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Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad

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Mensaje  Dom Perignon Dom Sep 01, 2013 3:38 am

El ambiente era horrible en aquel bosque, tras aquella explosión.
Nadie sabía que decir, y tuvo que ser Gin quien movilizó a todos los hombres para regresar a la organización. Dom dejó a Brandy en manos de aquel hombre, Grant's.
Se metió en el coche de Amarula, el cual ya debía estar llegando a la enfermería de la organización. Con él iban Cherry y Pink Lady.

Dom estaba en el asiento de atrás, Pink Lady conducía y Cherry estaba en el copiloto.
Él estaba serio, con la cabeza agachada, tapando a vista de ellas, si se les ocurría mirar, su expresión con su sombrero. Piernas cruzadas, brazos cruzados, y un rato de silencio muy incomodo.

Tras un rato de camino, finalmente Dom habló.
-Pink Lady- dijo levantando al fin la cabeza.
-Prefiero Pinky- contestó ella sin apartar la vista de la carretera.
-Pink Lady- dijo Dom de nuevo con un tono algo más enfadado.
-Le escucho...- contestó ella con entre miedo y desgana.
-Tienes suerte de haber llegado en mitad del caos que implica la desaparición del jefe, pero de no ser así, por supuesto yo hubiese sido el primero en hacerte ciertas preguntas, así que si no te molesta te las haré ahora- empezó a decir Dom mientras pensaba en como pudo fallar el plan. ¿Como iba a fallar un plan suyo de esta manera? Es inconcebible, y obviamente el error está en otra parte. Pero solo su equipo sabía de su plan, y como mucho una persona más, que informó a Brandy, pero si ese alguien informó a Brandy es porque es leal a la organización. La mente de Dom seguía pensando a toda velocidad. Sabía que Cassis no podía ser, simplemente lo sabía, y estaba seguro que Gin también lo sabía. Amarula tampoco, es posiblemente el primero en lealtad en esta organización. Gin también debía saberlo. ¿Será por eso que Gin le dijo de ir en el mismo coche que las únicas dos sospechosas?

-Si mal no recuerdo, estabas desaparecida tras una misión donde perdimos de vista a algunos miembros por culpa de una explosión- dijo sin apartar la mirada del retrovisor donde se reflejaban los ojos de Pink Lady. -¿Donde has estado y como es que no nos informaste antes?-
Pink Lady se puso algo nerviosa, y eso Dom no lo notó sin problemas.
-Acabé con unas heridas muy fuertes, y encontré la casa de un campesino que me acogió ese tiempo, hasta que me puse lo suficientemente bien como para reincorporarme a la organización, pero no pude avisar como es debido, ya que como bien has dicho, estabais en pleno caos por la desaparición del jefe- dijo ella con una gran velocidad.

Dom empezó a pensar en la psicologia de los mentirosos. Cuando tienes una mentira preparada para una pregunta que sabes que te harán, la sueltas con velocidad, al detalle, dando mas explicaciones de la cuenta e intentando que con una sola explicación se evite que la persona que te pregunta te siga haciendo preguntas nuevas. Por lo tanto, hay que hacerle preguntas que no tuviera preparadas en su cabeza.
-Respondeme a lo siguiente, y hazlo rápido- propuso Dom ante la mirada algo asustada de Pink Lady. -¿Como se llamaba el granjero? ¿Quemaste su casa tras marcharte? ¿Había un lago cerca de esa zona? ¿Cuanto tiempo pasaste ahí? ¿Sabes donde está tu novio? ¿Qué te contó el granjero sobre su vida en ese tiempo? Ve contestando eso, que luego van más.-

El interrogatorio fue intenso, y terminó cuando llegaron definitivamente a la organización. Para entonces Cordial ya había buscado por el mapa de la zona de la explosión en que perdieron a Pink Lady todos los datos relacionados con la casa del granjero, y no encajaba del todo bién con la historia de Pink Lady. Además las reacciones durante el interrogatorio quedaban claras, tanto en el lenguaje corporal como en las diferencias de ritmo al contestar, ya que se notaba mucho cuando tenía preparada una mentira y cuando tenía que inventar sobre la marcha.

Dom se sentó en su despacho y le pidió a Cordial que se tomase un descanso largo, que ya se quedaba él en la sala por un rato.
Apagó las luces y encendió una especie de casete que tenía en un mueble de su despacho. Se quedó ahí sentado con la cabeza agachada y los brazos cruzados de nuevo, mientras el casete reproducía una y otra vez la misma frase dicha por él mismo.

"Si no mantenemos las piezas en su sitio, el edificio se cae. Todas las piezas importan. Si no mantenemos las piezas en su sitio, el edificio se cae. Todas las piezas importan."

Una y otra vez...

De tanto en tanto se movía para juguetear con unas piezas de ajedrez que tenía en la mesa.
Muchas eran las cosas que pasaban por la cabeza de Dom Perignon. La muerte de Everglo afectaría la moral del grupo, más aún si fue una muerte relacionada con la misión que ahora mismo todos llevaban, aunque por desgracia cada uno por su cuenta. Además la misión falló, y eso el jefe de estrategia no lo lleva en absoluto bien. Por otra parte estaba el asunto de la traidora, de Pink Lady.

Durante ese rato, Cassis entró un momento a preguntarle como estaba.
-Quiero estar solo. Ve a comprobar por mi el estado de Amarula, por favor.-
Ella sin decir palabra cerró suavemente la puerta y se fue.

El momento de reflexión duró 20 minutos, y se rompió cuando vio lo que sucedió en una de las camaras que enfocaban a una zona trasera y oculta de la organización. En ese lugar vio a Gin y a Pink Lady a solas. Eso en ningún caso podía ser bueno.

-No será capaz el muy imbécil- dijo Dom en voz alta, mientras la expresión de su cara estaba totalmente expectante y, por fin, empezando a despertar.

Pero no le dio tiempo a hacer nada. Gin sacó la pistola y apuntó a la cabeza de la traidora.
-Nos encargaremos personalmente de que él también muera, y así os podréis volver a ver en el infierno- le dijo Gin con una malvada sonrisa.
-Algún día morirás, e incluso ese día serás incapaz de entender mis razones. Me das pena, Gin, nunca has sabido lo que es vivir. Tu paso por este mundo ha sido tirado a la basura.- dijo ella mientras cerraba los ojos.
-Y el tuyo termina aquí- contestó, mientras perdía la sonrisa con la que disfrutaba hace solo unos instantes.
El disparo fue certero en la cabeza, y Pink Lady se desplomó en el suelo al instante.
Vodka apareció de la nada y se llevó el cadáver a alguna parte.

Dom puso la mano en la cara. -Otra vez...-
Llamó a Cordial para que ocupase su posición y se fue a buscar a Gin.

En los pasillos de la organización, Gin y Vodka estaban camino a alguna parte mientras Vodka hablaba de lo estúpida que fue Pink Lady por decir esas tonterías antes de morir.
Un peón negro salió volando de algún lado e impactó contra la cabeza de Gin.
Vodka lo vio y puso una cara de terror extrema, incluso graciosa.

Gin se giró con una mirada infernal, dispuesto a matar a quien quiera que le lanzase lo que sea y por el motivo que sea.
Al girarse, por desgracia para él, vio a Dom Perignon, con una cara muy seria.
-¿Tú puedes tirar balas sin motivo ni utilidad a la cabeza de la gente y yo no puedo hacerlo con una inocente pieza de ajedrez?-
La mirada de Gin cada vez estaba más encendida en el odio, y la mano se iba posando instintivamente en su beretta.
-¿Qué acabas de hacer?- dijo mirandolo fijamente.
-Exactamente lo mismo que has hecho tú- levantó la cabeza y su sombrero dejó ver su mirada -Tirar un peón a la basura-
Antes de que Gin pudiera decir nada, Dom pasó por su lado y cambió de tema. -Guarda eso y ve a la sala de reuniones inmediatamente. Reunión de estrategia.-

Para su desgracia, Gin no podía matar a Dom, el jefe fue muy claro con eso, Dom, Brandy y Vermouth eran intocables, como ellos tres tampoco podían matar a Gin.
Dom se paró en seco y se giró para mirar a Gin una vez más.
-La próxima vez que descubras a una traidora, aprende a usarla, en lugar de seguir ladrando como un animal salvaje que mata sin pensar. Ella hubiese sido nuestro billete a la otra organización, pero una vez más, por tu salvajismo irracional, lo has vuelto a tirar a la basura.-
Gin cada vez se sentía mas tentado a desobedecer al jefe, y como Dom lo sabía, culminó su discurso con una indirecta.
-Ah, y que parezca un accidente tampoco vale.- esbozó por fin una sonrisa -Los dos sabemos que hay muertes muy dolorosas.-

Dom se fue y Vodka no se enteraba de nada, pero Gin sin duda sabía que hablaba de Cassis. Ella y el jefe eran los seguros de vida en que Dom pensó a la hora de confrontar a Gin de esta manera tan descarada, y por lo tanto pudo hacerlo con toda su seguridad.

En la reunión de estrategia se reunieron varios de los rangos más altos. Brandy por supuesto estaba, pero su cabeza estaba en otro lugar. Y Dom se dirigió a ella antes de empezar.

-Entiendo tu situación mejor que muchos de los de aquí, porque yo también hay personas que no quiero perder, pero has de tener en cuenta una dolorosa verdad- empezó a decirle muy serio.
-Nosotros somos asesinos, hemos matado a gente por mucho menos de lo que se merecen. Y en tu caso alguna vez has disfrutado haciéndolo. Por lo tanto, hemos perdido por completo el derecho a apenarnos por la muerte de alguien. En el momento que aceptamos matar a cualquiera que no se ajuste a nuestros objetivos, hemos firmado un trato con el diablo que nos avisa que moriremos y que morirá gente a nuestro alrededor. Nosotros lo hemos querido así, nosotros lo sabemos desde siempre. Nuestro derecho a quejarnos es nulo, tenlo presente.-
Posiblemente ella no querría escuchar ese discurso, pero sabía que eso era inevitablemente así.
-Y por otro lado- añadió en el último momento -nos viene muy mal que nuestra actual jefa esté en este estado, así que si pese a todo consideras que debes vengar su muerte, despierta y vamos a empezar a trabajar en ello.-

La reunión comenzó, pero no tardó en ser interrumpida por el chico rubio con el que se encontró en aquel bosque hace no mucho, cuando Cassis estaba en peligro por unos tipos de la organización rival.
Con él estaba un afiliado a la organización que conocía solo de vista. Taylor.
El chico rubio no tardó en sacarse el disfraz. Era Málaga, y con el cadáver de Everglo en los brazos.
Dom sonrió levemente al verlo. -Claro, muerte falsa y disfraz.-

Málaga dejó el cadáver de Everglo con cuidado frente a Brandy y se puso a dar información sobre la organización rival, ante lo cual, Dom sacó con velocidad un lapiz y un papel y se puso a dibujar el mapa en función al informe de Málaga y a pensar estrategias a toda velocidad.

También dijo que los telefonos de todos menos el de él, Emmets y Dom fueron pinchados, a lo que Dom contestó con prepotencia.
-Claro que el mio no fue pinchado, yo por lo menos controlo estas cosas.- los demás le miraron mal, pero algo acostumbrados. -Justo ese tema lo estaba investigando hace escasas horas. Me has ahorrado el remate de la investigación.-

Málaga y Taylor se sentaron en la reunión también. La reunión podía seguir.
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Mensaje  Cassis Dom Sep 01, 2013 4:38 am

Por fin llegamos a la organización. Y minutos después llegó otro coche, el de Amarula. Gin sonrió y Cassis supo que eso no podía ser bueno.

-Quédate aquí.-Le ordenó a su sobrina mientras se encendía un cigarrillo.
-Sí, mejor.-Respondió ella, demostrando con sus palabras que prefería mantenerse lejos del tabaco, aunque ya hubiese que tenido que soportarlo durante años por su culpa.

Los dos subordinados se apartaron y empezaron a discutir algo. Cassis observaba la mirada fría de su tío, ya conocía esa mirada y estaba claro que iba a matar a alguien. Miró como Dom, después de bajar al coche, se dirigió dentro de la sede y deseó ir con él, pero debía obedecer órdenes y esperar. Entonces algo le hizo pensar que no debía desear eso. Que debía dejar de confiar en la gente de una vez, o se encontraría con más golpes. Eso le recordó a su hermano, otra vez.. Pero prefirió no pensar en eso ahora y se centró en poner atención a Gin, que volvía con Vodka detrás y la misma sonrisa de antes. Se incorporó y entraron los tres a la sede. Se dirigieron a la sala de armas a por más balas, que con el anterior tiroteo se habían quedado sin ellas apenas.

-¿Quién es la víctima?-Preguntó Cassis.
-¿Tengo que volver a repetirlo? No te involucres en este caso.
-Aniki, ¿no sería mejor que no viniese con nosotros?-Preguntó Vodka, bastante dudoso.
-No iba a venir con nosotros.

Con solo oir eso Cassis ya supo que debía ir en otra dirección. Y caminó hacía el despacho de Dom Perignon. Se autoconvencía a sí misma de que iba a verle solo para que le contase lo que estaba pasando, ya que su tío no se dignaría a hacerlo nunca. Entró sin llamar y le preguntó como estaba, pero Dom le dijo que prefería estar solo así que se marchó. A ver a Amarula, como acababa de decirle el jefe de estrategia. Lo había olvidado, estaba en la enfermería con un disparo en el abdomen, disparo que podría estar ahora mismo en su propio cuerpo si el chico no se hubiese puesto en medio. Al llegar le vio en una especie de cama y se acercó. Después de sentarse a su lado, le contempló unos segundos. Estaba dormido y Cassis no quería interrumpir eso, así que se dispuso a irse, no sin antes darle las gracias. Sabía que él no lo escucharía, por supuesto, pero se sentía obligada a hacerlo.
Al salir de la habitación se cruzó con alguien: Bourbon. Realmente, su presencia asustaba un poco. Al pasar por su lado se fijó en algo que tenía en su mano, era una fotografía. Una fotografía de alguien que ella ya había visto antes. Pensó unos minutos y llegó a la conclusión de que debía saber quien era ese tipo, si alguien como Bourbon le tenía en cuenta, debía ser importante. Así que volvió al despacho de Dom, pero no estaba. En su puesto se encontraba Cordial y Cassis le preguntó a él si sabía algo de su hermano.

-Está con Gin.-Respondió él firmemente, mirando hacia sus pantallas.
-¿Con Gin?
-Exacto.
-Bueno.. Gracias.

Mio les buscó por la sede y dio con ellos. Observó la escena desde lejos, intentando escuchar lo máximo posible. Notaba a su tío enfadado y eso daba bastante miedo, por lo que no quería meterse.

-.. un accidente tampoco vale. Los dos sabemos que hay muertes muy dolorosas.-Alcanzó a escuchar decir a Dom.
Acto seguido este se fue y Cassis que no entendía nada, se volvió por donde había venido. “Que frustante es no tener nada que hacer. Supongo que volveré al bosque.” Pensó. Y se fue de la sede para intentar encontrar algo de paz en aquel sitio.
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Mensaje  Baileys Brandy Mar Sep 03, 2013 10:59 pm

No recordaba nada. ¿Cómo había ido a parar dentro de su coche? ¿Por qué estaba en el asiento de copiloto? ¿Por qué Grant’s conducía? Tan solo recordaba la explosión, las palabras de Málaga, y la tristeza que la llenaba por dentro. Pero poco a poco incluso eso se desvanecía en una niebla negra como su corazón que se empezaba a tragar todo. Empezaba a recordar, él la había sacado de allí y se dirigían a la organización, después de todo el enemigo seguía vivo –Al ¿por qué crees que te pusimos ese nombre en clave?- al oír la familiar voz de su sensei  pareció que de nuevo algo la arrastró a la realidad, pero aun así se veía incapaz de responder, nunca le habían dicho el por qué, tan solo le dieron el nombre y ya está y realmente ahora no le apetecía pensar la respuesta. Ante el silencio de la albina él se dispuso a responder la pregunta –El Baileys es una bebida femenina y suave, perfecta para cualquier dama y el Brandy es una bebida intensa y peligrosa en grandes cantidades- eso fue lo único que necesitó oír, sus lágrimas se detuvieron y su cabeza se irguió de nuevo llena de soberbia como era habitual. Sus ojos estaban enrojecidos y el maquillaje se había echado a perder y ahora estaba todo esparcido por su rostro. Brandy había vuelto, en mal estado, pero había vuelto. Esas palabras le habían hecho recordar quien era, y por qué no podía perder el tiempo llorando por una vida, fuera de quien fuera. Esa organización se había equivocado de enemigos, si querían guerra la tendrían, aunque fuera sin el Jefe y sin sus estúpidos planes.

Minutos antes de llegar a la sede su teléfono negro sonó, pero no lo atendió, no era el mejor momento. Y al fin llegaron, habían estado mucho tiempo en silencio desde que ella había dejado de llorar, y el coche se había llenado de mucha tensión, salir de ahí era lo mejor. Pero antes de que pudiera abrir la puerta Grant’s la agarró del brazo y la jalo hacia él quedando sus rostros a escasos centímetros ¿Qué pretendía ese estúpido en ese momento? –Eres la actual Jefa de la organización- le limpió las marcas del maquillajes escurrido con un pañuelo –No puedes mostrar tu debilidad- la reacción después de eso fue más fría de lo habitual en ella. Bajó del coche sin decir nada e ignoró a todos aquellos que intentaban dirigirle siquiera la palabra, hasta que llegó a la sala de reuniones.

-Oe..Al ¿qué ha sido eso?– preguntó Grant's preocupado por su forma de hablar y de reaccionar ahora a las cosas, pero ella no tenía ganas de responder y con un solo movimiento de mano él pudo entenderlo –De momento, espera aquí, ya te llamaré- sus palabras sonaron frías y vacías pero aun así el obedeció apoyándose a una pared de al lado de la puerta para poder pensar tranquilamente. Se sentó de nuevo en el sillón del Jefe sin comentar nada, y esperó a que todos llegara, pero entonces sus móvil banco sonó. Ella respondió y no dijo nada, pero su interlocutor estuvo varios minutos hablando, y los que entraban y los que ya estaban dentro se preguntaban qué estaba pasando y de qué tanto hablaba por teléfono. Y de golpe cortó coincidiendo justo con la entrada de Dom Perigon y Gin, quién esta vez se sentaron ambos en la sala y más cerca de ella que de costumbre ¿la vigilaban? ¿o era simple procedimiento como manos derechas del Jefe que eran todos? Suspiró esperando que aquello fuera mera formalidad.

Pero su deseo no se hizo realidad, antes de que la reunión empezara el discursos de Dom fue inevitable. Podía contestarle, matarlo, hacerle callar o infinidad de cosas, pero daría mejores resultados dejar que acabara, y lo mismo hizo con la reunión, ya que nada de lo que en ella se dijo era nuevo para ella. Si lo del Jefe de Estrategia era un discurso innecesario a esas alturas la información dada en la reunión era solo una pérdida de tiempo. Pero era algo que ella ya venía venir teniendo en cuenta que empezó la reunión dejando frente a ella el cuerpo de su mejor amiga al que Baileys miró con los mismos ojos vacios como si fuera un muerto más, sin sentir especial lástima porque fuera la persona más importante que había existido en su vida los últimos años. Dejó a Málaga acabar y se levantó de repente seria,atrayendo la mirada de todos los presentes ¿qué planeaba ahora? ¿Iba a matar a Málaga después de que diera toda la información por dejar morir su amiga? ¿Por qué su rostro era tan inexpresivo? Muchas preguntas surgieron que en cuestión de segundos fueron respondidas con grande asombro por parte de todos. Antes de que nadie pudiera reaccionar a Bourbon  ya le había atravesado una bala en la pierna sin ni siquiera haber podido abrir la boca y la arma ahora apuntaba directamente a la cabeza de Vermouth –Sabías muy bien que no teníamos que averiguar el paradero del Jefe- suspiró y miró de reojo al ahora herido que yacía en el suelo sujetándose la pierna –y aun así lo hiciste ¿verdad Vermouth?- la sonrisa de Gin no podía ser más amplia. No tan solo había vuelto, sino que era aún más sanguinaria que antes y no había dudado en disparar a alguien como Bourbon y a apuntarle a la cabeza a aquella mujer –Ara, ara ¿estás segura que quieres hacer eso?- sonrió burlona la bruja de las mil caras confiada de que ella no podía matarla porque era algo que el Jefe nunca permitiría -¿Estás tú segura que quieres retarme?- caminó lentamente hacia ella y de un movimiento rápido la agarró de los pelos y la lanzó contra el suelo –Ahora seguirás mis órdenes y te dejarás de tus juegos- la sala se había quedado en silencio observándola. Imposible, estaba golpeando a la preferida del Jefe sin miedo alguno. ¿Y a qué se refería con que sabía que el Jefe no debía ser encontrado? ¿No había sido ella misma quién les había ordenado que lo encontraran a toda costa?

Se volteó hacia la mesa de nuevo para reprender la reunión, pero antes posó su dos celulares en el suelo –Primero, si nuestros móviles están siendo escuchado solo tenemos que deshacernos de ellos-  y de nuevo su arma se volvió a disparar rompiendo los teléfonos y haciendo que los agentes más cercanos se alejaran de forma que pudo ver el rostro de las personas importantes en aquella reunión: Málaga, que ahora la miraba con una cara de espanto y confuso con lo que estaba pasando; Amarula, que no sabía si preocuparse de ayudar a su amigo o si centrarse en lo que estaba a punto de decir; Bourbon y Vermouth que la miraban desde el suelo con miradas serias y llenas de sentimientos de odio; Dom, que tenía un rostro tan serio que parecía indescifrable y por encima de todos esos Gin que sonreía haciendo un contraste brutal con Vodka que estaba detrás de él temblando. Miró a Dom y decidió al fin responder su discurso –Si Everglo ha muerto ha sido por no acatar mis órdenes y por hacer planes por sí misma, ese es su castigo- habló fríamente sin preocuparse una vez por si sus palabras atravesaban a Málaga como espadas y sin parecer para nada perturbada por la muerte que hacía unos minutos la había hecho llorar por primera vez desde que había entrado en la organización. La gente no podía entender cómo podía hablar así de la muerte de su mejor amiga e incluso ahora los que mejor la conocían no sabían que tenían delante, parecía un monstruo sin corazón -¡Qué cruel!- una voz medio cantarina pero al mismo tiempo masculina  que escondía un tono serio y preocupado sonó tras ella… su sensei ¿pero cómo había entrado? ¿y cuándo? Además ¿quién le había llamado?

Pero en fin que él estuviera ahí en cierta forma significaba que al fin podían centrarse en lo que de verdad importaba, la organización enemiga –Este es  Grant’s- lo presentó, aunque algo le decía que eso no era necesario mucho de los miembros más viejos se quedaron de piedra al verlo, como si fuera un fantasma -¡¿N- no habías muerto hace 2 años?!- dijo medio tembloroso señalándolo como si eso no fuera posible –Él es uno de los altos cargos de la organización- suspiró dirigiendo una mirada asesina a aquel idiota que hacía preguntas las cuales ya estaban respondidas ¿si estuviera muerto estaría frente sus ojos? No conocía nadie capaz de hacer tal pregunta –hace dos años se hizo pasar por muerto y con una nueva identidad entró a la organización enemiga para destruirla desde dentro, y realmente logró ser uno de los cuatro pilares de la organización y conseguir información. Pero hace un mes contactó con el Jefe por primera vez desde su infiltración y le dijo que él solo no se podía hacer cargo, los otros rangos eran astutos, permanecían escondidos, eran habilidosos, eran fuertes, eran especialistas en asesinatos, eran capaces de deshacer grandes instituciones en poco tiempo, y lo peor es que el Jefe se mantenía oculto entre uno de los otros tres pilares. Era imposible saber cuál de ellos era. Pero nuestra urgencia en destruir esa organización fue que nos habían fijado como objetivo, como muchos habréis visto, os han atacado por todos lados, se adelantan a nuestros movimientos, y nuestro único punto a favor es que somos superiores en habilidades en campo. Pero las mentes que están detrás de todos estos ataques son milagrosas, únicas y peligrosas, nos predicen, analizan, buscan nuestro punto débil y le atacan.  Por eso el Jefe decidió desaparecer. Creyó que ellos saldrían más rápidamente si la organización se desestabilizaba y así podríamos aprovechar esa oportunidad para llevar a cabo la aniquilación de la organización antes de que ellos nos aniquilaran a nosotros. Por eso os movilicé en dirección opuesta a la mía para poder sacar a Grant’s de allí y traerlo a la organización sin incidentes y así usaríamos la información disponible contra ellos, pero ellos se nos adelantaron. Fueron a por Dom Perignon desde un buen principio, primero con una emboscada simple que fácilmente él dominó y luego con una más compleja en la cual alguien de dentro colaboró. Pensaron que si el Jefe desaparecía y luego eliminaban nuestro Jefe de Estrategias matar al resto sería cuestión de tiempo- acabó su discurso sentándose de nuevo en su lugar y dejando paso a Grant’s y así dejar de ser el centro de atención.

-Lo que he podido averiguar no es mucho  más de lo que os ha contado Málaga. Esa es la estructura principal y todos los que hay debajo son mayormente personas sin talento. Y son una organización que se especializa en aniquilación de organizaciones e instituciones. No puedo asegurar por qué motivo se hace porque eso tan solo el Jefe lo sabe pero creo que tan solo son acciones remuneradas de ciertos peces gordos del mundo político y financiero. Para ellos reclutar personal no les es complicado ofrecen dinero y muchos otros lujos a cualquier idiota que jure guardar secreto sobre las misiones. Pero últimamente han estado dando un poco en las vistas en los bajos mundos, todos se han dado cuenta de desapariciones de delincuentes famosos y bandas organizadas que dirigían los negocios turbios y que tenían años de historia y que en cuestión de días fueron aniquiladas. Pero realmente es como dijo Brandy, si eliminamos a los tres líderes, dotados de gran astucia, los otros que quedan tan solo son perros mandados que se sentirán perdidos y acabaran ellos mismos con sus vidas- dijo apoyándose en la pared y empezando a fumar tranquilamente sin preocuparse por las miradas estupefactas de todos.

