brandy- el solo hecho de dirigirse a ella por tu en aquel momento parecía aterrar a la joven secretaria. No era extraño que la hubiera contactado a ella primera, últimamente se estaba ganando un lugar en los cargos más altos y obteniendo prestigio entre los otros miembros de la organización, además de solo seguir órdenes directas del Jefe –Has hecho bien, de momento para de llorar y convoca una reunión de los altos cargos- ordenó ya molesta por las lágrimas y los sollozos –Sii..¿pero quién dirigirá la reunión?– viendo la situación la pregunta le pareció estúpida a Brandy que respondió con arrogancia -¿Acaso no es obvio? Yo ¿quién más podría hacerlo ahora? Ahora mismo me estaba dirigiendo hasta ahí, ya puedes mandar abrir las puertas- asustada omitió cualquier palabra y se limitó a hacer un ruido de acreditación para manifestar que estaba de acuerdo con ella.

El BMW que no se había detenido durante la llamada ya estaba en la cima de la montaña frente unas enormes y pesadas puertas que empezaban abrirse desde dentro empujadas por unos diez hombres. La mesura de que las puertas fueran manuales aún siendo tan pesada se había tomado pensando en la seguridad de lo que detrás de esa se encontraba, la actual sede de la organización conocida como los hombres de negro y la cuál usaba nombres en clave de alcohol para sus miembros más peligrosos, y Baileys Brandy era uno de esos.

Solo fue necesario aparcar el coche dentro de aquel escondite secreto para que rápidamente la albina tomara su bolso y algunas cosas de la guantera que guardó en su bolso y se dirigiera a la sala más al fondo de aquel sitio pasando por varios guardias que se apartaban de su camino por su propia seguridad, sabiendo cuan poco le gustaba que se metieran en su camino cuando estaba ocupada. A pesar de que ella no debía nada a esa organización y que solo deseaba vivir su vida lejos de la ley y librarse de ellos, el asunto de la desaparición del Boss, el jefe de esa enorme y peligrosa organización, no era una cosa que ella pudiera ignorar mientras se mantuviera con ellos. A cada paso se marcaba debajo de su jersey una cosa que no se podía apreciar en el coche, un arma, una Sig Sauer si quisiéramos concretizar. Un solo movimiento sería suficiente para que ella acabara con cualquiera de aquellas ratas que por ahí se paseaban, su entrenamiento era uno de los mejores de la organización y se notaba en sus resultados, eso era lo que la hacía más peligrosa, su velocidad y su precisión combinados con audacia y una carencia absoluta de piedad.


Última edición por Baileys Brandy el Jue Ene 03, 2013 1:25 am, editado 1 vez
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Mensaje  Málaga Miér Ene 02, 2013 8:31 pm

Michael iba tranquilamente caminando por las sombras de la noche. La ciudad estaba bastante concurrida y él prefería las calles con tranquilidad, así que buscaba los solitarios callejones de las calles de Beika. Hacía bastante tiempo que, los lobos no le llamaban, por lo que suponía que todo estaba en orden allí. Sus trabajos en el FBI, le mantenían entretenido y no se aburría. Desde que fue nombrado ayudante del jefe del FBI, su vida había entrado en la monotonía pero últimamente le llegaban casos muy interesantes, o bien se los encontraba por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado aunque no eran nada del otro mundo y siempre acababa igual de aburrido y falto de trabajo que siempre. Su lado asesino le pedía acción, sangre, torturas, matar y sobre todo le pedía misiones de esos tipos de negro que tantos problemas les daban a sus camaradas del FBI. Su ropa oscura, formada por una camiseta gris de mangas largas, un chaleco negro de mangas cortas que le llegaban a las rodillas, pantalón negro largo y unos tenis negros con calcetines gordos del mismo color. Abrazando sus cabellos castaños y las orejas había un gorro negro de lana. El día estaba demasiado extraño, pues las estrellas y la luna eran incapaces de iluminar la fría noche invernal. Encima para colmo se puso a nevar sobre la ciudad de Beika. Su respiración dejaba atrás un humo debido al frio y a la humedad del ambiente sumado al calor corporal del joven Málaga. Se sintió obligado a abandonar el estrecho callejón por el que caminaba y tomar la vía principal de Beika, iluminada ampliamente por las luces de las farolas y los adornos navideños. La navidad no le gustaba demasiado, pero tampoco le desagradaba. Se mantenía neutral respecto al tema. Siguió avanzando entre la multitud de la ciudad esperando un simple movimiento, algo que disparara su interés, un mínimo de rotura de aburrimiento y monotonía pero nada parecía cocerse por ahí. Nunca lo admitiría dentro de sí, pero anhelaba las misiones de la organización pero eso sería algo del pasado. La organización parecía haberse disuelto, muerta o sin rastro. Quería ir y presentarse ante la organización pero sabía que la base estaba vacía no, lo siguiente.

-“¡¡Me aburro!! ¡¡Necesito acción!!”-pensaba Málaga siendo arrastrado por la multitud. Suspiró apesadumbrado mientras se largaba nuevamente a los callejones rumbo a otra de las vías de la ciudad, menos transitada donde no había un alma a excepción de algunos coches que pasaban cada pocos minutos. Entonces su móvil empezó a sonar repetidamente. Sacó de su bolsillo el móvil plateado y contestó sin mirar el número

-Soy yo, Michael. ¿Qué desea?-dijo Málaga algo molesto aunque no se le notaba

-Málaga, s-soy la secretaria del j-jefe. H-Hay reunión en la s-sede de la montaña, s-solicitamos s-su presencia lo m-más pronto p-posible-dijo una voz de mujer bastante agitada y nerviosa.

-De acuerdo me dirijo allí lo más pronto posible-exclamó Michael feliz de la vida pero con cierta sensación de inquietud, como de que algo malo hubiera pasado. No era para menos-“Algo no me gusta un pelo. Algo malo ha pasado seguramente”

No tenía tiempo de volver sobre sus pasos para ir a por su coche con el atasco que había, pero a pie no llegaría nunca asi que optó por la opción más rápida robar un coche. Abrió un todoterreno y lo puenteó para que arrancara y se dirigió a toda prisa hacia la sede de la Organización subiendo las montañas a mucha velocidad cambiando de marcha continuamente al límite subía la montaña. Finalmente estaba frente a las negras y pesadas puertas de la Organización. Volvió a aquel lugar que tantos recuerdos le traían. Entró y tomó asiento en su lugar de la sala de reuniones donde aún faltaban algunos miembros por llegar, entre ellos Gin, Vermouth, Cassis, Baileys Brandy, y faltaba la persona más importante, el jefe.


Última edición por Málaga el Sáb Ene 05, 2013 10:28 pm, editado 2 veces
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Mensaje  Spyritus Jue Ene 03, 2013 3:16 pm

El contraste entre el negro y el rojo hacen un color verdaderamente hermoso, más aún si se ve en el cielo. Shana se encontraba sentada en lo alto de un muro de roca que, para ser sincera, era el doble de alto que ella. Bueno, hay que destacar que ella demasiado alta, pero aún así tenía su altura. Pertenecía a una casa de una familia adinerada que creía que podía estafar a la organización. Así que ahora sus cuerpos bañados en la sangre ardían dentro de la mansión. El muro quedaba lejos así que estaba a salvo. Le gustaba mirarlo, era un espectáculo atractivo y el olor a quemado le encantaba. Las llamas se alzaban hacia el cielo oscuro y hacían que el rojo de las llamas se viera aún más atractivo, además así no tenía frío.

Notó como su teléfono vibraba en el bolsillo de la chaqueta, pero lo ignoró, nada iba a impedirle disfrutar de aquellas vistas. Quien quisiera que la estuviera llamando le puso mucha insistencia porque creía que llamaron 5 veces. Después se detuvieron unos 15 minutos y finalmente dejaron un mensaje, este sí que lo revisó. Se tumbó en lo alto del muro boca arriba, mientras desbloqueaba el móvil y revisaba los mensajes. Alcanzó a ver que el número era de la organización, pero justo en ese momento sirenas empezaron a sonar desde la lejanía. Enseguida guardó el teléfono y se subió a un árbol cercano.

-La policía… que oportunos que son, pero un poco lentos – Lo último lo dijo con una sonrisa en los labios. Acto seguido se bajó del árbol de un salto y se escondió tras unos matorrales. Se quedó observando cómo los bomberos intentaban apagar el gran espectáculo que ella había montado ~ ¿Por qué lo quieren apagar? Es un bello espectáculo… que molestos ~ Pasó un buen rato antes no pudieron apagarlo por completo. La policía, mientras, se dedicaron a buscar por los alrededores huellas, objetos o cualquier otra cosa que les pudiera dar una pista de quien o que había causado el incendio. No encontrarían nada. Como se había movido todo el rato por lo alto de los árboles no había huellas y cualquier rastro que hubiera quedado en la casa se había calcinado junto a esta. Así que podía estar bien tranquila que no sabrían nada de ella.

Además si llegaran a intentar saber del origen de las llamas solo se darían cuenta de que fue provocado porque olvidaron el fuego de la cocina abierto y el paño para limpiar la mesa se había prendido por estar demasiado cerca. Ellos estaban durmiendo y no se dieron cuenta. Esa era la conclusión a la que llegarían. Por más que encontraran los cuerpos no se darían cuenta de que les habían matado previamente porque se había asegurado de no dañar los huesos así si encontraban algún resto no podrían analizarlo ni darse cuenta de ninguna arma blanca.

Para escuchar mejor la conversación de la policía se subió a lo alto de un árbol sin hacer ruido y se acercó a ellos. Iba vestida de negro y bajo la luz de la luna, era imposible que la vieran. Además en caso de que la encontraran, no sospecharían de ella, tenía solo 13 años, era de poca estatura y no aparentaba tener demasiado fuerza. Por si fuera poco cabía actuar y solo tendría que echarse a llorar diciendo que se había perdido y que al ver el fuego se asustó mucho, que no encontraba el camino de vuelta a casa y que le ayudaran.

Cuando ya se hubieron ido todos decidió abandonar el lugar también, ya no tenía sentido quedarse allí. Para no dejar huellas fue saltando de árbol en árbol hasta llegar a un parque. Durante el día estaba lleno de niños pero por la noche estaba muy solitario. Se sentó en un columpio y empezó a balancearme. Cómo un flash recordó que le había llegado un mensaje con el numero de la organización – Mierda… - susurró. Rápidamente buscó el teléfono y leyó el mensaje.

“Reunión en la sede, es urgente” Y ya se estaba retrasando bastante. Salió corriendo del parque y detuvo a un taxi. Se puso a llorar y le dijo que no encontraba el camino de vuelta a casa, entonces le indicó una dirección falsa que la dejara cerca de la montaña dónde estaba la sede y le pagó con lo poco que llevaría una niña encima. El taxista, amablemente, le perdonó la factura ~Que estúpido ~ En cuanto se hubo ido dejó de llorar, era bastante patético.

Pero seguía teniendo un problema, para subir a aquella montaña necesitaría un buen rato y además andando era casi imposible llegar rápido, había que salvar muchos obstáculos. Le había dejado en el lado contrario al camino que llevaba directamente hasta la sede así que tenía que buscar otra manera. Por suerte había muchos árboles así que solo necesitó empezar a saltar por ellos. Llegó más rápido de lo que lo haría nadie por aquél camino ~No hay mucho movimiento, a ver si incluso llegué temprano ~

Nunca había estado allí porque tenía un bajo cargo y las instrucciones para sus misiones se las daban por teléfono. Esperaba llegar a ser algún día considerada alto miembro, pero mientras no lo fuera, seguiría haciendo las cosas a su manera. Total, que se encontraba en mitad de quien sabe dónde, de noche, en frente de una casa que cualquiera creería abandonada y ella vestida de negro, si dijeran que eso era para una película de miedo se lo creería.

Como estaba en la parte trasera de la casa, tuvo que dar una vuelta tonta para llegar hasta la entrada de la casa. Desde ese ángulo aún daba más miedo – Bah, supongo que es lo ideal para gente como nosotros - Abrió la puerta y se dirigió a la sala de reuniones. Pudo ver a muy poca gente a pesar de la urgencia con la que exigían su presencia en el lugar. Y más si tenían que ir todos. No conocía a sus superiores, solo a una tal Vermouth, con quien se había puesto en contacto algunas veces, y aun así no la había visto físicamente. Tomó asiento en un rincón y se cruzó de brazos y piernas. Miró a los pocos integrantes de aquél círculo sin mucho interés, ¿alguno de ellos sería alto cargo?

-¿Por qué nos llamaron con tanta urgencia? – Dijo para romper el tétrico silencio que había en aquél lugar – No parece que nadie se lo haya tomado muy enserio viendo cuantos faltan así que espero que sea algo importante.

Levantó la mirada para ver si alguien se había dignado a escucharla o tenía la intención de responder. No parecía ser así pero en caso de que no le respondieran pronto volvería a alzar la voz y si no llegaba nadie se iría. No tenía nada mejor que hacer pero tampoco iba a perder el tiempo en una tontería de reunión después de haber cumplido con una misión. Así que esperó a que alguien de todos aquellos de allí le hablara, mientras abrió el teléfono y prendió uno de los juegos, no le juzguen, tenía 13 años, los juego le siguen gustando aunque sea una asesina.
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Mensaje  Amarula Jue Ene 03, 2013 4:02 pm

El sol se escondía y la luna comenzaba a ocupar su lugar. La noche estaba llegando y Amarula solo miraba desde una terraza como el sol desaparecía poco a poco detrás de los edificios, a lo lejos. Mientras acariciaba suavemente la rosa blanca en la solapa del traje, meditaba para sus adentros... ¿Cuando seria el momento que finalmente lo encontraría? ¿Cuando podría terminar su venganza? Hacia ya tiempo que trabajaba para la Organización de los hombres de negro, y aun no había hallado ninguna pista que lo lleve hasta el paradero del asesino de sus padres...


