Fic, ''Los días en la organización; El error de Sherry'' by: 4869APTX (+18)

Gene miró por décima vez la espalda de su compañera que se hallaba varios escritorios más alejado él. No se atrevía a hablar con ella ya que el laboratorio ya se encontraban casi todos los científicos que seguían de cerca los experimentos de Shiho y estaba bajo su cargo. Aunque fuera un poco Sherry tenía su poder en esa organización.

Después de las crueles palabras de Gin no había hablado con nadie, tenía el rostro serio como si no hubiese ocurrido nada. Aunque el sabía que era su manera de protegerse del exterior, parecer una persona fría y distante pero en verdad era muy vulnerable.
Observó como uno de los adultos científicos se acercaba a ella para mostrar unos gráficos y ella los observaba con determinación… parecía muy adulta.
–Se te van a caer los ojos si la sigues mirando así –se mofó uno de los científicos que se encontraba cerca de él.
–No la miró de ninguna manera –se protegía de las acusaciones de su compañero provocando que dibujara una sonrisa mientras inyectaba una jeringuilla en el cuello de la cobaya.
–Lo que tú digas –murmuró colocando el débil animal en la jaula, observando como este tenía unas fuertes compulsiones y en cuestión de segundos este moría –. Puedes acabar como este estúpido animal si das un paso en falso.
–¿Un paso en falso?
–¿No te han dicho nunca que no debes de jugar con los juguetes de los demás?
–¿Qué quieres decir?
–Lo que te intento decir –murmuró el adulto sacando un bolígrafo de su bata para anotar los fatales resultados –. Es que no toques los juguetes de alguien tan importante como Gin, a él no le gusta nada compartir.
–Pero ya no esta con él…
El hombre se rió escandalosamente llamando la atención de algunos compañeros.
–Que fe tienes amigo –se reía pero de una manera más silenciosa para que los demás volvieran a su trabajo –. Una vez un objeto sea tocado por Gin, nadie más lo puede tocar –cogió sus documentos para largarse de esa mesa –. Algún día volverá a jugar con ese juguete cuando se aburra del otro.
Gene golpeó su frasco con fuerza contra la mesa provocando que este se rompiera.
–¡¡Que no es un maldito objeto joder!! –gritó el joven provocando que esta vez todo el laboratorio se quedara en silenció –. ¡¡Ella tiene un nombre!!

Se escuchó un fuerte golpe, como si se hubiesen dejado varios libros de gran peso bruscamente encima de una mesa. Los que se hallaban más alejado observaron como Sherry salía de allí sin mirar a nadie y cerrando la fuerza con ira.
–¿Que mosca le ha picado? –se rió uno de los científicos acompañado por un coro de risas bajas al ver como Gene salía también del laboratorio.
¿Dónde había ido?
Gene se paró rápidamente, mirando a su alrededor desesperadamente. Solo había más científicos y hombres de negro subiendo y bajando pos las escaleras y deambulando por los pasillos. Había metido la pata hasta el fondo, seguramente habría salido para estar en sus pensamientos…
–No puede ser… –murmuró para si mismo totalmente horrorizado, una bata con la identificación de Sherry se hallaba en el suelo, cerca de la salida del edificio. ¿Se había ido corriendo de allí?
No… no podía irse, eso era una falta grabe, huir y más para ella, era como traicionar a la misma organización… le caería una falta y gran castigo.

¿Y si nadie se enteraba?
Además aún estaba esa gran tormenta mezclada con el frió infernal y el hielo de la calle… ella había salido sin la bata y solo llevaba encima su fina ropa.

–¿A dónde vas? –preguntó un hombre de negro, mostrando que tenía más rango que él.
–Yo… –empezó a decir, sin encontrar ninguna excusa –. ¡Tengo cosas que hacer! –gritó saliendo de allí rápidamente, sin pensarlo en ningún momento, con ese tiempo nadie le seguiría, además si la tenían que castigar él estaría con ella… ¿Pero a donde iba a ir?
Gene estaba bastante preocupado ya que Sherry tenía que estar muy, pero que muy hundía y/o desesperada por lo que había hecho, sin pensar en ningún momento en las graves consecuencias que le recaería…
¿Pero a quién iría a ver sintiéndose tan derrumbada? ¿Con quién querría hablar?