-¿Entonces que esperamos para ir allí y matarlos?- saltó interesado en el asunto y con una sonrisa incontenible Gin, realmente le gustaba la sangre. Bailleys le devolvió la sonrisa también con muchas ganas de destruirlos y de disfrutar cortándolos poco a poco –Confieso que también estoy impaciente por eso pero no nos precipitemos, ya es de día y aún no hemos descansado, mejor será ir a casa a descansar antes de la matanza- dijo pasando sus dedos por la pistola más sedienta de sangre que de costumbre –Y espero que el Jefe de Estrategia se encargue de hacernos un buen plan ¿verdad, querido?- le dirigió una sonrisa cínica sin ocultar en su mirada como hervía su sangre y cómo de frío se había vuelto su corazón si es que aún poseía uno.
Baileys Brandy
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Mensaje  Málaga Jue Sep 05, 2013 11:58 pm

Autentico miedo. Eso es lo que sentía Málaga ahora que su lado maligno había asomado por primera vez desde su nacimiento. Algunas veces lo había sentido e incluso una vez había sido poseído por él estando al borde de la muerte, pero jamás había escuchado su voz. Se estaba volviendo más fuerte lo cual indicaba que pronto empezaría a ser absorbido por él, por esa cosa como lo llamaba. Trataba que nadie notara su temor, pero no podía evitar sudar, sudor frío propio del miedo o del pánico. Aunque aún mantenía el control de su cuerpo y podía evitar echarse a temblar. Respiró hondo y trató de serenarse.

Decidió concentrarse en la reunión para tranquilizarse y tomó asiento, no sin antes mirar con una leve sonrisa imperceptible, fingiendo algo de enojo, a las palabras del Jefe de estrategias, Dom Perignom. También tendría un problema con el que lidiar ¿Qué haría Amarula cuando lo viera? Probablemente cazarle. Temía por Amarula un poco, estaba en un estado en que su otro yo lo mataría sin dudar, debía evitar que ese encuentro se produjera, y si se producía, que no fuera una guerra de armas.

Otro factor a tener en cuenta era la posición de su ex-compañero en la organización rival, se sabía que era miembro y un alto cargo. Sin duda Grant`s debía de conocerle. Le preguntaría después. Un disparo le sacó de sus pensamientos. Vio a Bourbon en el suelo agarrándose la pierna y a Baileys Brandy, actual jefa agarrando por el pelo a Vermouth, la favorita del jefe, y no solo eso, sino también la lanzó contra el suelo y la amenazó.  Luego cogió sus teléfonos  y los soltó en el suelo y los infló a balazos. Michael, aterrado por su otro yo vio esa escena un poco espantado y confuso, no había prestado atención a lo anterior y quizás hubiera habido algo que se hubiera perdido. Lo siguiente que escuchó lo dejó sin palabras. Baileys Brandy hablando fríamente sobre la muerte de Everglo, cada palabra dicha por ella, ensartaba el alma de Málaga como puñales y espadas. Apretó los puños fuertemente mientras con la cabeza gacha derramaba unas lágrimas, no sabía si de rabia, de la tristeza por la cual aún no se había repuesto, por la culpa de poderla haberla salvado o quizás por la mezcla de todo. Sintió una mano apoyada en su hombro derecho y al voltear su cabeza pudo ver al dueño de esa mano. Taylor estaba ofreciéndole apoyo y consuelo. Disimuladamente se secó las lágrimas y puso su clásica expresión imperturbable. Nada podría afectarle externamente ahora.

Una voz cantarina y muy masculina se escuchó y al levantar su cabeza vio a Grant`s. Taylor apretó el agarre en el hombro de Málaga mientras sonreía de un modo extraño. Esa sonrisa extraña que Michael nunca pudo descifrar y quizás no le gustaría saber el significado. Bail le presentó y explicó la situación actual de Grant´s, y éste sólo pudo confirmar lo que Michael había dicho antes. Gin habló dando a notar su ansia de sangre y Bail estaba más sádica que nunca pero se contuvo y consiguió contener a Gin. Dom procedió con su estrategia.

Ya que vamos a cargar con todas nuestras fuerzas, vamos a tener que hacer un despliegue considerable de efectivos. Tenemos todos el mapa en función a lo dicho por Málaga y Grant's, por lo tanto debe ser preciso, y espero que todos lo tengan memorizado. Dicho esto, mandaría a 3 equipos. Primero el equipo cebo, peones que entrarán primero, pero que sean miembros con un mínimo de eficacia. Ellos entrarán con sigilo en la zona, cubriéndose unos a otros y equipados con cámaras para que yo pueda ver desde mi sala lo que hay desde todos los puntos de vista. Cuando estén por fin en la puerta entrarán a la fuerza y se desplegarán en las distintas habitaciones. Este grupo tiene posibilidades de morir, pero en fin, son los cebos. Un segundo grupo será el de los alrededores. Un grupo que rodeará el edificio entre varios miembros y preparados con rifles y las armas con que se sientan más cómodos. Ese equipo se asegurará que no hay ni emboscadas ni huidas ni nada que nos pueda tumbar la primera parte del plan. Por último el grupo de élite, un grupo aun mayor que los dos primeros, con calidad y cantidad alta de nuestros miembros. Con la organización rival desconcertada y atrincherada por los dos primeros grupos, estarán aislados, y aunque se creerán que podrán ganar a ese número de miembros que mandamos al principio, no se esperarán que un número mayor compuesto por los mejores viene detrás a aprovechar ese agujero para rematarlos. Por supuesto espero que este grupo tenga los mejores chalecos antibalas y demás protecciones, así como se mantenga en contacto conmigo todo el tiempo. No quiero perder a nadie de los grupos 2 y 3. Miembros por grupo:

Primer grupo, 15 peones
.
Segundo grupo, 12 francotiradores, y que se pongan por parejas (incluimos aquí a Cassis, Cherry, Chianti, Korn, Vermouth y Amarula)

Tercer grupo, 24 de nuestros mejores hombres, 18 que harán un ataque directo y 6 que rodearán la casa (incluimos aquí a Brandy, Málaga, Grant's, Taylor, Gin y Vodka)

15+12+24 "51 efectivos en total, en una organización de más de 100 miembros, es un golpe arriesgado, pero debería ser certero, ya que ataquen por donde ataquen, tenemos todos los frentes cubiertos, y en el peor de los casos a la mayoría le sería fácil retirarse, pero eso no pasará"


El teléfono de Málaga sonó en ese momento.

Quizás haya información. Voy a responder, es mi contacto.-cogió el teléfono y lo descolgó- Soy yo, Hyde.

Creo que tienes un problema severo, Michael. No me andaré por las ramas. Tu ex-compañero se encuentra en el bosque frente a vuestra sede.

¡¡¡¿En el bosque?!!! Muy bien… voy hacia allí-colgó la llamada y se guardó el móvil-Volveré en breve, no sigáis sin mí y si tengo suerte, quizás os traiga a un voluntario para probar las torturas de Gin. Deseadme suerte.-y salió corriendo de la sede rumbo al bosque, no sin antes colocarse las lentillas y la peluca, convirtiéndose nuevamente en Casval Degwin.

Corrió por el bosque en  busca de un rostro conocido, vio a Cassis rondando por allí pero antes de darse cuenta, ese rostro conocido se paseó como cebo para que Cassis le siguiera, trampa en la que volvió a caer la joven. Casval tuvo que apretar sus pasos para no perder de vista ni al cebo ni a su querida hermanita.

Juega sucio el maldito.-pensó Casval sin dejar de correr, hasta llegar a una especie de claro. Se escondió entre los matorrales a ver la escena que sucedía frente a sus narices. Cassis sorprendida de que “su hermano” la apuntara con una pistola, y sobre todo como “él” sonreía disfrutando todo. Apretó el gatillo de su pistola y Casval corrió a empujar a Cassis contra el suelo para que la bala no le diera, bala que acabó rozando el brazo derecho de Casval.

Vaya, vaya. Los héroes siempre llegan al último momento.-dijo el castaño sonriendo.

Yo no soy un héroe. Simplemente vi que nee-chan estaba en apuros y vine aquí-explicó Casval con voz de niño señalando a la joven, la cual parecía mayor que él pese a que no lo era.

No te hagas el tonto conmigo. Nunca has podido engañarme, querido Michael-dijo quitándose el disfraz y mostrando a un joven moreno con ojos azules, no mucho mayor que él.

No sé de quién me habla, oni-chan-dijo imitando a los críos de siete años para luego sonreír sarcásticamente poniendo su voz normal mientras se sacaba la peluca y las lentillas-Aunque en fin, ¿A quién quiero engañar? Siempre me has descubierto, desde que te conozco has sido superior a mí

Eso es un halago por parte del genio del FBI. Me honras, Michael. Juntos éramos el equipo perfecto-dijo sonriendo el moreno

Tienes razón lo éramos, hasta que te uniste a esa organización y nos traicionaste, Shibota.-dijo serio, sin preocuparse que Cassis se estaba enterando de todo.

¿Shibota? ¿Aún me llamas así? Te dije que ese era un nombre falso para infiltrarme en el FBI. Te he dejado varias indirectas a lo largo de nuestras misiones e incluso ahora te he ido dejando pistas sobre la organización.

Málaga no salía de su asombro, su expresión y su cara lo decían todo. Ni siquiera le importó que Cassis estuviera allí delante antes de formular esa pregunta.

¿A qué te refieres con esas pistas que me has estado dejando?

Michael, Michael, Michael, siempre has sido perspicaz y ahora no eres capaz de ver más allá de algo tan sencillo como esto-respondió en tono decepcionado-Te lo diré. La última pista es un acrónimo de mi nick. Allí tendrás la respuesta que buscas

Un acrónimo… un acrónimo… Shibota Hassuwa, piensa Michel, piensa… Shitassu Wahabowa, no. No tiene sentido. Watashi Bohassu, tampoco tiene sentido. ¡¡¡No puede ser!!! Watashi ha Bossu

La cara de Málaga no tenía precio, había quedado como un tonto por no haberse dado cuenta del pastel.

Veo que te has dado cuenta.-dijo tranquilo el moreno apodado Shibota

Pero… ¿Por qué haces esto? No lo entiendo. Pero si hay algo que sé. Si eres el jefe, no tendré reparos en sellarte todos los agujeros de tu cuerpo a balazos.-dijo en tono serio Michael. No era momento para bromas.

Que así sea. Te esperaré tomando una botella de Everglo-dijo el moreno.

Michael tomó eso como un desafío y sacó su magnum para apuntar a Shibota, pero éste ya se había ido. Sabía dónde hacer daño. Michael se giró hacia Cassis.

¿Estás bien? Siento haber desaparecido todo este tiempo, hermanita, pero era necesario. Te lo explicaré por el camino, es hora de regresar a la sede y es peligroso que te quedes sola fuera.

Málaga fue abrazado por su hermanita.

-¡¡¡Baka!!! ¡¡¡Baka!!! No me asustes así, te eché mucho de menos, no quiero separarme de ti

Esas palabras hicieron sonreir a Málaga. Decidió dejar que se quedara así un rato, mientras una sombra se acercaba, sombra que inmediatamente  Michael conoció-Amarula. He de disculparme contigo en algo. Siento haberte usado como parte del engaño. El plan original fue usar a Dom y sus aparatos de escuchas como testigos, pero no pensé que me siguieras hasta que fue demasiado tarde.

Málaga esperaba que Amarula le pegara un tiro por el engaño. De hecho se lo merecía, e incluso merecía que su hermanita no le dirigiera la palabra y no que estuviera abrazada a él. Suspiro brevemente mientras esperaba la respuesta del joven.
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Mensaje  CAIPIROSKA Dom Sep 08, 2013 10:18 pm

Observaba apasionada el cielo por la ventana del avión. Se había quedado embobada contemplándolo, a pesar que la oscuridad ya era notable y lo único que podía visualizar era un gran manto negro acompañado de pequeñas luces que lo adornaban. Pero a ella no le importaba, de una forma u otra el cielo siempre le reflejaba tranquilidad condicional. Esbozó una amplia sonrisa, relajada, imaginándose un mundo ideal donde ella pudiera surcar ese lugar... Un sitio inexistente, solo conocible por su mente. Movió la cabeza deshaciendo esos pensamientos, a veces se daba miedo a ella misma por las fantasías que le bagaban.

Iba de camino a Japón, concretamente Tokyo, allí se encontraba la base de la Organización donde recientemente se había unido. A pesar de su escasez en ésta, la joven había averiguado bastantes datos ya que había indagado lo más profundo que había podido con sus contactos que se encontraban dispersos por puntos clave -elegidos por ella misma- del mundo.

Caipiroska suspiró algo extrañada, mirando su teléfono. El móvil que solo obtenía mensajes y llamadas telefónicas, proporcionado por aquella sede, no había recibido ningún tipo de nota. Y era inusual. Normalmente, el jefe, a pesar que ella perteneciera a un rango mínimamente bajo, le enviaba un mensaje cuando la misión se daba por terminada. "¿Misterioso?" Se quedó observándolo, aunque no le dio más importancia.

Poco después, escuchó que una azafata de aspecto agotado y ojeras, informaba por los altavoces que se encontraban volando sobre Japón, y que pronto llegarían a su destino. "Bien".

Minutos más tarde, la joven se levantó de la cómoda butaca, aunque notó sus extremidades adormecidas por la cantidad de horas que había estado sentada, el viaje de Estados Unidos a Japón había sido pesado. Bajó de aquel vehículo volador, y como no llevaba ningún tipo de equipaje más que lo que traía encima -vestido corto ceñido al cuerpo y botas de tacón, todo ello negro- , salió del lugar. Una vez fuera, respiró hondo, inhalando todo el aroma del lugar.

Caminó durante un rato, pensativa, sin saber que haría a partir de ese momento. "Lo primero que debería hacer sería encontrar algún lugar para pasar la noche... Durante ésta última misión no he pegado ni ojo". Mientras, aún que estuviese sumisa en sus pensamientos más profundos, percibió que alguien por detrás se acercaba, a paso sigiloso, como pantera al acecho de su presa. Arqueó sus labios por unos instantes, vigilando.
Cayó en la cuenta que por los alrededores no visualizaba a nadie, solamente a ellos dos. Se encontraba ya en una zona bastante alejada del aeropuerto pero, aún podía ver y oír los aviones al aterrizar.

Su velocidad era pausada, no quería demostrarle a aquel sujeto que le empezaba a irritar, aunque entonces, se dio cuenta que aquel empezaba a cargar su arma. "Siniestro".

- Detente -le ordenó una voz fuerte y segura, seguidamente le apuntó.

Se paró al instante, obedeciendo.

- No llevo nada de valor ni efectivo encima -dijo, calmada. Lo mejor era acabar con aquella estupidez cuando antes, quería irse de ese lugar, el sueño ya se empezaba a apoderar de ella y no tenía tiempo para casos irrelevantes. Pensó que lo más probable es que ese tipejo fuera de esos que buscaban a personas acabadas de llegar al país y que a simple vista parecieran inofensivas para atracarlos y llevarse lo que pudiesen. Suspiró. "Con lo fácil que sería en estos momentos sacar una de mis dagas y asesinarle; aunque, si no es completa urgencia, no tengo por qué ensuciarme las manos".

- Eso no me interesa.

Ante aquello, observó de manera instintiva, analizándolo. Lo que le llamó principalmente la atención fue que en su mano izquierda poseía una pistola Pietro Beretta. Seguidamente, sus ojos se movieron y se posaron ante el individuo, examinándolo con determinación. Era una figura masculina. Iba completamente vestido de negro -abrigo, polo, sombrero que dejaban ver levemente sus ojos verdes y penetrantes-; y por último, su cabello largo y rubio que le caía por sus hombros.

Arrugó durante unos instantes la nariz, pensativa.

Le conoció, no hacía falta darle demasiadas vueltas a su cerebro. ¿Por qué quién tendría interés en ella? Nadie. Por eso la respuesta fue más que sencilla: era uno de la Organización. En esos instantes, su mente se puso a unir cabos sueltos rápidamente como si le fuese la vida en ello. Con la descripción que tenía, supo de quien se trataba, aunque, hubo un detalle que le convenció que aquel individuo quería probar su grado de inteligencia.

- ¿Qué miras? -preguntó arrogante él, dándose cuenta que la joven empezaba a estudiarlo.

- Bueno, la verdad, es que nunca me hubiera imaginado por parte de vosotros que me recibierais con una sonrisa y un abrazo, pero no crees que ésto es pasarse... ¿Señorita maestra del disfraz? -el individuo se quedó contemplándola y dejó ver sus blancos dientes con una fugaz sonrisa-. ¿O quizá prefieres que te llame Gin?

- Conmigo no te hagas la lista -gruñó.

- Y no lo hago, créeme -aclaró, seria, intentando no perder la posición. "Esto va por buen camino, no hay de que preocuparse"-.  Solamente digo que no hace falta que me apuntes, y... menos con un arma de fuego, las aborrezco.

Se encontraban a un metro de distancia, las dos detenidas, manteniendo su postura, sin perder el rostro firme.

- Ésto no es un mercado para que elijas lo que te plazca a ti -sentenció con un tono que dejaba helado a cualquiera, pero Akari hizo de tripas corazón, demostrando su valentía.

- Venga, y ahora dime... Vermoth... ¿Qué haces aquí?

- No te tomes tantas confianzas, guapita -la visualizó de forma respectiva. Seguidamente, con la mano se arrancó la piel de su rostro, dejando ver que era un disfraz. Lo tiró al suelo, eso ya no servía para nada. Akari observó el auténtico rostro, era el de una mujer joven y hermosa, tal y como había imaginado-. Pero contéstame: ¿cómo supiste que no era auténticamente Gin, si nunca nos has visto en persona a ninguno de los dos?

Ahora fue la joven quien sonrió, desafiante y sus ojos reflejaban perspicacia.

- Tengo una élite o grupo, como quieras llamarlo, que es una red de contactos callejeros -la mayor la observó, queriendo más explicaciones-. Ellos van de maravilla para hacerme llegar gran variedad de información y para el trabajo que tengo como espía, es fundamental tener buenas fuentes. Lo bueno que tienen esos tipos es que son fáciles de sobornar y simples de contentar; y a más, si te fallan los pueden silenciar y nadie echará de menos su presencia. Sin duda, puedes llegar rápidamente a un pacto que te beneficie -suspiró, el cansancio ya le estaba pasando factura aunque mantenía los ojos abiertos. Sinceramente, disfrutaba cuando arruinaba los planes de los demás y exponía su ingenio-. Por supuesto, les pedí información de vosotros, sobre quienes erais los altos cargos...

- Aún así, no has contestado a mi pregunta, ¿cómo supiste que no era Gin?

- Por el olor -el sujeto pestañeó un par de veces, en ese momento se dio cuenta de su pequeño error-. Es bien conocido en Gin, la mano derecha del jefe, que es un fumador empedernido, pero viéndote, lo extraño es que no lleves ningún cigarrillo ni que huelas a humo.

- Buena percepción, Caipiroska -le felicitó la mujer burlona.

- No te creas. Seguramente, cualquiera de la Organización con un poco de sentido común lo hubiera averiguado, quizá antes que yo misma.

Se tomó unos instantes antes de proseguir, degustando de las emociones que la rubia sentía. Vermoth odiaba cuando alguien se quería hacer la inteligente en frente suyo y que luego hablase como si lo que hubiera descubierto fuera lo más fácil del mundo; la fulminó con la mirada. Pero la joven Etsu, ante aquello, no pudo resistirse a esbozar una leve sonrisa que no pasó desapercibida por la otra.

- Mis contactos son de confianza ¿ves? -le dijo la de cabello azulado-. Ahora dime, ¿qué haces aquí? Pero antes me gustaría que me dejases de apuntar, si no es mucho pedir, claro está -pidió sarcástica, aunque conservando la serenidad.

- Es para asegurarme que hagas lo que quiero -espetó, casi apretando el gatillo con sus finos dedos.

- Así que si no sigo tus órdenes... Que por cierto, aún no las sé, me volarás los sesos, ¿no?

- Captas las cosas rápido.

Akari estudió la situación mentalmente. Ella aún se encontraba de espaldas a la otra mujer e inmóvil.

- Siento discrepar, pero dudo que lo hagas.

- ¿Qué te hace pensarlo? -la rubia levantó una ceja. Ella cada vez sentía más curiosidad ante aquella mujer de cabello azul. Recordó que su jefe, Ano Kata, le había comunicado que aquella tenía potencial, pero que su escasez aún la mantenía en los bajos de la Organización.

- No digo que no vayas a hacerlo, -habló con serenidad Akari- no me malinterpretes, supongo que si te ves en la situación apropiada no te dará ninguna lástima apretar el gatillo, aunque, por el momento puedo respirar con tranquilidad ya que si has venido hasta aquí a buscarme, tu, uno de los altos cargos, debes de estar... Desesperada, o la situación deba ser extrema. Eso me lleva a deducir que no habrás venido hasta aquí para que ahora, con un ataque de nervios, me aniquiles.

- Bien -habló bajando el objeto, para después hacerle un gesto a la otra para que se girase. La joven Etsu lo captó enseguida e hizo caso-. Normalmente el arma suele funcionar para que la gente colabore antes y sin poner resistencia.

- Yo en ningún momento he dicho que no vaya a ayudarte -le aclaró-. Venga, ya va siento ahora que me digas el por qué te has tomado la molestia de venir hasta aquí a recogerme, ¿te parece?

Carraspeó un poco antes de contestar.

- Necesito tus contactos, quiero que nos ayudes a algo... Mejor dicho, que me proporciones ciertos datos. Deberán conseguirlos discretamente, y eso creo que tus amiguitos lo hacen. ¿Y por lo que has dicho antes interpreto que colaborarás?

- Por supuesto -Vermoth sonrió-, aunque necesito más información.

La rubia suspiró y seguidamente, empezó a hablar, explicándole la situación en que la Organización se encontraba. "Vale, parece que la sede está pasando por malos momentos, aunque hay algo que aún no entiendo".

- ¿Por qué haces ésto? -la interrogó audazmente Akari, demostrándole que la palabra miedo no estaba escrita en su diccionario.

Ella sonrió, demostrando su superioridad.

- A secret makes a woman, woman -dijo la rubia con un dedo enfrente de sus labios. Con eso la otra se quedó confusa-. De momento eso es todo lo que sabrás, querida. Lo único que te diré es que los manos derechas del jefe están abusando de su poder y tomándose demasiadas libertades últimamente y eso no lo puedo permitir -quitó la vista de la mujer y observó uno de sus bolsillos-. Y ahora, si me disculpas, me voy a la reunión de estrategia que está a punto de empezar, nos veremos -se volteó, empezando a irse mientras guardaba la pistola.

- ¿Eso es todo? -le preguntó, interesada.

- -aclaró-. A partir de ahora, estarás bajo mis órdenes, muévete adecuadamente, y pase lo que pase, no digas que tu y yo hemos mantenido ésta conversación -se volvió a girar-. Seremos un equipo entre las sombras y próximamente ya te mandaré las instrucciones. Hazlo bien y tendrás tu recompensa, sino... Ya sabes lo que ocurrirá -soltó una carcajada espeluznante.

- De acuerdo -aceptó, no tenía otra opción, ella sabía perfectamente que Vermoth era una despiadada asesina y que nadie le pediría explicaciones si Caipiroska desaparecía del mapa. Sabiendo todo ello, tenía que decir unas palabras para poder asegurarse al menos su propio cuello, porque si ella no luchaba por su vida, al fin y al cabo, nadie lo iba a hacer, ¿verdad? "Tendré que jugar durante un tiempo al me ves y no ves"-. Pero a cambio que tu pides esa condición, yo también daré la mía.


Última edición por CAIPIROSKA el Lun Sep 09, 2013 11:40 am, editado 1 vez
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Mensaje  Amarula Lun Sep 09, 2013 12:54 am

Amarula caminaba apresurado pero silenciosamente por el oscuro bosque. Su presa acababa de salir corriendo de la reunión de estrategia y se presentaba la mejor oportunidad de aclarar este asunto. Ya llevaba su Glock 19 mm en su mano izquierda y el silenciador puesto, pensaba detenidamente en quien era su próxima victima. Se trataría de Malaga, un rango mas alto que el suyo pero si algo le había enseñado la experiencia en esta organización, es que mas allá de los rangos cualquiera podría matar a cualquiera si se lo piensa bien. Es mas, ya había visto a Baileys Brandy arrojando al suelo a Vermouth; había llegado a sus oídos que Dom Perignon increpó a Gin; parecía que los roles en la organización iban variando con el paso del tiempo y mas ahora que el jefe estaba ausente. Pero aun así, ¿Como reaccionarían los demás miembros si supieran que Amarula mató a Malaga? Sabia que Cassis nunca se lo perdonaría y que los cargos mas altos irían a por el. Seria la primera vez que Amarula pondría sus intereses personales por sobre los de la Organización...

El ruido de las ramitas y las hojas secas al pisarlas rompía el silencio de la noche mientras seguía el rastro de Malaga. Siguió así unos momentos hasta que una lejana conversación llego a sus odios. Eran dos veces y una de ellas inconfundible: su presa. No reconoció la otra voz. Se apresuro al lugar y vio como un hombre misterioso salia corriendo después de disparar a Malaga. Amarula le disparó y le dio en el brazo a aquel sujeto quien a pesar de la herida se las ingenió para escapar. No lo persiguió, ahora mismo no le importaba aquel desconocido. Su presa estaba abrazando a Cassis. Los observó en silencio durante un instante. "Disfruta de este feliz encuentro, te lo concedo como ultima alegría de tu vida" pensó Amarula. Finalmente se decidió a romper el encuentro y salió de entre las sombras.

Malaga se percató de su presencia de inmediato. Le miró directamente y le dijo:
Amarula. He de disculparme contigo en algo. Siento haberte usado como parte del engaño. El plan original fue usar a Dom y sus aparatos de escuchas como testigos, pero no pensé que me siguieras hasta que fue demasiado tarde.


