Detective Conan: La Organización Negra, todo sobre ellos.
historia de gin Sherry15

Unirse al foro, es rápido y fácil

Detective Conan: La Organización Negra, todo sobre ellos.
historia de gin Sherry15
Detective Conan: La Organización Negra, todo sobre ellos.
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Últimos temas
» Comentamos capítulos de Detective Conan
historia de gin I_icon_minitimeDom Abr 14, 2024 10:21 pm por Rosas

» Vermouth del jefe es...
historia de gin I_icon_minitimeLun Abr 01, 2024 4:56 am por Piscola

» Los temas (themes) de La Organización
historia de gin I_icon_minitimeDom Mar 31, 2024 11:01 pm por Gin

» Dudas generales de Detective Conan
historia de gin I_icon_minitimeDom Mar 31, 2024 6:01 pm por Piscola

» Teoria sobre Rum
historia de gin I_icon_minitimeSáb Feb 17, 2024 11:52 pm por Gin

» Juego: adivina el personaje de Detective Conan
historia de gin I_icon_minitimeLun Feb 05, 2024 1:20 am por Piscola

» La Familia Kinoshita
historia de gin I_icon_minitimeDom Ene 28, 2024 10:54 pm por Piscola

» Dibujos y coloreos - Burgundy
historia de gin I_icon_minitimeDom Ene 28, 2024 4:22 am por Burgundy

» Adivina el capítulo.
historia de gin I_icon_minitimeMar Ene 23, 2024 6:18 pm por Rosas


historia de gin

2 participantes

Ir abajo

historia de gin Empty historia de gin

Mensaje  Suze Miér Mayo 26, 2010 6:26 pm

ya ire subiendola, de momento van 4 capitulos



Capítulo 1: una realidad dura

-¡Maldito niño, tráeme de una vez el maldito tabaco! -Dijo un hombre mientras le propinaba un fuerte golpe-.

El niño tenía unos 12 años de edad, tenía el pelo largo hasta la mitad de la espalda más o menos, rubio, ojos verdes y piel clara. El niño obedeció a aquel hombre, que no era otro que su padre, y le llevó el tabaco. El hombre lo cogió con dureza y empezó a fumar.

-Odio el tabaco... y lo odio a él... jamás fumaré... -pensó para sí mismo el niño-.

-¿Qué estás mirando maldito bastardo? No me gusta que me miren fijamente y menos de esa manera, así que para si no quieres que mi mano empiece a actuar -dijo el hombre con un elevado tono de voz-.

El chico fue a su habitación y no hacía más que llorar y rabiar ante la impotencia que le causaba no poder hacer nada. Su madre había muerto al poco de él nacer y no conocía a ningún otro familiar, había malvivido desde siempre con su padre, el cual le trataba como un trapo sucio, y tampoco tenía amigos.

-Lo odio... -decía el niño entre sollozos-.

-¡Niño! ¡Niño!

-Al menos podrías llamarme por mi nombre, padre.

-¿Nombre? Como si me interesara recordar el nombre de un bicho como tú. Ve a la librería que hay unas calles más arriba y cómprame unas revistas, y rápido si no quieres que te meta una paliza cuando llegues.

Su padre lo enviaba constantemente a comprar revistas eróticas. Sin embargo, el niño aprovechaba para leer novelas policíacas y diversos libros de medicina forense, así como libros de acción, con tiroteos, libros de espías, de armas, etcétera. A lo largo de todos estos años lo había estado haciendo, pues era un tema que le apasionaba, de hecho había llegado a convertirse en casi todo un experto en la materia. Soñaba con ser policía y liberar al mundo de gente como su padre. Volvió a casa por fin, pero se había retrasado más de lo debido leyendo, por lo que su padre empezó a darle una cantidad ingente de golpes.

-¡Te dije que no tardaras asquerosa rata!

El niño acabó totalmente exhausto en el suelo. Ya no aguantaba más, y fue a la policía a denunciar la situación. No sabía qué iba a esperarle a partir de aquello, dónde viviría y con quién, pero estaba dispuesto a descubrirlo con tal de que su padre pagara todo el daño que ha hecho.

-¡Agente! ¡Rápido, debe venir a mi casa, mi padre ha estado pegándome durante mucho tiempo y necesito que me ayude!

El agente miró al niño con cierta reticencia. Era un niño con un aspecto realmente lamentable, como un vagabundo, y su aspecto no estaba para nada cuidado. Quizá tenía razón o quizá era una broma de mal gusto de los críos . Además, a simple vista, no presentaba ningún signo de hacer recibido una paliza, y eso era porque su padre no dejaba huellas. Se enrollaba una camiseta a la mano y pegaba por la zona de las costillas y tampoco con toda su fuerza, eso impide dejar marca alguna, como un moratón por ejemplo.

-Niño, no juegues con la policía, ¿de acuerdo? Seguro que tus amigos están más allá riéndose de lo ingenuo que podemos resultar a veces pero salta a la vista que no te han metido ninguna paliza.

-¡Tiene que creerme, por favor, sígame, sólo será un momento, mi casa no está muy lejos!

El policía finalmente accedió. Si era una broma pensaba darle a aquel niño su merecido.

-Mire, ahí está mi padre, es un fumador grotesco y... -el niño se quedó mudo-.

La casa estaba perfectamente arreglada y su padre vestido prácticamente de gala. No sabía cómo había arreglado aquello en tan poco tiempo, pero evidentemente no era real. Empezó a escudriñar cada palmo de la casa en busca de evidencias que delataran su anterior estado, pero era inútil. ¿Qué había sido de la pared desconchada, el suelo sucio o el techo agrietado? Todo era inverosímil.

-Este niño ha dicho que usted lo había maltratado y venía aquí a comprobarlo, pero veo que todo se trataba de una broma, disculpe las molestias. Eso sí, el niño merece un castigo por tomarse a la ligera a la policía, espero que lo comprenda.

El padre del niño sonrió internamente al vislumbrar una posibilidad inmejorable de librarse de su hijo.

-Lo comprendo agente, pero por favor, no sea muy duro con él, es un niño todavía.

-Tranquilo señor.

El policía se disponía a ir a por el niño, pero éste salió huyendo lo más deprisa que pudo. El policía salió detrás. La persecución duró unos minutos, hasta que el niño dejó de lado al policía cruzando en una esquina, con tan mala, o buena suerte, que se torció un pie y cayó por una ladera que llevaba hasta el río. El policía siguió corriendo recto, y por fin desapareció. El niño salió del agua y se sentó en la ladera.

-¿Así es como actúa la policía en un caso de maltrato infantil? ¿Así es como hacen pagar a los delincuentes? ¿Se rinden así de sencillo? ¿Es esta la eficacia de lo que yo he querido pertenecer todo este tiempo? -Pensó, asqueado, el niño-.

Finalmente se tumbó en la ladera, pues le dolía el pie un poco y prefería descansar allí, puesto que le parecía tan buen sitio como cualquier otro, ya que a casa no podía volver ni en broma.

Capítulo 2: ¡Entrada a la Organización Negra! El nacimiento de Gin


-¡Eh, chaval! -Dijo un hombre para despertar al niño.

-¿Eh? -Dijo el niño extrañado, abriendo lentamente los ojos.

Se frotó y por fin pudo ver con claridad a aquel hombre. Era bastante corpulento y llevaba bigote. Su traje era completamente negro, una gabardina, y tenía puesto un sombrero también negro.

-¿Te gustaría venir conmigo? -Dijo con tono grave el hombre.

-¿Adónde? -Contestó el niño.

-¿Es que acaso tienes otro propósito en la vida? Lo dudo, viéndote aquí tirado como un harapo. Ven conmigo y le daré sentido a tu existencia, sólo puedo decirte eso.

El niño se quedó anonadado. No sabía si ir con él o no, pero lo cierto es que ese hombre había dado en el clavo. Sus sueños se habían roto, no tenía familia salvo al tirano de su padre y no sabía qué iba a hacer a partir de ese momento.

-Está bien, iré contigo.

-Bien, en ese caso...

El hombre le dio un fuerte puñetazo en el estómago al niño, que le dejó totalmente inconsciente. Cuando despertó ya estaba en su guarida.

-”Esa Persona” decidirá sobre tu futuro -dijo el hombre corpulento.

El niño miró adelante pero no vio a nadie, sólo una gran oscuridad. De ella salió una voz distorsionada por algún tipo de aparato.