Aunque claro, toda aquella maquinación en su mente resultaba casi una ironía, ya que después de todo...¿A cuantos padres había matado Amarula en su tiempo en la Organización? A cuantos hermanos, a cuantos hijos... Bueno, ese era su destino, era uno de los asesinos de la Organización, aquellas personas que lo hicieron quien es. De todas formas no podía ser egoísta consigo mismo, si tantas personas ya habían muerto ante la luz blanca de aquella rosa, ¿que le hacia una mancha mas al tigre?


Un ruido que rompio el silencio vino desde la calle de abajo. Un BMW paso a toda velocidad, Amarula sonrió con una mirada cómplice... ese automóvil era inconfundible... pertenecía a Baileys Brandi, otra asesina de la Organización que estaba pisando fuerte entre los altos cargos y se había vuelto muy cercana al Jefe, o algo por el estilo había escuchado en una de las reuniones. A jusgar por la velocidad en la que iba, algo grave debía estar sucediendo. Amarula tiro el cigarrillo que estaba a medio fumar y se puso en marcha. Era el momento de reportarse en la sede, lo cual resultaba tentador... la sangre de su ultima victima en la rosa blanca ya estaba seca, había llegado la hora de reemplazarla...
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Mensaje  Baileys Brandy Sáb Ene 05, 2013 3:41 am

Ya estaba frente a la puerta de la sala en la que sabía que dentro de breves minutos tendría que comunicar una de las peores crisis de la organización, para no decir directamente la peor, la desaparición del Boss. Pero esa era una cosa que solo los altos cargos llegarían a saber ya que si las insignificantes ratas de la organización lo supieran el caos se extendería y no habría control posible. Eso mismo fue lo que la llevó a tomar una decisión como aquellas. Se dirigía ya al fin a la sala cuando sintió a alguien acercarse, detrás suyo se encontraba una persona que ella conocía muy bien, Amarula. Mordió sus labios entre una sonrisa mostrando la excitación que sería para ella ahora mismo atravesar su cabeza con una arma.

Pero algo interrumpió el momento, era la secretaria, tenía el maquillaje corrido una cara horrible y las lágrimas aún le escurrían mejillas abajo pero fue un detalle al cuál Lisa no le dio mínima importancia –Brandy-san, tengo algunas informaciones para la usted, y además ya están todos convocado, incluso hay gente que ya ha llegado- tomó los pápeles mientras quedó extrañada por eso ¿tanto había tardado? –Sígueme- le órdeno mientras le daba a la espalda y abría la puerta –y tu también- le dijo al joven con una sonrisa pícara y maliciosa, quería tener una conversa con él después y no quería que se fuera.

La secretaria la siguió con tembleques mientras la albina se sentó en la silla del Jefe haciendo que todos los presentes que de momento habían llegado y no habían reparado en ella centraran su atención en ella con diferentes reacciones. Las que más destacaban eran las de terror, pues alguien se había atrevido a sentarse en el trono como desafiando la autoridad de su superior y reacciones de diversión entre las que destacaban la de Vermouth y Gin que parecían esperar con ansia una muerte o un hecho interesante para matar el tiempo.

Ignorando las reacciones de aquellos que no sabían ni siquiera la razón de porque se encontraban ahí empezó la conversa también ella pasando por alto un hecho que notó rápidamente gracias a como destacaba esa persona. Era imposible no remarcar que entre todos los rangos de élite que habían llegado hasta ahora se encontraba una niña, un rango inferior del cuál había oído hablar pero que de momento aún no formaba parte de la élite más por su escasa edad que por otra razón.

No estaba muy segura de como reaccionarían y sabía que aún faltaba gente pero la reunión tenía que empezar ya –Sé que aún falta gente pero vamos a empezar..-fijo con seguridad y con un tono que demostraba que ahora nadie tenía el derecho de hablar -..el jefe ha desaparecido ,llevamos 3 días sin saber nada de él y parece ser que él no ha leído un mensaje, atendido una llamada, ni efectuado una y ni siquiera ha hecho algún tipo de movimiento bancario- dijo con el mismo tono sin perder su serenidad, pero nada sirvió ahora eso ya que el simple contenido de la oración fue suficiente, el murmurio empezó, las expresiones del rostro marcaron la preocupación y el miedo.

Tomando de nuevo las riendas sobre la situación continuó la conversa –De momento no organizaremos los que aquí estamos para encontrar al Jefe lo antes posible y nada de esto debe salir de esta sala.- Un hombre que se suponía que era un alto rango pero que ella ni siquiera conocía se levantó de malas maneras -¿Se puede saber quién te ha dado autorización para ser la Jefa? ¿De verdad crees que seguiremos tus ordenes?- si ella se había puesto a mandar era porque sabía que si no había alguien que los dirigiera en aquel momento todo se transformaría en una guerra por el poder y el caos se apoderaría de todo -¿Acaso hay alguien más apto que yo?- dijo la chica con arrogancia y su seguridad en sí misma.

Como ella imaginaba él no iba a proponer otro para al rango, sino que se iba a ofrecer a sí mismo -Yo m..- antes de que acabara la frase ya una bala que salió dispara de la Sig Sauer de 9mm de Brandy estaba travesando su cabeza silenciándolo y manchando toda la mesa y las personas que estaban a su lado. Aquello era una demostración de autoridad y poder, si ella dudaba o tenía piedad por aquel que no quisiera hacer las cosas a su manera para recuperar rápidamente el Jefe lo mataría. A pesar de que nadie exteriorizó ninguna reacción sabía bien que habían entendido el mensaje -¿Alguien más tiene algo que decir?- preguntó desafiante antes de proseguir. Aún no estaban todos y el ambiente ya estaba caliente con la sola presencia de la chica.


Spoiler:
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Mensaje  Málaga Sáb Ene 05, 2013 10:02 pm

Málaga se encontraba esperando tranquilamente en la sala de reuniones. Aún sentía la sensación de incomodidad y alarma, sensación que le iba en aumento a cada segundo que pasaba. Se puso a observar la sala de reuniones, aunque realmente no había mucho que observar puesto que era oscuridad total lo que en ella había, sólo la suficiente claridad para verse las caras los unos a los otros. En ese momento, la puerta de la sala se abrió y entró una niña. Eso ya no empezaba a ser normal… ¿Qué hacía una niña en ese lugar de mala muerte? Málaga soltó un suspiro, y siguió mirando la habitación. Los demás miembros aún no llegaban. Sólo estaban junto a Málaga, la niña y otro miembro más que no conocía ni le importaba, el cual estaba en un rincón opuesto al de él, y que tenía pinta de ser un alto rango cómo el castaño. En el pasillo se escuchaban algunos murmullos de miembros conversando animadamente sobre sus fechorías. La sede empezaba a cobrar vida.

Al poco de entrar, la niña empezó a preguntar por lo cual Málaga se apresuró a responder antes de que la niña armara un alboroto


-Bueno. No sabemos el motivo de nuestra llamada, sólo podemos esperar a que el jefe aparezca para darnos el motivo de esta repentina reunión.-dijo un tanto aburrido e indiferente aunque muy en su interior se sentía alegre y feliz de volver a pisar esa sede. Su sangre ya se lo pedía y le hervía por volver a ese antro de mala muerte. De reojo volvió a mirar a la pequeña asesina que allí había. Ahora podía comprobar que los rumores eran ciertos. Y por lo que estaba viendo, lo eran dándole un breve vistazo a la niña, a la cual el color del pelo ya la delataba como el blanco de los últimos rumores en la Organización, simplemente por el color tan inusual que tenía en el pelo, al ser del color del fuego o de la sangre, incluso la rosa ensangrentada de Amarula sentiría envidia del color de pelo de la niña.

Entonces un notable olor a tabaco se hizo presente en la sala, mientras unos pasos se escuchaban en las cercanías de la sala, mientras toda clase de murmullos en el pasillo eran callados conforme los pasos y el olor a tabaco se acercaban, mientras dos voces inconfundibles se escuchaban. Esos dos venían peleando, como casi siempre. Era raro que la favorita del jefe llegara tarde a alguna reunión, prácticamente desde que Málaga estaba en la organización, ésta era la primera vez que la había visto llegar de manera impuntual. Junto a ella llegaba el tío más frío que la organización pudo ver jamás, el dueño de ese olor a tabaco era Gin, la mano izquierda del jefe y el amante de su Porsche, el cual, está completamente oliendo a humo. Fumar tanto no podría ser bueno para la salud. Tras Gin, venía su subordinado y perrito faldero, Vodka. Un tipo bastante corpulento y más torpe que un elefante en una cacharrería. La cosa empezaba a ponerse interesante, pero algo no iba bien. Málaga podía notarlo, incluso sabía que Gin y Vermouth también se imaginaban que algo extraño pasaba. El jefe se retrasaba demasiado.

Conforme pasaba el tiempo, los rumores en el pasillo empezaron a volver, volviendo a dar vidilla a la sede mafiosa. La sala ahora parecía algo más animada, más por la presencia de gente, que por ambiente. Sumado a la leve claridad que había en la sala ahora se podía ver el cigarrillo encendido de Gin delatando su posición e iluminando lo suficiente para ver quiénes había a su lado. A la izquierda de Gin, se encontraba, su eterno subordinado, Vodka. A la derecha, la sobrina de Gin, Cassis. Una chica con la que Málaga había desarrollado un sentimiento de hermandad y protección, y a la que le había cogido un cariño bastante fuerte, total, para ser hermanos no es necesario tener la misma sangre ¿O sí? Lo que contaba era el sentimiento eso estaba claro. Seguramente, la chica habría llegado a la sala siguiendo a su tío. El tiempo pasaba y el jefe se retrasaba, la impaciencia empezaba a ser la tónica entre los miembros presentes en la sala.

En ese momento, Rye entró en la sala, seguido de Bourbon y de Martini, que tomaron sus asientos, Rye junto a Málaga, Bourbon entre la pared y Cassis, Martini a la izquierda de Spyritus, quedando situada entre Málaga y la recién llegada. Poco a poco la gente empezaba a llegar. El último en entrar fue Amarula, quien seguía a Baileys Brandy, pero el jefe seguía sin aparecer. Entonces cayó en la cuenta de que no se había presentado a la niña.


Por cierto, no me he presentado. Soy Málaga-dijo mostrando una sonrisa a la niña pero prestando atención a lo que Baileys estaba haciendo-Mejor presentémonos después. Esto va a empezar ya-Málaga empezó a prestar atención a lo que pasaba a su alrededor. Baileys se había sentado en el sillón del jefe, causando diferentes tipos de reacciones mientras Málaga simplemente sonreía para sus adentros observando la osadía de la joven, pero manteniendo las apariencias y no siendo tan descarado con la reacción como Gin y Vermouth.

La reacción de Cassis era entre sorpresa y diversión. Bourbon se mantenía indiferente, mirando al frente. Martini reaccionó con bastante sorpresa por la acción de su compañera. Seguramente Spyritus no entendía nada al ser su primera reunión. Gin dio una calada a su cigarro, volviendo el olor característico del cigarro, que gracias a Dios, no era un puro.

Entonces Baileys Brandy empezó a hablar, era hora de que la cosa empezara y aunque faltaban miembros aún la cosa debía ser importante, dado el tono seguro que usaba al expresarse hasta que llegó el mensaje importante. Ano Kata había desaparecido. El contenido del mensaje fue una bomba de relojería que explotó en unos murmullos y caras de preocupación en la sala. Incluso Michael había perdido la serenidad levemente. Confiaba en Bail y su liderazgo, pero la noticia había caído como una losa en la sala. La chica pasó a organizarnos, hasta que el sujeto que había estado con él en la sala desde el principio empezó a increpar a la, ahora jefa, quien terminó disparando al estúpido miembro que terminó muriendo en el acto, con su cabeza atravesada manchando las mesas de sangre, y a muchos de los miembros. Sin duda eso hubiera hecho Ano Kata. Si había entendido bien la situación sería la siguiente.


-Básicamente, lo que tenemos que hacer es buscar al jefe, aunque no hay demasiadas pistas como para empezar, a menos que… tengas algún hilo del que tirar.-dijo Málaga algo aburrido pero con la maquinaria funcionando al cien por ciento-Si hay una pista mínima puedo tirar del hilo con las herramientas de investigación del FBI. Y a unas malas, estamos todos juntos en esto. Alguien encontrará algo. Sólo debemos movilizarnos correctamente sin levantar sospechas. Deberíamos contactar con los miembros que están en misiones para que vuelvan inmediatamente. La situación así lo requiere.-Málaga se retrepó sobre la silla poniéndola a 2 patas. La verdad es que la idea de volver a ver a los miembros que estaban en misión le agradaba de sobremanera, compañeros y amigos tales como Cinzano, Frangelico o en menor medida, a Yukón. A éste último tenía más ganas de dispararle, porque era la diana de la organización. Un imán para las balas, no había un solo miembro que no hubiera cumplido con la tradición de disparar a Yukón. Volvió a poner la silla a cuatro patas y se apoyó en la mesa para escuchar la nueva información que suponía que tendría la chica. Aunque realmente tenía prisa por acabar la reunión para ir a interrogar a James sobre el tema. Seguramente el jefe del FBI supiera algo. Pero ahora mismo la reunión era la prioridad. Su prioridad


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Mensaje  Amarula Dom Ene 06, 2013 4:48 am

Amarula entro en la sala siguiendo a Baileys, al parecer ella lo tenia todo calculado. La mayoría de los miembros ya se encontraban dentro, aunque faltaban elementos importantes como Dom Perignon y Sherry, pero sobre todo había una ausencia que se hacia notar... el Jefe. Amarula no entendía de que iba esto... ¿Como hacían una reunión sin Ano Kata presente?... Hasta que le cayo la ficha, pero no dijo nada y espero a que la noticia sea confirmada.