Con razón ocupas un rango alto, debes tener agallas de lo contrario estarías tratando de huir para esconderte, sabes que yo no tengo piedad por nadie- le contesto Amarula apuntándole a la cabeza

A pesar de reconocer tu rabia hacia mi, no me subestimes compañero- le respondió el otro quien perecía sereno- Si nos enfrentamos ahora mismo no se sabría quien de los dos podría morir, huir es una opción es cierto pero no la única

Amarula lo observó en silencio un instante y su mirada se posó en Cassis quien lo miraba de forma extraña, como si lo estuviera evaluando. Ahora mismo no le daba importancia pero le incomodaba que estuviera presente

¿No te parece que Cassis está de mas?- le pregunto Amarula a su presa señalando a la chica con la cabeza

No te preocupes, no tengo ninguna intención de meterla en esto- acto seguido Malaga se puso a Cassis a sus espaldas

Esto no es necesario- le dijo Cassis y trató de colocarse nuevamente al frente

Yo no lo haría- le advirtió Amarula a la chica- no tengo nada en contra tuyo, volvé a la sede y seguí con tus asuntos

Esto es parte de mis asuntos- le contestó Cassis y se puso entre Malaga y el- adelante, no tienes que dudar aunque yo este aquí

Amarula se vio ante un dilema, algo que estaba evitando desde que entró en la organización. Una gota de sudor empezó a caer por su mejilla. ¿Que le estaba pasando? Si fuera necesario los mataría a los dos pero... seria cavar su propia tumba, Gin y Dom Perignon lo eliminarían. Pero algo dentro de si le impedía hacerlo no por miedo a represalias si no por... ¿Seria capaz de matar a Cassis?... no quería ni pensarlo. ¿Existiría un lado bueno dentro suyo? Si esto fuera cierto, su corazón no estaba tan negro después de todo. Una lagrima cayó por su rostro imaginando a Cassis cayendo sin vida e inmediatamente alejo ese pensamiento de su mente. No, no podía...

El odio y la furia que sentía hacia Malaga comenzaba a menguar y no entendía por que. Aparentemente Malaga debió haberse dado cuenta de algo porque le dijo:
Amarula, tu y yo somos asesinos y sabes tan bien como yo que si quieres matar a un hombre no lo piensas demasiado, lo haces o no lo haces

Amarula bajó lentamente su arma. Miró fijamente a ese hombre antes de hablarle...
Ni siquiera tu mereces morir como un cobarde, no matare a alguien que no parece dispuesto a defenderse- acto seguido se dirigió a Cassis, la observó en silencio y le habló con una mirada sincera- espero no volverte a cruzar en una situación así, la próxima vez no me importará tu presencia

Amarula se marchó sin mas del lugar sintiendo las miradas en su espalda de esas dos personas, una de ellas a la que acababa de perdonar la vida. Se sentía raro, una desagradable mezcla de sentimientos invadían su mente y no entendía que debía creer. ¿Le había perdonado la vida por miedo? ¿Por clemencia?... ¿o quizá porque no quería ver sufrir a Cassis y menos aun lastimarla?... Con todas esas dudas perturbadoras, se puso en camino de vuelta a la organización
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Mensaje  Dom Perignon Mar Sep 10, 2013 6:52 pm

La reunión fue interrumpida, cosa que Dom Perignon no soportaba. El motivo fue Málaga y su salida repentina. En esa salida repentina, Málaga y Amarula tuvieron un encuentro, con Cassis mirando, en el cual finalmente Amarula acabó cediendo y se marchó. Málaga y Cassis se quedaron solos, algo cansados, parece que lo de Amarula no fue el único encuentro relevante que hubo en ese rato, pero eso Dom no lo sabía aún. Unos pasos se acercaron por detrás de los hermanos.
-Que poco le ha faltado- se giraron en un principio asustados, pero tranquilos al ver de quien se trataba. -Un poco más y los clavos de mi cadena le atraviesan la garganta. Aunque no soy partidario de esta clase de salvajadas.- Dom apareció de detrás de unos arbustos con la cadena en la mano.

Ya que no podía quedarse quieto ante la marcha de Málaga, decidió seguirle, y llegó justo ante su duelo con Amarula, el cual si hubiese intentado hacer algo contra Málaga o sobretodo contra Cassis, no hubiese dudado en convertir a Amarula en carne de su propia rosa antes de que pudiera siquiera reaccionar.

-¿Te importaría volver a la reunión ahora mismo? No puedes abandonar una reunión sin informar del motivo a un superior- dijo mirando friamente a Málaga. Ambos empezaron a caminar, Dom por delante, hasta que se paró un momento y giró la cabeza suavemente. -Te he pasado que me utilizases como cebo expresamente con lo de tus fuegos artificiales. No sigas tentando a la suerte.-

De vuelta en la reunión, ambos se sentaron, y Málaga empezó a hablar. Su expresión mostraba una mezcla entre cansancio y rabia. Seguramente las palabras de Dom no ayudaron a mejorar su situación, pero tenía que imponer su autoridad en favor a un buen funcionamiento de las piezas de este puzzle.

Málaga explicó su encuentro con un ex-amigo que ahora está en lo mas alto de la organización enemiga. Al parecer no pudo capturarlo, pero por lo visto Amarula pudo hacerle algo de daño en un encuentro casual que hubo en ese mismo momento. Málaga pidió enfrentarse a él cara a cara, pero eso no cambiaba el plan, ya que a fin de cuentas Málaga formaba parte del equipo central que se encargaría de atacar la organización central.
-¿Qué pasa si no están en esa base?- preguntó Vodka hecho un mar de dudas. -Desde el mismo momento en que se me ha revelado la posición de la organización rival, ya he mandado mediante Cordial a un primer equipo de reconocimiento. Agente discretos que saben como moverse sin ser vistos, vigilando el lugar. Si realmente ese sitio está vacio, lo sabremos. Si intentan anticiparse a nosotros, lo sabremos. Si intentan escapar... Será lo último que harán.-

Dom propuso descansar de una vez, ya que fue una noche muy larga. Propuso atacar al mediodia. Ante eso, Málaga aprovechó para decir que quería encargarse de un funeral para Everglo por la mañana. Si bien nadie contestó de manera clara, pudo interpretarse como un sí.
Todos se levantaron y Dom miró a Brandy pasar por su lado. Ella se paró para mirarle. -¿Quieres algo?- Dom sonrió. -Si de verdad has recuperado tu sangre fria, espero que no te dejes llevar por tus impulsos cuando los tengas delante.-
Brandy sacó su pistola y se acercó a Dom mientras presionaba el gatillo contra su garganta. Dom levantó las manos, medio en burla. -¡Eh! Quieta, mujer. No soy la pierna de Bourbon.-
Brandy sonrió sádica. -¿Sabes las ganas que tengo de apretar el gatillo?-
-Hoy no lo vas a hacer- contestó Dom bajandole el arma suavemente. Ella guardó el arma y le miró desafiante. -Hoy no.-

De tanto en tanto Dom ponía a prueba a Brandy y a Gin de esa manera, para comprobar hasta que punto continuaba su lealtad hacia el jefe, algo que era realmente delicado en esos momentos. Pero con Brandy era diferente. De alguna manera sentía que aun siendo en cierto modo antagonicos, había una especie de necesidad profesional mutua. No podía pensar lo mismo de Gin, el cual si muriera desencadenaría una alegre sonrisa en la cara de Dom Perignon. "Por lo menos, en parte", pensó cuando Cassis se acercó a él en el pasillo.

-¿Vas a dormir?- le preguntó.
-Te arriesgas demasiado. Se supone que eres bueno esquivando la muerte.- dijo ella muy seria.
-Somos hombres de negro. No tenemos derecho a tener miedo a la muerte. Hemos pactado y jugado con ella incontables veces.- contestó Dom seriamente.
-Sí, pero un estratega que yo conozco diría que hay que minimizar hasta el máximo los riesgos. Porque todas las piezas importan.- Tras decir eso, Cassis se marchó.
Dom la miró como se alejaba. -Descansa.-

A Dom no le apetecía volver a casa, y por ello tenía unas mantas en la sala de estrategia, donde se cerró con llave y se puso a dormir ahí. Antes de apagar las luces y acostarse del todo, bebió una copa de Dom Perignon. Se levantó y miró en la despensa. Había una botella de Everglo también. Se echó una copa, la última, ahora seguro.
Tras terminarla, levantó el baso vacio y lo miró. -Este es todo el funeral que merece un miembro de esta organización. No nos merecemos ni una gota más.-
Apagó las luces.
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Mensaje  Cassis Miér Sep 11, 2013 3:57 pm

Cassis estaba montada en un árbol del bosque. Vio una sombra moverse y bajó del árbol para vigilar si eran enemigos. Pero para su sorpresa.. era su hermano. O lo parecía. Otra vez, volvía a verle. Cassis empezó a creerse que podría estar vivo de verdad. Le siguió por un rato, hasta que este le apuntó con una pistola. Estaba asustada y muy confusa, no sabía qué pasaba, quién era, ni qué hacer. Vio como iba a apretar el gatillo, pero no le importó. Estaba en shock. Entonces un chico la salvó. Un chico rubio de ojos claros la empujó contra el suelo, y él mismo recibió la bala en su brazo derecho, aunque sólo le rozó. Los dos chicos empezaron a hablar de cosas que Cassis no entendía. Estaba totalmente perdida.. Escuchó que aquel chico la llamó “neechan”, y eso hizo que lo entendiera poco a poco. Su hermanito nunca la apuntaría con una pistola, pero tampoco estaba muerto. Sus sospechas se confirmaron cuando el chico se quitó la peluca y las lentillas y dejó ver quién era en realidad. Por fin, acabó su sufrimiento, su hermanito estaba vivo, ya todo volvía a ser como antes. La chica aguantó las ganas de llorar, debido a que quería enterarse de qué pasaba, se concentró en la conversación y ya sí que empezó a entender algunas cosas. El enemigo hizo una broma de muy mal gusto contra Everglo, y Cassis le miró con odio. Eso molestó bastante a Málaga, así que sacó su pistola para enfrentarse a ese tipo, pero cuando lo hizo él ya se había largado silenciosamente. Cassis lo agradeció mentalmente, por fin estaban a solas. Su hermano se giró y ella no pudo aguantar más las ganas de abrazarle. Lo hizo, muy fuerte.

-¿Estás bien? Siento haber desaparecido todo este tiempo, hermanita, pero era necesario. Te lo explicaré por el camino, es hora de regresar a la sede y es peligroso que te quedes sola fuera. -Cassis le apretó más todavía al escuchar eso.
-¡¡¡Baka!!! ¡¡¡Baka!!! No me asustes así, te eché mucho de menos.. no quiero separarme de ti.

Estuvieron abrazados un rato, Cassis lo necesitaba después de todo lo sucedido. Estaba feliz, mucho. Escuchó un ruido de entre los arbusto, pero no le importó, no iba a separarse de su hermanito. Y le escuchó a él hablar:

-Amarula. He de disculparme contigo en algo. Siento haberte usado como parte del engaño. El plan original fue usar a Dom y sus aparatos de escuchas como testigos, pero no pensé que me siguieras hasta que fue demasiado tarde.
-Con razón ocupas un rango alto, debes tener agallas de lo contrario estarías tratando de huir para esconderte, sabes que yo no tengo piedad por nadie- le contestó Amarula.
Cassis escuchó el sonido de una pistola y enseguida se separó de su hermanito para estar alerta. Miró a Amarula, con una mezcla entre confusión y tristeza en sus ojos. Pero los del chico se veían muy fríos..
-A pesar de reconocer tu rabia hacia mi, no me subestimes compañero- Le respondió Málaga tranquilo.- Si nos enfrentamos ahora mismo no se sabría quien de los dos podría morir, huir es una opción, es cierto, pero no la única.
-¿No te parece que Cassis está de mas?-Dijo Amarula señalándola con la cabeza.
-No te preocupes, no tengo ninguna intención de meterla en esto- Acto seguido Málaga puso a Cassis a su espalda.
Cassis ya estaba harta de tanta tontería.
-Esto no es necesario.- Y se volvió a colocar delante.
-Yo no lo haría- Le advirtió Amarula.-No tengo nada en contra tuyo, volvé a la sede y seguí con tus asuntos.
-Esto es parte de mis asuntos- Le contestó Cassis y se puso entre Málaga y él.- Adelante, no tienes que dudar aunque yo este aquí.

Entonces, una lágrima cayó por el rostro de Amarula. Cassis al verlo relajó su cuerpo, que hasta ahora había estado muy tenso. No entendía qué le pasaba a aquel asesino. No era nada normal en él.. Le miró más fijamente, intentando encontrar una respuesta a todo esto. Entonces Málaga habló:
-Amarula, tú y yo somos asesinos y sabes tan bien como yo que si quieres matar a un hombre no lo piensas demasiado, lo haces o no lo haces.
Amarula bajó el arma lentamente y miró a los ojos a Michael.
-Ni siquiera tú mereces morir como un cobarde, no mataré a alguien que no parece dispuesto a defenderse.- Acto seguido, se dirigió a Cassis, la observó en silencio y le habló con una mirada sincera.- Espero no volverte a cruzar en una situación así, la próxima vez no me importará tu presencia.

Amarula se marchó y Cassis suspiró.
-Que poco le ha faltado- se giraron en un principio asustados, pero tranquilos al ver de quien se trataba. -Un poco más y los clavos de mi cadena le atraviesan la garganta. Aunque no soy partidario de esta clase de salvajadas.- Dom Perignon apareció de detrás de unos arbustos con la cadena en la mano. -¿Te importaría volver a la reunión ahora mismo? No puedes abandonar una reunión sin informar del motivo a un superior- dijo mirando fríamente a Málaga. Ambos empezaron a caminar, Dom por delante, hasta que se paró un momento y giró la cabeza suavemente. -Te he pasado que me utilizases como cebo expresamente con lo de tus fuegos artificiales. No sigas tentando a la suerte.

De vuelta en la reunión, todos se sentaron, y Málaga empezó a hablar, se le notaba cansado. Explicó su encuentro con un ex-amigo que ahora está en lo mas alto de la organización enemiga.
-¿Qué pasa si no están en esa base?- preguntó Vodka.
-Desde el mismo momento en que se me ha revelado la posición de la organización rival, ya he mandado mediante Cordial a un primer equipo de reconocimiento. Agentes discretos que saben como moverse sin ser vistos, vigilando el lugar. Si realmente ese sitio está vacío, lo sabremos. Si intentan anticiparse a nosotros, lo sabremos. Si intentan escapar... Será lo último que harán.

Cassis escuchaba desde una esquina de la habitación, en silencio, orgullosa de tener un jefe de estrategias tan bien preparado. Dom propuso descansar de una vez, ya que fue una noche muy larga. Propuso atacar al mediodía. Ante eso, Málaga aprovechó para decir que quería encargarse de un funeral para Everglo por la mañana. Todos se fueron de la sala y Cassis esperó a Dom en el pasillo. Cuando acabó de hablar con Brandy, ella se acercó:
-¿Vas a dormir?- le preguntó.
-Te arriesgas demasiado. Se supone que eres bueno esquivando la muerte.- dijo ella muy seria.
-Somos hombres de negro. No tenemos derecho a tener miedo a la muerte. Hemos pactado y jugado con ella incontables veces.- contestó Dom seriamente.
-Sí, pero un estratega que yo conozco diría que hay que minimizar hasta el máximo los riesgos. Porque todas las piezas importan.

Cassis se marchó buscando a su hermanito. Pero su tío la interrumpió en la búsqueda.
-Date prisa.-Le ordenó.
-¿Qué quieres?
-Yo nada, si quieres dormir a la intemperie allá tú.
-Ah, no, no iré a casa hoy. Quiero vigilar a alguien.
-Por tu bien espero que solo sea eso.
Cassis asintió con la cabeza y se giró. Corrió a buscarle de nuevo y le vio metiendo armas en su coche. Se coló en el asiento trasero sin que él le viese y esperó en silencio a llegar a la cima de la montaña. Parece que Málaga iba a pasar allí la noche. Cuando aparcó en un claro, la chica se incorporó y saludo con una sonrisa:
-¡Hola!
-¡¿Eh?! ¿Qué haces ahí?
-Mira que eres descuidado, podía haberse colado un asesino y tú tan tranquilo.-Cassis rió un poco.
-Neechan.. -Málaga le sonrió, luego le miró serio.- Lo siento, pero tienes que irte de aquí.
Ella le miró triste y él salió del coche.
-.. ¿Por qué?
-Larga historia.. pero es por tu bien, te lo aseguro.-Michael la agarró del brazo tirando de ella para sacarla del coche.-Vamos tonta, sal de ahí.
Cassis salió al fin del coche, pero se le quedó mirando unos instantes.
-Jo.. -Suspiró.- Está bien, no importa.-Málaga la abrazó.
-Descansa hermanita.
-Buenas noches.-Le sonrió una última vez y se dispuso a volver montaña abajo, aunque andando iba a ser un poco difícil. Y hacía frío.

Paro a descansar sentada cerca de la carretera, estaba cansada del día y el camino era largo. Por suerte, por delante suya pasó un coche. El de Amarula precisamente. Este paró y salió a preguntarle qué hacía allí.
-Le dije a Gin que hoy dormiría en otro sitio, pero me ha salido mal y ahora tengo que volver andando. Y, ¿tú qué?
-Simplemente a mi casa se va rodeando la montaña por este camino. -Le tendió la mano y le dijo que subiese al coche. Cassis le sonrió un poco y se sentó donde el copiloto. Cuando el coche estuvo en marcha la chica le preguntó:
-¿Por qué haces todo esto?
Amarula se encogió de hombros.-Quién sabe.-Respondió.-Quizá estoy llevandote a una trampa o puede que te mate aquí mismo aprovechando la situación.-El chico sonrió y Cassis también, antes de responder.
-Bah.. No lo harás.
-No, hoy no. ¿Dónde te dejo?

Amarula la dejó lo más cerca posible de la casa del tío Gin y ella entró temiéndose una bronca tremenda. En efecto, Gin estaba bastante enfadado, pero afortunadamente aún no había dormido, ni siquiera cenado, así que Cassis le preparó la cena y se tranquilizó. Luego el rubio se quedó en un pequeño balcón fumando un rato y Cassis se acostó. Estaba muy agotada, y muy contenta de volver a ver a su hermanito.. así que se durmió rápido y feliz.
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Mensaje  Málaga Vie Sep 20, 2013 7:54 pm

La reunión había acabado, Málaga iba caminando por la sede de la organización sin rumbo aparente mientras pensaba la manera de derrotar a Shibota. Desde su época en el FBI pudo saber que en el caso de que se enfrentaran ambos acabarían muertos. Esa hora había llegado con la próxima invasión a la base enemiga. Intentó no pensar demasiado en ello y fue a cargar su coche de las armas necesarias para dicho ataque. También había decidido probar si la Beretta 92 de su ex-compañera fallecida aun funcionaba, y la verdad es que lo hacía bien, pero tenía alguna que otra quemadura y algún trozo dañado pero reparable sin el cambio de piezas. Eso le alivió mucho. Quería conservar esa Beretta como recuerdo. Málaga se subió en su coche, sin saber que tenía una polizona a bordo por ir sumido en sus pensamientos. Condujo hasta una montaña, y en un claro aparcó el coche. Estaba listo para pasar allí la noche. En ese momento una voz le hizo saber que tenía compañía.

-¡Hola!

Málaga se giró para ver a Cassis. Era un mal momento, la verdad fuera dicha.

¡¿Eh?! ¿Qué haces ahí?-dijo con una gotita en la cabeza.

-Mira que eres descuidado, podía haberse colado un asesino y tú tan tranquilo.-Cassis rió un poco.

Neechan-Málaga sonrió a la chica para luego poner una mirada seria- Lo siento, pero tienes que irte de aquí.

-… ¿Por qué?

Larga historia.. pero es por tu bien, te lo aseguro- Michael la agarró del brazo tirando de ella para sacarla del coche-Vamos tonta, sal de ahí

-Jo.. -Suspiró.- Está bien, no importa.-Málaga la abrazó.

Descansa hermanita

-Buenas noches-Málaga la vio ir montaña abajo, hacía frío esa noche. Se sintió un poco culpable por dejar a la chica sola, pero no podía hacer otra cosa.

Lo siento. Perdóname neechan. Pero no quiero hacerte daño y mucho menos asesinarte por error.-pensó Málaga con tristeza.

El tiempo pasaba y Málaga se sentía cada vez más cansado, y sin darse cuenta, se quedó dormido. En ese preciso momento de debilidad, la otra personalidad de Málaga salió a flote, tomando el control de él.

Por fin. Después de mucho esperar, por fin ha llegado mi momento. El mundo verá con horror como yo me alzaré sobre la maldad.-dijo mientras reía de forma sádica y siniestra, de forma que incluso a Gin le darían escalofríos.

Arrancó el coche y condujo montaña abajo, llegando hacia la ciudad, más concretamente en la zona más conflictiva y peligrosa de la ciudad. Aparcó allí y se dedicó a caminar hasta que un grupo de maleantes le salieron al paso. Simplemente Michael tuvo que ir hacia un callejón sin salida para hacerles ver que lo tenían. En ese preciso momento Michael esbozó una sonrisa siniestra y sacando un cuchillo carnicero de enormes dimensiones, se puso en guardia.

¿Quién es el primero? ¿O vais a venir todos a la vez? No tengo problemas en recibiros a todos con los brazos abiertos

Inmediatamente uno de los desafortunados delincuentes se puso en marcha para atacar, delincuente que sufrió un corte limpio en su muñeca que le provocó la pérdida de una mano, mano que cayó al suelo y que inmediatamente Michael cogió. De la mano brotaba mucha sangre aún, la cara de absoluto terror de todos los presentes no tenía precio. Alegrado de ver esas expresiones, Málaga bebió la sangre que brotaba de la mano recién cortada.

Tu sangre no sabe ni a una mierda. Sólo por eso, mereces morir-dijo en tono neutral, como quien juega a los videojuegos. Alzó el cuchillo y decapitó al joven para horror de sus compañeros. Inmediatamente después se dedicó a descuartizar el cadáver provocando un enorme mar de sangre. Las ropas de Michael estaban manchadas, algunos de los compañeros de la víctima también. Pero lo peor se encontraba en la pared de la derecha. Había tal cantidad del líquido rojo que parecía que la pared estaba llorando lágrimas de ese color por la vida de ese joven de no más de 18 años.

Jajajajaja. Esto se siente bien. ¡¡¡Me siento vivo!!! Jajajajaja-la risa de loco de Málaga era acompañada de la caída de algún que otro rayo y de algunos truenos.

En un alarde de habilidad y sadismo, mató a otros dos más, volviendo a teñir de rojo las paredes de ese lejano callejón, la sangre que bebía de sus víctimas llego un momento en que le chorreaba por los labios, mientras la mirada de desquiciado que tenía se enfocaba en su siguiente víctima. Ya había planeado la muerte de su próximo objetivo. Se fue hacia el joven, el cual parecía más joven que los anteriores. Lo arrinconó y sin permitir que nadie le interrumpiera y su víctima escapara, le clavó el cuchillo en el cuello, sacándoselo y metiéndoselo varias veces mientras todo era salpicado de sangre, finalmente en un movimiento seccionó la garganta del joven. En ese momento llegó lo que esperaba. Una auténtica lluvia de sangre. Málaga vio ese espectáculo con los ojos fuera de las orbitas y sonrisa siniestra. Finalmente sólo quedaba un joven. Éste, al ver que Michael se acercaba, empezó a retroceder hasta que tropezó con sus pies y se cayó.

-P-Por f-favor. ¡¡N-no m-me m-mates!!

-Mírate. Eres una simple basura, implorando por la vida ante los demás. Te diré algo. Hay hombres fuertes y débiles en este mundo. Los hombres fuertes toman todo y los débiles mueren. Así es como se diseñó el mundo-dijo Michael alzando el cuchillo.

-P-Por f-favor.

Málaga se detuvo.

Muy bien. Me has convencido. Te dejaré vivir. Imita a un cerdo y te dejo con vida.-dijo sonriendo ocultando sus verdaderas intenciones.

El joven empezó a imitar al cerdo.

-Oink, oink, oink

Jajajajaja. Muy bien

-Eso significa que…

Era broma. ¡¡¡Muere cerdo!!!-Málaga le dio dos cortes al joven matándolo en el acto. Málaga empezó a reírse nuevamente, pero de pronto empezó a echarse mano a la cabeza.

Suficiente diversión has tenido. ¡¡Vuelve a donde te corresponde, maldito demonio!!-Málaga recuperó su cuerpo. Se subió a su coche y condujo rumbo a la montaña, mientras derramaba lágrimas de impotencia y de tristeza por las vidas perdidas innecesariamente esa noche.
Málaga llegó a la cima, y en un pequeño río se bañó. También se cambió de muda y arrancó de vuelta a la sede por el funeral de Everglo. Por el camino se encontró a un viejo amigo, el cual era cura pero un poco “especial” siempre está armado hasta las trancas y está afiliado con la Organización y Red Crown. Su nombre era Nicholas D. Wolfwood. Siempre en su moto y con su cruz a cuestas, este sacerdote es un auténtico pistolero, su cruz posee una impresionante cantidad de armas.

-Wolfwood. ¿Te importaría ser el sacerdote del funeral de Everglo? No tenemos sacerdote entre los nuestros y dudo que Gin o algún miembro quiera tomar el papel.
Wolfwood simplemente suspiró y asintió con la cabeza.

-Vale… nos vemos allí a la hora estipulada-dijo arrancando su moto.


Málaga se puso en marcha hacia el funeral, esperaba pocos asistentes, al fin y al cabo eran asesinos. Al llegar pudo ver a varios miembros allí, entre los que destacaban Cassis, Bail, el propio jefe de estrategias. Más en la lejanía se encontraban Amarula y Bourbon. Bastante gente para lo que Michael esperaba. Incluso pudo observar en la lejanía, apoyado contra un árbol, de espaldas a la reunión, a una cabellera rubia-plateada inconfundible. El sr hielo seco también estaba presente, más bien por el funeral o bien por las ganas de acción que tenía, aunque Málaga se quedó con lo último. Por último, demasiado a la lejanía se encontraba una chica de pelo azulado y figura esbelta. Málaga nunca la había visto allí pero sí que había oído rumores acerca de ella y la reconoció al instante. Por lo que decidió acercarse e invitarla al evento.

Hola. Tú debes ser Caipiroska ¿Me equivoco?-En ese momento, llegó Wolfwood a presidir el funeral-Lo siento, pero… ¿Podemos hablar después? El funeral va a empezar. Únete a nosotros

Málaga se fue a su asiento en primera fila. Iba a ser enterrada en el subterráneo de la sede, lugar donde estaban todos los miembros importantes que fueron asesinados o murieron durante la historia de la oscura y tenebrosa Organización.

Prometo aquí y ahora que detendré a Shibota y pondré fin a todo esto. Espérame Tomoyo.