<<¿La echas de menos? >> Aquel recuerdo le dio la respuesta, Sherry seguramente quería hablar con su hermana que tanto deseaba ver…

–¿Shi…Shiho?

–Akemi…

Hacía unos pocos segundos que Shiho había abierto los ojos y la imagen de su hermana aparecía enfrente de ella, por el ángulo de su visión estaba tumbada en algún lugar bastante cómodo.

Akemi sonrió.

–¡Buenos días! –se levantó para abrir las persianas de la habitación, Shiho estaba muy desorientada –. Preparé esta habitación por si alguna vez te quedabas a dormir, mira si puse estanterías y todos para tus libros… ¿Te gustan?

–¿Cuándo me quede dormida? –se incorporó notando como una venda con agua caliente caía rápidamente de su frente para chocar entre sus piernas –. ¿Estoy en tu casa?

–Cuando llegaste venias agotada –explicó volviéndose a sentar cerca de ella, mostrando una bandeja con el desayuno –. Ese chico tan simpático me explicó que no habías dormido durante toda la noche y que estabas bastante estresada.

–¿Qué chico?

–Era un chico bastante joven –intentaba recordar el rostro del chico que llevaba a Shiho a cuestas, en su espalda, entre aquella fuerte lluvia –. Me atrevería a decir que es más joven que tú… Gene no–se–que–mas.

Era verdad, se chocó con él mientras corría hacia el apartamento de su hermana, seguramente se le escapó la dirección y él le ayudó a traerla hasta aquí.

–¿No me tienes que contar algo?

–Pues… –no sabía como empezar, acercó temblorosamente la taza de café a sus labios.

–¿Le estás poniendo los cuernos a Gin con ese chico tan mono? –preguntó divertida, tapando su boca con los puños, provocó que Shiho escupiera el café.

–¡No! –agachó la mirada –. No porque ya no…

La hermana mayor suspiró juntamente con un gesto de desaprobación.

–Te avisé…

–Lo sé –dejó la taza encima de la bandeja –. Pero…

–Estabas enamorada –le miró tristemente, Shiho se sorprendió por el comportamiento de su hermana, no le echaba bronca –. ¿Porque no viniste antes?

–Lo siento.

–Bueno lo importante es que ya no estás con él y ya no te dañara más con sus métodos –sonrió sentándose en un lado de la pequeña cama.

–No me hizo daño –mintió en parte, de pronto recordó aquella última conversación –. Al parecer Gin también te utilizó ¿No?

–Sí… ¿Te acuerdas el atraco que hice que provocó tanto alboroto?

–Claro, para no olvidarlo –tenía una pequeña cicatriz de la bala que la dispararon.

–Lo hice por él –gruño –. El muy cabrón sabe cortejar a una mujer, por suerte no me acosté con él ya que no me enamore, ya conocía a Dai –sacó la lengua totalmente enamorada –. Además no estaba tan desesperada, ¡Que asco! ¿Te lo imaginas?

Shiho miró atentamente a su hermana y en cuestión de segundos ambas se sonrojaron.

–¡Bueno pero un desliz lo tiene cualquiera! –intentó arreglarlo, Shiho seguía bastante sonrojada.

–Llámalo error…

–Bueno de eso se aprende ¿No?

–¿Cómo?

Akemi sonrió, ella siempre daba buenos consejos como teorías.

–Pues eso, ahora sabes realmente como es él, si no te hubieras equivocado no lo hubieras descubierto –explicaba juntado las manos y mirando el techo –. Siempre va bien equivocarse para darse cuenta de las cosas.

–¿Te ha pasado algo y no me he enterado?

–No… nada

Shiho sintió como si la estuviera mintiendo, mediante se iba orientando más cosas iba recordando.

–¿Y Gene?

–Ah, pues esta en el comedor, de paso conoció a Dai antes de que se fuera –miraba de manera picara a su pequeña hermana –. Al parecer no se quiere ir hasta que tú estés más tranquila.

–Me sabe mal por él –el remordimiento la comía por dentro –. Lo hace todo por mí y yo soy una egoísta…

–Bueno, piensa que lo hace porque él quiere –acariciaba suavemente su hombro –. Además yo creo que acepta que no estés enamorado de él pero desea ayudarte, me encantaría tenerlo como cuñado –rió divertida en la ultima frase.