Pasaron unos pocos momentos que parecieron horas, parecía que Gin se había terminado su paquete de cigarros hasta que Baileys Brandy tomo la palabra, lo que no hacia otra cosa mas que reforzar la teoría que ya tenia Amarula de que algo había pasado con el jefe. Y así fue, Ano Kata había sido secuestrado. Aunque ya se lo esperaba, la confirmación resulto mucho mas dura que la sospecha. Nunca había pasado algo semejante, si alguien se atrevió a secuestrar al líder de una organización tan poderosa significaba que se estaban enfrentando a un enemigo de temer. Todo iba controlado hasta que un tipo que el no conocía pero estaba sentado junto se paro de lleno y comenzó a increpar a Brandy. Amarula lo miro serio y algo divertido, el tipo estaba jugando con fuego. Baileys podría tener una imagen dócil, pero podía resultar igual o mas peligrosa que Vermouth. Lo que no esperaba el hombre de las rosas blancas era que la sangre producto del disparo de Baileys lo salpicara tanto. Le envió a Brandy una expresión de disgusto, a lo cual la mujer respondió con una sonrisa sádica. Amarula se mordió el labio, siempre le habían gustado las chicas con carácter pero ahora habían cosas mas importantes en que ocupar la mente...


Alguien de fuera de la Organización no podría haber llevado a cabo semejante plan... sin ayuda de alguien de adentro. Amarula recordó la ultima instrucción que le había dado el jefe la ultima vez que lo vio. Sus palabras habían sido las siguientes: "No solo te reclutamos porque eres un hábil asesino, también por tu habilidad como espía y observador. Es por eso que te daré una tarea algo particular solo a ti. Te encomiendo vigilar siempre de cerca a los demás miembros, sin que ellos lo sepan. Los traidores pueden estar mas cerca de lo que creemos, incluso en nuestra poderosa organización. Utiliza siempre la vista, se sutil, silencioso, y obsérvalos a todos..."


"A la orden jefe" pensó Amarula para sus adentros y comenzó a observar las reacciones de los demás miembros ante la noticia. Si algo le había enseñado la experiencia, es que el rostro muestra mucho mas de lo que quisieras, incluso puede revelar nuestro pensamiento. Ante una noticia así, si un traidor se encontrara en aquella habitación quizá una expresión fuera de los normal, aunque sea mínima, lo delataría.

...Gin y Vodka parecían tensos y dispuestos a entrar en acción, lo cual era normal en ellos...
...Vermouth, aquella hermosa mujer aunque irritante, tenia su clásica sonrisa de suficiencia, lo cual era normal...
...Bourbon tenia su mirada indiferente aunque dejaba notar algo de preocupación, conocía muy bien a esa persona, no había nada de que preocuparse...
...Chianti, Calvados y Korn parecían irritados y miraban a Brandy con desdén, aunque Amarula pensó que no debía preocuparse por ellos ya que habían demostrado ser leales...
...Rye, Cassis y otros miembros tenían una mirada difícil de descifrar, Amarula los inspecciono durante unos momentos hasta que otro miembro, de alto rango, interrumpió su atención... se trataba de Málaga

El tipo parecía tener un plan, hablando sobre el FBI y contactar a viejos miembros. Muy bien, penso Amarula para sus adentros, si este hombre de nombre Malaga parecía tan optimista y el primero en actuar, Amarula estaba dispuesto a seguirlo de cerca, quizá Malaga se convertiría en el blanco de algún traidor, o quizá por que no, ser el mismo el traidor...



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Mensaje  Cherry Dom Ene 06, 2013 8:37 pm

Cherry se encontraba en la terraza de un piso céntrico en Beika, meditando mientras observaba las oscuras calles que tenía en frente cuando de repente cayó en la cuenta de que hacía unas horas que no miraba el teléfono, era posible que hubiese recibido algún mensaje o llamada de la organización y como recién llegada que era no le convenía hacerles esperar demasiado. Se apresuró a entrar en el piso y buscó escrupulosamente el móvil. En cuanto lo encontró lo encendió. Tenía una llamada perdida de un número que le sonaba que era de ellos, además también tenía un mensaje de voz de una de los altos cargos: Baileys Brandy. Tras escucharlo tardó un rato en asimilar sus palabras, en el mensaje la voz de Baileys había sonado ligeramente preocupada aunque conservaba la calma y la confianza en sí misma que tanto la caracterizaban, sin duda motivo de que hubiese llegado tan alto en la organización. Si no lo había entendido mal, se reclamaba en seguida su presencia en la sede principal para una reunión importante de última hora. Cherry miró la hora del mensaje de voz: hacía casi 2 horas. “Genial” pensó “Una de mis primeras reuniones y ya llego tarde...” Rápidamente, cogió su bolso equipado con todo lo necesario y sin olvidarse de coger a su querido gato negro del cual nunca se separaba se dirigió al coche.

A pesar de que tenía apenas unos 17 años aparentaba más y por eso no levantaría sospechas al conducir. Tras larga media hora de camino llegó sin contratiempos a la sede, rezando para no llegar extremadamente tarde. Se encaminó por sus oscuros y sinuosos pasillos hasta llegar a la sala donde al parecer tenia lugar la reunión. Al abrir la puerta se encontró con gran parte de los miembros de la organización pero por suerte estaban tan concentrados en su debate sobre como llevar a cabo los siguientes movimientos que no se percataron de que Cherry se unía silenciosamente a ellos. La reunión prosiguió.



PD: Es mi primer rol, así que tened en cuenta mi inexperiencia en esto xD
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Mensaje  Cassis Dom Ene 06, 2013 11:32 pm

Cassis estaba en ese momento en un bosquecillo perdido de alguna montaña de Tokyo. Iba allí a veces a practicar con su Beretta usando de diana a pájaros, zorros y cualquier animal que pasara por delante suya. Llevaba su vestido negro favorito y unas botas sin tacón, nunca se sabe cuando tendrás que huir de cualquier peligro. En su mano derecha sujetaba su preciada pistola y, con el brazo apuntando hacia un cuervo, apretó el gatillo. Pero ninguna bala salió de aquella arma.
-Mierda, tendré que ir a por más.
Cassis se puso su sombrero idéntico al de tu tío Gin y se dispuso a marcharse de ahí. Al darse la vuelta vió una figura humana, la cual conocía de sobra. Le observó hasta que él pronunció palabra.
-Ven.
Fue lo único que dijo antes de girarse para caminar montaña abajo.
-¿Dónde está mi tío?
Cassis sabía que Vodka no podía hacerle daño nunca, pero como Gin le enseñó, no se puede confiar totalmente en nadie.
-Abajo, en el coche.
Respondió este, y siguió caminando. La chica le siguió hasta la carretera que se encontraba al pie de la montaña y subió al coche, a la parte de atrás.
-¿A dónde vamos?
Entonces Gin miró a Cassis por medio del retrovisor, con esa mirada fría y tenebrosa que solo él sabía poner. Esos ojos verdes, aun siendo iguales que los suyos, a veces asustaban a la chica. Pero le mantuvo la mirada hasta que el asesino más reconocido de la Organización dijo:
-¿Acaso necesitas saberlo para seguir órdenes?
Sonriendo como siempre, ejerciendo su autoridad y chulería ante todo.
Cassis bajó la mirada y su móvil sonó indicando un nuevo mensaje. Ahí tenía su respuesta: era de la secretaria del Boss anunciando una reunión urgente. Ahora fue ella quien sonrió, le divertían bastante esas reuniones en las que todos se miraban con asco e intentaban destacar. Se preguntó qué sería esta vez, pero no le dió mucha importancia. El Porsche negro impecable de su tío condujo hasta aquel edificio hasta aparcar justo delante. Gin bajó, tiró su cigarro casi consumido del todo y se encendió otro. Vodka y Cassis le siguieron hacia dentro del edificio y caminaron hasta la sala de reuniones. Ya había varias personas en la habitación pero no parecía que llegaran tarde. Después de todo, a Cassis acababa de llegarle el mensaje y hubiera tardado más de no ser por su tío. Se acomodó al lado de Gin, como siempre hacía en esas reuniones. Empezó a mirar a los allí presentes. Faltaban por llegar Dom Perignon, Cherry, Sherry y pocos más. Pero lo más importante.. ¿Dónde estaba el jefe? No podía faltar en una reunión así. Notó a su tío mosqueado y centró la atención en Málaga. A pesar de que había entrado en esa organización para no volver a desarrollar sentimiento de cariño alguno, con ese muchacho era imposible.. Cuando hablan juntos lejos de Gin y la Orga parecen incluso hermanos. Entonces Cassis vió como entablaba conversación con una niña. Posiblemente la estarían formando, como hicieron con ella misma. Se fijó en su pelo: precioso. Entró Rye en la sala y se acomodó al lado de Málaga, seguido por Bourbon y Martini. El primero se acomodó junto a Cassis. Ella se arrimó a su tío aún más. Por si acaso. Entró Amarula y la chica le miró con furia, sabía de los rumores de mujeriego que rodeaban a ese asesino. Sin embargo, esa rosa blanca siempre le pareció preciosa. Baileys Brandy se fue hacia el sitio donde solía sentarse el jefe.. ¿Hola? ¿Por qué? Cassis se sorprendió y sonriendo, pensó: "Empieza la diversión". Brandy habló.. BUM. Notición, el Boss desaparecido. Esto cada vez se ponía mejor.. Gin le dió una calada a su cigarro, tan tranquilo como siempre. Al contrario de él, los demás empezaron a armar barullo y Brandy puso algo de orden. Un idiota dijo una idiotez y recibió su castigo. Un tiro perfecto. Muerto. Con razón Bail era un cargo alto. El cobarde acabó callándose y mi brillante hermanito propuso sus planes. Yo obviamente esperaría a que mi tío hiciese algo antes de actuar por mi cuenta, pero ahora parecía que entre la sorpresa y el miedo todos dejaron su mente en blanco. Cherry llegó, pero Cassis pareció ser la única que se dió cuenta. La pobre se perdió el espectáculo.. En fin, todos esperaron a que Brandy dijese algo.
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Mensaje  Spyritus Lun Ene 07, 2013 12:44 pm

Los miembros fueron llegando poco a poco y Shana no hacía más que mirarlos a todos con cierta espectación. Nunca había visto a nadie de ellos y había algunos que parecían amables y daban buena impresión, mientras que otros sencillamente aterrorizaban. Pero ella no tenía miedo, sencillamente les admiraba. Reconoció el rostro de Vermouth, la única con la que había mantenido cierto contacto. El chico de su lado, el que respondió a sus preguntas, tampoco hacía mala pinta aunque era obvio que ninguno de todos ellos era de fiar. También se sentó una chica bastante guapa al otro lado y, a judgar por su forma de actuar y de mirar a los demás, debía ser un alto cargo. Bien mirado, tanto el chico como ella debían de serlo. Escuchó la presentación del hombre de su lado, “Málaga”, había oído hablar de él. La niña fue a presentarse pero la reunión empezó y, en cierto modo, estaba ilusionada por poder ver al jefe. Pero apareció otra mujer, que levantó cierta intriga y descontento en la sala. Al único que se atrevió a plantar cara a esa mujer le atravesó con una bala entre ceja y ceja, si eso pasaba en todas las reuniones había dos opciones:

1. Que no hicieran muchas reuniones.
2. Que hubiera muchos miembros.

Braileys Brandy, al parecer ese era el nombre en clave de la mujer, ya había explicado la situación, el jefe desaparecido. Seguro que muchos de los que estaban en la sala se alegraban, de hecho, nadie tenía motivos para estar triste. Shana empezó a analizar rostros y todos eran de indiferencia total. Le llamó la atención un hombre de pelo rubio, larguísimo, con un sombrero y que se pasó toda la reunión fumando, era Gin, uno de los asesinos de más sangre fría y despiadados de toda la organización. A su lado había otro hombre, también con un sombrero y gafas de sol, no parecía tan peligroso, era Vozka. Volvió la atención hacia el chico de su lado en cuanto hizo el resumen de todo lo que aquella mujer, que ahora ocupaba el lugar del jefe, había dicho.

-Pero sr Málaga, antes de movilizar a toda la organización, ¿no sería mejor que nos organizáramos los que estamos aquí? Ya creo que lo sabe demasiada gente y no sabemos exactamente quien es de fiar y quien no – Seguramente dij0 lo que todos pensaban y nadie había dicho, o acababa de sentenciar su muerte, pero le daba igual. En casos así siempre recordaba que Vermouth le decía algo de los secretos y la verdad era que le gustaban bastante más de lo que hubiera podido imaginar jamás. El aire de misterio, intriga, la impaciencia de los demás, era divertido. Miré a Málaga recordando que no me había presentado antes – Por cierto, soy Spyritus – Iba a añadir que era la más pequeña del lugar pero eso no hacía falta ni mencionarlo. En situaciones así a Shana le gustaba poner voz de niña, parecía lo más divertido y que dejaría a los demás con la boca abierta. En ese lugar era imposible que nadie se sorprendiera de nada, pero en fin, siempre era más divertido que no hacer nada.
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Mensaje  Baileys Brandy Lun Ene 07, 2013 9:35 pm

Después de hacer aquella amenazante pregunta oyó una voz lo que causó en ella que se irritara y tensara su mano fuertemente agarrando el arma con ganas de matar a aquel que osaba hablar, sin embargo al darse de cuenta de quién era la voz y de lo que decía, que estaba lejos de ser un desafío a su temporal mandato sobre la organización, sino que era más bien que era un plan sobre la organización de como encontrar al Jefe. Ladeó su rostro lentamente hacia el miembro que ahora hablaba –Málaga- susurró con un susurró que no por primera vez se asimiló a aquel de una serpiente venenosa. Apoyo sus codos sobre la fría mesa que era uno de los pocos inmuebles de aquella fría y oscura sala y entrelazó sus dedos fríos y blancos como el marfil haciendo así un apoyo perfecto en el cuál dejó recaer su cabeza cerrando sus ojos sin ni siquiera preocuparse por si la atacarían. Sin embargó dejó uno de sus dedo meñiques libres para que lentamente acariciara sus labios ligeramente húmedecidos, aquella podía ser muestra de su interés por lo que decía o por él, más bien a su vida, ya que ella sabía cuan bueno era, pero no estaba segura de a quién le debía fidelidad.