-Hola, chico. ¿Cómo te llamas? Necesito ese dato para la base de datos de la Organización... sí, Organización Negra puedes llamarnos.

El chico se quedó pensativo, pero finalmente contestó.

-No tengo nombre.

-¿No tienes nombre? Vaya, admiro tu aire desafiante pero es en serio.

El hombre corpulento de antes apuntó con una pistola a la cabeza del niño.

-Te lo digo en serio, no tengo nombre. No estoy en una posición en la que me convenga mentir y por supuesto no voy a ser tan imbécil como para hacerlo.

-Déjale, Tequila -dijo la voz que salía de la oscuridad.

¿Tequila? ¿Qué significaba ese nombre? Muchas dudas asaltaban al chico ahora mismo.

-Si no tienes nombre puede que sea hasta mejor. Se te asignará uno ahora mismo. A partir de ahora serás conocido como Gin.

-¿Gin? -Dijo extrañado el niño.

-Tequila te explicará todo lo que necesitas saber sobre nosotros, por ahora. Ahora marchaos.

Tequila y el niño, perdón, Tequila y Gin salieron de la habitación y fueron a otra donde había dianas y pistolas para entrenar el tiro, similares a las que hay en las comisarías de policía.

-Vaya, así que tenéis armamento y una habitación de prácticas... -dijo Gin mientras contemplaba aquello-. ¿No me digas que sois alguna brigada especial de la policía?

-No exactamente, muchacho. Te lo explicaré. Como ha dicho “Esa Persona”, puedes conocernos como Organización Negra. No tenemos nombres, y somos como sombras en este mundo. Tequila, Gin... sólo son nombres en clave que impiden que se revele nuestra verdadera identidad.

-¿Entonces sois... una mafia? -Dijo el niño entre sorprendido y asustado.

-Somos más que eso. Pero bueno, no adelantemos acontecimientos. Sígueme.

Tequila llevó a Gin a una sala enorme, igualito que un gimnasio.

-Vaya, tenéis de todo -dijo Gin.

-Sí. Aquí entrenarás tu cuerpo. En la sala contigua hay una biblioteca, allí entrenarás tu mente. No queremos a un analfabeto entre nuestras filas, porque no tienes pinta de haber ido mucho al colegio.

-Digamos que mi padre no se preocupaba mucho de eso, pero tampoco soy un analfabeto.

-En cualquier caso empezarás a partir de mañana a hacer los ejercicios. También te enseñaré otra cosa. Ahora vete a dormir, ha sido un día bastante largo para un crío como tú.

Gin se fue a descansar a su habitación. Aquel sitio era extraño, y desde dentro no podía percibir de qué tipo de edificio se trataba. Sólo lo averiguaría yendo fuera, pero por ahora eso no le interesaba. Sólo pensaba en comenzar su entrenamiento al día siguiente.

-¡Levanta muchacho!

Gin despertó de un salto.

-Pero si sólo son las 6 de la mañana Tequila... -dijo desperezándose.

-¿Acaso nos hemos topado con un vago? Levanta y comienza, pero antes te enseñaré algo, ayer te lo mencioné.

Tequila abrió un maletín con diversos tipos de armas, Gin quedó alucinado al verlas.

-¡Vaya! ¿Podré usar una?

-Por supuesto, elige la que más te guste, yo diré si es apta para ti o no.

-¿Es esto una Pietro Beretta 92S-1? -Dijo Gin fijándose en el arma.

-Pues sí... no sabía que conocieras hasta ese punto las armas.

-Este arma iba a ser usada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, si mi memoria no me falla... para ser finalmente desechada por no cumplir los requisitos que pedía el ejército estadounidense, que no sabían apreciar la calidad, claramente. Me la quedo, sin duda alguna, es un arma bastante práctica.

Tequila quedó impresionado sobre los conocimientos de ese niño sobre armas. Simplemente pudo asentir y darle el arma que había pedido.

-Bueno, saldado este pequeño trámite, ¿recuerdas la sala de prácticas de tiro? Ve allí de vez en cuando también.

-De acuerdo.

Gin estudiaba y entrenaba bajo la supervisión de Tequila, que no dejaba de observarle a través de las cámaras. En ese preciso instante Gin estaba practicando el tiro.

-Impresionante... todos sus tiros van a la cabeza y al corazón del muñeco, tiene una puntería asombrosa... -pensaba Tequila mientras miraba al chico.


Capítulo 3: los amigos cerca y los enemigos aún más

Han pasado ya unos años desde que Gin comenzó su solitario entrenamiento. Se ha convertido en un adolescente fuerte y alto de 17 años. Ahora mismo es mucho más avispado e inteligente que antes. Sin embargo había algo que le resultaba extraño. ¿Por qué no había conocido hasta ahora a ningún miembro de la Organización, sin contar a Tequila y a “Esa Persona”? Mientras tanto, “Esa Persona” y Tequila mantenían una conversación.

-Ese muchacho es un fuera de serie, tiene una puntería excepcional, una mente aguda y un físico muy bien construido a lo largo de estos años -dijo Tequila.

-Sí, yo también he estado siguiendo sus progresos... aún es joven para enviarle a hacer misiones fuera, pero quiero que le enseñes a usar todo tipo de armas, no sólo la que eligió. Tiene talento bastante para convertirse en mi mejor hombre -dijo “Esa Persona”.

-Como usted ordene.

Gin fue por fin a hablar con Tequila sobre el asunto que le inquietaba.

-Tequila, quiero que me contestes algo. ¿Por qué todavía no he conocido a ningún miembro de la Organización aparte de ti y de “Esa Persona”? -Dijo con cierto aire de desconfianza.

-Ya conocerás a alguien, ahora mismo están demasiado ocupados todos siendo enviados a distintas misiones para la Organización, como comprenderás, no iban a estar con un crío.

En ese momento pasó por la sala una hermosa mujer, pelo largo rubio platino y un cuerpo que podría hacer arder hasta al más frío. Gin clavó la mirada en la mujer. Ella se detuvo y le miró fijamente sacando una leve sonrisa. Gin se ruborizó y bajó la mirada rápidamente mientras ella proseguía con su camino.

-¿Quién era esa mujer, Tequila?

-La llaman Vermouth. Sé que es una mujer que quita el hipo pero ten mucho cuidado con ella, es puro veneno.



-No me importaría que me envenenara -dijo Gin en tono burlón.

-Hablo en serio, ten mucho cuidado, no es una mujer como las demás...

-Está bien, está bien -se rindió finalmente Gin.

-Bueno, ahora te presentaré al departamento científico, desarrollan venenos y drogas para el uso de la Organización, muy útiles para no dejar rastros -dijo Tequila mientras le hacía un gesto a Gin para que fuera.

Un hombre estaba en esos instantes inmerso en algún proyecto con mucho ahínco, no paraba de coger, soltar y manipular cosas de una enorme mesa.

-Gin, te presento a Atsushi Miyano -dijo Tequila.

-¿Es que acaso no tiene nombre en clave? -Dijo Gin extrañado.

-Podría decirse que no le hace falta, él tiene una vida fuera de este sitio y debe guardar las apariencias.

-¿Le dejáis salir? ¿Y como estáis tan seguros de que no va a traicionaros?

-Porque todo el que intenta traicionar a la Organización muere, y él lo sabe. Aparte, en el hipotético caso de que escapara, tenemos a su familia aquí para atarle. Bueno, él es el creador de una droga bastante potente llamada APTX4869, no está terminada aún pero dice que no deja rastro alguno en la autopsia.

-Originalmente iba a ser para resucitar a los muertos... -dijo Atsushi resignado.

-¿Resucitar a los muertos? -Dijo Gin casi soltando una carcajada.

-Déjalo, está bastante chiflado, como todos los genios -dijo Tequila.

En ese momento una niña pequeña de unos 7 años apareció corriendo y abrazó a Atsushi.

-¡Shiho! ¡Cuántas veces te he dicho que no me molestes mientras estoy trabajando!

-Pero papá... -dijo la niña casi llorando.

-¿Quién es esa mocosa? -Dijo Gin.

-Es la hija de ese tipo, Shiho Miyano. La enviaremos dentro de poco a Estados Unidos para que aprenda el oficio de su padre y sirva a la Organización -dijo Tequila-. Bueno, ahora vete a descansar, ya te iré enseñando más cosas en otro momento.