–¡Akemi! –gritó molesta.

–¿Qué pasa? Es verdad –se defendía, se alegraba ver a su pequeña hermana algo más animada –. Prefiero a él que a Gin.

–Pero Gin… al parecer no quiere que este con alguien más y que sea feliz –se tapó el rostro con sus rodillas que estaba debajo de una gran manta –. Irá a por Gene y le hará algo como hizo ayer.

–De eso no te preocupes… no le volverás a ver –su rostro cambió rápidamente, seguramente eran malas noticias. Shiho sintió como se le oprimía el pecho.

–¿Qué…? –recordó que había pasado más de un día en aquella acogedora habitación, y en parte lo agradecía, ya que gracias a ello se sentía en plena forma, la organización la agotaba –. ¿Que quieres decir?



Se abrió la puerta de par en par.

–Gin ha perdido su rango –explicó Gene entrando a la habitación, lo había estado escuchando todo –. Metió la pata hasta el fondo en mitad de una misión, ayer por la noche.

Desde aquel cambio en el que todos pensaban que no iba a tener importancia, los días en la organización se volvieron un verdadero suplicio.


Enseguida se conoció el nombre del gran afortunado que se había llevado el alto cargo y había remplazado a Gin, era un miembro de la organización llamado Bourbon, por como hablaban de él los otros altos cargos era una persona muy fría y calculadora como misterioso, apenas se dejaba ver…

La diferencia de Gin era que Bourbon al tener ese cargo se pensaba que la organización ya era suya; mandaba ordenes a todos por beneficio propio, incluidos los de bajo rango. La parte de Sherry, los laboratorios, también se hallaba afectada. El nuevo ayudante del líder, mandaba a los científicos drogas imposibles, para que le ayudase en sus misiones o para sus capacidades físicas, como ser más fuerte o cansarse menos, era una locura por su parte, ya que lo único que lograba era agotarles con esos extraños trabajo extras.



Por otro lado nadie sabía nada de Gin…



Vodka agarró con fuerza el brazo de Shiho al encontrarse con ella en los pasillos de los laboratorios, lo agradeció, llevaba días buscándola.

–¿Qué quieres? –preguntó de mala manera, entre sus brazos llevaba varias carpetas que tenía que archivar en otra sala.

–Tienes que saber que una de las causantes del descenso de Gin –gruñó de mala manera, ocultado sus ojos tras sus oscuras gafas –. Eres tú.

–¿Solo has venido para acusarme por la mala pata de Gin? –alzó una ceja, Vodka parecía desesperado –. ¿Qué haces aquí? ¿Ahora acompañas a Bourbon?

–Eso ahora no es importante –guardó sus manos en los bolsillos del pantalón, aunque Shiho estaba en la razón.

–Pues si no es importante… –se giró para seguir su camino, ella también era una de las estresadas –. Seguiré con mi trabajo.

–¿Sabes que el cliente que tuvo que ver ese día desgraciadamente era padre de uno de los chicos que te intentaron violar?

Shiho se giró totalmente sorprendida, Vodka había logrado que Shiho le escuchase y para ello la llevó a uno de los despachos vacíos. Cerró la puerta con llave, lo mejor era que nadie se metiera en medio.



–¿Ahora me vas a escuchar?

Shiho dejó los importantes documentos encima de la mesa antes de sentarse encima de ella para estar más cómoda, él lo tomó como un sí.

–La misión de aquel día era ir a un caro restaurante para hablar con un representante de una importante compañía farmacéutica –explicaba, en verdad lo que le estaba diciendo era información confidencial pero a Vodka no le importaba –. Necesitábamos uno de sus laboratorios con aparatos y materiales de alta y última tecnología en el mercado negro para seguir con las copias de tus drogas que provocaban la muerte sin dejar rastro.

Shiho le fulminó con la mirada, aún recordaba el porque Gin le utilizó.

–Por eso queríamos el laboratorio, para hacerlo lejos de ti –intentaba arreglarlo, rezaba para no volver a meter la pata con la joven científica –. Ya que el líder pensó que te podría afectar psicológicamente…

–Ves al grano –le cortó, no quería escuchar más sobre ese tema.