Estaba escuchando lo que decía y considerándolo todo sin embargo también pensaba en otras cosas que le preocupaban sobre los hechos “Tendré que hablar con Málaga, si él no es de fiar deberé matarlo, nadie fuera de la organización debe saber esto o aprovecharan esta oportunidad o bien para atacarnos ahora que seguramente nos dividiremos en opiniones sobre quién debe dirigirnos, por mucho que intenté ser explícita con o eso, o bien intentarán encontrar al Jefe primero, lo que podría ser peor” aún estando cavilando sobre eso logró entender hasta el último pormenores de lo que dijo Málaga, sin embargo no compartía opinión sobre ciertos detalles.

Sus ojos se abrieron poco a poco dejando ver entre aquellas grandes pestañas unos ojos verdes penetrantes y fríos, característicos de una asesina como ella hipnotizaban su presa con la intimidante mirada. Pero ella bien sabía que eso en Málaga no funcionaría, simplemente quería captar su atención por completo ya que después de todo sabía que era una persona importante para la organización y muy bien dotada en cuestión de investigación y audacia –Málaga-kun..- dijo esto último como una broma para provocarlo –que uses tus contactos en el FBI me parece bien, sin embargo hay un detalle que debes tener en cuenta, si cometes un fallo el FBI se enterará de esto y será un grave problema, así que te encargo eso, pero que sepas que no existe la piedad, si fallas tomaré tu vida como recompensa- dijo en un tono amenazador subiendo la pistola a su cuello y bajándola inmediatamente después de acabar de hablar.

Antes de que pudiera responder a su segunda sugerencia dos hechos la distrajeron momentáneamente, el primero fue la entrada de Cherry, pareció que nadie se diera cuenta, ni que tampoco ella quisiera eso, sin embargo ella estaba esperando la chica de cabellos albino, no, más bien la chica de cabellos platinados, en verdad fue ella misma quién la mandó convocar, ni siquiera sabiendo muy bien porqué, si por sus preciosos cabellos o por su manera de trabajar, sin embargo le interesaba. Pero el segundo hecho aún la sorprendió más sin ni siquiera hacer un comentario a la entrada de la moza.

La chica de preciosa cabellera roja que derramaba seguridad y ansias de matar por todos lados habló replicando una cosa que había mencionado Málaga, la cuál también a ojos de Brandy no estaba del todo acertada, llamar a todos los miembros, ella proponía que primero se organizaran primero los presentes en la reunión, pero no habría un primero y un después en ese tema ya que solo los convocados para esa reunión debían saberlo, los hombres de alto rango y de más confianza, aun siendo la de eses dudables, nadie más debía saberlo. Sonrió divertida ante la osadía de la llamativa e intensa pelirroja dijo ahora sabiendo su nombre “Spyritus, un licor adecuado para una chica de esas características” ese fue un pensamiento antes de empezar a contestar como ya era su intención desde antes de ser respondido –Bueno, como Spyritus dijo aún no avisaremos a nadie, primero porque no sabemos si podemos confiar en ellos, segundo porque no sabemos si estaban preparados y tercero porque de seguro si eso se sabe se extendería el pánico entre aquellas los bajos rangos, en verdad los presentes han sido elegidos a dedo, o bien porque son altos rangos, o bien porque lo he creído conveniente, así que espero que esto no salga de aquí ya que sería un problema y eso me molestaría mucho– todo fue dicho con arrogancia sin embargo el final fue amenazante incluso capaz de crear escalofríos.

Por último dijo una cosa que su mente consideraba que debía ser oculta, sin embargo era la mejor manera de encontrar al Jefe, dando la única pista a todos los miembros, pero antes de eso su mirada se dirigió hacia Gin entrándose dentro de él por sus ojos, solo con esa mirada fue suficiente para que entendiera que debía vigilar que nada hiciera nada extraño –Si que hay un hilo del cuál tirar, su coche, su coche ha desaparecido, será más fácil de encontrar un coche que una persona, os lo encargo, ya que de momento esa es la única información que tenemos- con esas palabras era una indirecta para que aquellos que quisieran abandonar la sala ya eran libres de hacerlo. La información pareció indicar a Gin que había entendido bien la petición tirando así cigarrillo, que no hacía mucho que se había puesto en la boca después de que se acabara el otro, al suelo y apagándolo con el pie mientras dirigió una sonrisa tétrica a la albina que fue correspondida por ella con una igual de fría y amenazante para cualquiera que lograra apercibirse.

Pareció que todos la habían entendido con eso que abandonaron todos la sala dirigiéndose a hacer el trabajo que más adecuado para ellos, sin que nadie tuviera que decirles nada, ella los observaba salir de la sala y antes de que Málaga tuviera la oportunidad de levantarse lo tomó del brazo indicando así que quería que permaneciera por alguna razón que no tenía nada a ver con los demás y por tanto esa debería resolverse a solas. Todos salieron, la última en salir fue la secretaria que hasta el momento había permanecido detrás de ella y tuvo el cuidado y consideración de cerrar la puerta de tras de ella.

Ahora se encontraban solo en aquella sala que permaneció unos instantes desde que la puerta se cerró en silencio hasta que Brandy lo rompió –Málaga, dime una cosa…- tensó de nuevo su mano sobre el arma subiéndola hasta la cabeza del chico -¿a quién debes tu fidelidad?- claramente se refería si a la organización o al FBI, para los que también trabajaba, y con esas palabras frías y amenazadoras sacó el seguro de su armo preparada para disparar poniendo el dedo sobre el frío gatillo por si se daba el momento.
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Mensaje  Málaga Jue Ene 10, 2013 12:29 pm

Observaba todas las reacciones de la sala tras el plan que había expuesto, pero no le dio demasiado tiempo hacerlo, ya que la chica que había junto a él habló. Se llamaba Spyritus, buen licor ese. La chica tenía razón, movilizar a todos era una locura y Baileys Brandy, le dio la razón, no sin antes amenazar a Málaga con matarle sí fallaba. Su plan debía esperar, pues. Volvió a poner la silla apoyada contra la pared, a dos patas, mientras pensaba en otro plan para deshacerse de sus ataduras con el FBI de forma definitiva. Dejaría de ser el doble agente que era, para ser un solo agente. Málaga, no necesitaba otro nombre. En primera instancia, movilizar a todos los miembros, serviría para que alguno de ellos confirmara la muerte de Málaga, pero ese plan debería esperar. Se evadió de la reunión, sumido en sus pensamientos hasta que encajó todas las piezas del puzzle en su cabeza. Lo tenía todo a su alcance, sólo necesitaba un buen plan, y vaya si lo tenía. Aunque admitía que era arriesgado, un mínimo fallo y no viviría para contarlo. Volvió a poner la silla a cuatro patas, mientras se apoyaba en la mesa mirando hacia abajo y sus dedos estaban entrelazados. Sus codos le empezaban a doler un poco. Aun mirando hacia la mesa, esbozó una débil sonrisa. Lo llevaría a cabo, no podría pasar nada de nada. Tenía a la muerte de su lado, y sabía que no le había llegado su hora. Volvió a centrarse en la reunión, mientras observaba reacciones. Gin volvió a encender un cigarrillo.

Dios, ¡¡Cómo fuma este tío!! Tiene que tener los pulmones más negros que nuestros trajes-pensó Málaga mientras miraba el cigarro recién encendido.

Miró a Vodka, su reacción era la típica en él. Amarula… Amarula, eso era. Según sabía era un hábil asesino y un mujeriego, pero donde más destacaba era en el espionaje. Sabía algo seguro. Debía atraer la atención de Amarula. Pero probablemente al hacerlo, se ganaría un disparo entre ceja y ceja. Debía pues encontrar otro método. Volvió a centrarse en la reunión, lo justo como para escuchar la pista a seguir. El coche del jefe había desaparecido también. Tenía experiencia para saber que encontrar el coche, en muchos casos era en vano. Aunque no diría nada, su integridad física le importaba más que sus conocimientos acerca de las desapariciones. Al ver que la reunión había acabado, se levantó para irse de la sala, pero alguien le detuvo cogiéndole del brazo. Al girar su cabeza, vio que era Baileys. Poco a poco, los demás miembros, inclusive la secretaria del jefe, salieron de la sala, quedando ellos dos solos allí. Entonces, escuchó como la chica le hablaba e incluso le ponía una pistola en la cabeza. Málaga suspiró. No era algo que hubiera esperado, pero tenía muy claras sus lealtades.


Mi lealtad pertenece únicamente al jefe y a la organización. El FBI es mero pasatiempo.-habló Málaga tranquilamente. No sabía si contarle a la chica acerca de sus planes. Volvió a suspirar. Lo haría. Quizás si lo hacía tuviera algo de ayuda-Tengo un plan para desvincularme definitivamente del FBI. Te lo contaré, pero necesitaré tu ayuda, y sobre todo discreción. Esto no puede salir de esta sala. ¿Puedo confiar en ti?

Málaga esperó la señal de la chica antes de exponer sus planes. Esperaba no tener que arrepentirse de ello. Pero la situación así lo requería
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Mensaje  Everglo Jue Ene 10, 2013 8:33 pm

Everglo disparó tres tiros. Ninguna de las balas dio al cuerpo del hombre que había en ese callejón, todas rebotaron contra el muro de piedra frío... El hombre estaba sentado en el suelo, mirando fijamente mi Beretta 92, sudando y temblando. No, no temblaba de miedo. Era simplemente un drogadicto que había visto algo que no tocaba. En realidad, ni siquiera había visto algo digno de mencionar y no era necesaria su muerte, pero estaba de buen humor y quería matarlo. Era mi recompensa. Sonrió. << Creo que me comparé una piruleta.>> Iba a guardar el arma, pero se acordó del pobre hombre y lo disparó rápidamente. Había planeado matarlo lentamente, pero el capricho de la piruleta le llamaba más que la de la tortura, en ese momento.

De repente sonó su móvil. No hacía falta cogerlo para saber quien era: La Organización, pues nadie más la llamaba. Puso los ojos en blanco.

- ¿Sí, diga?
- ¿Everglo? Hay una reunión convocada en la Sede. Ven deprisa.
- ¿En la Sede? ¡Estoy a una hora de allí! - Everglo perdió los nervios. - ¡¡¡A UNA PUTA HORA!!!

Por suerte, la secretaria no oyó lo último, pues ya había colgado. Pagó la piruleta que ya no le placía. La tiró al suelo y subió a su moto. Le disgustaba tal vehículo tan enorme y llamativo, pero amaba la velocidad. Además, era una recompensa por su gran trabajo y esfuerzo. Aceleró el aparato, si se esforzaba al máximo, si ningún policía la intentaba detener y si no encontraba imprevistos, podría llegar a media reunión. Algo que no gustaría a nadie, pero algo era algo. Agarró fuertemente el manillar y dejó que la moto rugiese bajo ella. Le encantaba ese momento antes de que su pelo volase al viento, aunque algunas veces eso le era incómodo también. Guardó su móvil y se puso en marcha por fin. En menos de tres minutos ya estaba fuera de la ciudad en la que había asesinado un drogadicto. Posiblemente Everglo le hubiese hecho un favor, pero eso a ella no le importaba en absoluto. Adelantaba rápidamente todos los coches por la autopista y por suerte, ningún policía se le ocurrió seguirla. No quería ir a comisaría ni tener que matar ningún policía, que eso siempre daba problemas.

Su móvil sonó otra vez. Era un mensaje. Extrañada, Everglo cogió el teléfono. para evitar chocarse contra algo, bajó la velocidad hasta 120 km/h y revisó curiosa el mensaje. Era de Baileys. "Everglo, esta reunión es muy seria e importante. Date prisa, no te puedo decir nada, pero envíame un mensaje cuando llegues." Everglo cerró el móvil y preocupada, aceleró otra vez, hasta que casi puedo sentir los quejidos que esa máquina no podía hacer.

El trayecto fue corto. Había tardado menos de cuarenta minutos en llegar, aunque todavía le faltaba subir ese cuesta. Antes de subir, paró. "Stoy aki abajo, Bail." Vio pasar un coche, negro, que subió con rapidez. Era pequeño y bastante discreto. No lo reconoció, pero supo que lo había visto en varias ocasiones, en otras reuniones. Recibió un mensaje "Ok" y entonces volvió a arrancar la moto y aceleró. Llegó rápidamente, pero tardó un poco en entrar. No sabía donde dejar la moto, porque los coches nunca habían sido cuidadosos con las pequeñas motos, pero no creía que alguien en la Organización se atreviese a ofender a otro asesino, sabiendo como se las gastaban allí todos... Al final decidió aparcar en cualquier rincón y entró con paso decidido. Como entró por delante, tenía que dar mucha vuelta para llegar hasta la sala de reuniones, que estaba además en el primer piso, pero no le importó, pues siempre aprovechaba para pasarse por los laboratorios u otras habitaciones interesantes. Esta vez se apresuró un poco más y cuando llegó al mismo pasillo, se sintió desalentada: El pasillo, medio desierto, tenía ya apenas unos miembros que se todavía quedaban por allí. No sólo había llegado tarde, ni había podido asistir a un sólo minuto de la reunión, sino que llegaba tarde incluso para encontrarse con la gente y poder pedirles qué había pasado.

Oyó voces en la sala de reuniones y se emocionó al reconocer la voz de Baileys. Iba a entrar, cuando recordó la norma sobre las conversaciones privadas. "Si son privadas y has escuchado una sola palabra de ellas, no hace falta que te cuides las espaldas, porque puede que ya tengas una bala en la frente." Esperó fuera, algo alejada de la puerta. En ese momento echó de menos esa piruleta. Le encantaba darse caprichos dulces, pero le disgustaba muchísimo que alguien le estropease ese placer. Esperó más. Después de varios minutos, vio salir a Málaga. Era un buen tipo, lo conocía por encima, pero parecía simpático. Odiaba los simpáticos. Los simpáticos eran los que ocultaban su verdadera personalidad, y además, eran más difíciles de matar. Esperó unos segundos más, pero en la sala sólo había quietud. Entró lentamente, empujando casi con temor la puerta negra. Allí encontró a Baileys Brandy, sentada en la silla del Jefe, con una mano en la frente, casi como si le doliese la cabeza. La sonrisa de Everglo no pudo ser más amplia.