Gin fue a su habitación y se dio una ducha. Cuando salió, para su sorpresa, estaba esperándole Vermouth.

-Qué haces aquí -dijo Gin seriamente mientras sacaba de detrás de la toalla, enrollada a su cintura, su pistola.

-Sólo te observo. Siempre me intereso por los nuevos, y más si son tan guapos y fuertes como tú -dijo la chica sin cortarse un pelo-. Tranquilo, no tienes por qué sacar esa pistola, puedes considerarme tu amiga.

-¿Amiga? ¿Me crees tan necio como para confiar hasta ese punto en nadie? -Dijo Gin.

-Vaya, un chico con fuertes valores eh... está bien, considérame tu enemiga entonces. Pero sabes lo que dicen, ¿verdad? -Dijo la chica mientras se levantaba y se desabrochaba su traje de cuero.

-Q... qué dicen... -dijo Gin mientras intentaba mantener la pistola erguida para que no se acercase más esa mujer, tal y como le dijo Tequila, podría ser peligrosa.

La chica se acercó finalmente, cogió la pistola y la lanzó unos metros más allá.

-Lo que dicen es... mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más.

La chica le quitó la toalla a Gin y se desnudó completamente. Ambos habían quedado totalmente desnudos, frente a frente, pegados prácticamente. Se acostaron y mantuvieron una noche de pasión exacerbada. Finalmente despertaron.

-Oye Vermouth... ¿por qué me dijo Tequila que eras peligr... -Gin no pudo acabar la frase, pues los dedos de Vermouth se posaron en su boca.

-Shhh, a secret makes a woman woman -dijo la chica suavemente.

Tras esto, se levantó y se fue, dejando a Gin totalmente patidifuso.

-¿Qué demonios...?

Capítulo 4: los entresijos de la Organización Negra

Gin se levantó y vio que Tequila estaba fuera de la habitación, esperándole.

-Chico, no sé qué le has dado a Vermouth, pero corren rumores de que te acostaste ayer con ella.

-Bueno, es cierto, ¿pero a qué te refieres exactamente con qué le he dado?

-Nadie había conseguido estar jamás con semejante hembra, no aquí en la Organización al menos. Ni siquiera “Esa Persona” lo ha conseguido, y mira que es su preferida y va detrás de ella desde hace bastante.

-Pues... no sé qué decir.

-Da igual, prosigamos con tu instrucción. Te explicaré cómo va la jerarquía de la Organización, cuando lo haga seguirás preparándote un tiempo y un día de estos te llamaré para tu primera misión lejos de aquí. Verás, normalmente nos movemos de dos en dos, para...

-Para si uno tiene problemas el otro ir en su ayuda o matarlo en el peor de los casos para que no se vaya de la lengua -interrumpió Gin-. Por favor, es algo básico.

-Sí, bueno... era lógico que lo deducirías. Los dúos se intentan hacer equilibrados para una mejor compenetración. Siempre hay uno de rango superior en el dúo, que es el que habitualmente le da órdenes al otro. Luego, en el corazón de la propia Organización hay distintas ramas. Ya te he presentado al departamento científico, luego te presentaré a los demás. Podrás aprender mucho.

-Bueno, vayamos a conocer a los otros departamentos entonces -dijo Gin.

-Está bien, sígueme.

Llegaron a una enorme sala con placas en casi todas las zonas. Una sala de realidad virtual donde los francotiradores se dedicaban a practicar su arte.

-¿Es esto lo que querías enseñarme, cómo usar un rifle de francotirador? -Dijo Gin.

-¿Es que acaso no quieres? -Dijo Tequila pensativo.

-Tranquilo... será un placer -replicó Gin sonriendo levemente.

Gin miró a un lado y vio a un hombre y a una mujer. El hombre tenía aproximadamente 25 años y la mujer era de una edad similar a Gin. Un poco más allá había otro tipo también, aproximadamente de unos 21 años. En ese momento no había nadie más practicando en la sala.

-Bueno, es hora de que te presente a los que están aquí en la sala, ellos llevan especializándose en esto desde hace tiempo, podrás aprender de ellos -dijo Tequila-. Esos dos que están ahí son Chianti y Korn, serán compañeros cuando Chianti esté lista para hacer misiones exteriores, Korn suele ir con el otro que está más allá, Calvados, aunque también va cuando Vermouth le requiere.

-¿Calvados es el compañero de Vermouth? -Pregunto Gin.

-En realidad lo de Vermouth es un caso especial... ¿recuerdas todo lo que te he explicado antes sobre la jerarquía de la Organización? Pues olvídalo con ella, hace lo que le da la gana.

-Tch, por qué no me sorprende.

-Bueno bueno, ¿vais a estar todo el día de cháchara o vas a poner a ese novato a practicar el tiro de una vez? -Interrumpió en tono jocoso Chianti.

Gin lanzó una mirada a Chianti que la dejó poco menos que paralizada. Ese hombre desprendía un aura extraña. Gin estuvo todo el día practicando el tiro con Chianti y Korn, mientras que Calvados seguía por su cuenta. Mejoró lo suficiente como para defenderse en ese ámbito, y realmente tenía un don natural, puesto que Chianti y Korn a pesar de llevar tanto tiempo practicando no conseguían superar en distancia a Gin.

-¿Quién es ahora el novato? -Dijo Gin burlándose-. Es hora de marcharme, volveré en algún momento para seguir practicando.

Tequila, como siempre, esperaba fuera de la sala a Gin.

-Mañana te enseñaré los demás departamentos, ven aquí nada más levantarte.

Al día siguiente efectivamente Tequila se dispuso a enseñarle a Gin lo que le quedaba por ver de la Organización Negra. Entraron a una especie de comedor.

-Aquí están los miembros de la Organización de bajo rango, los usamos para tener contactos en establecimientos, por ejemplo -explicó Tequila.

Gin miró a los allí presentes. Vio a una mujer de pelo negro, totalmente callada ante el bullicio general, con una niña pequeña al lado de unos 13 años. La mujer por fin abrió la boca para decirle algo a la niña, que intentaba levantarla para jugar con ella.

-Calla Akemi, aún es demasiado pronto.

-Jo mamá, ¿si no quieres ir a jugar puedo ir con Shiho?

-¿Shiho? -Pensó Gin-. Oye Tequila, esa niña y esa mujer... son la hija mayor y la mujer de aquel científico loco, respectivamente, ¿verdad?

-Sí, en efecto. Aquí ya está todo visto, vámonos.

Ahora se dirigieron al departamento de armas. Aunque Tequila sólo le había enseñado a Gin en sus inicios algunas, en realidad tenían toda una habitación para ello. Finalmente llegaron a una sala donde acontecían reuniones, quizá por el estilo, una larga mesa rectangular con diversas copas de licor.

-Esta es la sala de reuniones. Aquí “Esa Persona” suele dar vía monitor instrucciones para las diversas misiones que tenga que hacer cada miembro de la Organización.

-Aún hay algo que me tiene en ascuas -dijo Gin-. Me has enseñado los entresijos de la Organización Negra, sin embargo todavía no me has dicho lo más esencial. Dime... ¿cuál es el auténtico objetivo de la Organización Negra?

Tequila no dijo ni una palabra, más bien desvió la conversación a lo próximo que tenía planeado.

-Verás, Gin, aún no has acabado tu entrenamiento. Sigues siendo demasiado blando y demasiado... frágil.

Gin sacó su pistola y apuntó directamente a la cabeza de Tequila.

-¿Te parece esto propio de alguien blando?

-A esto precisamente me refería con frágil. Eres muy susceptible, y puedes alcanzar la perfección, tienes cualidades para ello. Por eso durante los próximos tres años te dedicarás a algo en concreto. Aniquilarás a todo el que la Organización capture y su vida sea perjudicial para nuestros intereses. Serás el exterminador personal de la Organización Negra.

Gin guardó la pistola algo confundido, pero casi acto seguido reaccionó.

-No hay problema.

Así pues, Gin se pasó durante estos tres años matando gente que la Organización le traía. Jonathan Redford, Paola Ramírez, Matsumoto Otaki... gente de todas las nacionalidades cayeron bajo la pistola de Gin, implacable. Mientras tanto, cuando iba a expirar el tercer año desde que a Gin se le encomendó esa misión, Shiho Miyano ya tenía 10 años y estaba a punto de ser enviada a Estados Unidos para que estudiara el oficio de científica.