Una vez acabado el funeral, Málaga se marchó rumbo a su coche. Allí esperaría a Caipiroska.

Nicholas D. Wolfwood:
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Mensaje  Baileys Brandy Miér Sep 25, 2013 6:29 pm

Parecía que esa noche el mundo le pedía a gritos que por favor, matar a alguien ¿o acaso era su sangre fía? No tenía ni idea, pero pro si no tenía suficientes problemas con la lista de Vermouth que se había puesto a investigar, y Bourbon a ayudarla, ahora el resto parecía querer mofarse de ella y la reunión de altos cargo. Entraban y salían sin decir agua viene ni agua va, como reacción en cadena de la salida de Málaga, la cual tampoco había autorizado. Había oído hablar del efecto mariposa, también dicha la teoría del caos, pero también tenía esperanza de que sus subordinados se supieran comportar. Pero el problema es que no eran solo sus subordinados, si así fueran ya yacerían muertos de un tiro a la cabeza, pero los que se fueron eran altos cargos y uno incluso tenía el mismo rango que ella. Sin poder ignorar las salidas permaneció en silencio mirando el cuerpo de Everglo fríamente ¿cómo se atrevían a ensuciar la mesa de reuniones con un cuerpo? Suspiró y miró de reojo a Gin que parecía tan molesto como ella por esa falta de respeto y que no paraba de fumar, cigarro tras cigarro, con tal de no matar a Dom Perignon, y eso era fácil de verse en su expresión.

Cuando al fin todos volvieron y la reunión pudo proceder con normalidad se decidió que el ataque sería después de celebrar el funeral de Everglo que sería por la mañana, pero primero debían descansar. Según ella un funeral para algo innecesario para uno de sus miembros, pero no valía la pena discutir. Dio por finalizada la reunión y al levantarse reparó la mirada de Dom y paró detrás suyo, nunca se sabe cuándo puede tenerse una buena oportunidad para eliminar una molestia como él –¿Quieres algo?- le espetó esperando una respuesta que le permitiera sacar su Beretta, y bingo… -Si de verdad has recuperado tu sangre fria, espero que no te dejes llevar por tus impulsos cuando los tengas delante- en cuestión de segundos el cañón de la pistola ya se encontraba bajo la garganta del chico esperando a que su propietaria apretara el gatillo, y con su sádica sonrisa se veía que lo deseaba -¡Eh! Quieta, mujer. No soy la pierna de Bourbon- su sonrisa se borró y le dirigió al chico una mirada fría ¿acaso se burlaba de ella? Si quería burlarse de ella al menos que lo hiciera desde el otro lado. Le volvió a sonreír aún más sádica que antes -¿Sabes cuantas ganas tengo de apretar el gatillo?- y era cierto, pero la verdad… -Hoy no lo vas a hacer- dijo el atrevido Jefe de Estrategias mientras le bajaba la arma, podría reclamar o disparar, pero realmente sabía que no podía –Hoy no- dijo guardando la arma y dirigiéndose a la puerta.

-¿Lo odias?- se giró tranquilamente sin expresar su espanto al oír de repente una voz masculina detrás suyo –Grant’s- lo miró, pero él ni siquiera lo vio, probablemente por el intercambio de miradas y sonrisas siniestras que ese tenía con el chico que había llegado con Málaga. Ignoró ese detalle, o estupidez, y se dirigió directamente a la secretaria –Dale esto a aquel amigo del Jefe- le guiñó el ojo mientras le extendía un papel que ella tomó rápidamente y guardó asintiendo enérgicamente. Sonrió llevándose un cigarro a la boca y lo prendió mientras se dirigía a su coche seguida por su sensei que ahora parecía más interesada en ella -¿Odias al Jefe de Estrategias?- parpadeó un par de veces frente a la repentina pregunta y sonrió –No- negó con la cabeza dejando curioso a su maestro frente a tal respuesta. Se subieron al coche, esta vez en la orden original –ella en el asiento de piloto y él en el de copiloto- y recorrieron el tramo de media hora de la base de la organización hasta el primer indicio de civilización en diez minutos. Baileys conducía como una loca, sin quitar el pie del acelerador y sin pisar el freno. Tan solo pararon al entrar al garaje de una mansión enorme que a pesar de tener un estilo cien por cien moderno se encontraba en medio de unos montes a los cuales solo se podía acceder mediante unos caminos llenos de tierra y piedra que parecían que solo su BMW podría pasar por allí. No había casas cercanas, probablemente la más cercana estaría a kilómetros de ahí, pero aun así algo hacia que aquel lugar se viera acogedor.

Grant’s rio a carcajadas -¿Tanto miedo tienes de ser asesinada mientras duermes?- la albina lo miró correspondiéndole con una risa, pero la suya más que burlona era completamente sádica –A ver si vas a ser tú el que mueras hoy mientras duermes- las risas del rubio se cortaron enseguida –Ara, ara…- dijo mientras se alborotaba el cabello –andas actuando raro, incluso conmigo- dijo agarrándola del brazo al ver que ella no pretendía seguir ahí escuchando sus palabras –Suéltame… es una orden- lo miró con esa mirada fría que petrificaba en el sitio incluso a Gin, pero no tuvo efecto, sino que empeoró las cosas. En un movimiento rápido notó su espalda chocar bruscamente con la puerta, Grant’s la había empotrado y ahora la sujetaba con una mirada autoritaria y feroz -¿Quién te crees para darme órdenes? Aún eres muy joven ¿O es que acaso crees que un cargo te da ese poder? No dejas de ser una cría, y más te vale aprender tu lugar– la albina volteó el rostro mostrando indiferencia pero su exmaestro reaccionó rápido agarrándole el rostro y obligándola a mirarlo -o tendré que hacértelo aprender, Alice- su mirada era terrorífica, haciendo que incluso Brandy tuviera que contener la respiración. En cuanto la soltó se volteó y abrió la pared en cuestión de segundos entrando a la casa mientras las luces se encendían por si solas al notar el movimiento en la casa.

Entró al baño dejando a su sensei hablando solo alabando el buen gusto de la chica, combinando el negro y el blanco perfectamente para las paredes y lo muebles y el remate con el parqué. Dejó su bolso tirado sobre al lado de la bañera y dejó el agua a correr con intención de llenarla, necesitaba relajarse. Se sentó en el borde de la misma con los ojos cerrados intentando desviar su atención de las palabras de su sensei y de todo lo que había pasado en aquel día buscando algo donde agarrarse. En menos de diez minutos la bañera se llenó, y lo mejor es que el idiota de Grant’s había dejado de hablar y había encendido su cadena de música, la cual estaba compuesta en su mayoría por canciones relajantes y clásicas, a veces parecía que aquel hombre sabía lo que necesitaba en cada momento. Sus ropas cayeron lentamente en el suelo en cuanto ella se metía dentro de la bañera en busca de reposo. Cerró los ojos. Pero el descanso duró poco, ya que cinco minutos después de que entrara su móvil empezó a sonar dentro de su bolso, ese tono… el teléfono personal. Alargó su mano hasta su iphone blanco y atendió  -¿Sí?- respondió sin apenas fijarse en el número, pero estaba casi segura de quién podía ser –Alice- como pensaba, esa voz, era él –My Lord- dijo mientras una sonrisa cínica se le dibujaba en el rostro –Sobre lo que te dije, que hay gente espiándome, son mendigos- su cara fue de estupefacto -¿Se refiere a gente de los barrios bajos y sin hogar?- se quedó perpleja, pensaba que era Vermouth puesto que había estado toda la noche ilocalizable, pero eso.. -¿Te suena el nombre de Caipiroska?-  Caipiroska, Caipirosk-… sí, era aquella chica que usaba contactos de la c-…. -¿En serio?- río divertida a pesar de la situación -¿Pero cómo se ha enterado? Solo los altos rangos lo sabíamos…. Vermouth- acaso esa mujer creía que podía hacer siempre lo que quería…. –Exacto- suspiró ¿el Jefe no pensaba hacer nada con esa loca traidora? Eso le molestaba -¿Quieres que la elimine a ella y a sus contactos?- al menos podría divertirse –No, de eso se encargará Dom- se quedó petrificada al oír eso  -¡¿Dom?! ¡¿Por qué?! ¡Yo podría….-  sus quejas quedaron interrumpidas por un carraspeo de voz al otro lado del teléfono y ella entendió de inmediato lo que debía hacer.

Apagó el teléfono y lo dejó caer sobre su bolso y salió de la ducha de inmediato cubriendo su cuerpo con tan solo con un albornoz que se puso torpemente saliendo del baño. Se dirigió directamente a la sala, y ahí se encontraba su sensei, sentado en el sofá con una copa de coñac en sus manos, y en frente suyo, encima de la mesa, un portátil. Rápidamente se sentó al lado de su sensei cogiendo el ordenador. Tenía que mandarle un mensaje a Dom Perigon del Jefe:

“Dom, debes eliminar a aquellos que asechan el Jefe. Él mismo te llamará para darte las indicaciones”


…………………………………………………………………………………………………………………………………………………..


La mañana de aquel día parecía acompañar la tristeza de la perdida de la vida de una joven tan prometedora, bella y brillante que siempre valió a los suyos llorando lágrimas desde el cielo. El cielo estaba triste por la muerte de Everglo. Muchos altos rangos de la organización se habían reunido ahí, aunque seguramente era con tal de complacer a su Jefa temporal o con tal de asistir al espectáculo, con este tipo de asesinos nunca se sabe.

Pero Bail, vestida elegantemente con un vestido negro ceñido al cuerpo que contrarrestaba con su albina cabellera, parecía observar la escena como si no fuera con ella, aún sujetaba una rosa negra que le habían dado al llegar para ofrecérsela a Everglo junto a sus últimas palabras, pero para ella no significaba nada. Solo era una muerta más, tenían cosas que hacer, y eso era una pérdida de tiempo. Varios altos cargos le ofrecieron rosas junto a mentiras y halagos que nunca le habían dicho en cuanto era viva y que ni siquiera ahora pensaban, era una forma de hacer el número, después de todo que se haga un funeral de alguien de la organización no pasa cada día. Grant’s se acercó a ella susurrando durante los rezos de un extraño religioso –ocupara el cargo que ocupara- y que parecía de todo menos eso -¿No vas a decirle nada y a darle tu ofrenda antes de que la entierren?- dijo en voz casi inaudible –Darle flores a los muertos es como tirar agua en el desierto, una estupidez que se hace con la fe de que es una buena acción pero que solo acaba siendo un desperdicio- al contrario que su sensei ella no se molestó a moderar su tono de voz sino que habló con un tono normal haciendo que sus palabras llegaran a oídos de todos e incluso el sacerdote dejando a la gente estupefacta, y a la gran mayoría que habían perdido seres queridos muy molestos. Pero entre todas las reacciones resaltó la risa de Gin que había permanecido todo aquel tiempo con cara de pocos amigos demostrando como le desagradaba perder el tiempo ahí, pero debía estar ahí si quería recibir las siguientes órdenes. Pero al rubio se le impidió comentar ya que después de un ruidoso carraspeo el sacerdote continuó con sus oraciones por el alma de aquella que nunca lograría el perdón puesto que no era más que una asesina sanguinaria. El entierro finalizó sin más interrupciones y finalmente, el cuerpo calcinado de Eva fue cubierto por la tierra volviendo a allí de donde provenía.

Con la misa acabada se fijó que Málaga se dirigía muy apresurado a su coche pero decidió interponerse en su camino, tenía un asunto que tratar con él. Aquel al cuál había mandado un recado por la secretaria le había informada de a qué se había dedicado el señorito durante la noche, aunque no era nada que no esperara, por eso mismo había mandado tras él al mejor espía del Jefe el cuál solo la secretaria y el mismo Jefe conocían –Málaga, si vuelves a hacer como lo de esta noche, ni siquiera puedes imaginar lo que te haré. Pero te juro que haré que lo que hiciste ayer te parezca un juego de niños y muertes muy piadosas- se inclinó levemente sobre él para susurrarle al oído mientras le ponía la negra rosa entre los labios –Espero que lo hayas entendido– finalizó mientras deslizaba su dedo bajo su barbilla y sonreía cínicamente. Se fue por su lado, ahora ella tenía una presa y una misión, no podía perder más tiempo.
Baileys Brandy
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Fiel a la organización
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Mensaje  CAIPIROSKA Dom Sep 29, 2013 1:38 pm

Ella no sabía exactamente qué debía hacer en aquellos momentos. Akari había pasado la noche en un hotel, después de que habilidosamente entrase y saliese sin ser vista. Eso para la joven era como jugar al escondite; le divertía, aunque su mente no podía parar de pensar en la conversación de la noche anterior. Se encontraba bajo las órdenes de Vermoth, uno de los miembros de alto cargo de aquella Organización a la cual se había unido.

Paseó reflexionando por las calles de la ciudad, ni siquiera se había interesado en recordar el nombre del lugar. Por la tarde, entretanto que bagaba sin rumbo aparente, fijó sus ojos en un escaparate de una tienda. Ingresó en esta, y después de estar durante un rato probándose prendas, decidió comprarse unos pantalones de piquillo negros y una blusa blanca; seguidamente, se lo colocó.

Cuando salió, se plantó en un paso de peatones. Vio que el semáforo indicaba el color rojo, por lo que tuvo que pararse, era el turno del paso de los vehículos. Mientras esperaba, percató que el móvil sonó. Abrió el bolso que llevaba. Su mayor sorpresa fue ver que el mensaje provenía del teléfono que el jefe utilizaba para comunicarse con ella, el cual solamente recibía sus mensajes. Frunció el ceño ligeramente, sorprendida. "Algo no cuadra como debería hacerlo". Lo desbloqueó y al instante pinchó en el mensaje.

"Caipiroska, dirígete a la Organización".

Eso era todo lo que ponía, una orden. Segundos después, una sola pregunta se le formó en la mente: "En principio el jefe está desaparecido, en ese caso... ¿Qué significa esto?". Había algo que le dejó intrigada, e instantáneamente, por el cuerpo de la de cabellos azulados se pudo visualizar que empezaba a brotar algo de adrenalina, por las emociones que le comenzaban a corroer.

Sin muchos rodeos y con las ideas claras, observó que el semáforo aún se conservaba en el mismo color. Vio el primer vehículo y sonrió. "Fantástico". Se trataba de una motocicleta fucsia. El conductor, un hombre algo mayor que Caipiroska, percató que la joven empezaba a acercarse a él; primeramente, le fulminó con la mirada, aunque a ella eso no la hecho hacía atrás, todo lo contrario. Cuando estuvo a su alcance, la de cabellos azulados lo arrojó al suelo, sin miramientos y sin prestar atención a las palabras ofensivas que aquel tipejo le arrojaba. Después que el hombre se levantase del duro cemento, este quiso arrojarle un puñetazo, aunque Akari, ya subida al aparato, lo esquivó y en ese mismo momento, el semáforo se puso en verde, por lo que arrancó la motocicleta y se marchó del lugar. Entretanto, el hombre levantó sus puños y empezó a gritarle maldiciones a todo pulmón, pero con vano resultado.

Se dirigió a la sede. La joven Etsu sabía que esta no se encontraba demasiado lejos de donde se ubicaba, por mucho que fuese la primera vez que se presentase 'físicamente'. Condujo con una drástica velocidad, le encantaba oír rugir el motor de su vehículo mientras observaba el paisaje ya casi oscureciéndose. Subió la montaña, sin pausas, metida en sus pensamientos.

Cuando llegó, visualizó que había algunos miembros en el lugar; pero no les prestó demasiada atención. Escuchó que dialogaban sobre que a pocos momentos habría un funeral. Se quedó apartada del resto, analizando como de costumbre. Akari aún seguía intranquila. "¿Qué debo hacer aquí? ¿Por qué he recibido aquel mensaje? Será que..."

- Hola -de pronto sus pensamientos fueron interrumpidos y miró al causante. Era un hombre, de cabello marrón y ojos azulados, los cuales cautivaron a la mujer, le encantaba ese color-. Tú debes ser Caipiroska, ¿me equivoco? -en ese momento, llegó un individuo que se hacía llamar Wolfwood a presidir el funeral, antes que la joven pudiera responderlo. Pero, la de cabellos azulados estaba convencida que aquel sabía de quien se trataba ella-. Lo siento, pero… ¿Podemos hablar después? El funeral va a empezar. Únete a nosotros.

Caipiroska le miró y asintió con un golpe de cabeza, curiosa por lo que el joven pudiese decirle. El hombre se sentó en primera fila junto con más gente. Akari visualizó una silla vacía en las últimas filas y decidió colocarse ahí, no quería llamar la atención.

El funeral se le hizo pesado. Algunos conservaban los rostros tristes y otros se mostraban al margen de todo. Akari los miraba, incrédula, no entendía los sentimientos que ahora albergaban. Ella hacía años que no lloraba, especificamente su última vez fue en su infancia, en la noche que perdió todos sus seres queridos. Desde ese entonces, habían transcurrido nueve largos años... "Y los que deben pasar".

Hubo gente que dedicó unas palabras a la fallecida, recordando sus memorias y que siempre la conservarían en su corazón. Fue unos momentos muy tristes, aunque, a la joven Etsu no le hizo sentir nada en especial, se encontraba neutral y con un rostro inexpresivo para el mundo.

Mientras el funeral se llevaba a cabo y ella se encontraba más que aburrida, volteó por enésima vez la cabeza observando el paisaje -que tampoco era que la distrajera demasiado-, vio que alguien entraba en la sede. La imagen de aquella persona no la pudo visualizar bien, pero le extrañó que alguien a mitad de un acontecimiento como el que presentaba la ocasión se lo perdiese. Con la mente en blanco y pensando sobre quien sería ese individuo, se levantó. Entró sigilosamente.

Caminó a zancadas tranquilas y firmes, oía los pasos de aquel sujeto a unos metros más adelante. Más de una vez, tuvo que esconderse en algún rincón, para que aquel no se diese cuanta que le seguían. Al final, notó que el individuo accedía a una habitación. Se aproximó a la puerta, la cual estaba entreabierta y tenía escrito con letras negras "BOSS". Jefe. Con cautela intentó fijar su vista por la ranura que había entre la puerta y su marco, y su sorpresa fue mayor cuando conoció a la persona de cabellos rubios que se hallaba allí dentro.

- Si quieres saber qué estoy haciendo no hace falta que te escondas -la voz provino de dentro, de la mujer joven. Akari abrió la puerta, lentamente, tomándose su tiempo-. ¿Caipiroska? -habló ella confundida y alzando una ceja hacía arriba en modo de perplejidad.

- Como siempre, es un places hablar contigo Vermoth, parece que el destino no tuvo suficiente con que nos encontrásemos ayer -habló la de cabellos azulados con una media sonrisa perspicaz-. Pero hay algo que me desconcentra, ¿qué estás haciendo en el despacho de Ano Kata?

- Lo que yo hago ni te viene ni te va -dijo cortante como una daga y se removió el cabello, haciéndose valer.

La rubia la miró, por nada del mundo le había gustado que aquella mocosa con aires de prepotencia la hubiera interrumpido, aunque aún así, por su mente pasó una idea que la podría beneficiar. Seguidamente, agarró un papel que se encontraba en la mesa.

- Ten y haz lo que te pone, quiero que lo tengas lo antes posible. Y léelo cuando no haya nadie a tu alrededor, es una orden.

La joven lo cogió, estudiando el cambió anímico de Vermoth. A continuación, se lo guardó en el bolso, queriendo ocultarlo para que nadie pudiese encontrarlo.

- Y ahora, desaparece de mi vista Caipiroska, alguien podría empezar a sospechar.

Entonces, Akari, aún sorprendida de haberse encontrado con algún individuo en el despacho del jefe -ya que su paso estaba más que prohibido-, se encaminó a la salida. Entonces... ¿Qué necesidad tenía Vermoth de estar ahí o es que directamente iba a la suya?

- Espero que aún te acuerdes de nuestra promesa -dijo una vez se encontró en el marco de la puerta. Su tono fue serio aunque la rubia percibió preocupación.

- Soy una mujer de palabra -y le regaló una cálida sonrisa que sorprendió a la otra-. Y lo que te pedí va tomando buen rumbo ¿verdad?

Asintió con la mirada fija y distante.

A pasos pausados, se fue yendo del despacho y dejó a Vermoth en aquel lugar. "¿Sería buena opción dejarla ahí? Seguramente, no." Aunque ella no tenía ninguna autoridad como para hacerle cara a ella o detenerle.

- Mmm... Te estaba buscando... ¿Dónde fuiste Caipiroska? El funeral ya ha finalizado.

La nombrada se volteó para encontrarse con el joven que anteriormente le había hablando. Ya se encontraba fuera de la sede.

- Al servicio -contestó sin dudarlo, no tenía ninguna necesidad de contestarle de malas formas-. ¿De qué querías hablarme? -Akari quería cambiar de tema lo más rápido posible, antes que la curiosidad de él pudiese incrementar-.

- Mejor lo dejamos para otra ocasión, ahora hay demasiada gente y no es el lugar apropiado.

- Entiendo... -dijo, pensativa, imaginándose algunas hipótesis de lo que aquel querría hablarle-. Por cierto, aún no me has dicho tu nombre.

El hombre se tomó unos segundos, analizándola al milímetro.

- Puedes llamarme Málaga -le sonrió-. Y ya que eres nueva, te presentaré al resto.

Caipiroska asintió, sorprendida por la amabilidad. Mientras que estuvo con el resto de gente -Baileys Brandy, Dom Perignon, Cassis, Amarula, Gin, Vodka entre otros-, ella sintió que todos la observan con ignorancia y estudiándola.
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Mensaje  Amarula Dom Sep 29, 2013 10:03 pm

Amarula presenciaba el funeral con una mirada fría y neutral. No sentir apego emocional hacia los muertos era fundamental para su trabajo. Estudio las miradas y reacciones de los demás miembros. Malaga parecía muy afectado; Cassis estaba seria aunque su mirada denotaba respeto por la muerta; Dom Perignon adoptaba su clásica mirada calculadora; Gin fumaba de forma imperturbable; Bourbon observaba neutral al igual que una nueva mujer a la que Amarula no había visto nunca. Tenia el cabello azulado y estaba sentada en la ultima fila. Amarula la analizó durante unos breves momentos hasta que su mirada se posó sobre Baileys Brandi. Tentando al destino, decidió jugar un poco con quien ahora era su jefa. Se paró y se acerco hacia la albina lentamente para decirle algunas palabras, algo que otro cargos también estaban haciendo. El asesino rubio se percató que todos aquellos altos cargos solo querían adular a la joven para quedar bien con ella, pero Amarula tenia otros planes. Estudiara la reacción de la Baileys ante sus palabras...

Cuando llegó frente a ella, haciéndose el dolido, le dijo:
No sabes cuanto lo siento, se que esta muerte te debe afectar mucho, estaré siempre para lo que necesites, ten toma este regalo- y le dió una de sus rosas blancas. Su actuación sonó bastante convincente y varios miembros lo observaron sorprendidos ya que Amarula tenia fama de frió y que se expresara así sonaba raro. Pero la albina no cayó en la trampa, se limitó a mirarlo de forma recelosa y entrecerrado los ojos. Mientras Amarula se alejaba sonriendo oyó a Baileys decir en un tono de voz muy audible:
Darle flores a los muertos es como tirar agua en el desierto, una estupidez que se hace con la fe de que es una buena acción pero que solo acaba siendo un desperdicio
Amarula se dió media vuelta y la miró sorprendido al igual que otros miembros. Seguidamente su mirada de sorpresa fue sustituida por una expresión divertida. "Esta mujer es una caja de sorpresas" pensó para si mismo

El funeral había terminado y los miembros se dispersaron, un pequeño grupo integrado por Amarula se dirigía hacia las oficinas centrales de la organización. En el grupo estaban Baileys, Gin, Vodka, Cassis, Dom Perignon y Amarula cerrando la marcha. A lo lejos y antes de entrar a la sede vieron a Malaga con la chica misteriosa del funeral, la del cabello azulado. El se las presentó en cuanto se unieron a ellos, se llamaba Caipiroska. Amarula nunca había escuchado ese nombre en clave, pero por la reacción de Baileys, Gin y Dom Perignon estos tres si sabían de quien se trataba. Entraron a la sede y se dirigieron nada menos que a la sala de reuniones y esperarian allí a los demás miembros. Había llegado el momento de planear el ataque a la sede enemiga. Amarula se sentó junto a Cassis y Gin y se dispuso a observar a Dom Perignon ya que supuso que seríaa este quien tome la palabra...
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Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad  - Página 3 Empty Re: Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad

Mensaje  Dom Perignon Miér Oct 02, 2013 2:52 pm

No tenía mucho tiempo para centrarse en el funeral. Hace pocas horas que a Dom Perignon le llegó un mensaje del jefe con información sobre una misión.
-¿Vermouth y Caipiroska? Se supone que tendría que estar llevando la misión contra la organización rival...- dijo con cara de pereza y los ojos cerrados.

Dom estaba apoyado en un árbol mirando el funeral mientras miraba a todos los lados en busca de alguna de las dos implicadas. Rápidamente identificó a Caipiroska. Al parecer, esta chica tenía ciertos privilegios a la hora de utilizar una red de información de mendigos, la cual estaría usando ahora contra el jefe. Dom la miró sonriendo y con los brazos cruzados. -¿En eso consiste tu magia, imitadora de Holmes?-

Tras el funeral, los miembros implicados en la misión se iban a reunir. Málaga presentó a Caipiroska al resto de miembros con los que se encontró, ya que era la primera vez que ella pisaba la sede. A Dom le extrañó la manera en que ella ya se estaba mezclando con la organización. Lamentandolo para el jefe, esto tenía que esperar un poco, pues tenía un plan que no podía posponer bajo ninguna circunstancia.

Todos los que estaban sentados en la reunión eran los miembros que participarían en el plan. Sentados los altos y medios cargos, y de pie los menores. Era un protocolo incuestionable.
-Algunos ya conocemos el plan, pero vamos a dejarlo claro aquí y ahora para que no quede una sola duda.-
Dom se levantó mirando a los miembros que estaban de pie. -Vosotros 15 seréis el grupo de asalto. Tenéis cada uno un mapa, por lo que ya sabéis por donde atacar.- Dom les llamó grupo de asalto por no llamarles peones sacrificables, pero claro, eso sentaría mal a la moral del grupo.