- ¡Bail! ¿Qué haces ahí? ¿Has convocado tú la reunión? - Dijo ella dirigiéndose al fondo de la sala.

Baileys miró a Everglo y sonrió, pero con gesto cansado.

- Sí, he sido yo. No sabes lo que ha pasado mientras estabas fuera...
- Espera... ¿Dices que no he podido matar a un hombre tranquilamente ni comerme mis dulces sólo por una reunión? Más vale que sea cuestión de vida o muerte...
- Lo es. - Baileys se puso seria. - El Jefe ha desaparecido. Llevamos tres días sin poder localizarlo.

La cara de Everglo reflejó miedo y desesperación.

- El jefe... Dios mío. ¿No sabemos qué ha pasado?
- No. Pero tiene que ser un grupo muy, muy poderoso. El jefe no puede haberse ido por su voluntad.Y si han podido cogerlo, es posible que sean capaces de destruirnos a todos. Lo único que podemos hacer es evitar que se enteren que podemos atraparlos, que crean que somos inútiles sin el Boss.
- Pero... ¿podemos atraparlos?
- No lo sé. Pero sé que no lo han podido hacer solos. Puede que tengamos un traidor entre nosotros.

La mirada de Everglo se afiló como unas cuchillas. Si estuviesen en un barco, nadie habría querido pronunciar la palabra "ratas". De la misma manera, en una organización así, nadie quería escuchar la palabra "traidor". Ambas respiraron hondo.

- ¿Qué hago?
- De momento he mandado que encontremos el coche, a ver si averiguamos más o menos donde estaba en el momento en el que desapareció, y si podemos averiguar exactamente cuando desapareció.
- ¿Qué hay de Málaga? - Dijo Everglo recordando la charla que había tenido él con Bail.
- Málaga... Es un agente doble, infiltrado en el FBI. Me preocupa mucho que nuestros enemigos se puedan enterar que ahora mismo no tenemos un liderazgo fuerte y temo que Málaga lo pueda revelar... sin querer, claro.

Everglo lo captó al instante.

- ¿Lo vigilo?
- Oh, de momento no creo que haga falta. Además, puede que al final no ocurra nada así. En realidad has pasado mucho tiempo fuera, demasiado... No quiero que te vuelvas a marchar. Quédate a mi lado un poco más, yo tengo que gestionar y dar órdenes. Vente conmigo.

Everglo se acercó a Baileys y la abrazó, con una sonrisa.

- Pues me quedo contigo, entonces. Yo también te echaba muchísimo de menos.
- Dime, ¿qué tal todo?
- Ya sabes, asesinatos, robos, espionaje... Y sangre, claro.
- Me alegra que lo hayas pasado bien. ¿Como está tu hermana, Sakura?

Una sombra oscura cruzó la cara de Everglo. Bajó lo vista y la temperatura de su voz quedó por debajo del punto de congelación.

- Sakura... Está bien, es feliz con su entorno...

Bail escogió sus palabras con cuidado.

- Te haces daño observándola. Deberías dejarlo.
- Lo sé. pero... Es mi hermana, parte de mi sangre, alma y corazón. No puedo...
- Es difícil, pero no puedes...
- Ya. - Cortó Everglo. - De momento no puedo dejarlo, pero sé que lo haré en un futuro. Tal vez así consiga una vida, con mis amigos, mi gente...
- Y espero estar incluida entre esos amigos. - Aligeró el tono Bail.
- Claro que sí. Pero ahora enséñame como trabajas, jefa. Y mándame lo que quieras, me lo merezco por no haber regresado en tanto tiempo...
- Te tomo la palabra...

Ambas se levantaron y abandonaron la sala juntas, ne dirección a las profundidades más profundas de la Sede. El último sonido que escuchó aquella habitación fue:

- Pues quiero un café, Tomoyo.
Everglo
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Mensaje  Baileys Brandy Dom Ene 13, 2013 5:16 pm

Ahora se encontraban los dos solos en la sala sin nadie que los pudiera incomodar y ella estaba dispuesta a aclarar todas las dudas que tenía sobre él o matarlo. Seguramente otra persona la hubiera matado pero siendo él decidió primero escucharlo, era una persona importante para la organización, aunque estuviera al mando no podía matarlo así como así. Debía escucharlo muy a su pesar, seguro que con el rango que tenía sería divertido intercambiar balas con él, pero no estaban en una altura indicada para diversiones.

Quedó sorprendida con la forma con la que afirmó que su lealtad pertenecía a la organización, destacaba por su seguridad y confianza, pero fue sorprendente que le dijera que se quería desprender del FBI. Por una parte ella creía que era lo mejor,¿ pero no sería mejor esperar a que toda esta crisis pasara? Él podría obtener información del FBI a la cuál nadie más tendría acceso, sin olvidar que él podía justificar su acercamiento a la organización ya que supuestamente era un agente doble del FBI. Realmente Brandy solo los consideraba unos idiotas armados, ¿como no podían darse cuenta de que les mentía? ¿ni siquiera desconfiar?

Ahora pretendía explicarle un plan pero primero necesitaba confiar en ella y aún le preguntaba si lo podía hacer que podía responde ella si ni siquiera confiaba en él, creía que era un traidor. Lo miró fijamente durante unos instantes -¿confiar en mí?- lo dijo con un tono que marcaba el desagrado de la pregunta pero después de cerrarse unos instantes en unos pensamientos en el silencio tomó su decisión.

…………………

Después de una larga conversa se levantó con movimientos ligeros y fríos -Así quedamos..- hablo con desprecio y sin alzar mucho la voz, como habían hecho durante toda la conversa para que nadie los oyera. Se dirigió a la puerta y la abrió bruscamente sin girarse ni una vez para ver que hacía Málaga, aunque intentara matarla por la espalda lo hubiera podido esquivar, además de momento a él no le convenía.

-Deshazte del cadáver, Málaga- le dio una orden mientras le hacía un gesto para que saliera de la sala y se volvió a sentar en la silla del Jefe poniendo su mano a la cabeza. Empezaba a dolerle la cabeza del stress y los nervios. Alguien entró en la sala y Brandy llevó sus ojos hasta los del nuevo llegado para saber quién se atrevía a entrar sin su permiso. Aquellos ojos tan característicos, cálidos pero fríos, intensos, solo podían ser de una persona. Analizó aquella persona de arriba abajo era Everglo, o como ella le solía llamar Eva. Ahora se acordó que le había mandado un mensaje para que viniera pero no la había visto en la reunión, le molestaba que llegara tarde pero estaba feliz de tenerla con ella. Le dedicó una sonrisa cansada, estaba relamente agotada.

Después de tanto tiempo sin verse se habían vuelto a rencontrar en una situación como esta, pero tampoco era que le importara en aquel momento, allí la tenía con ella, a su mejor amiga a una de las pocas personas con las que podía confiar ciegamente en la organización. Estaban muy unidas a pesar de que habían estado separadas en los últimos tiempos, pero no había nadie con el que compartiera tantas cosas como las que compartía con ella y si tenía que trabajar con alguien de aquella organización debía ser con ella.

Mantuvieron una conversación apresada y resumida sobre todas las cosas que tenían que decirse y Bail se preocupó de informarla brevemente de lo ocurrido añadiendo ciertas informaciones que había preferido no darlas en la reunión para no crear el caos. No había tiempo para muchas conversa así que de inmediato salieron de la sala dirigiéndose a las profundidades de la Sede, tenía un plan pero primero debían prepararse.

-Supongo que no quieres que vayamos así ¿verdad?– se señaló -vamos a prepararnos– quería ir a cambiarse y a equiparse con todo lo que hacía falta, ya que iban a salir, a pesar de ser la Jefa pensaba ir al campo de batalla, había cosas que tan solo ellas dos podían hacer por eso era tan importante que las dos estuvieran juntas.

Ellas dos como miembros privilegiados y reconocidos tenían derechos a cuartos donde guardaban lo que querían para sus misiones. Dejo que Eva se fuera a preparar como quisiera y ella se dirigió a su sala. Esa vez no optó por cambiar de ropas pero sí que por debajo de las que llevaba se puso unas cuantas armas y tomó sus dos rifles preferidos, en sus manos. Esto era la guerra y ella no iba a dudar en usar sus armas más potentes. Cogió recargas y cuando tomó el silenciador jugó un momento con él en su mano pensando si le haría falta o no. Después de pensarlo por unos instantes lo guardó en sus botas de tacón. No sabía si era lo mejor ir con tacones sin embargo tampoco se iba a molestar por eso ahora.

No sabía si Eva ya se había ido así que optó a lo más lógico se fue hasta su coche y la esperó allí, enseguida llegó detrás de ella -¿Vas a bajar con tu moto o te llevo?– señaló su moto entre risas, aún no entendía como estaba tan loca para subir aquella peligrosa montaña con aquella moto, era única y alocada, por eso le gustaba.
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Mensaje  Málaga Dom Ene 13, 2013 8:28 pm

Conducía tranquilamente por la montaña. El cielo negro de la madrugada era precioso. Retazos de estrellas se veían en la inmensidad del cielo, siendo adornadas por nubes que avecinaban tormenta. La senda era impracticable, de esos caminos que destrozan los neumáticos. Decidió detenerse en un claro del bosque. Podía admirar el paisaje nocturno que se extendía frente a sus ojos. La vista de la ciudad iluminada completamente rodeada de oscuridad. Fuegos artificiales se levantaron para iluminar la noche, dando inicio a una gran feria en la ciudad.

Se montó en el coche, y siguió con su descenso nocturno pisando fuerte, cambio de marcha, más velocidad. Adoraba las bajadas y subidas a toda velocidad. Tenía muy buen control en la conducción y casi nunca perdía el control de cualquier tipo de vehículo que él pilotara. El aroma de hierba fresca y húmeda entraba por la ventana ligeramente abierta. Aminoró la velocidad, mientras sentía esa brisa, ese aroma a campo. Si hubiera estado en otras circunstancias, quizás y solo quizás, tendría un terrenito perdido en alguna montaña. Le gustaba esa tranquilidad, no escuchaba bocinazos ni ningún tipo de ruido proveniente de la ciudad.

Volvio a mirar al cielo, vio que la posición de la luna y las estrellas habían cambiado. Podría admirar ese paisaje toda la vida. Un extraño ruido sonó, los matorrales de la zona se estaban moviendo. Málaga sacó su mágnum y empezó a apuntar contra los matorrales. No pudo decir cuánto tiempo podría haber estado con la pipa desenfundada hasta que, los matorrales dejaron ver a un grupo de caballos. Entonces se relajó y guardó la pipa mientras se acercaba a los caballos y los acariciaba. Le gustaban los caballos. No, de hecho le gustaban todos los tipos de animales. Con el olor a campo aún en su olfato, volvió a poner rumbo a la ciudad. Seguramente el dueño del todoterreno haya denunciado ya a la policía el robo de su vehículo, por lo cual, optó por detenerse lo más cerca posible de la ciudad y limpiar sus huellas, para luego salir a pie rumbo a la ciudad y a su casa. Allí cogió su coche y enfiló rumbo al festival.

El ambiente era increíble, pese a ser altas horas de la madrugada. Málaga decidió aparcar en un hueco que había libre en un parking público. Le gustaban los festivales y ferias. Sobre todo los puestos. En esos lugares, Michael volvía a sentirse niño. Paró en cada puesto que había, y cuando empezó a aburrirse, eran pasadas las cuatro de la madrugada. Definitivamente, no dormiría ese día. Decidió coger su coche, y conducir sin rumbo fijo buscando las vías más solitarias que podía encontrar.


Un poco de música nunca viene mal, sobre todo para no dormirme-pensó Málaga mientras enfilaba el camino hacia un puerto de montaña y aspiraba el olor a montaña y tierra húmeda. La subida continuaba. Sólo llevaba medio camino, y aunque empezaban las llanuras, más adelante volverían las subidas. En ese momento, un rayo cayó muy cerca de su posición, por lo que se vio obligado a detener el vehículo. En ese momento, se empezó a escuchar truenos lejanos, truenos en la lejanía que, junto a los rayos no indicaban buen presagio.