-¡Mamá, no quiero ir por favor! ¡Hermana! ¡Padre! -Decía la niña entre lágrimas.

Su familia lloraba amargamente mientras un miembro de la Organización se la llevaba a la otra punta del mundo.

-¡Hermana, te prometo que algún día nos iremos de aquí, te lo prometo! -Dijo Akemi mientras intentaba alcanzarla y era paralizada por su madre.

Gin ya había alcanzado la edad de 20 años, y era potencialmente distinto. Ahora era más frío, más calculador. Era una persona que había ahogados sus sentimientos para siempre. La indiferencia era la palabra que reinaba en su personalidad.

-Bien, Gin -dijo Tequila-. Parece que ya estás listo para venir a una misión conmigo. Dime, ¿te ha traumatizado mucho conocer los nombres de esa gente que tan cruelmente has matado? ¿Qué has sentido al ver sus caras agonizando y pidiendo clemencia?

-No lo recuerdo -contestó Gin con toda serenidad.

-¿No lo recuerdas?

-Olvido la cara y los nombres de la gente a la que mato -dijo Gin mientras se encendía un cigarro.

(¿os gustaa? Martini)
Suze
Suze
Recién llegado a la organización
Recién llegado a la organización

Femenino Mensajes : 16
Reputación : 0
Fecha de inscripción : 23/05/2010
Edad : 28
Localización : in the shadow

Volver arriba Ir abajo

historia de gin Empty Re: historia de gin

Mensaje  Jerez Miér Mayo 26, 2010 6:44 pm

Esta genial el fic, a mi me gusto mucho cuando la lei
espero que puedas subir mas capis
Esta genial ^^

Jerez
Fiel a la organización
Fiel a la organización

Femenino Mensajes : 560
Reputación : 1
Fecha de inscripción : 05/12/2009
Edad : 36

Volver arriba Ir abajo

historia de gin Empty Re: historia de gin

Mensaje  Suze Miér Mayo 26, 2010 11:12 pm

que conste que no es mio, yo no escrivo tan bien xD ya continuare, me cansa tanto leer y adaptar *o*




Capítulo 5: misión en los bajos fondos: destruyendo competencia

Tequila quedó sorprendido con la respuesta de Gin. No era el mismo de hace tres años, eso por descontado, parecía que había elevado sus habilidades al máximo nivel. Sin duda “Esa Persona” tenía razón al pensar que podía convertirse en su mejor hombre.

-Bueno, Gin -habló por fin Tequila- es el momento de partir, pero antes te daré los datos de la misión. Tenemos que desmantelar a una mediana organización apostada en los bajos fondos de Tokio. Evidentemente no es un trabajo fácil, Calvados y Korn nos acompañarán por si necesitamos cobertura. Al parecer, el jefe de la banda no es otro que un antiguo miembro de la Organización Negra que consiguió escapar y...

-Y ahora tenemos que arreglar la incompetencia de los antiguos vigilantes -dijo Gin seriamente.

-Sí, así es realmente. La cuestión es que si conseguimos matar a ese tipo la banda quedará sin dueño y podremos usarla y controlarla en esos sectores.

-¿Absorberla, eh?

-Sí, dicho de otro modo. Ya sabes lo que hay que hacer, y vosotros también, ¿entendido?

-Sí -dijeron al unísono Korn y Calvados.

Todos fueron al garaje de la Organización. Gin, pelo largo, rubio, mirada fría y desafiante y ojos verdes, pertrechado con gabardina larga y negra, sombrero negro y guantes negros. Tequila, igual que Gin pero sin los guantes, Korn, gorra normal y con un pequeño chaleco y Calvados, americana negra, camiseta negra y guantes negros. Todos se habían puesto previamente chalecos antibalas, por si las moscas.

-Gin y yo iremos en un coche, vosotros dos en otro -dijo Tequila-. Iremos en este Mercedes...

-No -interrumpió Gin-. Iremos en ese Porsche 356A negro, me gusta su estilo.

-Está bien, dejaremos entonces el Mercedes a Korn y a Calvados. Vamos, no hay tiempo que perder.

Gin y Tequila iban en el Porsche mientras que Korn y Calvados iban en el Mercedes. Tequila miraba de reojo a Gin mientras conducía y se preguntaba si estaría nervioso en su primera misión lejos de la protección de la sede de la Organización.

-Gin, ¿tienes miedo? Al fin y al cabo es la primera vez que tendrás que enfrentarte a un peligro real.

-Hm... -zanjó Gin mientras fumaba y sonreía levemente, pero apagando el cigarro acto seguido.

-¿Por qué has apagado el cigarro? -Preguntó Tequila.

-En la guerra un error alerta al enemigo. Dos le dice dónde estás. Y tres le proporciona el blanco perfecto para abatirte. No me gustaría desperdiciar un error por el hecho de estar fumando.

Llegaron finalmente a su destino, era un club nocturno con dos guardias en la entrada, bastante asequible a priori.

-No os dejéis engañar por el aspecto externo que tiene -dijo Tequila por el transmisor que le permitía comunicarse con Korn y Calvados-. Me han informado que dentro del local hay alguna especie de trampilla secreta que lleva a unas catacumbas, ahí se esconde nuestro objetivo, que obviamente no habrá escatimado en gastos para su protección, así que cuidado cuando lleguéis ahí abajo -dijo mientras miraba a Gin también-. Yo me quedaré aquí para daros datos, si necesitáis refuerzos intentaré ir en vuestra ayuda. Ahora bajad del coche e intentad encontrar una entrada alternativa, dudo bastante que los guardias os dejen pasar.

-¿Cómo se supone que vamos a encontrar una entrada alternativa? -Dijo Calvados.

Gin observó lo que había alrededor. Dos locales más estaban pegados al que ellos querían entrar. Había bastante bullicio por alrededor así que no podían arriesgarse a entrar por la fuerza.

-Entrad al local de la derecha, yo entraré al de la izquierda -dijo Gin-. Con un poco de suerte podremos acceder desde alguno de ellos por los conductos de ventilación. Primero comprobad si son contiguos.

-Está bien -dijo Korn.

-Buenas noches, le quería preguntar algo ¿los conductos de ventilación de este local están conectados con los del local de al lado? -Preguntó Gin al dependiente.

-Efectivamente señor, están conectados a los de todo el edificio.

Gin pensó que eso sería un contratiempo, ya que el edificio era demasiado grande y perderse en un conducto de ventilación era demasiado sencillo. Salieron todos de los locales y Korn y Calvados evidentemente le dijeron que sí, que estaba conectado, pero a los de todo el edificio, lo mismo que dijo el dependiente de la tienda a la que entró Gin.

-Tequila... -dijo Gin a través del transmisor.

-Dime, Gin.

-Quiero que me consigas los planos de los conductos de ventilación de este edificio y me los mandes a mi teléfono móvil, rápido.

Dicho y hecho, Tequila le envió los planos y tras estudiarlos los tres se dispusieron a entrar de nuevo a las tiendas. Gin se puso detrás del mostrador, por detrás del dependiente.

-Quiero que cierre la tienda ahora mismo. Necesito llevar a cabo algunos asuntos y tanta gente me dificulta la tarea. Cualquier movimiento extraño y despídase de la vida.

El dependiente, asustado, dijo que la tienda cerraba por ahora y que todo el mundo debía salir fuera, precisamente lo que Gin quería. Ahora tenía el camino libre para entrar por los conductos. Destapó el agujero y entró por ahí, no sin antes advertir al dependiente de que como se le ocurriera llamar a la policía él y su familia sufrirían un grave traspiés. Korn y Calvados, por su parte, hicieron exactamente lo mismo. Los tres siguieron el plano hasta los servicios del local, esperaron a que no hubiera nadie y salieron para esconderse en los baños mientras pensaban cómo llegar hasta la trampilla, la cual habían visto y estaba detrás de la barra donde servían copas.

-Es imposible que consigamos llegar hasta la trampilla sin ser descubiertos, hay demasiada gente sin contar al camarero -dijo Korn.

En ese preciso instante el camarero apareció para lavarse la cara, que la tenía totalmente ensagrentada, al parecer parecer por una pelea cerca de la barra. Eso le dio una idea a Gin. Cogieron al camarero y tras meterle un puñetazo y dejarle inconsciente le quitaron la ropa. Gin se puso su ropa y pretendía hacerse pasar por otro camarero, ya que el verdadero estaba demasiado malherido como para seguir con la fiesta. Así sería fácil entrar por la trampilla, y así se lo explicó tanto a Calvados como a Korn.