Seguidamente, miró a algunos de los que estaban en la mesa.
-Los 12 francotiradores. Elegid vuestras parejas si quereis, si no, ya lo haré yo. Por parejas, rodearei la sede por estos 6 puntos y no dejareis que escape vivo nadie de ese bando. Por supuesto, si quereis tomar la iniciativa de no matar a alguno para simplemente dejarlo herido y luego torturarlo, que sea bajo la absoluta seguridad de que no será un peligro ese movimiento.-
En ese grupo quiso poner a Cassis y a Vermouth, además de por habilidades como francotiradoras, porque era el puesto más seguro de la misión. A la primera por motivos personales, y a la segunda para no tener problemas con el jefe, o mejor dicho, para asegurarse que podrá investigarla más tarde.

-Y por último la élite, la parte arriesgada por excelencia de mi plan.-
Efectivamente, poner a 24 miembros de cargos y habilidades tan altas todos juntos en una misión así era sin duda arriesgado, pero para eso estaban los dos primeros grupos, para dejarles el terreno lo más sencillo posible. A poco que un grupo sepa hacerlo bien y que los enemigos queden algo reducidos, la élite no debería tener problemas. De hecho, son la élite, no deberían tener problemas incluso trabajando solos, pero siempre hay que asegurar hasta el límite.

Muchos cargos destacables estaban en ese grupo, pero llamó la atención un miembro extraño y silencioso. Era un tipo con una gorra, gafas de sol y mascarilla para el resfriado.
-¿Quien es?- preguntó Gin en cuanto quiso sin importarle interrumpir.
-¡Oh! Mi arma secreta, no os preocupeis, es un agente fiable.- Dom miró a ese personaje sonriendo -Podeis llamarle Salamander-

La reunión ya tocaba a su fin. -Recordad, el grupo de élite entrará cuando yo lo diga y se distribuirá estrategicamente unido al grupo de asalto. ¡Tendrán una clara desventaja, y si no la tienen, tendreis que demostrarme vuestras habilidades!-

Nadie tenía dudas, todos partieron a la sede enemiga tal cual Dom terminó.
Dom una vez más controlaría por transmisores la misión.

Todos llegaron a la sede rival por los puntos muertos que Dom propuso y se situaron perfectamente en los puestos asignados.
-¡Grupo de asalto, entrad!-

Empezaba el ataque. El grupo de asalto compuesto por 15 peones irrumpió en la sede.
Por ahora la primera impresión de ese ataque es que dos cosas habían salido bien y una mal.
La mala simplemente era que el número de miembros enemigos que salieron a la carga fue mucho mayor del previsto. Al parecer, aunque no les esperaban, sí que estaban siempre alerta. Nada que Dom no pudiera controlar.

Los puntos buenos eran por un lado que en efecto funcionó el pensar que todo el mundo estaría allí y sin imaginarse que atacaríamos de repente y con tanta contundencia.
Por otro lado, tal cual se esperaba, solo los miembros más interesantes de esa organización presentarían batalla, pues muchos de ellos intentaron escapar o reagruparse por puertas traseras y caminos secretos. El equipo de francotiradores les fulminó.

Pero todavía quedaban muchos miembros ahí dentro, y la posibilidad de que los cuatro grandes estén ahí.
Una sede de mierda con 6 habitaciones obviamente no iba a quedarse en algo tan pequeño, y tal y como había presupuesto, cada habitación llevaba a habitaciones subterráneas donde se escondían los grandes.
Málaga solo conocía a uno de los cargos, un viejo conocido suyo. El otro era Grant's, lo cual ya nos dio la gran ventaja táctica a la hora de saber como movernos.
Solo quedaban dos. Uno de esos dos debía ser el jefe de estrategia del grupo rival.

-Grant's, ¿quien es el jefe de estrategia de los otros tres pilares, Shibota o uno de los otros dos?- dijo Dom por el transmisor.
-Shibota lo dudo francamente, y entre los otros dos se encuentra una mujer fatal que no parecía cumplir ese rol. En cambio tenemos a un tipo que me recuerda algo a ti, ¿como crees que puede ser?-

El grupo de élite empezó a avanzar. Dom analizó la estancia y los lugares mejor situados. Un jefe de estrategia siempre estará en el lugar más seguro y con más posibilidades comunicativas. En una de las salas había posibilidades de encontrar algo así. Salamander, el agente enmascarado, avanzaba silenciosamente por esas estancias, asegurandose que no era dañado por los enemigos, refugiandose en sus camaradas.
Pese a todo, fue atrapado en un momento por dos miembros menores mientras investigaba uno de los sotanos.
-¿¿De que vas disfrazado??- dijo uno de los tipos.
-No os preocupeis, soy aliado- dijo Salamander con las manos arriba.
-¿No has venido con la otra organización?- dijo el otro hombre preocupado.
-Soy un infiltrado, y justo ahora iba a reunirme con nuestro jefe de estrategia. Estais reteniendo la operación.-
Antes las palabras del misterioso Salamander, los dos asesinos sintieron duda. Y en efecto, ese hombre se dirigía al cuarto de estrategia. ¿Decía por tanto la verdad?

La batalla se asentó en toda la sede. Todos los miembros de ambas organizaciones que sobrevivieron al primer impacto tomaron posiciones. El factor sorpresa ya no era una opción, ahora era una batalla de desgaste y resistencia. Los mas habiles e inteligentes prevalecerían.
-Que 6 de los 12 francotiradores vengan a la sede enemiga para apoyar al equipo- dijo Dom por los transmisores.
Amarula, Cherry, Cassis y otros tres miembros menores fueron los que decidieron abandonar su puesto de francotirador para apoyar en primera linea.
-La prioridad es utilizar una estrategia defensiva. Importa más sobrevivir que matar por matar. Puede que sea una batalla larga, puesto que la organización rival hará lo mismo.-

-¿Es fácil hablar desde lejos, protegido en tu despacho?- preguntó Brandy con tono burlón.
Dom sonrió y solamente contestó. -Que poco aprecio me tienes.-

Salamander llegó a la sala de estrategia, oculta tras un largo pasillo secreto bajo tierra. En ella encontró al jefe de estrategia de la organización rival y a dos ayudantes, puestos en unos ordenadores.
-Señor, han muerto o desaparecido 25 de los nuestros. Quedan arriba 33 de los nuestros.- dijo un ayudante.
-¿Y en los sotanos?-contestó solemne el jefe de estrategia de la organización enemiga.
-N... No lo sé señor, estamos centrando toda la atención en la batalla.-
El jefe de estrategia enemigo se enfadó. -No tenía que haberte contratado como ayudante. ¿Sabes que ahora mismo pueden estar avanzando por los sotanos? ¡Tenemos a la mayoría de efectivos arriba, estamos desprotegidos aquí abajo!-
-¡En efecto!- dijo Salamander sin que los enemigos supieran de donde venía la voz.

Una bomba de humo de repente explotó en la sala. No se veía absolutamente nada y creó confusión entre los ayudantes. De repente, una cuchilla cortó las gargantas de los dos ayudantes del jefe de estrategia, que murieron en el acto.
Mientras el humo se disipaba, se escuchaba el sonido de una silla moverse y alguien sentarse en ella.

El jefe enemigo poco a poco vio que la persona disfrazada se sentó delante suyo, al otro lado de su mesa, mirándose frente a frente.

-¿Quien eres?- preguntó el dueño de ese despacho.
-Salamander- dijo Salamander con tono burlón.
-Has llegado hasta aquí sin problemas, me has cortado las vias de comunicación como estoy viendo, e incluso mientras estamos aquí estás atento a algo importante que escuchas desde tus auriculares.- dijo con mucha atención el estratega.

Salamander se quitó la gorra, las gafas, la mascarilla y la ropa gruesa.
Tendió la mano al estratega.
-Encantado de conocerte personalmente. Me presento.-
Se dieron la mano y el humo se disipó del todo.
El jefe enemigo estaba expectante e interesado como nunca.
-Dom Perignon. Jefe de estrategia de la organización que te está atacando, y desde ahora tu mayor enemigo.-
Dom Perignon
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Mensaje  Cassis Jue Oct 03, 2013 10:30 pm

Cassis estaba de pie, apoyada en un árbol, escuchando a aquel “cura” tan extraño decir palabras que a ella solo le sonaban como a un murmullo, pues estaba inmersa en sus pensamientos. Por fuera se mostraba seria, aunque realmente sentía la muerte de Everglo. Para los pocos miembros que existían con sentido común y un poquito de corazón, tuvo que morir. Era una gran pérdida. Sin embargo, era una organización de asesinos, aquellas cosas eran inevitables; razón por la que Cassis no entendían para qué hacían un funeral. Pero afortunadamente acabó rápido.
Se dirigió a la sala de reuniones detrás de Gin. Les seguían Amarula, Caipiroska -la nueva-, Málaga, y cargos menores. Dom Perignon iba el primero. Al llegar, se sentó al lado de su tío, como siempre. Amarula se sentó a su lado. Ella se le quedó mirando en la zona del abdomen, aún teniendo la camiseta puesta, se le notaban algo las vendas de la bala de la otra vez. El chico notó su mirada y la miró a ella como preguntandole.
-¿Te duele?
Él seguía con la misma mirada, pero al instante reaccionó:
-Oh, no, no es nada, ya ni duele.
-¿Seguro?
-¿Por qué lo dices?¿Te preocupas por este asesino?
-No es eso, solo que.. podía estar en mi cuerpo y no en el tuyo.
-Y ni siquiera me das las gracias-Contestó con tono burlón.
-Sí que lo hice.-Cassis sonrió ampliamente.
En ese momento, Dom empezó a hablar. Les explicó la misión por última vez. Cassis estaba en el grupo de los francotiradores, cosa que aún le perturbaba. La última vez por su culpa Dom se llevó un disparo, y ahora tenía que volver a disparar. Además debían ir por parejas, pero eso no le preocupaba, ya encontraría a alguien. El estratega presentó a un tal “Salamander”, cosa que llamó bastante la atención de Cassis. Y también la de su tío, quien preguntó por su nombre. La reunión acabó, salieron de allí y se dirigieron a la sede enemiga en varios vehículos, previamente cargados de armas. Abrió la puerta del coche de Gin y alguien la agarró por el brazo antes de que pudiera entrar. Era Amarula, quien le tendió una de sus rosas blancas y le dijo “Es por parejas, ¿verdad? Tú vienes conmigo”. Cassis agarró la rosa y cerró la puerta como gesto de aprobación. Los dos caminaron hasta su coche y ya dentro, empezó a conducir. La chica miró las armas que tenía allí dentro una por una, analizándolas para aconstumbrarse a ellas y no fallar.
-¿Crees que disparo bien?-La pobre no pudo evitar preguntarlo, debido a esos pocos nervios que la estaban atacando.
-¿Te refieres a larga distancia?
-Claro.
-Bueno, no eres Chianti, pero no se te da mal. ¿Estás nerviosa?
-Un poco..
-Tranquila, si te dejas a alguno ya le remato yo, para algo Dom nos ha puesto por parejas y no solos.
-Es verdad.. Lo tiene todo pensado siempre el estratega.
Y gracias a esa conversación, Cassis estuvo más tranquila.
Llegaron a la sede. Dom se comunicaba con todos por unos transmisores. El grupo de asalto fue el primero en entrar y todos notaron que los enemigos eran demasiados. Pero eso no era un problema, no esta vez, estaban preparados. De hecho, eso significaba que los francotiradores debían empezar la acción.
Amarula sonrió y fue el primero en disparar de los de su zona. Cassis suspiró para relajarse por un momento por última vez, cargó el arma, y no dudó en ningún momento a partir de ahí. Cuando llevaban unos cuantos derribados, Amarula habló:
-¿Viste? No se te da nada mal.
-Gracias.-Respondió orgullosa la chica.-Pero vigila si me dejo alguno, que nunca se sabe.
-Claro. Por cierto.. Dom nos interrumpió antes.
Cassis dudó un segundo, luego recordó la conversación en la sala de reuniones y respondió:
-Ah, sí. Fue mientras dormías, fui a verte pero te encontré así, dormido. Te dí las gracias y me fui. Espera un segundo.. -Cassis divisó por la mirilla de su arma una cara conocida. AL principio dudó, pero entonces vio una cicatriz en su cuello. Cicatriz que solo podía ser de un arma: la cuchilla triple de Dom Perignon.-Eh, yo conozco a ese tipo.
-Se le ve dando órdenes, quizá sea alguien importante.
-Dom y yo luchamos contra él, le capturamos e íbamos a interrogarle pero al final escapó.
-Así que tenes una deuda pendiente con él..
-Pues ahora que lo dices.. Sí. En cuanto pueda acabaré lo que Dom empezó. Pero no desde aquí..
El sonido de los transmisores le interrumpió. “Que 6 de los 12 francotiradores vengan a la sede enemiga para apoyar al equipo
-Perfecto.-Cassis sonrió soltando el rifle y sacando su preciada Beretta.-¿Vamos?
El chico asintió con la cabeza sacando varias armas de corta distancia y corrieron hacia la sede.
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Mensaje  Málaga Sáb Oct 05, 2013 11:09 am

Málaga aun no podía creerlo pero allí estaba, en el funeral de Everglo. Estaba sumido en sus pensamientos y casi no escuchaba a Wolfwood con el sermón. La venganza predominaba en sus pensamientos, pero sabía que esa no era la manera de afrontarlo, por lo cual desechó esas ideas de su mente. Él no se dedicaba a vengarse. Sin duda alguna, la muerte de Everglo no le había afectado demasiado a esa parte de su personalidad, pues seguía siendo el mismo, pero de algún modo sí que había afectado a algo más. Algo hizo clic en su cabeza y ahora estaba pagando las consecuencias. Primero había fortalecido a su parte asesina al punto de escucharle hablar. Para colmo Baileys le había amenaza pues se había enterado de la fiesta que su otro yo se pegó en la ciudad. Ya nada podría ir peor ¿O quizás sí?

Rey… mata a todos. Me estoy aburriendo y quiero diversión. Aunque bueno, siempre puedo poseer tu cuerpo-habló su otro yo.

No.-le respondió secamente en sus pensamientos-No volveré a perder ante ti. Tú no eres yo. Tú solo eres un demonio

Málaga sacudió su cabeza. No era el momento de discutir con su contraparte. Málaga estaba intentando ignorarle, mientras tanto, su contraparte reía de forma sádica. Sin ninguna duda estaba demente. Debía hacer su mejor esfuerzo para no caer ante él. Siempre lo había pensado. Su contraparte no era él. Aún recordaba todo con claridad, la primera vez que fue poseído por él. Fue en una misión anterior, mató sin piedad a un tipo de una organización rival, aunque acabó malherido y al borde de la muerte. Tantas veces estuvo a punto de morir y nunca lo hacía que finalmente le apodaron “El amante de la muerte”. Irónico, ya que no pudo salvar a Everglo.

Una vez hubo acabado el funeral, todos los miembros se dirigieron a la sala de reuniones. A partir de ahora empezaba lo serio. Era hora de saber la estrategia para derrotar a la organización enemiga.  Debía acabar con Shibota, con el que fue su mejor amigo en el FBI ¿Y pensar que un día iban a tener que enfrentarse? Era algo irónico. Algo le decía que no iba a acabar eso bien. Él lo sabía. La estrategia de Dom Perignom era clara. Y él la iba a cumplir a rajatabla. Una vez que los francotiradores estuvieron en posición, los peones entraron. El grupo de asalto debía esperar su oportunidad, debían cubrir la retaguardia. Una vez que Dom dio las ordenes, Málaga salió corriendo hacia la sala del Jefe donde debía estar Shibota. Lentamente abrió la puerta, sólo para encontrar la sala vacía. Entró lentamente y la puerta se cerró a sus espaldas, inconscientemente giró su cabeza para mirar a la puerta y siguió adentrándose al frente, una puerta a la que eran las mazmorras.

Vaya. Finalmente viniste-dijo una voz a sus espaldas. Málaga se giró para ver a Shibota.

¿De dónde ha salido? ¡Tenía controlada toda la sala!-pensó Málaga examinando a Shibota. Luego esbozó una sonrisa y habló-Por supuesto que sí. No soy un cobarde.

Me alegro, porque pienso matarte aquí y ahora.-le contestó su ex-compañero-Las reglas del juego son sencillas, pierde el primero en morir a manos del otro.

Me niego. Errar es de humanos. Matar, de demonios-dijo Michael poniéndose en guardia, sacando su Magnum fiable, oculta en la pierna, llevaba la Beretta 92 de Everglo.

El duelo entre los dos genios del FBI pudo empezar. Ambos contendientes dispararon como saludo inicial, y el combate inició a mucha velocidad. Ambos se movían con elegancia, corriendo por la sala y disparando, se ocultaban entre las columnas y los trozos de hormigón. Nadie cedía un solo milímetro. Dos balas perdidas hirieron a ambos. Shibota tenía un arañazo superficial en el brazo, mientras que Málaga tenía la herida en el lado derecho del rostro, en las mejillas. A ambos les corría un hilito de sangre.

Como calentamiento no está mal. Hora de ponerse serios-diciendo esto Shibota cargó su arma, siendo imitado por Málaga

La guerra de balas empezó pareja como antes, pero poco a poco, juzgando por las heridas de uno y de otro, se podía deducir quién tenía la ventaja y quién no. Málaga estaba empezando a parecer un colador humano, tenía heridas por todas partes del tronco y de los brazos. Hasta en su pierna izquierda tenía una bala.

Me has decepcionado, querido Michael. Has perdido facultades. No, no las has perdido, he sido yo que he mejorado. Ahora muere.-diciendo eso, disparó a un indefenso Málaga incapaz de moverse y cuyo cargador estaba vacío.

Poco a poco Málaga se sumergió en la oscuridad de la muerte. Oscuridad ya conocida por él. Shibota se giró sonriendo, pero Málaga esbozó una sonrisa sádica. El demonio había vuelto y con sed de sangre.
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Mensaje  Baileys Brandy Dom Oct 06, 2013 12:02 pm

Tan pronto como el funeral finalizó Dom Perignon se encargó de estar allí para guiarlos, pero eso no le sorprendía ya que solía tomarlos por idiotas –como si no supieran ir a la sala de reuniones solos...-  ; sin embargo había algo que sí la sorprendía. La chica que seguía a Málaga y que él mismo presentó, Caipiroska; aquella era la mujer que estaba trabajando con Vermouth contra el Jefe ¿debería matarla? Sacudió su cabeza ligeramente quitándose esas ideas de la cabeza, ahora ella ya no era su trabajo sino de Dom, y era obvio que aquel no era el momento. Analizó la muchacha de arriba abajo y suspiró decepcionada… ¿de verdad Vermouth creía que con una joven muchacha que llama tanto la atención y que no había vivido lo que la mitad de los altos rangos de la organización habían vivido podría ayudarla en algo en una lucha contra el Jefe? No sentía ninguna amenaza proveniente de esa chica, más bien lástima, sin saberlo estaba siendo conducida por una loca a un abismo sin fondo que solo la llevaría a la muerte. ¡Qué desperdicio! Siempre acababan tirando futuros talentos a causa de la amiguita del Jefe, primero fue Calvados y ahora sería una chica que en una noche había logrado descubrir la ubicación del Jefe que todos los altos cargos no habían podido encontrar.

Caminaron por los pasillos siendo observados por los rangos más bajos y medianos que no entendían nada: primero la muerte de Everglo , una mujer que era más peligrosa que la muerte en sí; luego las reuniones misteriosas de los altos rangos y ahora gente que no podían parar de discutir cuando estaban juntos o inflarse a balazos caminaban juntos por la sede acompañados de una… ¿una novata? Tantos años allí y nunca habían logrado ni siquiera acercarse a rangos altos, y ella en su primera visita a la sede central iba acompañada de la élite… no era justo. La albina notó de inmediato como las malas miradas que eran dirigidas a la novata la atravesaban, a lo que respondió con una simple mirada fría que hizo bajar todas las cabezas. Málaga fue el único que lo percató y se acercó a ella, pero no para hablar de eso –Bail, tengo un mensaje de Eva para ti- para ella eso no suponía nada –No sabía que ahora eras el mensajero de los muertos- sabía que eso le sentaba como cuchilladas a Málaga sin embargo él no contestó por lo que dedujo que el tema a tratar era más importante de lo que parecía –Su hermana- con tan solo esas palabras salió del trance en el que estaba su mente y recordó todas las conversas con Tomoyo, aquella chica era su vida. Sin embargo rápido se desvanecieron sus dulces recuerdos cuando entraron en la sala.

La reunión corrió como esperado, a cada uno se le entregaron sus funciones y se diseñó un plan apurado para aquellos que irían a la parte subterránea  a por los líderes; ella, Málaga y ¿Salamander? ¿Él debería ir a por el Jefe de Estrategias de aquella organización? Dom les presentó un hombre todo enmascarado y dijo que le dejaran a él el jefe de estrategias.  Eso le pareció muy extraño, era verdad que Dom Perignon prefería estar sentado en su butaca que no en el campo de batalla… ¿pero de verdad iba a perder la oportunidad de probar sus habilidades con las de otro estratega prodigioso cara a cara? Pero fue iluminada, y esta vez no por su habilidad de deducción –Que conveniente que ese Salamander tenga la misma complexión física que Dom- remugó su sensei entre dientes cambiando el rostro de sorprendida de Baileys a una sonrisa sádica. Miró sonriendo a Dom “También te hierve la sangre ¿cierto?” con razón era su Jefe de Estrategias, a ella nunca se le habría ocurrido algo así, y aún peor, si no fuera por Grant’s no se habría dado cuenta.


..........................................................................................................................................


Y finalmente llegó el momento, estaban en el campo de batalla y la función ya había empezado frente a los deslumbrados ojos de Málaga, “Salamander”, Grant’s y Baileys Brandy que observaban desde cerca el espectáculo mientras esperaban la orden de Dom para atacar. Mientras el resto se mantenía inexpresivo ella no podía evitar sonreír al ver aquel espectáculo que empezaba a teñir el suelo de un incandescente rojo –Oe.. Gin ¿no vas a venir a divertirte? Sé que lo estás deseando- dijo mirando de reojo al rubio que se encontraba fumando apoyado en su Porche negro –No, tengo algo más importante que hacer-  lo miró sorprendida ¿algo más importante que destruir la organización enemiga y divertirse haciendo lo que más le gustaba? Si no le conociera diría que les estaba traicionando o algo por el estilo, pero sabía que ese no era el caso.  Gin se subió a su coche y se fue dejándolos a todos de piedra, además esta vez había decidido ir solo, sin Vodka que ahora se encontraba luchando en pleno campo de batalla –Dom se va a poner furioso, no era suficiente que Vermouth se hubiera quedado en la base, ahora Gin se va sin dar explicaciones- rio divertida recordando que ahora la que si debía estar planeando algo era aquella loca.

Escuchaba desde el auricular a Dom dando órdenes y más órdenes -¿Es fácil hablar desde lejos, protegido en tu despacho?- preguntó Brandy con tono burlón, intentando provocarlo a ver si él mismo se descubría, pero fue imposible, en seguida le cortó el rollo -Que poco aprecio me tienes- sonrió mientras empezó a andar tranquilamente hacia el campo de batalla –Ciertamente- dijo en un tono burlón –Lo siento pero ya me cansé de esperar, me avanzaré con Grant´s- dije cargando ambas armas y acelerando el ritmo.

Tal como me había parecido a la lejanía el sitio de la acción estaba encharcado en sangre y había balas perdidas por todos lados, pero no sería muy difícil para ellos travesar la planta superior hasta las escaleras –Dark-sama, póngase a salvo, nos están atacando- un hombre moribundo se había agarrado a la pierna de su sensei intentando alertarlo de un peligro más que obvio, que molesto. Pero de repente más molestias se giraron al oír ese nombre –Dark-sama-  las cosas se estaban complicando y ella estaba perdiendo la paciencia, no tenían tiempo para lindas reuniones -¿La mujer de su lado no es Baileys Brandy, uno de los altos cargos del enemigo?- algunos retrocedieron y otros la apuntaron con sus armas. Pero ella se limitó a rematar al hombre medio moribundo y a sonreír avanzando hacia donde se encontraban sin importarse por los enemigos que quedaron boquiabiertos mientras quitaban el seguro de sus armas para matarla -3,2,1- se oyeron varios golpes de rifle, uno por cabeza y cayeron todos como moscas en el suelo salpicándola de sangre. Continuó avanzando hacia las escaleras mientras se limpiaba las manchas de sangre de los brazos y las piernas con un pañuelo –Ara, ara… que me guste ver la sangre no quiere decir que me guste bañarme con ella- suspiró mientras empezaba a bajar las escaleras.

Una vez llegaron a bajo nada fue como esperaban, nadie les esperaba para matarlos, había relativamente pocos hombres en la planta subterránea. Nadie se acercó a ellos y pudieron pasar sin problemas por los pasadizos, y finalmente llegaron a la puerta. Su mano se deslizó delicadamente por el brazo de su sensei  –Lo siento, no quiero que me molestes- el hombre cayó de golpe al suelo atrayendo la mirada de varios de los hombres ahí presentes que de inmediato desviaron la mirada e ignoraron el hecho de que ella estuviera abriendo la puerta que detrás de la cual estaba una de sus líderes.

Entró calmadamente notando el silencio que hacia resaltar el sonido de sus tcones contra el suelo de mármol – Ohh, Baileys Brandy….- dijo una voz femenina y dulce que salía desde las penumbras hacia las cuales ella se dirigía –y yo que esperaba poder divertirme con Gin o Dom Perignon- la albina continuó avanzando y sonrió –Mientes, me esperabas a mí, por eso tus guardias me dejaron pasar- sentenció firmemente – Quizá te dejaron pasar porque ibas acompañada por Dark- dijo riéndose –Izanami, diosa de la creación y la muerte… No creo que alguien que lleva un nombre tan ostentoso se le ocurra poner hombres vigilando su puerta que no sean de su confianza- dijo llegando al fin hasta donde ella estaba viendo la bella figura de una mujer de cabellos negros que vestía un bello kimono de la época de edo –Además, a pesar de lo oscura que está esta sala supiste en cuanto entré que era yo, por lo que solo puedo deducir que diste órdenes explícitas que solo me dejaran entrar a mí- dijo la albina sentándose en una silla que ahí había –Así que vayamos al grano ¿qué quieres de mí?
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Mensaje  CAIPIROSKA Sáb Oct 26, 2013 3:55 pm

Akari Etsu se dirigía a la sala de estrategia. Era su primera vez que iba, por lo que intentó grabar todo en su memoria. Entretanto que el trayecto duró –acompañada de los miembros importantes de aquella sede–, Caipiroska sintió a más de uno enviarle alguna mirada asesina junta con otra de desprecio, aunque, a pesar de ello, la joven siguió caminando con normalidad, eso no la detuvo.