La lluvia poco a poco aumentaba su fuerza considerablemente. El pobre coche e Michael no aguantaría la subida en mojado, por lo que tuvo que dar marcha atrás. Su plan para ver el amanecer desde la montaña truncado sin remedio. Eran dos horas de camino para llegar a la ciudad. Esbozó una sonrisa. Quedaba poco para entrar en la ciudad, menos de un kilómetro. Había volado, pasando todos los límites de velocidad y había cometido numerosas infracciones de tráfico para llegar a la ciudad en tiempo record. Un pitido alertó a Málaga y antes de que pudiera reaccionar, su coche explotó.
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Mensaje  Dom Perignon Lun Ene 14, 2013 4:46 pm

Dom Perignon estaba en su despacho, desde donde solía controlar todas las operaciones de los hombres de negro. En este momento estaba dirigiendo una operación menor, con miembros menores y, según él, interés menor. En mitad de la misión, la secretaria del jefe de la organización llamó a Dom por telefono.
-Pobre chica... Debió nacer con el don de la inoportunidad- pensó mientras recordaba la de problemas que ha tenido esta secretaria poniendo de los nervios a mas de un asesino peligroso.
-¿Señor... Perigron?- dijo torpemente la secretaria una vez la llamada entró en curso.
-En mala hora me dejaron escoger a voluntad mi bebida alcoholica... Es Perignon, Dom Perignon... Pero da igual, dígame- contestó Dom con voz cansada, acostumbrado a los nervios de esta chica, mientras repasaba cuales podían ser exactamente sus virtudes como para tener el puesto de secretaría del jefe. ¿Fácil de manipular? ¿Sacrificable? ¿Dócil? Puede ser, pero seguro que hay miles de personas con esas caracteristicas y al mismo tiempo mas eficaces. Dom era muy exigente con esta clase de cosas, ya que consideraba que una organización de tan gran envergadura tenía que tener solo personal de élite.
-Reunión urgente, ¿puede asistir?- dijo la chica algo nerviosa.
-Pues... No, no creo, estoy dirigiendo una misión, y va para largo. Pero... ¿Es muy urgente?- pregunta Dom extrañado de que se esté dando este proceso para convocarle, cuando normalmente se tiene en cuenta cuando está de misión, para que pueda asistir siempre a las reuniones, ya que al jefe le gusta tener al jefe de estrategia en la sala de reuniones. Es como si esto fuera ajeno al jefe, pensó Dom... ¿Rebelión? Imposible. ¿Entonces el jefe no está? Si todo es tan apresurado y me lo está diciendo con estos nervios, que incluso siendo ella son desmedidos...
-¿El jefe ha desaparecido?- se la jugó Dom, haciendo gala de su fama de teorizador.
-Supongo que por esto usted es el jefe del departamiento de inteligencia y estrategia, señor Perignon...- contestó sorprendida la secretaria.
Dom Perignon adora que alaben su inteligencia y con ello, hacer crecer su insaciable ego. Pero por una vez quiso equivocarse... ¿Como pudo desaparecer el jefe? No tenía sentido, alguien como él...
-Informa a la persona que se ponga al mando, seguramente Baileys Brandy, que voy a seguir la reunión con el circuito de cámaras. No puedo hacer acto de presencia, prefiero no dejar colgada la misión- sentenció Dom, sabiendo que con esa afirmación la conversación quedaba terminada.

Mientras proseguía la misión ayudado por su compañero de despacho, su hermano Cordial, Dom estaba atento a cada detalle de la reunión. Le llamó la atención la presencia de Spyritus. ¿Una niña de 13 años de rango relativamente bajo en una reunión como esta?
-Supongo que su presencia es una prueba definitiva de que su nombre no fue elegido al azar. Spyritus es la bebida mas fuerte que existe, que yo sepa, por lo tanto el jefe debió ver en ella un muy alto potencial. Por eso reclutarla desde tan joven. Por eso ese nombre en clave. Por eso hoy debe estar aquí...- pensaba Dom para sus adentros mientras la reunión se demoraba en comenzar.

Una vez empezada la reunión, Dom estaba atento mientras no paraba de comentar en voz alta ante su hermano, que se limitaba a observar sin opinar, sobre las cosas que le llamaban la atención.
-Miralos, muchos de ellos tienen cara de reprimir ganas de liarse a tiros por toda la sala. ¿A eso le llaman sangre fria?-
Dom solía respetar con mucha mas facilidad a las personas que sabían distinguir entre capacidad asesina, y gatillo fácil. Por eso gente como Cassis, Málaga, Amarula o Bourbon tenían el visto bueno de Dom en ese sentido, cosa que repercutía en el trato hacia ellos cuando Dom es el jefe de algunas de sus misiones.
-¡Hala, otra vez!- se quejó Dom cuando vió que Brandy mató a uno de los miembros de la sala solo por replicarle un momento. -Era un cargo de rango medio-alto, maldita sea, si llegó ahí era porque seguramente fuera mas eficiente que... Los inutiles de la interminable misión que me está tocando llevar hoy- Dom mira el monitor de la misión para no tenerla abandonada y da algunas instrucciones a Irish, el jefe de grupo en esa misión. Después vuelve de nuevo su mirada al monitor desde donde veía la reunión, y sigue comentandola. -Ha sido... Como perder un caballo- dice Dom, haciendo como es habitual un símil entre la organización y el ajedrez. Los caballos y los alfiles son piezas mas importantes que los peones, pero menos que el resto de piezas, aunque para Dom, el caballo es peor que el alfil, por eso en si mismo ese comentario también denotaba que en el fondo a Dom no le resulta una gran perdida la de este miembro cuyo nombre ya no importa a nadie.

Finalmente la reunión termina y todos se van. Dom termina veinte minutos después su misión con éxito, y ya mas tranquilo se pone a pensar en como proceder para solucionar el asunto del jefe.
-Es que ni con un infiltrado en nuestras filas, que está claro que debemos tener uno o dos- piensa Dom mientras dibuja una silueta parecida a Rye en un papel -ni con eso el jefe sería tan descuidado de dejarse secuestrar. Es una persona sumamente cauta e inteligente. ¿Como ha podido ser?-

Mientras Dom pensaba, siempre conectado con auriculares a su circuito de escuchas, cada vez mas extenso, escuchó algo escalofriante en una de las escuchas. Los vehiculos de los miembros de lealtad mas cuestionable estaban secretamente pinchados por orden del jefe, y eso incluía el coche de Málaga. La cara de Dom se quedó helada al escuchar el inicio de lo que parecía una explosión, seguido de la perdida de contacto con la escucha del coche de Málaga. Dom Perignon se levantó rápido de la silla, se quitó los auriculares principales y se guardó en el bolsillo los que usa para comunicarse exclusivamente con Cordial.
-Te dejo al mando de las escuchas, voy a salir- dijo Dom mientras se ponía su habitual chaqueta y se ajustaba el sombrero. Cordial le contestó con un movimiento de cabeza afirmativo, se levantó y se sentó en la silla de Dom.

-Supongo que lo correcto sería unirme a Everglo y a Brandy. Ahora mismo ellas son la autoridad, y al jefe siempre le gusta tener a mano al jefe de estrategia- pensaba Dom mientras corría fuera del edificio para ver si las alcanzaba. Realmente la forma de pensar de Dom nunca había encajado con la de dos chicas de sangre asesina tan caliente como ellas dos, pero supongo que no había nada que temer. Le necesitaban. Además, ¿Con que cara le dirían al jefe, una vez lo encuentren, que han matado a su jefe de estrategia principal solo por un pequeño arrebato? Con esa idea en la mente, Dom tomó prestado un coche de un miembro menor, pidió a Cordial que diera con la posición de Brandy, y se puso en camino.
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Mensaje  Amarula Mar Ene 15, 2013 4:35 am

¿Cuanto tiempo mas tenia que esperar? Amarula ya se estaba pareciendo a Gin, bajándose casi un atado de cigarros en poco tiempo. Estaba esperando oculto en el pasillo que conduce a la sala de reuniones de la organización, esperando que su nuevo objetivo se ponga en marcha. Pero ya hacia rato que ese hombre estaba hablando con Baileys, así que no imaginaba cuanto tiempo mas podría tardar. Vio pasar a varios miembros, entre ellos a la amiguita de la nueva jefa, Everglo. Ella se había colocado frente a la puerta, hasta que esta se abrió lentamente. El objetivo salio tranquilamente, como si acabara de hacer un tramite bancario. Se había propuesto averiguar que tenia en mente este tipo y lo mas seguro era que se dirigiera a reportarse con los del FBI. La pregunta de Amarula era ¿A cual de los dos bandos le tenia lealtad?

El hombre salio ya a un paso mas ligero hacia la desierta calle y sin mirar a los costados, desapareció velozmente por la esquina. Amarula lo siguió a paso rápido, y cuando giro en la misma esquina lo vio subirse a lo que parecía un todoterreno. "Robado, claro" pensó Amarula. El hombre de las rosas blancas aprovecho esos instantes y se dirigió a la Cross Yamaha robada que había dejado cerca, pero por fortuna no lo suficiente para que Málaga se diera cuenta. El todoterreno comenzó su marcha y Amarula lo seguía a una distancia prudencial, tenia experiencia en seguimientos y sabia como vigilar a la distancia justa...

No sabría precisar cuanto tiempo habían andado por las montañas sinuosas en medio de la noche, pero había algo allí que no iba bien. ¿Por que Málaga conduciría de esa manera, sin un destino fijo? ¿Había descubierto a Amarula y trataba de despistarlo? Si eso era, estaba confirmado que era un traidor, pero también cabía la posibilidad que estuviera haciendo tiempo antes de encontrarse con alguien, ¿Con el FBI quizá?... Y si todo aquella era parte de un trabajo para la organización, ¿Por que nadie había informado de nada? "Maldito ¿es que acaso nos traicionaste?" pensó Amarula para sus adentros, "si es así no te dejare escapar, sera tu ultima noche"

Luego de un largo tramo (en que que estaba incluido un párate en un claro, un cambio de vehículo y un paseo por los puestos de una feria), Amarula ya estaba convencido que el tipo andaba en algo raro no había duda, aunque aun era pronto para saber si para bien o para mal. Amarula nunca había visto con buenos ojos a los agentes dobles, pero supuso que antes de tomar una drástica decisión lo mejor seria informar. Tomo con dificultad su móvil mientras seguía a Málaga, lo cual no fue nada fácil. Se vio ante un dilema, ¿Baileys Brandi o Dom Perignon? Antes de que pudiera tomar una decisión, la caída de un rayo distrajo su atención. El rayo había caído entre Málaga y Amarula, y este ultimo comprobó con desagradable sorpresa que el sospechoso había frenado su vehículo y daba marcha atrás. Si no hacia algo pronto, Málaga terminaría por descubrirlo...

Entonces ocurrió. El vehículo voló en mis pedazos, llevándose consigo la vida de aquel pobre infeliz que poco habría podido hacer para evitarlo. Aquel que tanto se paseaba por los pasillos de la organización con seguridad calculadora, aquel se ostentaba un algo cargo, acababa de abandonar este mundo, ya que nadie podría haber sobrevivido a tamaña explosión. Mientras las llamas consumían lo que quedaba del vehículo, Amarula lo observaba sin saber como reaccionar emocionalmente. La muerte no era nada nuevo para el, pero ahora se trataba de alguien de la organización. ¿Debía lamentar la muerte de un aliado importante? ¿O debía celebrar la muerte de un poderoso traidor en potencia?... Pero si esto ultimo fuera cierto, lo mas lógico seria pensar que la misma organización fuera la causante del atentado, sin embargo de ser así Amarula se habría enterado. Si bien Amarula no ocupada un rango muy alto, tenia un grado de respeto, participaba de reuniones importantes y se le encargaban asesinatos influyentes, por tanto un atentando así no habría escapado de sus oídos. Su cabeza se puso a funcionar a mil por hora, pero lo que si era seguro es que aquello no era ningún accidente.

Amarula con móvil en mano le mando un mensaje grupal a todos los miembros de la organización notificándoles de lo sucedido, eligiendo cuidadosamente las palabras. Decidió dejar de lado a Cassis y Baileys Brandi, a ellas dos les mandaría un mensaje particular a cada una. La primera por el conocido cariño que sentía por el muerto, y la segunda por ser ahora la máxima autoridad. No esperaba que fuera tan difícil enviar ese mensaje a Cassis, por rara vez un sentimiento de culpa y tristeza se apodero de Amarula recorriendo todo su cuerpo ya que sabia la fuerte relación de afecto entre ella y Málaga, pero aun así se sorprendió de si mismo ¿¿¿Aun quedaban sentimientos de ese tipo en su negro corazón???... Luego vino el mensaje a Brandy: "Tu hombrecito de confianza es historia, Málaga ha muerto acabo de verlo. Aguardo instrucciones"

Guardando su móvil, subió a la moto y con ella se escondió en unos matorrales cercanos, donde podría vigilar la escena sin ser descubierto. Lo mas seguro es que aquel humo atrajera visitantes indeseables, entre ellos la policía.
Pensó que lo mejor seria retirar el cuerpo, pero las llamas aun se lo impedían. La situación comenzaba a complicarse...


Amarula
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Mensaje  Cassis Mar Ene 15, 2013 5:06 pm

Por fin. Acabó la renión y Cassis miró a su tío, esperando órdenes. Este se giró y empezó a caminar junto a Vodka hacia la salida, eso le indicaba a ella que debían irse de allí. Esperó un momento antes de irse para mirar a su hermano, su intuición no solía fallar y.. ahora se sentía extraña, algo mal, aunque era una sensación difícil de describir. Málaga no se dió cuenta, sin embargo ella le sonrió y siguió su camino. Caminaron por los oscuros pasillos hasta salir de la Sede, donde estaba aparcado el precioso Porsche de Gin que todos conocen. Cassis caminó hacia el coche, hasta que su tío la detuvo.

-Hoy no vienes con nosotros.-Le dijo él, sonriendo con un cigarro en la boca.
-Vale, ¿qué hago?-Preguntó contenta, así podría desprenderse de ese horrible olor a tabaco.
-¿No crees que va siendo hora de que pienses un poco por ti misma?
-Está bien.-Finalizó la conversación Cassis, algo borde.

Cassis hasta ahora nunca había hecho ninguna misión sin Gin, y no estaba dispuesta a hacer nada sola, así que pensó en volver a entrar en el edificio y buscar a su hermano, quizá él la llevaría consigo, quizá podrían pasar un tiempo juntos con la misió como excusa perfecta.
"Además, mi tío no puede estar desconforme con esa idea, ya que si me ha dicho esto es porque seguramente quiere librarse de mi en esta misión.. o quizá alejarme de ella.. bah, eso no tiene sentido, ¿por qué lo haría?"
Pensando este tipo de cosas, sin fijarse en nada más, no se dió cuenta de los coches que salían de allí o la gente que pasaba por delante, hasta que se fijó en un vehículo y miró al conductor. Era Amarula. Ahora mismo no le importaba nada este tipo, por lo que entró a la Sede y buscó a su querido Málaga por todas partes, intentando no llamar la atención. Lo segundo lo consiguió, al menos referido a la gente que veía por allí. Pero lo primero.. Su hermano no estaba allí. Iba a irse y volver a aquel bosque desentendiéndose de la misión, aunque primero pasaría por aquella sala llena de armas a por balas. No pensaba meterse en unos asuntos tan peligrosos y menos sin más armas que solo su propio cuerpo. Llegó a la sala, pero nada más entrar, sin darle tiempo a buscar las balas si quiera, sonó su móvil indicando un mensaje. Era de Amarula, quien increíblemente sonaba amable y.. triste.