-¿Lo habéis entendido?

-Sí -dijeron ambos-. ¿Pero cómo vamos a entrar nosotros en la trampilla? Para ti parece fácil si estás vestido de camarero, pero nosotros... -dijo Calvados.

-Armaré un barullo mientras estoy sirviendo copas, posiblemente le rompa la cabeza a alguien con una botella. Enmedio de la confusión entraréis por detrás de la barra y haréis como si me pegarais, la gente estará demasiado ocupada de pegarse o esquivar golpes que ni siquiera repararán en que habéis entrado -explicó Gin.

El plan salió tal y como lo había dicho Gin. Le partió una botella en la cabeza a uno, sus amigos empezaron a entrar en la pelea, otros se metieron y se formó un auténtico lío que aprovecharon Korn y Calvados para entrar en la trampilla. Gin consiguió escaquearse también de la confusión para entrar. Ya estaban en las catacumbas. Eran realmente unas catacumbas. Todo era un túnel en roca viva, con diversos adornos de piedra. Lo mejor era que el camino parecía ir recto, así que no les sería difícil, en principio, dar con él.

-Tequila, estamos dentro de las catacumbas -dijo Gin a través del transmisor de nuevo-. ¿No decías que traías a Calvados y a Korn por si NECESITABAMOS cobertura? Pues no te veo aquí para ayudar.

-Compréndelo Gin, me resultaría demasiado difícil entrar ahora y estoy demasiado mayor para este tipo de cosas. Lo dejo todo en tus manos.

Lo de viejo le pareció una excusa muy simple, pero sin embargo era consciente de que sí que le costaría entrar a él solo, teniendo en cuenta todo lo que han tenido que hacer Calvados, Korn y él mismo.

-Bien, Calvados, ve delante, Korn y yo estaremos por detrás dándote cobertura. Poned los silenciadores y disparad a lo que se mueva, no quiero sorpresas de mal gusto -dijo Gin.

Avanzaban lentamente pero con paso seguro, observando todo lo que pudiera haber delante, pero estaba algo oscuro y no se atisbaba con claridad. Encender una luz era demasiado arriesgado, así que Gin desechó esa opción. Finalmente llegaron a una puerta de madera.

-¿Qué debemos hacer, Gin? -Preguntó Calvados.

-Estamos ya en un sitio muy profundo, no creo que nadie nos vaya a oír, así que entraremos a matar. Entra tú primero, Calvados, y Korn y yo ajusticiaremos a todo el que salga por delante.

Calvados entró y se encontró a un buen montón de hombres armados. Consiguió matar a alguno dándole en la cabeza, a otros les dio en el pecho pero llevaban chalecos. Gin y Korn también consiguieron abatir a unos cuantos, eran unos 20 más o menos, de los cuales quedaban 12. Cerraron la puerta y consiguieron atrancarla mientras encontraban una solución y los hombres de ese miembro fugado intentaban abrirla.

-Maldita sea, hemos abierto la caja de pandora -dijo Korn angustiado.

-Para conseguir lo que hay dentro o para destruirlo, había que abrirla -le replicó Gin-. Está bien, tengo una idea. Estas piedras de la pared son irregulares, pero se puede trepar por ellas. Subiremos y con las piernas y la espalda nos mantendremos en el techo, cuando abran la puerta se encontraran con una desagradable sorpresa: la muerte. En cuanto abran la puerta fundid el cargador, que no quede un alma con vida.

Y así lo hicieron. Subieron a la pared y cuando los otros abrieron la puerta se encontraron con un festival de balas. Intentaron disparar hacia arriba pero no eran tantos y la velocidad de Gin y compañía era demasiada. Finalmente bajaron y entraron a la sala, en la que había un altavoz.

-Muy bien hecho, Gin -dijo una voz que salía del altavoz.

-¿quién eres?

-”Esa Persona”.

-Hm... -dijo Gin mientras sonreía levemente, al comprenderlo todo-. Así que todo era una prueba tuya para ver mi capacidad.

-No esperaba menos de ti, pero quería asegurarme de que podías ser de mi total confianza. Te diré más cosas cuando vuelvas a la Organización.

Salieron de las catacumbas y se subieron a los coches.

Tequila, tú estabas enterado de que todo era una prueba de “Esa Persona”, ¿verdad? Por eso no querías ir en nuestra ayuda y pusiste una excusa tan patética -preguntó Gin.

Efectivamente, el jefe te tiene en muy alta estima y quería comprobar si sobrevivirías a una misión de ese calibre.

Llegaron por fin a la guarida de la Organización, donde les estaba esperando, como siempre, “Esa Persona” entre las sombras.

-Dejadnos solos -dijo “Esa Persona”, haciendo alusión a Gin y a él mismo-. Te has convertido en un miembro excepcional de la Organización, Gin. Tus habilidades son impresionantes, aunque en esta misión has actuado en ciertas ocasiones de manera bastante impulsiva, estoy seguro de que lo pulirás con facilidad. Lo tienes todo para convertirte en mi mano derecha, o mejor dicho, en mi mano izquierda, ya que eres zurdo.

Gin se limitaba a escuchar mientras se fumaba un cigarro.

-Es por eso que te daré mi número de móvil para que puedas contactar conmigo, algo que hasta ahora sólo Vermouth poseía. Puedes marcharte.




Capítulo 6: matando el pasado

Gin se disponía a salir en solitario con su porsche. Se dirigía nada más y nada menos que a la casa de su padre, donde había vivido cuando era un niño, antes de que Tequila lo encontrase tirado en la calle.

-¿Adónde vas? -Dijo Tequila al verlo arrancar el coche.

-Tengo asuntos que atender, de índole privada. No te metas en esto o no tendré más remedio que matarte, si te puede la desconfianza ahógala, pero ni se te ocurra seguirme -dijo Gin mientras se encendía un cigarro y miraba a Tequila con ojos desafiantes.

Incluso Tequila, un hombre con una amplia experiencia en la Organización, se asustó de la forma de hablar, actuar y más aun, de ser de Gin. Nunca había conocido a alguien como él, se repetía una y otra vez en su mente. Finalmente Gin arrancó el coche y se fue. Pensaba en que su pasado por fin iba a ser enterrado. Llegó a su casa y pegó en la puerta. Allí estaba, su padre, más viejo pero desprendiendo el mismo olor a tabaco de siempre. En cuanto Gin entró por la puerta le reconoció.

-Eres tú... -dijo el hombre, impresionado-. Te has convertido en un hombre hecho y derecho.

-Hm... -contestó Gin-. Veo que sigues igual, sigues estancado en la misma basura.

-Y tú sigues igual de insolente que siempre.

El hombre intentó meterle un guantazo a Gin, como hacía cuando era un niño, pero esta vez se encontró con la mano de Gin, apretándole fuertemente el brazo y echándoselo para atrás.

-¿Qué haces fumando? Recuerdo que odiabas el tabaco.

-Es una manera de recordar a la persona que me hizo tomar el camino que he seguido. En cierto modo te doy las gracias. Pero es hora de matar el pasado -dijo Gin mientras sacaba la pistola de su gabardina.

El hombre, asustado, intentó huir sin éxito, pues recibió dos disparos de Gin en el corazón. Mientras se acercaba al cadáver, que estaba en una postura horrible, bocarriba y con los ojos abiertos, encendió otro cigarro aparte del que se estaba fumando. Hundió ambos cigarros en los ojos de su padre.

-Vagarás eternamente por el Infierno, despojado de tus ojos no encontrarás jamás el camino, arderás en el fuego que tanto te gustaba y un día, cuando nos encontremos allí, sentirás la desesperación de no poder ver el alma que te torturará después de muerto.

Con una sonrisa macabra, Gin regresó a la Organización y descansó en su habitación.