–Sí, sí… –rectificó –. Bueno cuando fuimos al restaurante, todo fue bastante bien, solo necesitábamos que nos dieran los papeles para firmar y las llaves… pero de pronto le pregunto si le fue divertido matar a su hijo y a sus amigos.

–Espera… –había algo que no cuadraba en esa historia –. ¿Cómo sabía que fue él? ¿No quemasteis todas las casas juntamente con sus cosas y no hubo testigos?

–Sí es lo extraño, yo también lo pensé –Shiho sonrió al relacionar la palabra pensar con Vodka –. Pero lo sabía y nos acorralaron bien acorralado, Gin no contestó al ver como se estaba poniendo la situación, por suerte teníamos compañeros que nos protegían, además no les podíamos matar… a las pocas horas rompieron la comunicación y la relación con la organización y fue un gran golpe para nosotros…

–Pero si antes de ir a ver un cliente observáis sus fichas, su vida, fotos de sus familiares –explicaba, aún recordaba cuando vivía con Gin como él miraba esos archivos antes de reunirse con ellos en las misiones –. Si lo hubiera leído, sabría que perdió su hijo y por la foto lo habría reconocido.

–No miró los documentos.

–¿No los miró?

–No.

–¿Por qué?

–Para él había algo más importante que hacer –le miró como haciendo que recordara la frase de ''tú eres una de las causantes del descenso de Gin''

–No lo pillo, ¿Qué era más importante, que mirar los archivos de esa misión?

–Tú.



Shiho le miró sorprendida, su corazón se estrechó provocando un gran dolor.

–¿Qué hice yo?

–Al entrar en su porche donde yo le esperaba murmuró algo con mal humor: Lo acabo de joder todo –explicaba observando el rostro de la chica –. Al principió no entendía a que se refería, pensaba que había hablado con otro alto cargo… pero poco después, al cabo de unas horas recibimos la llamada de que te habías fugado de la organización.

Shiho recordaba como salió corriendo de allí con aquel tiempo, donde poco después se encontró con Gene.

–Como no podíamos ir a por ti ni buscarte, y con ese tiempo que hacía… él se quedó atento al teléfono móvil para recibir la noticia que te habían encontrado, por eso no pensó en los documentos y nos llevamos esa desagradable sorpresa.

–¿Dónde está Gin ahora? –preguntó con voz ahogada, todo había sido por su culpa.

Negó con la cabeza.

–Ni yo lo sé…

Quería verle…
Ver que estaba bien…
Deseaba verle aunque solo fuera para que le gritase y se burlase cruelmente de ella…

La lluvia volvía a caer con fuerza y el frío aún permanecía por aquellas oscuras calles de Beika, estaba totalmente desierto, ya que quedaban pocas horas para que las campanas dieran la bienvenida al nuevo año en Japón.
No tenía ganas de ir a su casa, ni de ver a Gene para que le animase con sus dulces palabras, necesitaba pensar bajo el frió manto del invierno, todo había sido culpa suya… El error que cometió Gin fue causado por la estúpida huida que hizo aquel día, cuando el estrés pudo con ella.
No sabía hacía donde se dirigía, ni le importaba solo dejaba que sus piernas caminasen automáticamente hasta donde quería ir su corazón aún con heridas… en parte era mejor, así se acostumbraría al mundo de la organización donde no existía la amistad ni el amor, si no el interés y el poder… aunque Gene era la excepción, seguramente él también era así por su traumático pasado, en el fondo eran muy parecidos.

Shiho levantó la vista, su corazón la había guiado hasta el hotel donde vivía Gin y ahora seguramente estaba bajo el poder de Bourbon. Quedó demostrado que necesitaba más a Gin que a Gene para ser feliz…
<<¿Estabas preocupado por mi? >> pensó Shiho sabiendo que estaba llorando pero las gotas de lluvia que caían en su rostro lo ocultaba, le parecía extraño que en el fondo pensaba en ella, diciéndole después aquellas palabras tan crueles.

¿Dónde estás Gin?