Entonces leyó aquella horrible noticia. Cassis no podía creerlo. Él.. ¿Él murió?¿Por qué él?
No pudo evitar derrumbarse. Las lágrimas salían de sus ojos mientras cía al suelo de rodillas con el móvil en la mano. Su hermano acababa de morir.. La única persona de esa organización de asesinos que consiguió destrozar sus planes de no sentir aprecio o cariño por nadie. La única persona por la cual era capaz de desobedecer a su tío, al asesino con la sangre más fría de todos. Estaba ocurriendo otra vez. Lo mismo de hace tres años.. La única persona que llegó a querer se fue. Era su hermano.. y no volvería nunca.

Escuchó pasos, y sintió miedo. Si su tío la viese así.. Puede que no la mate, pero le haría mucho daño. Pero no quería moverse, no tenía fuerzas.
Cassis se quedó allí arrodillada llorando esperando a.. realmente a nada. Quizás a esa persona que se acercaba. Quizás, a que su hermano volviese.
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Mensaje  Dom Perignon Mar Ene 15, 2013 5:50 pm

Mientras Dom conducía rápido por los bosques cercanos a la organización en busca de Eva y Brandy, pensó si sería mejor informar desde el móvil lo que había pasado con Málaga. -En el fondo no se exactamente lo que ha pasado... Además, para justificar ese conocimiento, tendría que explicar hasta donde llega mi red de escuchas. Y algunas son secreto entre el jefe y yo. Otras, simplemente son cosa mia. Prefiero guardarme varios ases bajo la manga aún...- iba pensando Dom mientras, en ese momento, un mensaje le llegó al móvil. Venía de Amarula, y era un mensaje conjunto para muchos miembros de la organización. Al parecer Amarula confirmó la muerte de Málaga.
-Mierda... Lo sabía, ha muerto. Málaga era una torre de un nivel bastante alto, y además podía tratar con él mejor que con otros...- siguió Dom de nuevo con un simil al ajedrez. Llamar "torre" a otro miembro era un gran piropo por parte de Dom. Pues solo el rey y la reina eran las piezas mas importantes que la torre. El rey era el jefe, nadie mas. El mote de reina lo reservaba solo para tres personas: Brandy, Vermouth y Gin. Los tres eran los rangos mas cercanos al jefe. Además a Brandy y a Vermouth no les quedaba mal el mote. Le divertía pensar que a Gin, con esa melena, tampoco le quedaba mal el nombre de reina.
-¿Y Amarula como sabe lo de la muerte de Málaga?- pensó de repente, como acordandose ahora de quien ha sido la persona que ha mandado el mensaje. -Amarula se dedica especialmente a buscar traidores. Tanto él como Bourbon de tanto en tanto se pasan por mi despacho a hacer como que me visitan, pero supongo que quieren ver si tengo algún asunto a espaldas del jefe. Por supuesto, eso nunca lo sabrán. ¿Málaga estaba siendo observado por Amarula? Seguro que sí- iba pensando hasta que una idea mas importante le pasó por la cabeza y le hizo frenar el coche.
-... Cassis- dijo en voz alta con la mirada clavada al frente y el coche ya parado. Dom recordó que Cassis estaba extremadamente unida a Málaga, y posiblemente a ella también le llegó una notificación de su muerte.
En ese momento, el transmisor de Dom empezó a sonar. Era Cordial.
-Dom, tengo la posición de Brand...- empezó Cordial informando a Dom, pero fue interrumpido por este. -Dime urgentemente donde está Cassis, ¡ahora!-

Cordial no preguntó y buscó a Cassis por el circuito de cámaras y escuchas. Afortunadamente estaba tan cerca de la zona central de la sede, que no resultó ningún problema encontrarla, por lo que Dom pudo ir rápido hasta ella.
Dom suponía que Cassis estaría llorando... Y no podía irse a otra parte sabiendo eso. Lamentablemente lo del jefe era una urgencia de máxima prioridad. Dom no quería renunciar a ninguna de las dos cosas, por lo tanto...

Cassis estaba llorando en la sala de armas, y Dom se acercó lentamente a ella y le puso una mano en la cabeza.
-Cassis...- dijo Dom mientras la miraba a sus llorosos ojos. Ella se lo quedó mirando unos segundos y rompió a llorar otra vez, pero esta vez en los brazos de Dom. Ella no podía ni hablar. Dom observó que realmente Gin y Vodka no andaban por la zona. No olía a Gin por ninguna parte... -Cassis, ven conmigo, aquí no te puedes quedar-
-Dom... ¿Por que...?- dijo ella por fin. Dom solo la tomó de la mano. Si la llevaba con él, podría apoyarla todo el tiempo, pero al mismo tiempo no renunciar a la misión. Brandy ya debía estar lejos.

Dom subió a Cassis al coche y volvió a poner rumbo. Puso una mano en el volante mientras el coche arrancaba, y otra en el transmisor.
-Cordial, estabas apunto de indicarme la posición de Brandy, ¿cierto?-
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Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad  Empty Re: Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad

Mensaje  Pink Lady Mar Ene 15, 2013 8:40 pm

-¿Q... Que hago aqui...? ¿Que ha pasado...?-
Pink Lady despertó en una sala llena de máquinas. No estaba en plenas facultades de si misma, por lo tanto no recordaba como había llegado hasta ahí. No sabía donde estaba, ni que día era.
-Fue... ¿En aquella misión? ¿Me dispararon...?- seguía pensando Pink Lady mientras poco a poco, con cuentagotas, le llegaban algunos recuerdos difusos de la situación que le llevó a este lugar. ¿Pero quién la había traido aqui?
Detrás de la puerta de la sala se escuchaban pasos que se acercaban a ese lugar.Alguien abrió la puerta de golpe, como si no pasase nada.Entran dos hombres y Pink Lady se hace la dormida.
-Señorita, no se haga la dormida, no funciona con nosotros. -dijo uno de los hombres con una sonrisa estúpida en la cara.
-Vaya... ¿Cómo lo han sabido? - respondió ella con un tono de voz bajo, sin fuerza.
-Tenemos cámaras por toda la habitación.Aún así, ¿creías que era buena idea intentar engañarnos cuando tenemos en nuestro poder a la persona que más quieres en este mundo? - dijo un señor de voz ronca.
Los dos hombres llevaban sombreros que les tapaban los ojos, ropa oscura y una placa colgada en el abrigo.
-¿Quiénes sois? - contestó aún muy cansada.
-Si te lo dijésemos se lo dirías a tus amiguitos de la Organización y no podemos correr ese riesgo.¿No te preocupas por tu querido novio?
-Quiero verle, tengo que comprobar que sigue vivo.
A los cinco minutos, traen a G, el novio de Pink Lady, científico de la Organización.Está atado y sujetado por dos hombres por lo que no puede hacer nada.Uno de ellos le apunta con una pistola.
-Decidme que quereis de mí.
-Bonita, vas a traicionar a tus amiguitos de la Organización.Necesitamos saberlo todo de ellos y tú serás nuestra espía.Si rechazas esta oferta, él morirá - explicó señalando a G.
Pink Lady miró a los ojos a G.Si traicionaba a la Organización la matarían, pero si no lo hacía matarían esos hombres a G.
-Yo...acepto...
-Sabia decisión.Te unirás a tus amiguitos dentro de unas horas, cuando te recuperes.
Salen de la sala.Pink Lady se acuesta y se da cuenta de que al lado de la cama hay un teléfono que debieron dejar esos hombres apropósito.Pink Lady decide llamar a su fiel compañero...Amarula.
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Mensaje  Baileys Brandy Mar Ene 15, 2013 10:48 pm

Como era de esperarse Eva se negó a ir con ella, después de todo lo que aquella muchacha amaba era la velocidad y los peligros y no había muchas cosas que la hicieran apartar de sus deseos. Pero aquello no afectó para nada a Brandy que comprobó que ella seguía igual y con una sonrisa tétrica y fría como la que era habitual en ella se subió al coche cerrando la puerta bruscamente detrás de ella. Realmente si aquel BMW negro no estuviera hecho para recibir golpes y parar balazos no quería saber ni como estaría. No esperó a que Everglo se subiera a su moto para arrancar, no tenía mucha paciencia y sabía que ella enseguida la alcanzaría.

Agarró el volante con seguridad en sí misma, pareciendo casi que acariciaba el volante en lugar de poner las manos tensas sobre él como haría cualquier persona sensata para bajar aquella montaña llena de obstáculos. Conducía a altas velocidades, aún más rápido de lo habitual, si no solía ir muy deprisa era porque no quería hacer ruido sabiendo bien que los mejores asesinatos se preparan en silencio y el factor sorpresa era clave en cada uno de ellos.

En su rostro no había un signo de duda, no había consultado con nadie ni había dicho a nadie nada acerca de sus propósitos, ni siquiera a Eva que aún tendría que esperar un poco para saber cuales eran, pero estaba muy segura de donde debía dirigirse y que debía hacer. No se había proclamado la Jefa temporal por ser una persona con insegura o por necesitar consejos ajenos, aunque sabía que su Jefe lo habría preguntado a su Jefe de Estrategia, Dom Perignon, pero realmente es tipo la molestaba ya que carecía de todo aquello que ella valoraba en un asesino. Le faltaba sangre caliente, ganas de sentir el olor de la sangre en su piel, ganas de hacer desaparecer los estorbos a golpes de bala, pero para lo que ella quería hacer solo alguien como Eva servía, ahora ellas dos eran las personas más importantes para la organización y lo demostrarían.

Un mensaje interrumpió el plan que ahora se maquinaba en su mente, extendió su mano sobre el banco donde se encontraba su móvil, antes de ponerse en marcha había previsto algo como eso y prefirió no guardarlo en el bolso. Alejó un poco de su rostro el teléfono para poder ver la carretera al mismo tiempo que conducía. Era Amarula, decía que Málaga había muerto. Un aire de indiferencia y de mal humor pasó por sus ojos, llamó al molesto hombre de las rosas y empezó a hablar solo atender -No sé porque seguías a un superior sin orden directa mía, pero no me molestes por detalles insignificantes como eses, si ha muerto espabila en buscar a alguien que lo sustituya y en hacer tu trabajo- no dejó tiempo ni de que le respondiera y colgó, ya había malgastado suficiente tiempo en eso y tenía un plan que planear. Solo tenía treinta minutos hasta llegar al destino y no podía reposar.

Le vino a la mente la conversa que tuvo con Málaga y se puso a pensar casi conduciendo por lo que sus recuerdos de la carretera le dictaban “Aún me acuerdo de aquella conversa, él confió en mí y me explicó su plan-intentaba recordar sus palabras exactas pero a pesar de que no habían pasado ni dos horas ella no conseguía acordarse- ¿deshacerse de sus lazos con el FBI, ehh?” negó con la cabeza con media sonrisa que marcaba su diversión “Idiota..”

Solo ahora se daba cuenta de que la noche ya caía y que el tiempo apuraba. De repente un escalofrío pasó por su piel acompañando el timbre del móvil que indicaba una llamada entrante. Tomó de nuevo el teléfono en su mano para ver quién era, no se molestaría a atender a cualquier idiota , pero..- Gin..- ¿Qué querría ahora este? Por alguna razón tenía un mal presentimiento, y aunque aún estaba en la montaña, lejos de su objetivo y el tiempo era crucial en aquella situación optó por parar antes de atender.

Paró el coche en una pequeña terreno aceptablemente plano que a simple vista parecía demasiado pequeño para su vehículo pero que resultó ser lo suficientemente grande para que pudiera aparcar. Bajó del coche y cerró la puerta para luego apoyarse sobre ella y atender la llamada a aquel despreciable hombre.

Inició la conversa con su tónico cínico con el mismo propósito de usualmente -¿Qué quiere de mí mi amado y querido Gin?- pudo oír desde el otro lado del teléfono un ruido de desagrado y una risa entrecortada de Vodka que fue ahogada rápidamente, seguramente por una mala mirada de Gin –Eres una bruja- se rió para sus adentros, no era extraño oír eso de alguien y menos de él –Ahora dime algo que no sepa- no dijo nada, tan solo pudo oír como aquel hacía una calada a su cigarro –Lo que no sabes es que ya lo sé todo- la ira y los nervios se apoderaron de ella ¿será que acaso él..? no, no podía ser, era imposible y con una risa que demostraba su sarcasmo recuperó su tranquilidad –Tú no eres nadie, no sabes nada…- le colgó sin esperar respuesta de aquel, sabía como iba a acabar la conversa si continuaba, incluso hablar por teléfono era imposible para ellos, era demasiado peligroso para ambos.

A pesar de que se había reído y le había quitado importancia a la afirmación de Gin con menos precio algo en ella aún no la dejaba estar descansada. Incluso parecía que empezaba a costarle respirar. No podía ser, debía relajarse, se metió dentro del coche y siguió su camino, solo había tenido obstáculos que le habían hecho perder tiempo, aún tenía que diseñar todo el plan y llegar a su destino antes de que los cuervos alzaran vuelo, era imprescindible esa condición.

-Ahora empieza la fiesta- todos sus problemas y dudas se desvanecieron con una sonrisa que hubiera hecho retroceder al mismo diablo.
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Mensaje  Málaga Miér Ene 16, 2013 11:28 am

Málaga se encontraba oculto en uno de los matorrales cercanos a la ciudad. La negra noche le servía de cuna para que nadie le viera. En su hombro tenía la marca de una quemadura. Esa quemadura se la produjo durante la explosión, mientras daba el cambiazo con el cadáver asesinado por Bail. No había calculado bien los tiempos. Un segundo más tarde de lo previsto le había causado esa quemadura molesta. Otro segundo más le hubiera sido fatal. Málaga se encontraba a un escaso kilómetro de la ciudad, aún en campo y sin manera de llegar a la ciudad más que a pie. No le era producente armar un numerito ahora. Debía buscar algún tipo de manera para camuflarse.