Capítulo 7: las misiones de la Organización Negra

Han pasado tres años, y Gin y compañía han tenido varias misiones con intento de boicot por parte de una brigada de la policía compuesta por 3 hombres, que les siguen la pista desde que un nuevo miembro de la Organización, Vodka, dejara una evidencia en una de ellas. Gin conoció a Vodka por medio de “Esa Persona”, cómo consiguió captarle para la Organización es un misterio. Le dijo que pocas veces había conocido a una persona tan mermada intelectualmente, pero que su fidelidad estaba fuera de toda duda. Ahora Tequila no acompaña a Gin, es Vodka el que lo hace, por motivos desconocidos Tequila se dedica ahora a otros menesteres, siendo Gin de manera completa el cerebro de toda operación en la que él intervenga. Ahora mismo tanto Gin como Vodka se encuentran inmersos en una investigación para poder eliminar a esos tres policías. Sus nombres son: Tomoheki, Aneki y Sandeki. Son muy inteligentes ya que hasta ahora no han podido ser cazados por la Organización, si bien ellos tampoco han podido coger a ningún miembro. Gin iba en el Porsche con Vodka, que giró la mirada hacia su jefe.

-Jefe, ¿de verdad cree que podremos conseguir alcanzar a esos policías? Se han librado de nosotros hasta ahora -dijo Vodka con desánimo.

-Hm... la policía es incompetente por naturaleza, es algo que aprendí hace mucho tiempo. Pueden seguir alargando su muerte, pero mientras sigan con la Organización en el punto de mira automáticamente están en el mío. Y cuando alguien está en mi punto de mira no escapa con vida jamás -dijo Gin mientras esbozaba una sonrisa.

Mientras tanto, Tomoheki hablaba con sus dos hombres.

-Pero Tomoheki, deberíamos informar de una vez a los demás sobre esto, dar una alerta general. Estoy harto de dormir con miedo cada noche y de temer por mi familia -dijo Aneki.

-Seguiremos por nuestra cuenta, hemos estado demasiado tiempo tras esto como para que nos escape. Además, no tenemos evidencias suficientes para dar una alerta de ese nivel. Debemos seguir, no os desaniméis -contestó Tomoheki.

Sandeki, el más callado, se limitaba a escuchar.

-¿¡Y tú qué, Sandeki!? Te limitas a escuchar mientras debatimos sobre algo tan serio, ¿qué pasa contigo? -Dijo claramente enfadado Aneki.

-Eso es porque no hacéis más que decir tonterías. Es absurdo debatir esto, sólo hay dos opciones, o les damos caza o estamos muertos, y no necesariamente se tienen que cumplir por separado. Ya estamos en el ojo de esa gente y sólo podemos seguir adelante.

El silencio se apoderó de la sala. Las palabras de Sandeki habían disuadido totalmente a Aneki de su idea de delegar el trabajo.

-Bien, dicho esto -rompió el silencio Tomoheki- tengo datos sobre un nuevo objetivo de esos misteriosos hombres. Al parece tienen planeado asaltar un furgón blindado. No sé qué tipo de mercancía tendrá, pero debe ser bastante importante, ya que el furgón pasa a las 3 de la mañana por la carretera secundaria de Urawa a Tokio. Es una oportunidad idónea para capturar a alguno de ellos y sonsacarle información.

-¡Manos a la obra! -Dijeron Aneki y Sandeki.

Se acercaba la hora, Gin y Vodka habían parado a descansar en un llano.

-El plan ya está listo, jefe -dijo Vodka.

-Lo más probable es que funcione, pero esa gente es astuta. Estate preparado para cualquier tipo de contratiempo -dijo Gin.

Se subieron al coche y prosiguieron con su camino. Mientras tanto, los policías iban llegando al lugar donde el furgón iba a ser atracado.

-Estad en alerta máxima, chicos. Esta gente se ha escurrido de nuestros dedos muchas veces, no descartéis que esta pueda ser otra.

Llegaron por fin al lugar. El furgón estaba parada, como si lo hubieran forzado, pues la puerta estaba abierta. Los policías se disponían a sacar al conductor, temiéndose que ya habrían llegado demasiado tarde, pero en lugar de eso se encontraron con una desagradable sorpresa dentro: Gin y Vodka.

-Al final los astutos policías no han resultado ser más que tres ratitas que siguen la pista del queso y caen en una trampa para ratas -dijo Vodka mientras bajaba del coche y apuntaba con su pistola a dos de ellos intermitentemente.

-Vosotros sois... -dijo Tomoheki.

-Lo has adivinado. Supongo que no te imaginabas que íbamos a hacer pasar un furgón mensualmente a estas horas por aquí, como si fuera uno oficial -dijo Gin-. En cualquier caso nos habéis dado muchos problemas durante este tiempo, es hora de que os toméis un descanso... eterno.

En ese momento pasó un camión con las luces puestas al máximo, lo que deslumbró a Gin y a Vodka y les dio tiempo a los policías a esconderse tras su coche y empezar a disparar. Lo más rápido que pudo Gin le dijo a Vodka que se escudara tras el Porsche, y él hizo lo mismo. Ahora se encontraban en un tiroteo absurdo que no les convenía, sin contar que los policías probablemente pedirían refuerzos.

-Maldita sea, jefe... ahora estamos en una situación de desventaja ya que ellos son uno más, y encima a contrarreloj.

-Tenemos que saldar esto rápidamente, saldré a su vista para que sus tiros se canalicen en mí. Debes abatirlos rápidamente, Vodka. Es una estrategia muy arriesgada pero si no nos damos prisa más policías llegarán y entonces sí que estaremos perdidos. Bien, vamos.

Gin salió rápidamente y empezó a disparar sobre los policías como puedo. Una bala impactó en el chaleco de uno de ellos, que lo dejó trastocado, la oportunidad perfecta para que Vodka los aniquilase. Llegó por el lado opuesto de donde había salido Gin y con tres rápidos disparos en la cabeza acabó con los policías. Gin, por su parte, había recibido tres tiros, pero nada que no pudiera sanar, un tiro en el brazo y dos en el chaleco. Vodka lo llevó a la Organización para que le curasen eso, por lo que todo salió a salir de boca.


Capítulo 8: la sombra de la desconfianza: Rye

Otros tres años han pasado desde que consiguieron eliminar a aquellos policías. Gin sólo había intervenido en misiones normales, si es que pueden denominarse así, misiones que no requerían nada especial. Podría decirse que estaba apencado en la rutina. Sin embargo, pronto sucedieron dos cosas que perturbaron su tranquilidad. Un nuevo miembro entró a la Organización, Rye, que avanzaba a pasos agigantados, como él en sus inicios. Y la otra fue el regreso Shiho Miyano a la Organización, tras haber estado estudiando en los Estados Unidos, ahora conocida como Sherry, convertida en toda una mujercita de 16 años. Le contaban muchas historias sobre Gin, historias terribles. Tenía una reputación muy elevada dentro de la Organización, y ahora que ella iba a ayudar a su padre en la creación del APTX4869, Gin había sido asignado para que supervisara el trabajo y no hubiera ninguna anomalía. Un día, mientras Shiho estaba en la ducha Gin entró y la vio desnuda vuelta de espaldas. Él entró con toda normalidad y empezó a lavarse.

-¿No respetas a una señorita mientras está en la ducha? -Dijo Shiho, ligeramente asustada.

-Hm... no voy a ver nada que no haya visto ya -dijo Gin mientras continuaba duchándose-. Además, tengo prisa.

Shiho le cogió la cara por la barbilla y le miró a los ojos.

-Estos ojos... están llenos de vacío, pero también de tristeza.

-¿De qué estás hablando?

-¿Es que acaso no he acertado?

Gin cogió a la chica contra la pared con el antebrazo en su cuello. Sus miradas se cruzaban como cuchillos y el agua corría por sus caras. Shiho intentaba mantener la compostura, aunque en realidad estaba muy asustada, las historias que había oído sobre Gin pasaban sobre su mente como palomas por el cielo.

-¿Cuál es tu flor favorita? -Dijo Gin, descolocando a la chica.

-Las rosas rojas... ¿por qué?

-Algún día celebraremos un encuentro con una rosa tan roja como la sangre, ¿te parece bien, Sherry? -Dijo Gin mientras sonreía de forma sádica.

La chica se había quedado paralizada, pero ya había pasado todo para ella, al menos por ahora, ya que Gin salió de la ducha y fue a encontrarse con “Esa Persona”.

-Gin, tengo una misión para ti, se trata de Atsushi Miyano, el científico que ha estado hasta ahora fabricando el APTX4869. Ya no nos sirve de nada, teniendo a su hija menor para que siga con el proyecto. Es un viejo y quiero que te deshagas de él cuanto antes. También quiero que elimines a su esposa. A su hija mayor mantenla con vida por ahora, nos servirá en un futuro cercano.