Seguramente, aquellos deberían pensar qué cómo era posible que una mera principiante como ella, reciente llegada a aquella Organización, estuviera yendo con esas personas, a más, que ahora ingresaría en una de sus reuniones “privadas”. Por una parte, eso a la de cabellos azulados le hacía sospechar, poniéndola en guardia por cualquier detalle. "¿Por qué lo hacían?" Una única solución le vino a la mente en aquellos momentos de reflexión: ellos ya sabían algo de los planes que tenía junto con Vermoth y eso era alarmante. Lo más probable, aunque tampoco lo sabía a ciencia cierta, era que los altos cargos querrían ponerla a prueba.

Suspiró y a continuación, se sentó en una silla de las últimas filas de la sala, pasando por desapercibida, o al menos, intentándolo.

Cuando todos ya se colocaron en su sitio, el Jefe de Estrategia, llamado Dom Perignon –cuya información ella ya sabía por fuente de sus contactos callejeros–, empezó narrando el plan que había trazado. Este, parecía bien calculado, y a simple vista, sin errores. Caipiroska se sorprendió al ver que presentaba un hombre de nombre Salamander y pensó que ya pediría información de él a sus contactos, a más de algunos miembros que allí había; a excepción de los altos cargos.

Dom Perignon explicó que habría tres grupos; y ella se colocó en el tercero, ya que la idea de ser francotiradora había sido revocada al odiar las armas de fuego.
Cuando la reunión hubo acabado, cada uno de los miembros presentes sabía qué debía hacer. La joven Etsu miró a su alrededor, mientras pensaba que ahora comenzaría la auténtica lucha, por lo que en un momento, revisó mentalmente todas las dagas que llevaba escondidas. “Cinco, buen número”.

Todos los que se encontraban en aquella operación abandonaron la sede, a excepción de Vermoth y eso por nada relajó a la mujer. Sin duda, aquella estaba tramando algún tipo de plan, demasiado misterioso, –pero Akari no era la única que pensada de esa forma–, pronto, se descubrirían los planes de la favorita del jefe.

Se subió a la moto fucsia robada horas antes y se unió al grupo, aunque manteniendo la distancia, así le gustaba a ella; verdaderamente, hubiera podido a acercarse a alguien y socializar un poco con los miembros, pero eso a ella no le importaba, no se encontraba allí para hacer amistades.

Mientras iba pensando, tuvo la idea de mirar el teléfono proporcionado por el jefe, para revisar si tenía algún mensaje. En ese entonces, fue cuando se acordó que aún tenía el papel que Vermoth le había entregado cuando la encontró in fragantti en el despacho de Ano Kata. Levantó la vista, y vio que el resto de miembros se alejaban de su alrededor, de camino a la organización enemiga. “Perfecto”. Cogió el pedazo de papel, y lo desdobló de tal forma para poder leer su contenido.

Cuando lo hubo leído, sonrió para sus adentros, y a la vez, levantó una ceja. Se encontraba sorprendida con lo que la rubia le pedía. Lo guardó.
Seguidamente, dándose cuenta que iba algo atrasada, volvió a arrancar el vehículo y se fue a toda velocidad hasta la sede enemiga. Ya llegando al lugar, percató que el grupo de francotiradores ya había empezado con su trabajo. Rodeó el recinto subida aún en la moto, intentando hacer el menor ruido posible. Debía encontrar un lugar por donde entrar.

Entonces, su sentido de espía se despertó, dándole como opción entrar por uno de los conductos de ventilación. No era uno de sus métodos que más le entusiasmasen, aunque, era eficaz y eso era lo que ella buscaba en aquellos momentos.

Cuando observó que nadie le prestaba atención, sacó un clip y como si de película se tratase, forzó la puerta del conducto para poder ingresar a este. El tubo, no era demasiado ancho, aunque lo suficiente como para que una mujer joven tuviese movilidad. Suspiró, era algo vergonzoso por donde iría. “Como alguien se entere que he tenido que colarme de esta forma…” Movió sutilmente su cabeza, por nada quería distracciones tan tontas en unos instantes tan importantes en los que se encontraba ella y el resto.

Fue avanzando con tranquilidad, y mientras su recorrido duró, de vez en cuando se fue encontrando con ranuras de ventilación que tenían una separación de un par de centímetros, por donde podía ir visualizando. Se encontró con más de un miembro y al parecer, aquellos ya habían empezado su lucha. Primeramente, vio a Málaga, aquel que poco antes la había presentado al grupo, enfrentándose a un hombre que no se lo ponía nada fácil. Después, observó al miembro que Dom Perignon había presentado, hablando con un hombre que por la apariencia del despacho, debía ser un alto cargo, o más bien, un estratega por las herramientas que poseía en la mesa. Siguió a oscuras, adentrándose en aquel tubo metálico, ya doliéndose un poco las rodillas y los codos por detener que arrastrase; intentado no clavarse las dagas afiladas que llevaba. Poco después, por una de las ranuras vio a Baileys Brandy, empezando a charlar animadamente mientras sonreía sádicamente –aunque eso ya era normal en ella, por lo que Akari no se sorprendió– pero no obstante, prefirió seguir adelante, seguramente, pronto empezaría una matanza entre aquella y una mujer que se encontraba enfrente suyo.

Se arrastró durante más tiempo, hasta que se vio con la necesidad de tener que subir por aquel larguísimo tubo. “Dios, lo que ahora me toca, aunque ya que he llegado hasta aquí no voy a dar media vuelta”. Colocó sus brazos y piernas en la pared del metálico tubo de ventilación, y fue ascendiendo, sin pausas; agradeció mil veces que se encontraba en forma, ya que ejercer tanto esfuerzo físico era complicado. Más de una pasó por su frente, en menudo sitios se entrometía.

Cuando hubo ya llegado hasta arriba, nuevamente se encontró con una ranura, y para su sorpresa, era la azotea. “Es el lugar que Vermoth me ha pedido”. Algo agotada, decidió sacar la tapa con su clip, y seguidamente, sacó la cabeza, para después ya salir entera.

Contempló el paisaje, estaba anocheciendo. Por el horizonte el sol ya empezaba a ponerse, escondiéndose hasta el día siguiente. “¡Magnifico!”. Mientras se reponía de su largo esfuerzo, escuchó que alguien se aproximaba con seguridad, Caipiroska se volteó para verlo mejor. Ella percató que mantenía sus dos manos detrás de la espalda mientras esbozaba una tranquila sonrisa calmada, hechos que la alarmaron notablemente.

- Mmm… Nunca pensé que volvería a encontrarme con un miembro de la familia Etsu –habló el hombre sereno, como si fueran amigos de toda la vida y empezaran una conversación de lo más trivial-, ya que tenía entendido que fueron aniquilados a sangre fría hace ya nueve años –su sonrisa se extendió, cubriéndole casi todo el rostro–. ¿Sabes quién soy?
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Mensaje  Málaga Sáb Nov 09, 2013 7:45 pm

Málaga, o al menos, físicamente se le parecía, estaba atacando sin descanso a su antiguo compañero del FBI. El motivo era que éste último era jefe de una organización rival. En realidad, lo que ahí pasaba era que Málaga no estaba consciente, o mejor dicho, no era Michael quien dominaba el cuerpo en esos instantes. El motivo de esto venía desde el mismo momento de la gestación de Michael. Éste nació con un lado oscuro y sádico, debido a los genes de su padre y su familia paterna, casi todos asesinos o dueños de alguna mafia. Por el otro lado, el materno, más concretamente, su vieja era una agente del FBI a las órdenes de James Black, y la agente que llevaba dicho caso. La manera de cómo los padres de Michael se enamoraron y se casaron no estaba clara para el joven. Su madre murió al darle a luz, así que Michael fue criado por el jefe del FBI. Allí fue donde se enteró de los motivos por el cual, a veces sentía la necesidad de matar a alguien y para controlar dichos instintos aprendió a disparar desde muy temprano. Disparar a unas dianas en cierto modo le tranquilizaba. Y ahora estaba allí. Enfrentándose a Shibota y obligado a usar su lado oscuro.

Tus sentidos están mejor que antes-dijo Shibota escondiéndose tras una columna.

Málaga, o mejor dicho, su contraparte, sólo reía sádicamente a carcajadas, como un demente. Apuntando y disparando con todo a Shibota, el cual se defendía bien de la acometida ocultándose entre las columnas.

Rey… Sin blandir la espada, no puedo protegerte. Blandiendo la espada, no puedo abrazarte.-pensaba el otro Málaga disparando como loco y disfrutando el momento-Rey, tu ahora duermes y no me escuchas, pero es hora de que te lo diga. Si me das alas, volaré por ti aunque toda la superficie de la tierra quede sumergida por las aguas. Si me das una espada, me alzaré por ti aunque toda la inmensidad del cielo te atraviese con su luz.

Dos disparos de Shibota, le dieron en la pierna derecha y en el brazo derecho.

Ya decía yo que había algo raro. Te exponías demasiado. Tú no eres Málaga. Él es demasiado cuidadoso. ¿Cuándo habéis cambiado? Bueno, da igual. Morid-dijo disparando a bocajarro a Málaga.

Rey… lo que tú quieres proteger no es lo que yo quiero proteger. He fracasado

Con esos pensamientos en su cabeza, la contraparte de Málaga durmió. En la cabeza de Málaga todo era un caos, demasiada información de golpe. Ambas esencias habían sido derrotadas y estaban a un solo paso de irse para el otro barrio.

Rey… si no despiertas nos vamos para el otro barrio.-Málaga abrió los ojos sólo para ver a un joven que era igual que él, pero con el pelo y los ojos rojos y las pupilas marrones, salvo en el ojo derecho que tenía una simple mota azul.

Pero… ¡¡¿Qué?!! ¡¡¿Quién demonios eres tú?!! ¡¡¿Y dónde narices estoy?!!-Málaga estaba que no salía de su asombro.

Yo soy yo, Rey. Y todo esto es todo lo que tienes en tu cabeza. Aunque a decir verdad, todo es real, aunque el entrar aquí, solo es el último paso de la vida. Es cuando ves pasar toda tu vida por delante. Estamos justo en ese momento-respondió su contraparte.

Ya veo… estoy a punto de morir. Bueno. Creo que llegó mi hora.-dijo sonriendo tristemente

Eso es, Rey. En el momento en que nacemos, todos nosotros ya estamos muertos. El fin está ahí antes de que llegue el principio. Si vivir es aprender, lo último que aprendemos es a morir. Morir es ver el final y conocerlo a fondo. Nuestro cometido no es intentar aprender. Aquellos que son incapaces de trascender a la muerte no deben intentar aprender nada. Así que ahora es cuando debes hacer honor a ese apodo que te pusieron.-respondió su otro yo, indiferente aparentemente.

Málaga suspiró. Era cierto que morir le provocaba miedo. Pero inmediatamente se quitó esos sentimientos de la cabeza. Sólo le quedaban algunas cosas que hacer. Definitivamente no se podía permitir el lujo de morir allí mismo.

Lo he estado pensando. Nosotros; como uno, no estamos entremezclados; como dos, no compartimos una misma forma; como tres, no son los ojos que tenemos; como cuatro, son las alternativas de las que crece nuestra esperanza; como cinco, son los rincones de nuestro corazón.-Málaga esbozó una sonrisa.

Ya veo... Nosotros ¿Eh? Esa es tu decisión ¿No?-el otro yo de Málaga agitó la mano.

¿Qué haces?-preguntó Michael asombrado.

Nada. Simplemente, practico para decirte adiós.-el otro Michael, sonrió tristemente.

Málaga lo entendió al momento, pero cayó en la cuenta de algo que el otro no había caído.

Sólo aceptaríamos nuestras esencias. Nos volveríamos uno solo. Ni tú morirías ni yo. Simplemente seriamos un único ser en armonía. Además, escuché  lo que dijiste, y te lo agradezco. Realmente, me quieres proteger y espero que sigas ayudándome, ya que tú eres yo y yo soy tu.-Málaga le tendió su mano y el otro no dudo en tomarla.

Un brillo blanco cegador envolvió la zona, y Málaga abrió los ojos lentamente. Veía cómo Shibota sonreía con suficiencia mientras se giraba y le daba la espalda. Un breve instante. Málaga sonrío.

Hay una voz que me atraviesa el pecho hasta el fondo. Me recuerda a un grito de alegría.-dijo Michael poniéndose de pie. Su apariencia no había variado demasiado. Salvo por el ojo derecho, ahora era completamente visible como la mota marrón de su ojo se había extendido hasta la mitad de la pupila, dando a entender que ambos “Málaga” se habían unido en uno solo y en perfecta armonía.

Shibota esbozó es una sonrisa sádica, sonrisa que le fue devuelta por Michael. Nuevamente hubo cruce de fuegos. Málaga se quedó sin munición en su magnum, y mientras Shibota recargaba, Málaga lo abordó con la Beretta 92 de Everglo en la mano.

Recuerda esto, Michael. El Rey se lanza al galope, se libera de las sombras, grita su armadura, quebranta huesos, desgarra la carne y sorbe la sangre. Resuenan los crujidos, destroza los espíritus. Se abre paso arrasando, solo y en dirección a un lugar muy lejano.-escuchó Michael en su cabeza, simplemente sonrió tristemente. Esa sería la última vez que escucharía a su otro yo.

Había cargado previamente la Beretta con dos balas. El primer disparo fue a la pared porque Shibota reaccionó bien pero el segundo disparo, le dio a Shibota en un punto donde irremediablemente moriría pocos minutos después.

-¿Por qué?-preguntó Shibota.

-Because we aren't Gods of Death, but still humans, by whim, dedicate ourselves to kill. becoming horrible persons, although I also enjoy killing-dijo Michael en perfecto ingles.

-Maldito.-dijo Shibota poniéndose en pie. Michael se sorprendió, en el punto en el que había recibido la bala, otra persona estaría agonizando. Luego esbozó una sonrisa. Shibota y él se miraron nuevamente, ninguno decía nada. Era una mirada nostálgica y triste. Una mirada al pasado. Ambos deseaban que esas miradas y ese recuerdo duraran por siempre. Lamentablemente no podía ser. Shibota rompió el contacto visual y avanzó. Ese hecho provocó otra sonrisa en Málaga

Dime que soy lo que más odias del mundo.

Shibota seguía avanzando lentamente hacia Málaga, cada paso que daba, más sangraba. Sonriendo sádicamente, Michael apuntó con su recargada Magnum.

Sí. Esa herida es tan honda como las profundidades del océano. El rubor de ese crimen ha muerto y ahora carece de color.

Michael… ¡¡¡¿Qué pasa con mi orgullo?!!! Esto es todo lo que me queda… Juro por mi orgullo que no saldrás con vida-dijo Shibota gritando.

Málaga se echó a reír.

Escúchame bien. Si se oxida, nunca más podrá volver a ser blandido. Si se echa a perder, su esencia quedará hecha pedazos. Así es el orgullo… es muy parecido a la hoja de una espada. Tu orgullo ahora mismo está oxidado. No te queda nada.-respondió Michael tranquilamente, luego viendo las heridas y la sangre, y en algunas zonas incluso los tendones de Shibota, añadió- Rojo como la sangre. Blanco como los huesos. Rojo como la soledad. Blanco como el silencio. Rojo como el nervio de una bestia. Blanco como el corazón de un Dios. Rojo como la maldad de que derrite. Blanco como una lisonja que se congela. Rojo como una sombra que devora la noche. Blanco como los suspiros de la luna. Brillo blanco que se tiñe de rojo. Así está tu cuerpo ahora.

Shibota dio otro paso y cayó al suelo redondo.

¡¡¡¿Es que acaso este es nuestro destino?!!! ¡¡¡¿O acaso carecemos de él?!!!-preguntó Shibota dando suspiros, su fin se acercaba, pero Michael no estaba mucho mejor, aunque lo pareciera.

Así es, nosotros carecemos de destino. Sólo aquellos que se guían por la ignorancia y el miedo son los que avanzan dando pasos en falso y se precipitan en un remolino que llamamos “Destino”-diciendo esto Michael, Shibota dio su último suspiro y murió-Por fin ha muerto, ha sido duro de pelar, creo que han sido unas cuatro horas de combate. Buff... una vez dije que si Shibota y yo nos enfrentábamos, los dos acabaríamos muertos. No me equivocaba cuando lo dije… pero, si he de morir aquí, usaré mis últimas fuerzas para salir.

Michael se apoyaba en las paredes y a ritmo lento iba moviéndose lentamente. Su orgullo no le permitiría caer allí. Mientras todo sucedía iba pensando en Tomoyo.

En sus colmillos, que no pueden alcanzarla, se enciende una llama. Para no tener que mirar a esa estrella. Para que su voz no se apague. Con perseverancia, lo arreglo y lo cuido, a sabiendas de que voy a tener que cortarlo y verlo caer. Con perseverancia, lo hago brillar y lo peino, a sabiendas de que voy a tener que cortarlo y verlo caer. Me da miedo. Me aterroriza ese momento en el que lo cortaré y caerá. Porque mis cabellos cortados me recuerdan a ti, ahora que estás muerta, Tomoyo -tras mucho caminar, Michael salió de la sede enemiga. Allí vio a todos esperándole.

Lo hice, chicos. Vencí… y me alegro de que… estéis bien.-esbozó una sonrisa y cayó inconsciente no sin antes pensar-Espérame Tomoyo. Voy contigo

Pero lo que no sabía Michael, era que, nuevamente, la muerte le daba una oportunidad de seguir viviendo.
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Mensaje  Dom Perignon Mar Jun 03, 2014 11:56 pm

En todo momento, Dom Perignon tenía claro que quería participar en la misión. En la sala de reuniones previa a la misión, fue Cordial quien asumió el papel de Salamander, pero ahora es Cordial quien ayuda a dirigir a Dom desde el despacho.
-¿Diriges, y al mismo tiempo te estás moviendo por el campo de batalla? -dijo el estratega de la organización rival.
-¿Me envidias por ser mejor estratega que tú? Va, dime como quieres que te llame, aunque sea un nombre inventado -contestó Dom sonriendo amablemente.
-Puedes llamarme Moet & Chandon -dijo con una sonrisa el enemigo-. Moet, si te sientes más cómodo.
Dom intentó aguantarse la risa, pero no pudo.
-¡Jajajajaja! Moet & Chandon, el padre y el heroe de todos los champagnes, y la compañía creadora de Dom Perignon. Eso te lo tenías preparado.
-Ojalá me hubiese preparado mejor contra ti, pero sencillamente me sorprende que estés aquí abajo -dijo "Moet" mientras estaba arreglando algo en una de sus pantallas.
-No te voy a llamar Moet, lo siento. Sería decir que estás por encima de mi, y eso te lo tienes que ganar -dijo Dom Perignon con los brazos cruzados y sin quitar ojo a lo que hacía su enemigo-. Ya sé, ya que quieres ponerte nombre de alcohol, se me ocurre uno que no está en nuestra organización y que te encaja muy bien.
-Déjalo, en realidad mi codename es...
-Calimocho -interrumpió Dom con neutralidad.
-¿C-Como?
-Calimocho, ya sabes, alguna bebida gaseosa de Cola con cuaquier vino barato.
-...
-Bueno, Cali, o mejor, Mocho, sí, Mocho me gusta. Y tú me tienes que llamar señor Dom -dijo mientras jugueteaba con su sombrero-. Veo que estás ocupado arreglando las pantallas que yo te he estropeado. No te preocupes, Mocho, sabía que lo harías. Yo solo te he cortado las comunicaciones para ganar tiempo.
-Ya... Mira, no te soporto. ¿Eres un jefe de estrategia? Pues vamos a resolver esto a nuestra manera. Tú usa tus mecánicas y yo las mías, y vamos a dirigir la batalla que se está liberando ahí fuera.
-Me parece bien, Mocho -Dom se volvió a poner su sombrero.

Con algunas comunicaciones arregladas, Mocho retomó las ordenes a los suyos. Poco a poco iban cayendo, pero gracias a sus precisas instrucciones consiguió estabilizar el ritmo de la batalla empleando una táctica defensiva. Dom aprovechó la poca agresividad de su rival para optar también por una táctica segura que minimizase las bajas. Ahora tenía a algunos de los francotiradores en posiciones más cercanas y ventajosas, y al grupo de élite prácticamente intacto. Al grupo de asalto hubo que sacrificarlo entero, pero gracias a eso ahora tienen una ventaja más que favorable.
Pasaron algunas horas, ya que a fin de cuentas, ninguna de las dos organizaciones nació ayer, y sabían perfectamente como afrontar esta clase de situaciones con cautela y profesionalidad.

-Oye, Mocho -interrumpió Dom.
-Qué.
-Vale que al principio teníamos que centrarnos mucho más en la batalla en sí, pero con lo lento que está siendo todo ahora, esperaba que pudiéramos hablar de estratega a estratega, para no aburrirnos -dijo Dom con cara triste.
-No quiero hablar contigo. Y no me llames Mocho, mi nombre es...
-Vaaaaale, te llamaré Moet, va, hagamos crecer tu ego. Pero si me decepcionas, te volveré a llamar Mocho -interrumpió de nuevo Dom-. ¿Por qué no quieres hablar conmigo?
-Te pareces demasiado a una persona que odio, pero sé que es imposible que seas tú -dijo Moet con rabia contenida.
-Veo que tienes un pasado tenebroso. Bueno, como todos los que estamos metidos en esta clase de organizaciones imagino... Va, cuéntame tu historia, por favor.
-No quiero contarte nada -contestó secamente mientras seguí dando algunas ordenes-. ¿Es que me quieres distraer?
-¿Ni un resumen cortito? -suplicó Dom.
-... A ver, cuando me metí en la organización tras la muerte de mis padres...
-¿Te recuerdo al asesino de tus padres? Eso es MUY tópico -interrumpió de nuevo Dom.
-¿¡Quieres callarte ya pedazo de mierda?! -se levantó de la silla Moet.
-Eh... Sí, mejor -se serenó Dom con prudencia.
-Yo no quería ser asesino, ¿sabes? Pero ser estratega era algo que adoraba. Entonces mi antiguo jefe me dijo que habían encontrado al rey de los estrategas y que estaba dispuesto a formar a estrategas fuera de la ley de todo el mundo. Al principio no me fié de la oferta, pero la investigamos y parecía real. Entonces junto a dos compañeros, nos metimos en esa especie de formación intensiva de estrategia.
-¿Y después? ¿¿Y después?? -dijo Dom espectante e interesado por la historia.
-Después... Ese hombre nos hizo hacer cosas horribles, nos hizo jugar a una especie de juego táctico monitorizado donde los jugadores eran los propios miembros de ese curso, sin decirnos que nos podíamos matar de verdad con ese juego. Consiguió engañarnos durante tres largos días sin dejarnos dormir. ¡Fue la peor etapa de mi vida, peor incluso que cuando perdí a toda mi familia! Al final solo quedamos los tres mejores estrategas de esa formación...
-Ooh... Eso fue terrible... -dijo Dom bajándose el sombrero.
-Durante una semana teníamos que dar con la forma de salir de ese lugar entre los tres. Al final salí yo solo, ya que los demás murieron sin haber resuelto toda la prueba. Al salir, me encontré con ese hombre, y me dijo que yo era el único estratega digno, y me felicitó.
-Oye, pues felicidades entonces -dijo Dom dándole la mano.
-¡No! ¡Eso fue el infierno, fue un simple truco de aquel hombre para matar a todos los estrategas posibles! ¡Nunca le perdonaré a aquel hombre con un rostro similar al tuyo, pero algo más mayor! -gritó histérico Moet.
-Ah, entiendo. Entonces te sientes incómodo conmigo porque me parezco a aquel hombre, ¿no?
-Sí, exacto -dijo Moet ya más tranquilo.
-Bueno, eso es porque... En efecto, ese hombre... Era yo -dijo Dom sonriendo y frotandose la cabeza.
-¿¡Qué?! Una mierda, ¡tú eres más joven, y de eso hace 10 años!
-Bueno, se me ocurren varias explicaciones a eso -Dom pasó a una sonrisa algo más desafiante y menos burlona.
-No pretenderás que me crea eso de que vuestra organización sabe como conseguir la vida eterna...
-Bueno, en caso de que exista algún "aptxperimento" así, para mi sería muy fácil controlar bien los efectos de nuestros hombres-cobaya, y por lo tanto saber como aplicar una dosis mínima, lo justo para no envejecer nada en diez añitos. Pero prometo no arriesgarme más hasta que el experimento esté terminado del todo.
-Muy bien... Suponiendo que seas tú, vamos a hacer una apuesta -dijo Moet mientras se levantaba.
-Dispara. No literalmente, claro.
-Vamos a concentrarnos en terminar esta batalla, y el que gane capturará al otro. Si yo gano, me darás todos los secretos de la vida eterna. Si tú me ganas...
-Si yo te gano, me prepararás un té del sabor que tú deduzcas que es mi favorito -dijo Dom muy comprometido con su deseo.
-... Si lo que quieres es un té, puedo hacerte uno aquí mismo, e incluso deducir cual es tu sabor favorito basándome en tu personalidad -dijo Moet mientras pasaba a un armario donde tenía el material suficiente para hacer té.
-¡Anda, estoy de suerte entonces! Va, adivina mi té favorito y yo adivinaré otra cosa a cambio. Será nuestra primera apuesta -dijo Dom emocionado.

Moet empezó a preparar el té mientras tanto el uno como el otro seguían atentos a sus respectivos grupos. Pero la batalla seguía siendo muy lenta. Ya habían pasado varias horas...

-¿Tú con cuantos grupos hubieses venido, si estuvieras en mi lugar? -dijo Dom interesado.
-En caso de querer optar por un combate normal, con tres. Un grupo de peones, otro de francotiradores, y otro de élite -Dom sonrió asintiendo ante las palabras de su rival-. En caso de querer hacer lo que tú has hecho, hubiese reservado un cuarto grupo secreto para apoyarme en caso de emergencia, y que ni tus propios compañeros supieran de él -Dom se sorprendió-. Dime, Dom, ¿tienes un cuarto grupo rodeando esta sala?
-Tenías que adivinar mi té favorito, no mi estrategia -dijo Dom muy serio.
-No, toma, aquí tienes el té -sirvió uno para Dom y otro para él.