Sherlock Holmes sabía teatro. Esa era una de las cosas que a Michael más le gustaban del detective creado por Sir Arthur Conan Doyle y la organización tenía su propia actriz. Su nombre era Sharon Vineyard, alias Vermouth. Debía hallar un modo de pasar desapercibido sin que nadie notara su presencia. Un simple cambio de imagen y de color de piel bastaría. Sería algo fácil de hacer. Vermouth parecía eternamente joven gracias al maquillaje. Esa sería la solución. Cuando pequeño, solía disfrazarse solo para darle la tabarra a James. Se le daba bien, pero aun así era descubierto por el mayor. Sonrió para sus adentros. Había observado a Vermouth cuando se disfrazaba. Sabía cómo hacerlo. Pero no tenía los materiales necesarios para ello. No había calculado bien esa fase del plan, pero tampoco le importaba. No destruía sus planes, solo los retrasaban. Lo primero sería volver a la ciudad. El resto lo haría al llegar allí.

Fue a salir de su escondite, pero junto al coche en llamas vio una figura sumamente conocida para él. Pese a que era de noche, pudo ver perfectamente quién era gracias a las llamas que aun envolvía el quemado vehículo. Inmediatamente la figura conocida agarró la moto y se escondió en unos matorrales. No podría salir por esa zona. Debería dar un rodeo para llegar a la ciudad.


Ya veo… Amarula me ha seguido. Eso no estaba en mis planes. ¿Acaso pensaba que era el traidor que vendió al jefe? No está mal. Es cierto que puedo serlo, ya que reúno las condiciones para ello.-pensó Málaga divertido. Desde hacía mucho tiempo no se sentía así. Era una sensación maravillosa la de la libertad. Ahora que no tenía ataduras podría hacer demasiadas cosas para buscar al jefe.

Debía jugar todas sus cartas. Sabía que Cassis estaría segura ya que, si no estaba con Gin y Vodka, estaría con él. Dom Perignon era el único miembro que a Málaga le parecía adecuado para cuidar de Cassis en caso de que a él le pasara algo de fuerza mayor. Y esta situación así lo requería. Se sentía muy mal por su hermanita, pero si lograba averiguar algo sobre el jefe, todo merecería la pena. Cuando volviera a la Organización lo explicaría todo. Sentía que les debía eso. Sumido en sus pensamientos terminó llegando a la ciudad. No volvería a su apartamento en un tiempo, así que fue a recoger la maleta que tenía preparada en caso de emergencia. Esa maleta contenía varios tipos de ropa aún sin estrenar. También guardaba en ella todo su dinero, su mágnum favorita y algunas cajas de balas del calibre 12. Con la maleta en su poder salió rumbo a una zona diferente de la ciudad, iría a vivir al barrio más peligroso. Allí encontraría algo con total seguridad, algo de lo que tirar del hilo. Alquilaría allí el apartamento más barato que hubiera.

Una vez en su nuevo apartamento, ni se molestó en desempacar. Salió rumbo a una tienda de artículos de broma. Allí compraría varias pelucas rubias con el corte de pelo similar. También compró algunas otras cosas más. Luego se dirigió a una tienda de disfraces y compró varios paquetes de lentillas verdes esmeraldas. Ya estaba listo para la acción. Cogió su móvil y le mandó un mensaje a Baileys Brandy.


”Está hecho”-era el contenido del mensaje. Málaga volvió a su apartamento. Se vistió y se colocó la peluca y las lentillas. Su pelo ahora desordenado y rubio se movía con el viento dándole un aspecto natural. Ese color de pelo y de ojos le daba un aspecto aún más aniñado. Entonces fue asaltado por un grupo de maleantes a los que despachó fácilmente. Todo saldría bien. Encontrarían algo. Al fin y al cabo, la élite estaba completamente movilizada buscando pistas sobre el paradero del jefe. Aunque no podía dejar de sentir esa sensación de incomodidad y de disconformidad. Algo no le gustaba ni un pelo.

Es posible que el traidor también esté movilizado y dando información sobre “nuestra” investigación.-pensó Málaga mientras una sonrisa adornaba su rostro. Eso sólo hacía las cosas más interesantes y entretenidas
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Mensaje  Cherry Lun Ene 21, 2013 4:26 pm

Dado que la reunión ya había finalizado Cherry había regresado rápidamente a su apartamento en el centro de Beika. Se encontraba recostada sobre su cómodo sofá acariciando a su gato negro, Milka. Había optado por no hacer ningún movimiento peligroso y limitarse a esperar instrucciones de algún superior. Ciertamente, la noticia sobre desaparición del jefe la había sorprendido bastante. ¿Acaso existía alguien que pudiese enfrentarse a aquella organización criminal dada al secretismo? Y aún más ¿existía alguien capaz de secuestrar al líder de dicha organización? También cabía la posibilidad, claro, de que no lo hubiesen raptado sino que se hubiese ido por su propia voluntad... En la reunión habían comentado muchas posibilidades y Cherry no creía que ella sola pudiera sacar ninguna conclusión más así que siguió esperando.
El sonido de su móvil la sacó de su ensimismamiento y que se levantó de repente sobresaltada provocando que su gato cayese inesperadamente de cuatro patas al suelo. Cogió el celular, tenía un mensaje de Amarula. Le sorprendió ya que prácticamente no había hablado con ese miembro y solía hablar únicamente con Baileys Brandy, quién le notificaba sus misiones. El mensaje era breve pero claro. Al parecer, Amarula había visto cómo el vehículo de Málaga estallaba y cómo el cadáver de este se consumía en llamas en su interior. Cherry se quedó pensativa una vez más. Conque Málaga muerto, ¿eh? Tampoco había establecido demasiada relación con él y de hecho le conocía únicamente por haberlo visto en algunas reuniones anteriores sin importancia. Aunque de lo poco que lo había conocido le pareció un tipo simpático, probablemente el único en aquel lugar repleto de asesinos sin corazón. Cherry tenía muchas preguntas por hacer y como no sabía como reaccionar ante aquello y dado a su inexperiencia sólo se le ocurrió volver a la Sede a ver en qué podía ayudar. Se dirigió a la entrada del piso y se armó con todo lo necesario. Su arma blanca preferida (odiaba las armas de fuego, aunque cuando era necesario las usaba también), su móvil y como no su gato negro que nunca le molestaba en las misiones. Tras abrocharse la chaqueta, cerró la casa y se dispuso a dirigirse, una vez más, hacía la sede.
El viaje fue breve y aburrido y llego a su destino en media hora sin ningún problema. El oscuro edificio estaba desierto, todos sus habitantes debían haber salido a alguna misión. Cherry se movió sigilosamente por las habitaciones en las que ella tenía permiso para ver si encontraba a algún superior que pudiese explicarle sus próximos movimientos. Sino, siempre podía optar por actuar por su cuenta pero de momento prefirió no arriesgarse. Continuó moviéndose por el edificio a la espera de que pasase algo, de todas formas ella no tenía muchas ganas de entrar en acción ya que la desaparición del líder no parecía tener nada que ver con el motivo por el cual había entrado en aquella organización. Y sí, alguien le reprochaba que estuviese merodeando por la Sede mientras todo el mundo se encontraba en plena misión siempre podría culpar a la falta de ordenes por parte de sus superiores.
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Mensaje  Pink Lady Dom Ene 27, 2013 11:22 pm

Después de llamar varias veces a Amarula, Pink Lady no obtuvo respuesta.Ella salió de la habitación y se dispuso a caminar sin rumbo.No sabía qué hacer.Salió del edificio.En ese momento vio su queridísimo coche, un escarabajo negro.Entró en él y se fue a la sede de la Organización.Además cotilleó qué había en el móvil, encontrándose así el número de esos tipos.
Llegó a la sede.Estaba bastante silencioso comparado con otros días.Iba a coger el ascensor cuando de repente:
-Señorita Pink, han ocurrido cosas muy malas... - dijo la secretaria.
-¿Qué ha pasado?
-El jefe ha desaparecido y el señor Málaga ha muerto en una explosión en su coche...
-¿Dónde están los otros miembros?
-Cada uno se fue por su camino después de la reunión que tuvieron en la que la señora Brandy se convirtió en la jefa de esta misión.
-Me imaginaba que sería la sustituta del jefe - dijo confiada Pink Lady.-¿Ha visto a Amarula?
-No, lo siento...
Pink se fue a la salida a llamar a esos tipos que tienen a G.Se alejó un poco para que nadie pudiese escucharla y, dudosa, marcó el número.
-Señorita, que placer ver que al final será nuestra espía.
-El Jefe ha desaparecido y un miembro ha muerto.
-¿Quién, mi lady?
-Menos confianzas.
-Recuerde que tenemos a su novio, no se ponga ''chula''.
-Usaba el nombre de Málaga, no sabía mucho de él.
-Muy bien señorita, de momento nos es de mucha ayuda jeje.- contestó riéndose ese tipo.
Pink colgó el teléfono.
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Mensaje  Baileys Brandy Lun Ene 28, 2013 12:25 am

Todo se había salido de sus cálculos, no solía ser normal, pero había ocurrido, nada estaba ocurriendo como ella lo había planeado, miraba el reloj nerviosa, no tan solo todo le estaba yendo mal. Sabía de la audacia de Gin, pero era imposible, no podía haberse enterado ya ¿en que había fallado? ¿Acaso aquel era el famoso sexto sentido de Gin? No, no podía ser, tenía que recuperar rápidamente el control, solo ella podía llevar las riendas sin que el pulso le temblara. El mensaje que recibió de Málaga fue un alivio para ella, como pensaba con él todo había ido como previsto, él estaba yendo por donde ella quería y eso era lo importante, todo volvía a encarrilarse.

Ya se encontraba en su destino, eran unas naves abandonadas cerca del puerto de la ciudad, dejó su coche en medio de la carretera y se bajó tranquilamente. No hizo falta mucho para darse cuenta que estaba siendo apuntada por todos lados por francos, cualquiera hubiera vuelto a entrar en el su todoterreno, pero ella no. Se limitó a voltear el coche para tomar el bolso que se encontraba en el otro asiento. Una bala pasó justo al lado de su rostro cuando alargó su mano hasta la tabaquera. No logró alcanzarla, pero fue suficiente para despeinarla y hacer una rascada en un coche blindado. Era normal, aquellos no eran estúpidos principiantes, no se estaban con juegos. La brisa era ligera y ondeaba su larga melena dejando que el albino de su cabellera brillara en la negra noche, el viento arrastraba olor a muerte, y ella sabía que aún esa noche ese olor se haría más intenso. Más sangre tenía que correr, y la suya no sería. Tomó entre sus dedos un cigarrillo que llevó a su boca, y el cuál procedió a encender mientras veía el reflejo de las armas en los vidrios tintados de su BMW.

Observaba las agujas de su reloj mientras que poco a poco su cigarrillo se consumía. Miró por última vez la hora –Ya se están tardando, es raro ¿acaso me equivoqué?- dijo lo último con indiferencia, fuera lo que fuera lo que había escapado de sus cálculos parecía no ser de su importancia, su seguridad había vuelto. Exhaló por última vez aquel dañino humo mientras tiraba el cigarrillo al suelo y lo apagaba con el pie. Decidida empezó a caminar en línea recta hacia la nave que se encontraba justo frente suyo. Pero antes de que pudiera acercarse una bala se atravesó en su camino al mismo tiempo que su móvil sonaba. Era su teléfono blanco, era raro que sonara aquel teléfono, era su número privado, nadie tenía acceso a él pero no pareció extrañarle a ella que con una sonrisa procedió a atender, su rostro marcaba que había estado esperando por esa llamada –Aquí Alice- ¿era aquel su nombre real? ¿era posible que ella estuviera usando con alguien ese nombre? ¿Conocía ella alguien fuera de la organización? –Exacto, todo va como previsto- una mueca se dibujó en su rostro –Si, Gin lo sabe ¿lo silenciamos?- soltó una carcajada, era perturbador intentar imaginar que pasaba por su descompensado celebro, ella realmente a veces parecía loca –Como mande, sus deseos son órdenes, My Lord- dijo lo último como una risa traviesa que sonó como una burla a su interlocutor.

Continuó caminando ahora mucho más serena, fuera quién fuera su interlocutor le había devuelto su buen humor. Ahora nadie disparaba, lo que era más preocupante, porque eso quería decir que ya la habían identificado, ya sabían quién se dirigía hacia aquella abandonada nave y la prueba no se limitaba solo en el alto al fuego, sino que ahora las puertas se abrían para dejarle paso – Esperaré a mi jefe de Estrategia dentro, y Eva- sus palabras no fueron más que un susurro que el viento se llevó mientras entraba en aquella sede, si es que así se le podía llamar.

El ruido de los zapatos de alguien que se le acercaba por detrás camufló el sonido de sus tacones mientras un sentía como un cañón se reposaba sobre su espalda. Cerró sus ojos sin mover su cuerpo ni un centímetro más y dejó sus manos reposadas sobre sus caderas, se encontraba calma y serena, el tener una pistola apuntándole no la ponía nerviosa -No sabía que era tan fácil para vuestros enemigos entrar- con enemigos se refería a toda la organización, sí, aquella nave era la sede de una organización enemiga muy conocida. Tan solo que fueran tan conocidos hacía que Brandy perdiera todo su respeto por ellos, es más fácil acertar a una diana si tienes una luz que te alumbre que si debes buscar donde tirar en medio de la oscuridad, y aquella organización parecía tener la iluminación de un campo entero iluminándolos, pero sin embargo aún nadie los había destruido. ¿Por qué? ¿Qué les hacía tan poderosos? Eso no importaba, debían demostrar el poder de la organización, y para eso esas ratas estúpidas debían morir. ¿Pero que podría hacer ella que ahora se encontraba en aquella desventajosa situación? Era increíble que incluso en aquella situación hubiera una sonrisa dibujada en su rostro, estaba loca. Pero más curioso es que aquel que sostenía la pistola aún no se hubiera dignado a hablar.
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