–¿Es que nunca llevas paraguas?
Shiho giró levemente el rostro para ver quien se estaba burlando de ella y su estado melancólico.
–¡Gin! –se sorprendió, aunque su voz no lo demostró ya que salió en forma de un susurró, su mente se paralizó sin saber que preguntarle.
–¿Cómo puedes ser tan cruel? –murmuró, fulminándole con aquella mirada tan fría que le caracterizaba.
–¿Por qué me dices eso?
–Sabes que lo he perdido todo –acusó mientras intentaba mirar el ultimo piso de aquel lujoso hotel –. Lo he perdido todo, porque te ayudé aquella maldita noche en que casi te violan… y aún así sigues saliendo sola a estas horas, viendo con tus propios ojos que las calles están desiertas.
–Lo siento… –es lo único que pudo decir, intentaba pensar que decirle pero su mente le estaba jugando una mala pasada.
–No te preocupes.
–Todos te estamos buscando… –finalmente pudo decir una de las frases que deseaba comentarle.
–Volveré –su mirada se volvió vengativa –. Cuando lo haya recuperado todo.
Shiho no contestó, observaba como Gin también se dejaba mojar por aquella densa y fría lluvia mientras él aún no le dirigía la mirada, se sentía tan culpable, le debía una…
–Shiho –le llamó la atención, sin darse cuenta la chica de que había bajado la mirada.
–¿Qué?
–Te acompañaré hasta tu casa –murmuró dándole la espalda hacia la dirección donde se hallaba su apartamento –. No quiero bajar aún más de rango porque te haya pasado algo dirigiéndote hacia tu hogar o cogiendo una lipotimia por este frío.
–Gracias… –sonrió levemente caminando un par de metros de distancia con Gin, no sabía porque pero al estar con él se sentía más relajada.

A las pocas horas Vodka escuchaba la melodía de tu teléfono móvil, entró a su lujoso comedor para coger el pequeño aparato que se hallaba en una de las mesas, el número correspondía al móvil de Gin.
–¡Jefe! –no se lo podía creer, después de tantos días daba señales de vida…
–¡Soy Sherry! –por su tono de voz estaba bastante desesperada –. ¡¡Gin se desmayó cerca de mi casa!! ¡¡No se que le ha pasado… estaba bien y de pronto se desplomó!!
–Escúchame, cálmate –dijo seriamente tratando de calmarla, buscando a su vez con la mirada las llaves de su automóvil bajo el sonido de la fuerte tormenta del exterior –. Aunque no te lo parezca, Gin es humano también se pone enfermo, seguramente tiene que ver con el temporal que hace últimamente.
–Vodka…
–¿Qué? –cogió las llaves para dirigirse rápidamente hacia allí.
–Tenemos que hacer algo… no podemos dejar la situación así…

Pasaron unos largos minutos…
Shiho abrió lentamente la puerta de su habitación al colgar el teléfono…

Gin se hallaba durmiendo profundamente en el lecho de Shiho, aún no sabía como había podido con todo su peso durante el trayecto… su rostro se mostraba sereno sin muestras de dolor, seguramente estaba entrenado para ello, pero al colocar cuidadosamente su mano en la frente del hombre sabía que tenía bastante fiebre y sufría por dentro.
Shiho suspiró al ver la ropa empapada y congelada que envolvía el cuerpo del hombre, si le dejaba así no le ayudaría en nada, su salud podría empeorar y ya estaba bastante febril, aunque ya le había visto desnudo le daba bastante pavor lo que estaba a punto de hacer…

Desabrochó suavemente la gran gabardina negra que le caracterizaba en aquella oscura organización, escuchó como algo caía con fuerza contra el suelo al sacarla de su cuerpo, cogió rápidamente la pistola de Gin y la guardó en el bolsillo de su pantalón, suspirando de alivio al ver que no había logrado despertarle…
Cogió y arrastró lentamente el jersey verde por su torso, estaba totalmente empapado y solo lograba que esa prenda de ropa pesase más, Shiho sentía como sus pulsaciones se aceleraban al acercarse más al rostro para sacárselo. Amontonó las prendas en una de las esquinas de la pequeña habitación. Se sonrojó bastante nerviosa al ver que solo le quedaba quitarle los pantalones ya que la tela absorbía bastante aquella helada lluvia y tenía pensado dejarle solamente con la ropa interior…
Rezó para que Gin no se despertarse mientras le quitaba aquella última gran prenda, seguramente no le haría gracia que le desnudasen totalmente dormido y más estando enfermo, al finalizar Shiho le tapó con dos pares de mantas y la sabana. Le miró por última vez antes de coger toda la ropa para tenderla en el comedor y encender la estufa de aire caliente…
Cerró la puerta de la habitación para que se calentara completamente con aquella estufa, no le importaba ayudarle, él hizo lo mismo por ella cuando cogió aquella pequeña lipotimia…