Tras entregar las tazas, Moet recibió algún mensaje extraño en una de las pantallas y se giró rápido a atenderlo. Rápidamente, Dom hizo algo con las tazas, a toda velocidad y aprovechando los gritos de su rival para que no se escuchase.

-Perdón, parece que tu grupo sabe muy bien lo que hace -dijo Moet mientras se sentaba.
-Oye, no esperarás que beba así sin más. Demuéstrame que no hay veneno, por favor.
-Oh, claro, faltaría más -dijo Moet agarrando su taza más próxima.

Moet pegó un sorbo a su té y mostró a Dom como lo tragaba con claridad para que no hubiera duda al respecto.
-Bien, ya puedo beber. Tenía miedo que jugaras sucio, oye, nunca se sabe.
Dom bebió de su taza también, y entonces Moet sonrió al ver que con seguridad Dom había tragado. Entonces Moet se puso comodo y empezó a hablar.
-Esto es un simple juego de "quien sabe lo que hará el otro estratega" -dijo sin perder de vista como poco a poco Dom se estaba poniendo nervioso-. Los dos sabíamos que la escena de servir un té envenenado era lo más posible. Así pues, yo sabía que tú querrías mover las tazas si yo me giraba distraido, fingiendo algún problema en la pantalla.
-Espera, espera... -dijo Dom con dificultades y empezando a caer al suelo poco a poco-. Yo pensé exactamente todo eso que has dicho, y por eso hice ver que cambiaba las tazas... Pero en realidad... ¡No las he cambiado! ¿Eso quiere decir que me serviste directamente la del veneno? No, eso no... Porque entonces no habrías fingido el problema en la pantalla...
-Idiota... ¿Y tú eres el gran estratega? Yo sabía que tú pensarías todo eso, y por eso lo que hice fue ponerme las cosas más fáciles a mí, y usar tazas con una pequeñísima diferencia física imperceptible a simple vista para saber si habías cambiado las tazas o no. Si las hubieses cambiado hubiese hecho como que tragaba pero sin ser tan obvio, y de haber sospechado, te habría disparado. Pero yo suponía que lo que harías sería no moverlas, y gracias a ello he conseguido hacer el numerito de tragarme bien el té delante tuyo, porque sabía que tú estabas convencido de que así te habrías salvado de tu... ven... e... no...

De repente, Moet empezó a sentir como se le descomponía el cuerpo y la mente. Según Moet empezaba a caer al suelo, Dom se levantaba y recuperaba la seguridad en su cara. Dom se acercó y le pegó una patada a Moet.
-Ahí estás bien, Mocho. Así queda claro a qué altura estás respecto a mí.
-C... Como lo has... Hecho... -dijo Mocho retorciendose.
-Es penoso... Tú mismo habías dado antes con la clave. Había un cuarto grupo que me hacía a mi de escolta y que era secreto. Ahora mismo tengo algunos en la puerta, otros en los conductos de ventilaciones, otros han aprovechado la explosión de gas para instalar una chapucera cámara aquí en esta habitación... Vamos, para mí era muy fácil saber si había veneno en una, en las dos, en ninguna o qué es lo que estabas haciendo. Oh, y por supuesto, si corté tus comunicaciones solo de manera parcial era porque así no te extrañaría perder algunas señales, justo las señales que, de haber funcionado bien, delatarían la posición de "el escuadrón de Dom". Por supuesto, pequeñeces como ponerte nervioso o sacarte el tema de hacerme un té no han sido casualidad. En definitiva, has sido fácil de manipular en todo momento.
-Eres... Un hijo de...
-Te he dicho que adivinaría algo yo también, ¿verdad? Aunque tú no has adivinado mi sabor de té, pero da igual, es el de manzana. Ahora adivino yo algo. Tu codename es Poison. Te gusta usar estrategias envenenadas para ir destruyendo a tus enemigos poco a poco. Lo sé porque, como bien has contado antes, te entrené yo, y desde entonces siempre intenté mantenerme informado sobre como te iba. Aunque no sabía que habías llegado tan lejos en esta organización, pero no importa, no debe ser una organización muy buena si uno de sus jefes era un infiltrado y el otro eras tú.
-Pero... Si he bebido de la taza limpia...
-¿Aún sigues con eso? Yo ya sabía que eras Poison, y por eso te quise matar con tu propio codename. ¿No es una gran idea? Ya venía con veneno preparado. No moví las tazas, solo me limité a poner un veneno inapreciable a la vista en la tuya. Nada más que eso.
-Cabr...
-Cierra la boca. Ah, y que sepas que en tu tumba pondré que aquí descansa Calimocho, para que todo el mundo sepa lo que fuiste... Un entretenimiento breve, barato y malo. Adiós.

Dom dejó a sus hombres a cargo del cadaver y salió comunicandose con Cordial.
-¿Como les va a los demás?
-La situación de arriba está controlada por completo. Pero algunos miembros mantienen batallas individuales contra altos cargos de la organización enemiga. Málaga acaba de ganar el suyo, que por cierto, tienes que ver el video de su combate... No tiene desperdicio.
-¿Para mal o para bien?
-... Mejor que lo veas por ti mismo.
-De acuerdo. Yo ya no tengo nada que hacer aquí, dile al peon del coche que puede venir a buscarme ya al punto acordado. Del resto se encargarán los habituales expertos en el campo de batalla.

Dom se marchó de ahí con una sonrisa, no necesitaba recrearse en la victoria. Saber que todas sus estrategias, tanto las generales como las más personales, funcionaron a la perfección, le sirvieron para poder volver a dormir tranquilo por las noches. Ahora solo le quedaba enfocarse en otros asuntos más controlables, como es el tema de Vermouth y Caipiroska.
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Mensaje  Cassis Miér Jun 04, 2014 6:38 pm

El sonido del tiroteo resultaba aburrido para Cassis. Se emocionó mucho cuando le permitieron entrar en la base. Amarula le acompañaba, derrotaron a varios enemigos hasta que llegaron a una escalera y Cassis comenzó a subir.
-¿Por qué arriba?-Preguntó el chico.
-Porque es donde vamos a encontrar a los grandes.
-Y, ¿cómo lo sabes?
-Lo sé.-Llegaron al final de la escalera.-¿Tienes municiones?-Cassis se ocultó en una columna, le quedaban pocas balas y necesitaba un respiro.
-¿Entonces piensas asesinar a los grandes?-Mientras preguntaba, le tendió varias balas a Cassis y ella las introdujo en su Beretta.
-¿Estás loco? Claro que no. Pienso capturarle y torturarle hasta que confiese donde está el jefe.
Amarula le tendió una mano para ayudarla a levantarse.
-Me gusta tu fidelidad.-Se escucharon pasos.-¿Estás lista?
-Claro.-Dijo Cassis sonriendo de lado.

Salieron de su escondite improvisado con las armas en alto y dispararon sin pensarlo. Cayeron varios hombres mientras se hacían paso por la segunda planta. Fue bastante fácil, se notaba que los que vigilaban esa planta eran peones. Les cogimos por sorpresa.. Todo iba bien gracias a Dom Perignon. Llegaron a un pasillo con varias puertas, habitaciones tipo despachos. Se asomaron a algunas ventanas, las primeras dos habitaciones estaban vacías. Amarula entró a la de la derecha, Cassis en la izquierda. Empezaron a registrar. La de Cassis estaba llena de archivos, archivos de investigación sobre nuestra organización: fotos de miembros, expedientes, en fin, mucha información sobre nosotros. Se detuvo observando el expediente de Málaga, estaba archivado con los miembros muertos. De repente, escuchó la puerta cerrarse. "Mierda", pensó. Y preparó su Beretta.
-Quieta.-Dijo el hombre que acababa de entrar.
Ella estaba de espaldas a la puerta. No se movió. Notó metal fino en su cuello. La punta le arañó y supo que era un arma blanca. El sujeto le quitó la Beretta y la lanzó lejos con toda la tranquilidad del mundo.
-¿Cómo te llamas, pequeña?
-Cassis. Lo sabes perfectamente.
-Pues claro que lo sé, me refería a tu verdadero nombre, idiota.
-¿Piensas que voy a decírtelo?
-Creo que deberías colaborar.-Apretó el cuchillo, cortándole.
-Pues yo creo que no deberías interrogarme en este momento. ¿Sabes que estamos en plena batalla? Qué iluso. Ni si quiera te has dado cuenta de la pistola que está apuntándote desde la puerta, ¿verdad?
El sujeto puso cara de horror y se giró rápidamente. Cassis aprovechó su movimiento para agarrarle el brazo derecho y moverlo hacia su pecho, clavándole el cuchillo.
-Serás.. -Intentó pronunciar el hombre.
-¿Es que quieres más?-Le respondió Cassis. Sacó el cuchillo de su pecho y volvió a apuñalarle tres veces más. Acabó algo manchada de sangre, pero no le importaba mucho.
Recogió su Beretta y salió de allí. Se encontró con Amarula en el pasillo.
-Nos estan investig-Guau.. Pensaba que eras de las que no se manchan las manos.. Ni la ropa, ni la cara..
-Me quitó la pistola, no me quedaba otra. Vamos, tenemos que encontrar a ese tipo.
Siguieron caminando. Las próximas habitaciones estaban llenas de ordenadores que destruyeron a golpes, así perderían bastante información y material y dejarían a esa organización rival sin recursos. La última puerta estaba al fondo del pasillo y Cassis pudo ver al tipo de la cicatriz de la cuchilla de Dom, el grande, dentro. Con dos guardas cerca. Amarula disparó por la ventana y acertó al primer guarda en la cabeza al pillarle desprevenido, pero el otro abrió la puerta. Cassis se ocultó detrás de ella, haciendo ver que Amarula estaba solo. Amarula y el guarda quedaron apuntándose mutuamente. DUdaron unos segundos y Cassis los aprovechó para disparar al hombre por el agujero de la ventana en el brazo en el que sostenía una pistola. El guarda se giró, Amarula disparó, y murió. El sujeto de dentro no podía usar su arma por mucho que lo intentara, así que no fue difícil capturarle. Cassis no podía parar de sonreir mientras le ataba. Ahora el dilema era cómo salir de allí con el rehén, iba a ser demasiado difícil. Así que llamó a Dom para informarle y preguntarle si podía enviar refuerzos o algo así. Esta vez, la organización negra iba ganando.
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Mensaje  Baileys Brandy Dom Jun 08, 2014 7:38 pm

Las palabras de la albina, contundentes y más frías que de costumbre, cambiaron la cara de aquella mujer egocéntrica. Sin embargo, a pesar de la fuerza de sus palabras, ella mantenía una sonrisa sádica en su rostro; quería jugar con ella, pues desde que puso un pie en esa organización esa mujer se había vuelto su presa. Des de la silla, ya acostumbrada a la penumbra de la habitación, observaba la cara de acorralada que tenía Izanami. Sin embargo, la pelinregra no tardó mucho a reaccionar soltando una risa forzada. Sin duda quería fingir que lo tenía controlado, pero Brandy sabía que no era así y se deleitaba con sus esfuerzos para mantener las apariencias.

Cuando, finalmente, se dio cuenta de que la situación se estaba volviendo ridícula paró de reír, sin embargo, mantuvo una sonrisa ladina. Esta vez había sorprendido a la albina, que era lo último que esperaba y ahora la miraba expectante. Parecía ser que estaba dispuesta finalmente a revelar algo -Sin duda, eres Baileys Brandy. Tienes una presencia que impresiona y no es fácil engañarte- estaba yendo por un camino muy aburrido y una asesina de sangre caliente como ella no se lo iba a permitir -¿Acaso tu intención es halagarme? Si es así te mato y me voy, no tengo interés en escuchar lo que ya sé de sobras- en su rostro no se escondía el aburrimiento que le producía todo aquello. Su acompañanta tampoco se molestó en ocultar el fastidio que le producía ella con su falta de educación y arrogancia, pero por alguna extraña razón no respondió ni hizo nada al respecto. La albina la miraba atentamente ya que su comportamiento era demasiado sospechoso -La verdad es que quiero que me ayudes a entrar a tu organización-, sin duda, no se esperaba esa petición; y quizás por eso, o por lo estúpida que era la petición, Baileys no pudo evitar reírse, aunque fuera levemente.  

No le costó mucho aserenarse y aunque no borró esa sonrisa de su rostro la miró dejándola proseguir con su petición absurda -Sé muy bien que vuestra organización está constituida por cuatro pilares principales: el Jefe de Estrategia o Dom Perignon, el mejor asesino de la organización conocido como Gin, tú conocida vulgarmente como la Bruja de la organización y la mujer de las Mil Caras llamada Vermouth-. Esas palabras no tuvieron efecto en la albina porque solo dejaría salir la chica de ahí muerta, pero sabía que eso solo era el prólogo -También sé que hay rivalidad entre todos ustedes, como si se discutieran por quien debería ser el segundo al mando, pero aún así no se odian realmente. Sin embargo, yo sé que tú sí que odias a uno de ellos y no hay nada que desees más que quitártela de encima: Vermouth. Así que quiero proponerte un trato, matala y déjame ocupar su lugar. Solo para empezar, con eso te la quitarías de encima; pero lo mejor es lo que te ofrezco a cambio. Yo no tengo interés en ser la mano derecha del jefe; lo único que busco es seguir con mi vida y por lo que me ha dicho Poison sobre ustedes, lo más probable es que acaben con nosotros y es por eso que me rehusé a pelear y decidí ofrecerte el trato. Bueno, vayamos al grano. Si logras que ocupe el lugar de Vermouth conservando los privilegios que ella tiene, te ayudaré a subir al poder y lograr ser la segunda al mando. Si estáis muy igualados ahora mismo es porque todos lucháis contra todos, pero si nos uniéramos podrías superarlos-. El silencio se mantuvo durante segundos que se hicieron eternos y que se hicieron más largos a causa de la expresión neutra que mantenía Brandy.

Finalmente, después de una larga espera de la pelinegra en que pudo sentir desde miedo hasta probar la sensación de victoria, la albina dejó su cómodo asiento. Caminó lentamente hacia la chica, que estaba sentada en un sillón tan ostentoso como su nombre, y se puso detrás de ese posando sus manos sobre los hombros ajenos. Por el ritmo cardíaco de la chica, Brandy pudo percibir en ella terror seguido de una sensación de tranquilidad. Podía sentir que eso era una muestra de su conformidad, pero quería oírlo de su boca y regocijarse con la victoria -¿Así qué? ¿Aceptas?- la sonrisa que mostraba la pelinegra no duraría mucho, pues si algo hacía interesante a Baileys era que fuera tan impredecible siempre. La albina con delicadeza tomó con una de sus manos un mechón de cabello de la mujer mientras la otra permanecía posada en su hombro, esperando -Sin duda esa mujer no me gusta, pero te equivocas mucho si crees que la odio. Puede que huela al traición en ella, aún así, es un ser espectacular. ¿Sabías? Entre nosotros cuatro hay mucha rivalidad, pero aún así hay respeto. Esa mujer tiene muchísimos defectos pero no hay nadie mejor que ella para hacer lo que ella hace. Tú eres una perdedora que nunca podría llegar a su altura, no sé si lo entendiste. Aquellos que estamos en la cima es porque somos los mejores y, sobretodo, insustituibles. Vuestra organización, en ningún momento ha tenido ninguna oportunidad. Nosotros siempre ganamos antes de empezar el juego. Tanto nuestro Boss como nuestro Jefe de Estrategias son personas temibles, pueden planear todo de antemano y que nada se les escape. Probablemente, ambos sepan que nosotras estamos aquí hablando de esto y permanecen tan tranquilos porque saben que te mataré- controlaba los latidos de la mujer y no podía evitar encontrar divertido el miedo que se sentía en su cuerpo.

A duras penas, la mujer pudo articular lo que quería decir y no era por falta de fuerza, sino por falta de temperamento y por no haber calculado todas las posibilidades -No sabes si yo podría ser mejor que ella... quizás no sepa disfrazarme como dicen que ella es capaz, pero mi red de contactos me puede proporcionar mucha más información y sin riesgos- con solo verla se podía ver que en su mente se estaba replanteando toda la información para atacar desde otro lado. -Además, puedo proporcionaros apoyo económico- la albina suspiró como queja del rumbo aburrido que estaba tomando la conversa -Lo sé, eres una niña de papá con muchos contactos. Dom Perignon me dijo que tu padre es un político que busca venganza por la muerte de su mujer, es decir, tu madre; y cree que el asesino es alguien del abajo mundo. Así que creyó que con dinero podría arreglar tu entrada a una de las organizaciones más grandes para que lo averiguaras dada la poca eficiencia de la policía en el tema. Así que para ti esta organización no era un fin, sino un medio ¿verdad?- la cara de la chica corroboró la veracidad de la información dada por su Jefe de Estrategias y las conclusiones a las que había llegado, pues este último no quiso molestarse en dar más explicaciones de las necesarias a aquellos que creía que capaces de espabilarse por sí solos. -¿Pero quieres que te diga un secreto? Todo lo que tú puedes ofrecernos, nosotros podemos obtenerlo a nuestra manera. Además me repugnas, no eres más que una cobarde que se escuda con dinero y confianza. Seguro que no has cogido una arma en tu vida, la gente solo te quiere por tu cara bonita y cosas que tocando cuatro teclas en un ordenador podrían desaparecer de inmediato- le tiró del mechón de pelo que sostenía en su mano de un golpe arrancando varios cabellos. -Yo sí que sé pelear, soy especialista en kendo- era difícil no ver que empezaba ser difícil para la mujer aserenarse -solo te diré una cosa más, tu madre fue asesinada por nuestra organización, según lo que me dijeron. No me preguntes quien, porque no me molesté en preguntarlo y tampoco sé quien es tu madre, pero es bastante divertido ¿no crees?-.

Antes de que la albina pudiera reaccionar, una katana negra travesó el sillón en que estaba sentada la mujer y se clavó en el estómago de la albina. De los labios de la albina no se escapó ningún grito, sino más bien una sonrisa. Retrocedió rápidamente y tomó su Sig Sauer en la mano apuntando a la chica. Eso le había gustado, hacía tiempo que nadie la hería. La gente solía tenerle demasiado miedo solo como para apuntarle, y esa seguridad y arrogancia que siempre desbordaba parecían ser su escudo. Sin embargo, esta vez había recibido un profundo corte en el estómago que parecía no tener ganas de dejar de sangrar. Eso cambiaba mucho las cosas, con un corte así todo estaba más igualado. Al perder tanta sangre, Baileys no podría moverse tan rápido y sus reflejos empezarían a mingar gradualmente, además, forzar su cuerpo abriría la herida. Eso sin tener el cuenta el límite de tiempo que tenía ahora; mientras la pelinegra disponía del tiempo que quisiera para alargar su conversa y pelea, la albina solo disponía como mucho de 15 minutos y eso si no se movía de más.

Aún teniendo en cuenta lo delicada que era la situación para ella, Brandy estaba feliz y ni siquiera se molestaba en presionar la herida para alargar su tiempo. Izanami se levantó poco a poco, apuntándola desde lejos con su katana y con una mirada de odio -He sido campeona de kendo durante muchos años, si de verdad quieres pelear aviso que no me contendré- esta vez la albina no pudo contener la risa y soltó una ruidosa carcajada -Sí, se nota solo con ver como te tiembla el pulso. No temas por si me matas, porque yo no me lo pensaré ni un segundo a la hora de matarte. Otra cosa, por muy buena que seas con la espada, si yo uso mi arma estás acabada. He sido entrenada con armas de fuego durante años, así que es imposible que llegues a mí sin que te meta primero una bala en la cabeza. Sin embargo, estás con suerte. Como eso me parece muy aburrido, no usaré mi pistola ¿qué te parece?- sonrió burlona, pues sin duda era una ofensa para alguien armado que el dijeran eso, y guardó su arma de nuevo preparada para acabar con la chica con sus manos desnudas.

La inocencia de aquella mujer hizo que se le lanzara encima de ella, sin dudarlo, confiando de que como iba desarmada ganarla sería demasiado fácil; pero no podía equivocarse más. Fue un ataque directo, alargando sus brazos junto con la katana para alcanzarla y preparándose para hacer un movimiento de arriba-derecha a abajo-izquierda; demasiado obvio para no verlo venir. Posó su mano derecha sobre las ajenas bajando bruscamente el brazo, antes de que pudiera cortarla, y su otra mano dejó caer todo su peso sobre el codo derecho de la chica dislocándolo en el momento. El grito de la mujer resonó por toda la sala y embelesó a la albina que sonreía complacida. Si hubiera sido su otro brazo, la mujer podría haber continuado sujetando la katana con una sola mano; pero ahora era imposible. Se podía considerar el combate acabado, pero ninguna de ellas tenía suficiente. Izanami se lanzó hacia Brandy sujetando un cuchillo con su mano izquierda que se había sacado de entre las telas de su kimono, pero era demasiado lenta ; después de todo solo era una niña que se escondía detrás del poder de su padre y temía a la muerte más que nada. Baileys no tuvo dificultades para sujetar su mano y seguidamente romperle tanto cúbito y radio -No precipites tu muerte pequeña, aún tengo que jugar contigo- la mujer cayó al suelo, rendida por el dolor y la desesperación. Las palabras arrogantes de los altos rangos de la organización se cumplían: eran invencibles, incluso sin Gin y Vermouth.  

Sin nada que perder, la mujer enloqueció y intentó herir a más no poder a Baileys -No muestres esa cara de vencedora, nosotros matamos a Everglo y sé muy bien que era la única persona que te importaba- y, como era habitual en ella, su reacción fue completamente inesperada. Rió como si no hubiera un mañana y luego la miró sin perder su sonrisa de joker -Eres muy ilusa si crees que vosotros podríais ni siquiera hacerle un rasguño a alguien como ella. Eve murió por ser estúpida, y solo un idiota como Málaga le daría importancia a un muerto, fuera quien fuera. Aquellos que vivimos nuestra vida matando al resto, no debemos tener miedo de la muerte. Es por eso que tú nunca podrías a estar a la altura de esa mujer. Puede ser muy repugnante pero nunca ha huido de una lucha por miedo ni ha temblado a la hora de matar a alguien, y eso es porque no tiene miedo a morir. Aunque dicho así, es irónico que nuestra organización busque la vida eterna cuando nuestros miembros tienen más apego a la muerte que a la vida ¿cierto?- su tono era burlón y su manera de ser egocéntrica, como siempre, pero no dejaban de ser grandes verdades sus palabras.

Para ella, aquel encuentro había concluido. Esa mujer no tenía nada más que ofrecerle que le pudiera interesar. Tomó un cigarro entre sus labios y lo encendió mientras recogía del suelo la katana de aquella futura difunta -Es hora de jugar ¿sí?- no podía irse sin torturar un poco aquella mujer. Empezó apagando su cigarro en la frente ajena, haciendo que esa soltara un grito estremecedor, que fue seguido de muchos más al clavarse una y otra vez la katana por sus extremididades. Las perforaciones en las extremidades eran dolorosas como todas, pero no eran mortales ya que no se perdía tanta sangre ni se hería ningún órgano vital, como en el caso de la que ella tenía. Los gritos continuaban y Brandy no parecía tener suficiente, hacía tiempo que no disfrutaba con una tortura. Hacia meses que se limitaba a matar la gente lo más rápida y limpiamente posible; no podía decir que no disfrutara con ello, pero esto era mucho mejor. Sin embargo, sabía que Dom Perignon no estaría muy feliz si se le hacía esperar mucho tiempo sin una buena razón, así que decidió apresurar la muerte de la mujer. La cogió del cabello y la levantó de un tirón, pero no fue tan doloroso como todas las heridas que había recibido hasta el momento así que la mujer apenas se quejó.  

Baileys se sentó en la butaca de Izanami y la sentó sobre sus piernas, la pobre delirante creía que eso era solo una burla de la ajena para que viera como de bajo había caído pero no era eso. Acarició la mejilla de la pelinegra y sonrió dulcemente, aunque cuando se trataba de ella cuanto más dulce era la sonrisa más maldad se escondía detrás de ella. Tomó las botellas de alcohol de encima la mesa y se las dio a beber una tras otra a la mujer, aún sentada en su regazo. Aquella sensación de calor y ebriedad hacía que el dolor poco a poco desapareciera y los quejidos de dolor pronto desaparecieron, dejando paso a una pesada sensación de sueño. Quizás algo había apelado a la humanidad dentro de aquel ser frío y la dejaría morir sin dolor -No te duermas, pequeña- la albina la obligó a mantenerse despierta y beber hasta la última gota de alcohol. Su garganta ardía un poco, pero el dolor había desaparecido y su cuerpo empezaba a sentirse cálido y era obvio que la mujer ya no estaba en ella. Finalmente, Brandy abrió la boca ajena con sus dedos delicadamente, lo que hizo que la pelinegra se despertara un  poco y empezara a hacerse preguntas que no podía responder y no precisamente por el efecto del alcohol, sino por lo extrañas que eran: "¿Acaso pretende besarme? ¿Enloqueció de repente?". El dedo índice de la chica pasó por los labios ajenos un segundo antes de que dejara que su cuerpo se alejara levemente de ella y apartaba su mano para introducir un mechero dentro de la boca de Izanami. Demasiado obvio lo que pasó a continuación. Todos aquellos litros de alcohol bebidos a la fuerza fueron como gasolina para la flama que se prendió dentro de su boca, y todo dentro suyo empezó a arder. El sufrimiento que podría sufrir aquella mujer en aquel momento era indescriptible: no se oían gritos pues toda su garganta ardía, pero su cara y lo movimientos de su cuerpo lo expresaban todo. Intentaba retortijarse sin lograrlo entre los brazos Baileys, que se limitaba  a mirarla disfrutando enormemente de la escena y acariciar su mejilla burlona, como si así se pudiera extinguir el fuego.  