Gin se dispuso a hacer lo que le mandó “Esa Persona”. No fue un trabajo muy difícil, sólo tuvo que enviarles de vuelta a casa para informarles sobre un supuesto robo que había acontecido allí y quitarle los frenos del coche. Ambos se estamparon y murieron al instante. Desde ese momento Shiho y Akemi sólo se tenían la una y la otra. Bueno, no exactamente. Cuando Gin salió de la habitación, vio cómo hablaban Rye y Akemi. Eso le daba muy mala espina. Pasó un año y Rye había subido como la espuma en la Organización, hasta el punto de que iba a concertar una cita con el mismo Gin en un almacén para poder ir a una misión juntos. Eran los miembros más brillantes de la Organización, sería una insensatez no juntar sus habilidades. Sin embargo, mientras que Gin iba en el porsche, pensó en algo. En el puerto encontró a un anciano sentado mientras esperaba a que algún pez picara, así que le ofreció dinero y el anciano aceptó sin duda hacer lo que Gin le pediría, que entrara al almacén, se sentara y luego saliera si veía a más de una persona. Y así lo hizo el anciano. Todo era una emboscada, el anciano salió e informó a Gin, que volvió a la Organización y le hizo un reconocimiento facial a Rye. Su verdadero nombre era Shuichi Akai, miembro del FBI infiltrado en la Organización.

-Hm... yo le enseñaré a ese perro traidor lo que le pasa a la gente que traiciona a la Organización -pensó Gin.

También recordó que estuvo hablando con Akemi Miyano, por lo que fue a hablar con ella, pero no hizo falta, ya que ella empezó primero la conversación.

-Gin, haré cualquier cosa para que liberes aunque sea a mi hermana de este antro -dijo la chica desesperada.

-Bien, porque tengo una misión para ti. Te infiltrarás en un banco e irás recaudando toda la información necesaria para asaltarlo. Cuando cumplas con esa misión, tu hermana será libre.

La chica accedió y se puso manos a la obra.


Capítulo 9: APTX4869


Ha pasado un año desde que Gin descubrió a Rye y envió a Akemi a infiltrarse en el banco. Ella aún sigue en sus menesteres, y de Rye no se sabe nada, aunque se intuye que ha podido regresar a Estados Unidos. Sherry ha estado trabajando todo este tiempo en el proyecto de su padre, el APTX4869, y por fin lo ha acabado.

-Ya está acabado, Gin -dijo Shiho.

-Perfecto. Tengo que realizar una transacción con Vodka en el parque de atracciones Tropical Land, no es gran cosa pero me llevaré la droga. Quiero probarla si se tuercen las cosas.

Shiho, temblorosa, le entregó un pequeño maletín con unas cuantas cápsulas a Gin. Cada vez le daba más miedo estar cerca suyo. En el parque de atracciones hubo un pequeño percance, un asesinato. Un detective adolescente, muy famoso últimamente, Shinichi Kudo, lo resolvió sin problemas.

-Jefe, voy a encontrarme con el mandamás de la multinacional -dijo Vodka.

-Bien, ve tú solo, yo me quedaré por aquí. Ese detective, Shinichi Kudo, no me da muy buenas vibraciones. Estaré en la retaguardia por si ocurre algo.

Vodka estaba realizando la transacción con ese hombre, cuando de pronto Gin vio a Shinichi Kudo olisqueando por los alrededores. Llegó por detrás y con un palo que había por ahí cerca le dio un golpe fortísimo en la cabeza.

-¡Jefe! -Se exaltó Vodka.

-Parece que se te ha colado una rata, Vodka.

-¿Lo matamos? -Dijo sacando una pistola.

-No, hay guardias por aquí cerca y además... quiero probar la nueva droga de la Organización. Dicen que es indetectable en la autopsia, aunque aún no ha sido probada con humanos -dijo Gin mientras le hacía tragar a Shinichi la droga-. Adiós, detective.

Justo después de eso, Gin recibió la orden de eliminar a Tequila, que se encontraba recogiendo un maletín para la Organización. La sangre fría de Gin no conoce límites, y no tiene reparos en mandar colocar una bomba en el maletín para silenciar a Tequila para siempre, el que había sido su mentor en la Organización.

Pasaron uno o dos meses y nadie hablaba ya de Shinichi Kudo, por lo que dedujeron que había muerto. Aunque, por si acaso, “Esa Persona” envió varios equipos de reconocimiento a la casa del muchacho, no podían arriesgarse a que siguiera allí oculto, y no encontraron nada. En ese momento, Akemi, haciéndose pasar por Masami Hirota y Conan, un extraño niño muy inteligente, que en realidad no es otro que Shinichi Kudo encogido por los efectos del APTX4869 (no era una droga mortal después de todo) estaban en el banco. Por fin Akemi había dado con el modo de robar el banco, y así lo hizo, una gran cantidad de dinero estaban a punto de ingresar en las arcas de la Organización. Conan intentó evitarlo pero no pudo, por lo que al final Akemi se encontró con Gin y con Vodka en un lugar que habían acordado, un viejo almacén abandonado.

-Buen trabajo, Masami Hirota... o mejor dicho, Akemi Miyano -dijo Gin-. Entréganos el dinero de una vez.

-No lo tengo, está guardado en otra parte. Antes de dároslo, quiero que liberéis a mi hermana. Prometisteis que cuando terminara este trabajo dejaríais salir a mi hermana de la Organización.

-En realidad hay un cambio de planes. Me temo que el trato no podrá ser efectuado, tu hermana a diferencia de ti es muy útil para la Organización. Ahora bien, dinos dónde está el dinero -dijo Gin mientras la apuntaba con una pistola.

-No te aconsejo que me mates -dijo Akemi mientras apuntaba a Gin con una pistola también-. Si lo haces nunca sabrás dónde está el dinero.

-Era tu última oportunidad -dijo Gin mientras disparaba dos veces a Akemi, dejándola muy malherida-. Regístrala, Vodka.

Encontraron la llave de una taquilla en su bolsillo, ahí es donde había guardado el dinero. Cumplido el trabajo, Gin y Vodka desaparecieron de la escena del crimen. Mientras se alejaban en su porsche, Gin recibió una llamada de “Esa Persona”, indicándole que debían matar de inmediato a Sherry. Teniendo los datos de la droga a su disposición, cualquier otro podría fabricarla, y ella podría convertirse en una persona muy susceptible si se enterase que la Organización ha eliminado a toda su familia. Llegaron hasta la Organización, cogieron a Shiho y la ataron a una tubería dentro de una cámara de gas. La muerte de la chica estaba próxima, sin embargo, visto lo visto, prefirió suicidarse con la droga que ella misma había creado, el APTX4869. Pero no fue así, en lugar de la muerte se encontró con que su cuerpo se había encogido hasta convertirse en una niña de unos 8 años. Finalmente, consiguió escapar de allí como pudo. Cuando Gin y Vodka llegaron para comprobar si había muerto, no podían creérselo.

-Sherry... -dijo Gin.


Capítulo 10: Hotel Haido

Gin y Vodka buscaban a Sherry con todos los sentidos, puesto que era una amenaza muy grave para la Organización estando fugada. Recibieron una llamada de Pisco, un miembro de la Organización Negra, que decía haberla encontrado en el Hotel Haido, así que se pusieron rumbo para allá, mientras que Gin recordaba su encuentro en las duchas. Entraron a un despacho con varios licores, al parece reconvertido en bodega, pero ni rastro de Pisco. Gin sonrió al escuchar algo en la chimenea. Miró hacia abajo y encontró un cabello. Fue con Vodka hacia la azotea mientras sacaba su pistola. Y allí la encontró, a Shiho vestida con un mono de trabajo, bastante exhausta al parecer. Nada más verla Gin le disparó.

-Te he echado de menos, Sherry -dijo Gin-. Vaya, mira qué preciosidad tenemos aquí. La nieve revoloteando en la oscuridad, y tu sangre tiñiéndola de rojo escarlata. ¿Querías engañarnos con unas gafas y un mono de trabajo? Qué atuendo tan poco glamouroso para morir.

-¿Quieres decirme cómo has averiguado que estaba aquí? -Dijo la chica jadeando.

-Por un cabello -dijo Gin mientras se lo mostraba-. Desgraciadamente para ti, encontré este cabello castaño rojizo al lado de la chimenea. No sé si nuestro compañero Pisco te había capturado o si te habías escondido en la bodega por voluntad propia, pero oí tu respiración jadeante por la chimenea y supuse que subirías aquí arriba. Lo cierto es que podría haberte matado en el hueco de esa sucia chimenea, pero pensé que por lo menos debería darte una muerte más digna.