Tendió la ropa en silencio en otra habitación, recordando aquella última noche… no se la podía sacar de la cabeza las palabras en que Gin le dijo que nunca se enamoraría, estaba haciendo la tonta pero aún así quería estar con él y ayudarle. Al finalizar se dirigió a la cocina para mojar con agua fría una de las vendas, tenía que bajar esa fiebre como pudiese…

Escuchó el timbre de la entrada.
–¿Ya está aquí? –preguntó para si misma, confusa al mirar el reloj de su estantería, solo había pasado unos cuantos minutos y por lo que escuchó Vodka vivía bastante lejos –. ¡Gene! –saludó sorprendida al abrir la puerta.
–Lo siento por venir así pero –explicó entrando educadamente en el salón –. ¿Estás bien? Te vi bastante hundida al salir de los laboratorios y pensé que querías hablar…
–Gene…
–¿Por qué susurras?
Shiho agachó la cabeza, ¿Cómo se lo iba a explicar?
–¿Y esa venda? ¿Te encuentras mal?
–Gin, está aquí… no está muy bien… –sinceró no podía mentirle, provocando que su fiel amigo le mirase con incredulidad y que a los pocos segundos tirase el paraguas de mala manera hacia un lado.
–¿Dónde está?
–En mi habitación… se desmayó al acompañarme hasta aquí.
–Pues que le jodan Sherry –gruñó, mostrando por primera vez un rostro de puro odio –. Déjale que se pudra en la calle.
–Pero, necesita ayuda Gene…
–¿Necesita ayuda? –se burló de mala manera –. ¿Él te ayudó cuando tú le necesitabas? Mira como estás por su culpa, te tapas entera para que nadie vea tu cuerpo por culpa de sus palabras, te matas de hambre, no confías en los hombres, vives en tu mundo, estás rota por dentro y lloras todas las noches –explicaba con ira, agarrando con fuerza los brazos de Shiho para apartarla de la puerta de la habitación –. ¿Cuáles han sido sus palabras de ayuda, Sherry?
Shiho miró hacia un lado, intentando ocultar sus lágrimas demostrando que sus palabras la había dando donde más le dolía, en parte Gene tenía razón pero ella no quería verlo de esa manera…
–Lo siento –se disculpó levantando el rostro de Shiho, había vuelto a la normalidad –. Es que no quiero que te haga más daño, te estoy intentando arreglar, quiero que sonrías que seas feliz… me importas demasiado…
Shiho no contestó, solo observaba como Gene la miraba atentamente y como en pocos minutos acercaba su rostro al de ella, Shiho cerró los ojos, dejándose llevar…
–Gene…
–Sherry…
Quedaban pocos centímetros de distancia entre ambos labios…
–¿Interrumpo algo?

Shiho dejó cuidadosamente el frío pañuelo en la frente de Gin, sentada a su lado.

–Ya me imaginaba que tenías una llave de mi casa… –discriminó sin dejar de mirar el inexpresivo rostro de Gin que aún permanecía inconsciente, Gene se apoyó en la pared cruzando los brazos.
Hacía poco que Vodka había llegado al apartamento de Sherry rompiendo la escena que tanto había deseado Gene tener con Sherry… después de aquello ella no habló más del tema, solo llevó a su superior a la habitación donde se encontraba Gin para que evaluara la situación.
–¡No podemos hacer nada! –rompió el silencio de aquella habitación –. Tú y yo somos del medio rango, científicos, no podemos meternos en misiones de los superiores… nos va demasiado grande, además no estás preparada psicológicamente.
–En eso tiene razón –suspiró Vodka apoyándose al armario sin dejar de mirar a la joven –. No te creas que para acceder al alto rango buscan inteligencia o fuerza si no que seas capaz de tener la sangre fría en situaciones de alto peligro, puedes caer en shock…
–Es mi culpa, le debo una… –volvió a repetir lo que dijo ese mismo mediodía en aquel despacho con Vodka –. Además Gene, mira la situación que tenemos en los laboratorios, en toda la organización, a quien prefieres que nos mande las órdenes ¿Bourbon o Gin?
Gene se mordió el labio, ahí le había pillado.
–Solo, tendríamos que contactar con ese hombre –explicó Shiho mojando nuevamente aquel pañuelo con agua bien fría que llevaba en un recipiente, para colocarlo después en la frente de Gin –. Hablaría con él…
–¿De qué? –le interrumpió Vodka, riéndose un poco de ella por lo bajo –. ¿Qué le vas a decir? Además… ¿Crees que te va a escuchar?
–¡¡Es la única posibilidad que nos queda, esto no se solucionará solo!! –gritó nerviosa, su paciencia llegaba a su limite al no sentirse apoyada –. ¿¡Vas a seguir las normas y no lograr nada?! ¿¡O te las saltarás para lograr un bien para la organización?!

Vodka no contestó al ver la preocupación de la joven, en parte tenía razón.
–Si no dices de que organización eres, y nombras el nombre de mi padre creo que si te escuchará –explicaba sin mirar a ningún de los dos hombres, aquella fiebre no bajaba –. Inténtalo al menos…
–Sabes que te puede caer un buen castigo y a mi también ¿No? –sacaba el hombre de negro el pequeño teléfono sin tenerlo todo muy claro –. Es una norma, los de bajo rango no pueden hacer el trabajo de un cargo superior… y menos una misión que es de la mano derecha del líder.
–Hecha la ley, hecha la trampa –sonrió Shiho –. Gin ya no es la mano derecha del líder, a si que en parte me puedo meter en medio… además creo que si le hacemos este favor él nos lo devolverá ¿no?
–Que poco conoces a Gin –murmuró saliendo de la habitación, le había convencido.

Se escuchó como cerraba la puerta de la habitación dejando a los tres a solas.
–No sabes donde te estás metiendo… puede que te maten ¿lo sabes no?
–Ya lo sé Gene…
–Yo no me voy a meter en esto, no quiero arriesgar la vida por ese imbécil.
–Eres libre de hacer lo que quieras –murmuró tristemente, cerrando los ojos, ya que sabía que se iba a ir –. No te voy a obligar…
–El fin no justifica los medios.
La puerta se volvió a abrir pero se cerró en cuestión de segundos, Gene la había dejado sola con toda la responsabilidad. No le culpaba, hubiese sido muy egoísta por su parte obligar a Gene que la ayudase con la misión… ya que los de alto rango siempre le torturaban.
Shiho suspiró mientras pasaba otro pañuelo por todo el rostro dormido de Gin, aunque no demostrase síntomas ni signos del dolor que sufría internamente no podía detener el sudor que emanaba su cuerpo a causa de la alta fiebre.
–¿Tan mal te encuentras? –preguntó más bien para si misma, sabía perfectamente que no la podía escuchar y en parte lo agradecía, si no mataría a Gene por faltarle el respeto más de una vez –. Eso te pasa por pasarte todo los días en la calle con este frío.
Se miró a través del su reflejo del espejo, seguramente a Gin no le haría ninguna gracia que le cuidase ella, era tan niña… y con las mujeres que él iba eran tan adultas de cuerpo y mente, tan perfectas… estaba siendo una imbécil al pensar que él querría algo con ella… volvió a mirar su cuerpo, totalmente tapado para que ningún hombre la viera, de arriba abajo juntamente con un suspiró de dolor.
Vodka entró sonriendo de satisfacción.
–No se que haría tu padre pero al escuchar su nombre quiere conocer a su hija… –esas palabras provocó que Shiho sonriera de alivio, habían logrado mantener un contacto con él.
–¿Cuando quiere verme?
–Eso es lo malo, ha dicho que dentro de dos horas…
–¿¡Dentro de dos horas?!
–Aún sigue lo malo... no sería buena idea que entraras con tu aspecto real, el restaurante a donde iras habrá otros miembros de la organización haciendo algunos sobornos a otros políticos –explicó sin dejar aquella sonrisa, demostrando que tenía un buen plan en sus manos –. No conocen al representante pero no sería nada bueno que te vieran allí en medio.
–¿Y con que otro aspecto quieres que entre?
–Eso se lo dejaremos a manos de Vermouth… –ese era su plan.