-Oh vaya, me alegro que me hayas estado esperando aquí con el frío que hace -dijo la chica con sarcasmo.

-Vamos, ya que estás aquí, ¿por qué no nos cuentas algunas cosas? Por ejemplo, ¿cómo conseguiste escapar de la cámara de gas de la Organización?

La chica se quedó en silencio, por lo que Gin empezó a dispararle en puntos no vitales.

-Oiga jefe, parece que no suelta prenda -dijo Vodka.

-Sí... parece que voy a tener que rematarla, tal y como hice con su hermana en aquella ocasión.

Justo en el momento que Gin se disponía a meterle un tiro entre ceja y ceja, un dardo anestesiante se clavó en su brazo al mismo tiempo que un hombre decía “por la chimenea, métete por la chimenea”. Vodka empezó a disparar pero Shiho consiguió finalmente meterse dentro. Gin, por su parte, no podía permitirse el lujo de quedarse dormido, por lo que se metió un tiro en el brazo para sacar el dardo e impedir que el envenenamiento se propagase hasta dejarlo inconsciente. Se vendó el brazo con lo que pilló y bajó con la chimenea, todo estaba ardiendo y Pisco precisamente estaba abajo. Intentó sacar la cabeza por la chimenea, pero se encontró con la pistola de Gin.

-Parece que se está volviendo viejo, Pisco. ¿Por qué no se libró del fotógrafo y de las fotos que le hicieron durante el funeral? -Dijo Gin mientras le apuntaba a la cabeza.

-¿Fotos? ¿De qué está hablando? -Dijo Pisco claramente asustado.

-De las fotos que mañana saldrán en todos los periódicos publicadas con su cara. La ampliación de la foto donde se le ve apuntando al techo con una pistola.

-No puede matarme. Si lo hace jamás sabrá dónde se encuentra Sherry, y además con toda seguridad “Esa Persona” tomará las represalias convenientes contra usted.

-Lo siento, pero resulta que acabo de hablar con él y son órdenes directas de “Esa Persona”. Ha disfrutado del poder de la Organización durante mucho tiempo, y ha conocido sueños increíbles, así que puede seguir soñando... pero en el otro mundo -dijo Gin mientras perforaba con una bala la cabeza de Pisco.

Gin y Vodka iban en el porsche de regreso, con una pasajera más: Vermouth, que se encontraba allí también.

-Eh, jefe, ¿es que no piensa seguir buscando a esa chica? -Dijo Vodka refiriéndose a Shiho.

-No, no voy a perder más el tiempo en algo como eso. Además, no es tan tonta como para continuar en el mismo sitio.

-Vaya, sí que te importa lo de esa chica, menuda sorpresa -dijo Vermouth.

-Bueno, lo siento mucho Vermouth, lamento que alguien de su prestigio haya tenido que venir a suplir a un viejo como ese y se encuentre con este lío que se ha montado -dijo Gin.

-Bueno, es mejor que haya muerto -dijo la chica-. Sin embargo, ¿no os preocupa ese alguien que la está ayudando a esconderse?

-Sí, me gustaría verle la cara a ese que seguro que se le caen las babas por ella y por eso la ayuda.

-¿Piensa volver ya a América? -Preguntó Vodka a Vermouth.

-No, quiero tomarme un descanso como actriz. Además, tengo algunos asuntos que atender aquí.

Vodka aparcó el coche y Vermouth se fue. Cuando arrancó, Vodka no pudo evitar hacerle una pregunta a su jefe.

-Jefe, ¿no está un poco obsesionado con esa chica? ¿Cómo pudo saber que ese cabello era de ella?

Gin no habló durante un instante, pero finalmente lo hizo.

-Es posible.


Capítulo 11: una pérdida y un reclutamiento en la noche de luna llena

Gin y Vodka se encontraban en un bar. Vodka admiraba la hermosura de la cantante, mientras Gin se mantenía en silencio mientras fumaba. Llegó el camarero a su mesa para ofrecerles algo.

-Aquí tienen, dos dry martinis de parte de nuestra cantante

-Agradéceselo de nues...

Antes de que Vodka pudiera acabar la frase, Gin introdujo su cigarrillo en la copa de éste.

-¿Qué te propones? -Dijo Gin con dureza.

-¿Cómo? -Preguntó el camarero.

-Te he preguntado que qué quieres... ¡Vermouth!

Gin desenmascaró al camarero que resultó ser nada más y nada menos que Vermouth.

¡Oh, sólo bromeaba! -Dijo Vermouth-. Sólo intentaba llamar la atención de dos hombres que babean por una cantante.

-¿No te importa mostrarte? Si ven a una actriz como tú con unos tipos como nosotros... -dijo Vodka.

-Tranquilo, el resto de clientes también están embobados con la cantante.

-¿Y bien? ¿Has encontrado lo que buscabas? -Preguntó Gin.

-No, pero estoy sobre la pista

-¿Pista? Si nos dices quién es podríamos ayudarte -sugirió Vodka.

-Déjalo, a esta mujer siempre le ha gustado guardar secretos -dijo Gin.

-Ah, ¿pero los secretos no hacen a las mujeres más interesantes? -Preguntó Vermouth.

-Voy a vomitar... -dijo Gin con asco.

-No te pongas así... ¿qué tal esta noche? -Dijo Vermouth mientras apoyaba una mano sobre el hombro de Gin-. ¿Te apetece hacer unos buenos martinis?

-¿Martinis? -Preguntó Vodka extrañado.

-¿No lo sabes? Los martinis se hacen mezclando Vermouth y Gin -contestó la mujer.

-Hm... pero si mezclas negro con negro sólo obtienes negro -concluyó Gin.

Tanto Gin, Vodka como Vermouth se separaron y cada uno siguió con lo que tenía planeado. Gin debía quedar con un hombre, un contacto de la Organización.

-¿Hondo? -Preguntó Gin.

El hombre hizo un gesto afirmativo con la cabeza.

-¿Has traído lo que acordamos?

El tal Hondo le entregó un paquete pequeño a Gin, que se fue al recibirlo. Ese hombre entregaba pequeña mercancía a la Organización y también la avisaba de acontecimientos que se dieran por esa zona. Era un “miembro”, si podía considerarse así, de poca monta. Sin embargo, en el momento en que Gin cogió el paquete, le dejó con total cautela un micrófono y un localizador, por si en un futuro era necesario.

Pasaron unos días y Vodka fue enviado a un barco, donde se iba a realizar una fiesta. Allí vio cómo el detective que supuestamente mataron, Shinichi Kudo, estaba sacando a relucir las deducciones de un asesinato que se produjo a bordo. Vodka se apresuró a llamar a Gin por teléfono, que se dirigía en su porsche hacia el puerto, donde había averiguado a través del micrófono que el tal Hondo no era más que un traidor infiltrado de la CIA, al escucharle hablar con un compañero.

-Jefe, ¿recuerda a ese detective de secundaria, Shinichi Kudo? Parece que sigue vivo.

-¿Quién? Olvido las caras y los nombres de la gente a la que mato.

En ese momento el joven detective se deshizo de la máscara que llevaba, y resultó ser nada más y nada menos que Heiji Hattori, un detective muy famoso en el oeste.

-No, nada, jefe... resultó ser otra persona -dijo Vodka tranquilizado.

-Como lo suponía -dijo Gin mientras colgaba.

Finalmente llegó a su destino, pero lo que vio fue a otra chica, un miembro de bajo rango en la Organización, similar a Akemi Miyano, ensangrentada, y al traidor muerto en el suelo. La chica le explicó que había descubierto que ese hombre había traicionado a la Organización, que intentó ahogarla pero consiguió morderle la muñeca y por eso había tanta sangre. En cuanto pudo librarse un segundo de él le disparó sin dudarlo. Gin quedó satisfecho con la explicación de esa chica, que pasaría a llamarse a partir de ahora Kir y a ser un miembro activo de la Organización Negra.
Suze
Suze
Recién llegado a la organización
Recién llegado a la organización

Femenino Mensajes : 16
Reputación : 0
Fecha de inscripción : 23/05/2010
Edad : 28
Localización : in the shadow

Volver arriba Ir abajo

historia de gin Empty Re: historia de gin

Mensaje  Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.