No necesitó mucho tiempo para perder el conocimiento y caer redonda en los brazos de la albina que se encontraba en estado de éxtasis gracias a esas expresiones que tanto extrañaba. Lo más probable es que aquella mujer estuviera más que muerta, pero no valía la pena tomar riesgos innecesarios. Aún sentada sobre sus piernas, le disparó un tiró en la cabeza para luego dejarla caer sobre el suelo. Ya fuera por falta de respeto hacia la muerte o para certificar su victoria, la albina hizo cuidado de pisar el cadáver de la mujer antes de irse. Cuando salió se dio cuenta de tres cosas: la primera es que todos los hombres habían sido aniquilados, la segunda era que su maestro no estaba y probablemente era porque él fue el que se entretuvo con esos y al acabarse la diversión fue por más y la tercera es que ya había perdido demasiada sangre incluso para caminar. Se entretuvo con la tortura y pasaron treinta minutos en las que nadie paró su herida, más del doble del que podía resistir para ir bien. Su vista estaba nublosa y a duras penas podía moverse, si alguien la encontraba así tendría problemas porque ya fueran los de la organización ajena como los de la suya, todos tenían motivos para meterle un tiro en la cabeza. Sin embargo, era demasiado orgullosa para tomar su teléfono y llamar a su sensei; así que siguió caminando. Antes de llegar a las escaleras su cuerpo llegó al límite y colapsó: perdió el conocimiento y cayó redonda al suelo como una vulgar asesina. No podía tener más asco de ella propia, aunque probablemente no tendría que llegar a reprocharse nada pues lo más seguro sería que la mataran.
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Mensaje  Amarula Mar Jun 10, 2014 7:47 am

Amarula observaba como Cassis sonreía mientras el rehén luchaba inútilmente para desatarse. No podía negar que estaba impresionado, esta chica que parecía ser la protegida de Gin había crecido mucho y seguramente llegaría muy alto en la organización. Parecía que todo había terminado en victoria para esta dupla letal pero Amarula sentía que su destino aun le guardaba un último desafió frente a esta organización rival y aquel encuentro final no estaba en aquella habitación...

Luego de lo que parecieron pocos segundos, los refuerzos finalmente habían llegado. Miembros de rango medio abordaron la sala para ayudar a cargar al rehén, fue entonces cuando Amarula finalmente abrió la boca

Cassis-le dijo mirándola directamente-escucha, has estado muy bien y te mereces el crédito por haber atrapado a este tipo pero ya que han llegado estos fieles hombres ahora debo seguir mi propio camino
¿De que hablas?-le preguntó la asesina levantando una ceja- se supone que debemos andar en parejas, así era el plan
Si, lo se y créeme que no haría lo contrario a lo planeado si no lo considerara necesario-contesto Amarula mirándola con sinceridad aunque sin perder la seriedad y la postura- pero tengo un presentimiento que hay algo... o alguien ahí fuera, esperándome, se que suena extraño pero es una intuición muy fuerte
Cassis lo observo durante un momento
Tu siempre con ese misterio-dijo la chica sonriendo finalmente-de acuerdo, aquí esta todo controlado, no te tardes, nos reuniremos todos para festejar que finalmente hemos vencido
Ahí estaré-concluyó Amarula dándose la vuelta pero volteando la cabeza para despedirse- es una promesa
Acto seguido el asesino de las rosas abandonó la habitación

Los pasillos de la organización rival estaban cada vez mas desiertos, era evidente que los enfrentamientos eran cada vez menores aunque se escuchaban tiros y gritos aislados. Amarula fue cada vez mas y mas arriba hasta que vio algo que llamo su atención. Era una escalerilla angosta al final de un pasillo que daba a una especie de habitación superior, lo que mas causó su impresión fue que estaba fuertemente vigilada por cuatro hombres. Evidentemente ahí se escondía algo valioso o alguien importante

"Bingo", pensó Amarula para sus adentros mientras se ocultaba con cautela en la oscuridad para atacar por sorpresa y con velocidad, una de sus habilidades. No fue tarea difícil deshacerse de los guardias, después de todo parecían estar asustados de que se les haya asignado esa posición. Con cuatro cadáveres a su alrededor, Amarula finalmente subió por la escalerilla no sin antes preparar su Glock 19. Finalmente había encontrado el jefe, seria el, Amarula, quien terminara esta guerra. Sin mas rodeos, abrió la puerta y entro en la misteriosa habitación... pero se llevó una sorpresa, dentro se encontró con un cuarto mas pequeño del que esperaba y ahí en el centro un escritorio y quien desde allí lo miraba era una persona que no veía desde hacia mucho tiempo. Era rubio, ojos verdes, corpulento pero su principal característica era su elegancia, al igual que Amarula vestía un traje negro impecable, perfectamente cuidado y de corte entallado

Ha pasado mucho tiempo, viejo compañero-dijo aquel sujeto con una sonrisa calculadora- Vaya, ya no eres un novato por lo que veo
¡Cristal!-dijo Amarula levantando el tono y casi sin poder fingir su clara sorpresa

Cristal había sido compañero de Amarula y miembro también de la organización de los hombres de negro. Tenían casi la misma edad, Cristal apenas le llevaba dos años. Sus características y habilidades eran muy similares, incluso también hasta su forma de vestir. Esto hizo que surgiera una clara rivalidad entre ellos y por un tiempo Cristal llevó la ventaja obteniendo elogios por parte de los altos rangos. Pero su desmedida ambición, poner sus objetivos personales por sobre los de la organización hizo que este hombre fuera perdiendo reputación. Mientras tanto, Amarula crecía en la organización a pasos desmesurados, empezando a cosechar su fama de asesino frío y calculador. Esto provocó la envidia y el odio de Cristal, llevándolo incluso a revelarse contra la organización. El jefe lo había mandado a matar por Pisco, pero de alguna manera este ambicioso hombre logró escapar y ahí estaba, mirando hacia el asesino de las rosas con una sonrisa fría y los ojos cargados de odio pero llenos de confianza

No me equivocaba, te has convertido en un asesino hecho y derecho-prosiguió Cristal- sin embargo no dejas de ocupar el segundo puesto. La gente mediocre es siempre muy predecible. Puede que ahora seas un alto cargo de esa fracasada organización pero has caído en mi trampa. Sabia perfectamente que buscarías tu propio camino alejándote de tus compañeros y que si colocaba guardias apostados fuera de esta habitación no resistirías la tentación de ver quien se ocultaba detrás. Yo no soy el jefe si eso es lo que esperabas. Todo esto fue para poder tenerte adelante y aclarar finalmente nuestras diferencias
Así que aun estabas vivo- contestó Amarula recuperado la compostura tras la sorpresa-y está claro que tu no eres el jefe que busco. Para variar has decidido unirte a este grupo que intenta imitarnos, tan mediocres que creen que llevan el control, no te culpo, finalmente has encontrado una organización a tu nivel
No has cambiado nada, sigues tan hablador como siempre-escupió Cristal intentando no perder el control frente al insulto de su rival- pero tus minutos están contados, salvo claro, que aceptes la oferta que tiene pensada mi jefe para ti
¿Oferta?- Amarula alzó una ceja
Si, muy a mi pesar- contestó Cristal mirándolo como si quisiera torturarle de la manera mas dolorosa- el jefe ha prohibido matarte porque quiere que te unas a nosotros, por eso es que envió a esa traidora suya, Pink Lady, a buscarte. Desde un principio planeábamos reclutarte para nuestro bando como un hábil asesino

Amarula lo observó durante un instante y algo se le vino a la mente. ¿Cómo es posible que nadie en la Organización sabía que Cristal estaba vivo y que trabajaba para los enemigos? Pero estaba claro que, algo así, no se le escaparía a la Organización. Y ahí cayó en la cuenta, seguramente los altos cargos si lo sabían, Dom Perignon por ejemplo debía de saberlo desde antes de planear el ataque, pero no había dicho nada por alguna razón, seguramente casi intuyendo que Cristal iría tras Amarula y seguramente le haría la oferta que acababa de hacerle. Amarula sonrió para sus adentros. Se trataba de una prueba, la Organización aprovecharía a Cristal y el querer reclutar a Amarula para ponerle a este último una definitiva prueba de lealtad

Ilusos, muy ilusos- contestó Amarula sonriendo con arrogancia- si realmente creen que pueden comprarme a mi
Se que aceptarás cuando escuches lo que tenemos para ofrecerte-le dijo Cristal, con sádico regocijo desde su asiento- Sabemos todo sobre ti Amarula, yo mismo me he encargado de acercarle a los altos cargos de esta organización toda la información necesaria sobre ti
No me interesa nada que venga de sus sucias manos- le contestó fríamente el asesino de las rosas
¿Ni siquiera información sobre el paradero del asesino de tus padres?- preguntó Cristal poniendo énfasis en cada palabra

Esto no se lo esperaba. Amarula se quedó helado, no podría ser que...

No me digas que...- No le salían las palabras
Exacto-respondió Cristal disfrutando del efecto producido- Tu mayor objetivo, tu mayor deseo en este mundo, vengarte de aquel que le arrebató la vida a tus progenitores cuando tu eras tan solo un niño. Por eso te convertiste en quien eres, por eso entraste a la Organización de los hombres de negro, para encontrar al culpable del horror de tu pasado

Amarula lo miraba sin expresión, su mente poco a poco se iba llenando de un odio indescriptible. Era cierto, soñaba con el día de encontrar al bastardo que le había dejado sin familia y matarlo

De tanto investigar, descubrí el secreto-prosiguió Cristal, señalando la característica rosa blanca en el traje de Amarula- Las rosas blancas eras las flores favoritas de tu madre, intuyó que por eso las usas, son el recuerdo de la mujer que te dio la vida. Quieres venganza, nosotros te daremos la venganza. Unete a nosotros, ayúdanos a matar a tus compañeros y te daremos lo que siempre has buscado, venganza

A partir de aquel momento, la mente de Amarula entró en un estado del que nunca había estado antes. Finalmente estaba a punto de conseguirlo, nunca estuvo mas cerca de lograrlo. Encontraría al culpable del sufrimiento de su infancia y acabaría con su vida. ¿Qué mas podía importar? ¿La Organización? ¿Qué había hecho la organización por el?. Esta última pregunta era la que mas se hacía, hasta que finalmente tomo una decisión...

Lo siguiente pasó muy rapido. Una bala de la Glock 19 de Amarula impactó en el brazo de Cristal, quien dejó escapar un fuerte grito de dolor

¡Miserable hijo de perra!-rugió Cristal-¿¡Se puede saber que haces?!
Escucháme muy bien, estúpido ingenuo porque te concederé estas palabras para que te las lleves a la tumba-continuó Amarula volviendo a adoptar su pose triunfante- Si llegue tan lejos en esta búsqueda, fue gracias a la Organización. Si pudo sobrevivir hasta ahora, fue gracias a la Organización. Seremos asesinos si, pero ellos me hicieron quien soy y nunca traicionaría la confianza que me han depositado. Y si algún día cumplo mi venganza, será por mis propios medios y no por la insolente, ingenua y cobarde oferta de un grupo de fracasados
¡Eres una rata despreciable y cobarde!-gritó Cristal sin poder contener su desesperación- !Siempre has sido un cobarde maldito! Mírate, me disparastre en un brazo para dejarme herido y estoy desarmado! Mataras a traición como el perro cobarde que eres
Amarula lo pensó por un momento
Es cierto-concluyó- No mataría a alguien de esta manera, tan sucia, vales muy poca cosa para darte este beneficio, pero que quede claro, yo no soy como vos

Amarula se dió la vuelta e hizo como que saldría de la habitacion. Cuando estaba por llegar a la puerta, hizo un giro de 180 grados y otro disparó salió de su arma, esta vez impactando en la cabeza de Cristal. Como Amarula lo previó, Cristal se había puesto de pie, creyendo engañar a su rival y seguramente matarlo con un arma que había sacado de su escondite

El asesino de las rosas se acercó hacie el cuerpo sin vida de aquel sucio traidor, lo contempló durante pocos segundos hasta que dijo:
Es como tu dijiste al comienzo de este duelo, viejo compañero, la gente mediocre es siempre muy predecible

Abandonando ahora si la habitación, Amarula esta vez si fue a reunirse con sus compañeros, preguntándose como irían los otros duelos. Aunque seguramente no debía preocuparse, sin dudas eran los mejores asesinos
Amarula
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Digno para la organización
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Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad  - Página 3 Empty Re: Rol: Desequilibrio, lucha por el poder y la estabilidad

Mensaje  CAIPIROSKA Sáb Jul 05, 2014 12:12 am

- ¿Qué quién eres tú? ¿Me preguntas si sé quién maldita eres? -Akari rodó los ojos, cansada, sin demasiado interés; empezaba a aborrecer aquellos aires de grandeza del hombre- Verdaderamente, me da igual quién seas... Lo único que sé, que ahora que me has visto la cara, debo matarte.

- Oh, vaya, veo que el ser arrogante con la gente viene de familia -movió sus manos de la espalda, apuntándola directamente con un arma de fuego. Caipiroska chasqueó la lengua, quizá por decepción, pensaba que sería más original. Suspiró, ella quería divertirse un rato con aquel tipo antes de hacer el trabajo que Vermouth le estaba pidiendo- ¿Últimas palabras, Caipiroska... O debería decir, Akari?

- Esto es demasiado aburrido -murmuró entre dientes, sin mostrar intriga porque aquel hombre sabía incluso su apodo en la organización- Y no me llames por mi nombre de pila.

- ¿Eh? -el hombre de canoso cabello, quedó sorprendido, sin entender demasiado- Bueno, ¿no querrías saber quién soy antes de morir?

Parecía que aquel hombre de verdad tenía algo importante que decirle, por lo que Akari simplemente le miró, analizando con la mirada. Podría ser que algo interesante sacara de todo aquello. Entonces, aquel hombre, se removió el cabello con su mano y Caipiroska pudo reconocer una pequeña cicatriz en el ojo izquierdo. Abrió durante un segundo su boca, aunque no pudo articular sonido. Conocía esa herida… Pero solamente recordaba una persona que pudiera tenerla. Y ese alguien, ya no debía encontrarse en ese mundo, era algo imposible; ella misma era testigo de su muerte cuando su hogar ardió en llamas con toda su familia dentro.

- Ah... Por fin te has dado cuenta.

- No... Esto no es verdad -murmuró, haciendo fuerza con su puño- ¡Esto no es posible! ¡Moriste hace 9 años! -su ágil mente empezó a reflexionar, únicamente había una posible razón... Y eso significaba traición, y no cualquiera: traición familiar- Eres un farsante.

- ¿Oh, vaya, esta es forma de hablarle a tu querido abuelo?
-el ambiente se mantuvo en silencio, tranquilo, sereno; calibrándose en silencio mutuamente- Te acuerdas de cómo me hice esta horrible marca, ¿verdad? ¿Te gustaba mucho ese gato negro, no?

- ¡Basta! -chilló- No eres mi abuelo. Porque... Mi abuelo no querría matarme.

- Te diré un pequeño secreto amada nieta -se acercó a ella, hasta depositarse a centímetros de su rostro, muy impaciente, disfrutando aquella escena. Rió fuertemente, sin poder aplacar esa emoción- ¡Qué cara tienes, querida! ¡Deberías verte! Eres toda la viva imagen de tu madre, una... Una débil; eres igual que ella. ¿Crees que teniendo ese rostro de inocente podrás ganar y sobrevivir en este mundo? -le miró con indiferencia, colocándole el arma debajo de su barbilla- ¿Ya no dices nada?

- Aborrezco las armas de fuego, si vas a acabar conmigo, hazlo de otra forma -le clavó la mirada, no tenía miedo, había tardado años en poder aprender a perfeccionar esa poker face. Miró la pistola semiautomática de reojo, era de estilo italiana, y rápidamente dedujo que era una Pietro Beretta FS 92 con mecanismo simple y de doble acción; en ese momento, se dio cuenta que tenía aún unos cuantos ases bajo las mangas- Me repugnas.

- Veo que aún tienes coraje para hablar, al final resultará que tienes méritos para llevar mi apellido.... Eso es interesante; ¿quién caerá primero tú o yo?

Tragó saliva, cuidando cada detalle, empezaba a pensar en un plan aunque antes necesitaba distraer al anciano para ganar tiempo. Sabía que estaba en unos momentos algo críticos, había permitido demasiada cercanía cuando se enteró de quién era ese hombre. Sabía que ese hombre era quien afirmaba; podía oler el aroma Etsu. Pensó con velocidad, sinceramente no le sorprendía ese fortuito encuentro por más que ella ya se hubiera mentalizado que no tenía familia, que estaba sola en ese miserable planeta llamado Tierra, pero lo que no podía entender... Era que durante todo aquel tiempo, él no la hubiera buscado para aniquilarla.

- Antes has dicho que la familia Etsu había muerto... Tú también formas parte de ella.

- En principio, hasta el día de hoy, pensé que yo era el único superviviente porque eso fue lo acordado. Entonces me cambié de nombre; pero... Si te soy sincero querida, sospeché que alguien iba detrás de mí cuando el asesino de tus padres se encontró muerto. Aunque, como ya habían pasado unos años...

- Entonces, ese día dejé la faena a medias.

- ¿Oh? ¿Tú le mataste? -Caipiroska no contestó a esas obvias preguntas y el anciano entendió- Como pensaba: ha sido verte a la azotea y darme cuenta. Te pareces tanto a tus padres... Ese azul, -le acarició el cabello con delicadeza. Caipiroska cerró los ojos, fingiendo temor; y en realidad, esperó esos minutos de distracción para acercar sus manos a la pistola y bloquear la aguja percutora, presionando la cola del disparador- te pareces tanto a tu madre. Y justamente por eso, no puedo dejarte vivir.

- Haz lo que debas hacer...

- ¿Crees que soy tan idiota como para pensar que no vas a contrarrestar? -Akari no dijo nada, solamente siguió fijando la mirada, con unos ojos inexpresivos y un rostro de completa indiferencia.

- Si tuviera planes de huir ya lo hubiera hecho, créeme. Además, me dispararías antes de poder hacer cualquier movimiento.

- Chica lista -sonrió de nuevo, mientras tocaba su mejilla- Pero eres tan débil... Todas las mujeres sois débiles por naturaleza, cuando se os habla de cariño el corazón se os ablanda, eso me... -empezó a rozar el gatillo, con sus gruesos dedos; Caipiroska cerró los ojos, dentro de unos minutos sería su momento de actuar- Me produce unas malditas ganas de aniquilaros una por una con mis propias manos; veros pidiendo piedad con vuestros rostros llenos lágrimas saladas -volvió a reír y esta vez, la de cabellos azules pudo notar el calor que el arma a menaba al contacto de su piel-. Saluda a tus padres desde el otro mundo, Akari -Caipirosla apretó los dientes, aborrecía tanto ese nombre, le hacía recordar ese pasado que tanto quería olvidar. El anciano apretó por completo el gatillo, esperando la sangre y la horrible imagen de ver a la mujer cayendo, pero la bala no traspasó la carne. Él quedó boquiabierto, mirando el arma con recelo- ¿¡Pero qué demonios es esto!?

Era su momento de mover dicha. Se agachó, mientras tenía al hombre preocupado por el funcionamiento de su pistola. Caipiroska sacó una de sus queridas dagas, esta de 6 cm, bien afilada. En un momento, sus ojos se tiñeron de rojizo y sus músculos se movieron solos: la arma blanca impactó de un golpe perfecto en el cuello de aquel hombre de canoso cabello. Y la Pietro Beretta, cayó a unos metros de distancia, dejando se ser útil- ¿Creías de verdad que podías conmigo... Abuelo? Verdaderamente esto fue aburrido, pensaba que sería más emocionante. ¿Pero qué vas a entender tú? Un hombre que hizo negocios con una oscura organización para que asesinaran a su propia familia... Muy necesitado de dinero debías estar. O, espera, ¿miedo, eh? ¿Tanto miedo te daba enfrentarte a la organización? Me da igual en qué estuvieras metido, ¡pero mataste a mis padres y hermanos! Siempre pensé que fue por culpa de mi padre, que la gente le envidiaba... Todo fue por tu culpa, ¡mira abuelo, mira el monstruo que has creado gracias a tu codicia! -le apuñaba una y otra vez en el cuello, riendo, aseguraba que sus carcajadas podrían escucharse por todo el lugar, el ambiente se había impregnado de aquel oscuro sentimiento; ni siequiera ese hombre podía forcejear, la de cabellos azules le había noqueado, dejándole fuera de combate. Caipiroska en esos instantes, no sentía nada: ni venganza, ni culpa, ni miedo, ni felicidad; solamente un completo vacío que le llevaba a la nada- Abuelo, siéntete orgulloso, todo esto es gracias a ti...


- ¡¿De verdad crees que conseguirás ganarme?! -intentó golpearle con la pistola torpemente en la cabeza, pero Akari lo percibió antes de tiempo, era buena observando, por lo que se agachó, y estiró su pierna, haciendo que aquel hombre cayera sin ningún remedio al frío suelo, ya empezándose a manchar de sangre- ¡Maldita!

- Te diré algo... -le murmuró mientras se aproximaba al cuello del anciano que aún tenía la daga clavada. Había sido un corte limpio, dando a la arteria aorta; eso significaba que su muerte estaba cerca. Le cogió de los cabellos- No vuelvas a insinuar que soy una inútil -cuando el anciano empezó a intentar decir algo, mientras de su boca solamente podía salir sangre, Akari, acercó su mano, clavándole con mayor profundidad el filo de la daga- Sssh, abuelo, ya es hora que te dirijas al infierno...

- Maldita... -estaba perdiendo fuerza, ya notaba sus ojos que se nublaban porque se iban tiñendo de aquella substancia que le recorría por todo el cuerpo.

- Algún día nos volveremos a encontrar. Al fin y al cabo, los asesinos únicamente pueden ir a un lugar para descansar en paz -le sonrió levemente-. Esto hubiera sido más interesante sino te hubieras guiado por mi aparéncia, tratándome como una simple novata, en vez de ver mis cualidades como espía. Pero no te preocupes, conservaré bien el apellido familiar, abuelo… Porque no pienso utlizarlo, está completamente machado de sangre. Y recúerdalo bien: mi nombre es Caipiroska.

El anciano jadeaba, suplicante. La joven estaba disfrutando; sentía su corazón palpitar fuertemente por la excitación; notaba como tenía las manos manchadas de sangre y aunque odiara teñírselas de rojo por escoria, no podía dejar de disfrutar al ver como el hombre intentaba sacarse el arma del cuello.

- Te diré un secreto: -empezó a hablar el anciano cogiendo el brazo a la joven. La de cabellos azulados notó temblor, parecía que el gran hombre de la familia Etsu tenía miedo- en cuestiones de negocios y dinero...

- No hay familia ni amigos; -finalizó la oración, con indiferencia y desdén- la vida me lo ha mostrado gran cantidad de veces, -le miró- empezando por ti.

- Caipi... Akari, pase lo que pase, -ya no podía más, el corazón empezaba a dejarle de bombardear, le dolía el pecho, incluso cada músculo ya no le respondía: eran sus últimos minutos de consciencia. La de cabellos azulados no supo que debería estar pasando por la mente de aquel anciano, pero tampoco iba a darle más importancia de la que tenía- no mueras a manos de estos bastardos... Vive, vive y sé feliz.

- Tsk, haré lo quiera -Ladeó la cabeza, haciendo nuevamente una mueca- Verdaderamente, esto fue aburrido -volvió a repetir para sí misma; sin hacer caso lo que decía, supuso que empezaba a delirar, la sangre ya le estaría subiendo a la cabeza.

Le soltó el agarre brusca, sin tener planes de quedarse más rato allí. "Además, aún tengo muchas cosas por descubrir... Empezando por Vermouth, esa mujer trama algo y no puedo aplacar las ansías de averiguarlo". Miró a aquel cuerpo inerte tumbado en el suelo, donde a la altura de la cabeza, había un gran charco de sangre.

- Mi nombres es Caipiroska, abuelo.

Y a unos metros de distancia, una mujer de preciosa piel; cabellera rubia como el sol; de labios pintados de un color tan apetecible como la sangre; de asesina mirada; de finas manos: sujetaba un cigarrillo y con la otra mano, observaba con total determinación aquella azotea con unos prismáticos mientras estaba sentada en la rama de un alto y fuerte roble- Buen trabajo, my four-leaf clover, buen trabajo.
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Mensaje  Málaga Sáb Jul 12, 2014 12:09 pm

Málaga desperto en el mismo lugar, deducio que la guerra aun no había terminado. Sus heridas dejaron de sangrar. A la lejanía escuchaba disparos, estaba lo suficientemente bien como para servir de refuerzo. Sacó su magnum y la beretta de Everglo y se precipito a la sede. A la lejanía escuchaba dos voces conocidas. Esos dos iban peleandose... de nuevo.

Grant's no es momento para escenas yaoi. Aunque se ve que te pongo y te pone hacerlo entre el fuego cruzado.

¡¡Maldito!!

Juzgando por el sonido parecía que se estaban peleando.

¡¡Oh... dame mas duro contra el muro Grant's!! ¡¡No pares!!

¡¡¡No hagas ni digas cosas que se puedan malinterpretar!!!

Michael hizo un claro facepalm. Definitivamente, los dos juntos eran un peligro, entonces vio algo que hizo que se preocupara. Bail tirada en el suelo. Se acercó a ella y comprobó su pulso, el cual estaba débil. Michael suspiró.

Taylor, Grant's. Dejad las payasadas y venid aqui. ¡¡Ya!!

Ambos se acercaron corriendo y aparecieron desde uno de los pasillos laterales. Al observar el cuerpo de Bail, Grant's se acercó aun más.

¡¡Alice!!

Calm down. She's alive but... not for along-se sorprendio un poco pero no lo hizo notar-Es curioso. Desde que ambos nos unimos he empezado a usar el inglés más a menudo, como hice cuando mate a Shibota-pensó, pero no lo dijo en voz alta. Miró a ambos-Necesito que no discutais. Os confío a Bail... no, os confio a Alice. En vuestras manos os dejo su vida. Sacadla de este lugar-cargó a la chica, y se la entregó a Grant's. Inmediatamente ambos se marcharon con Bail.

Málaga caminó por la base cinco minutos más. Entonces se acordó de Cassis. Salio corriendo a buscarla. Sabía que estaba con Amarula y que el la cuidaría bien, pero quería asegurarse.

I hope you're right, sister.

Con esos pensamientos, salió de la base en busca de su hermanita.
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Mensaje  Dom Perignon Sáb Jul 19, 2014 12:12 am

Dom Perignon esperaba el coche en el cual marcharse. Mientras llegaba, echó un vistazo a la zona, y pensó que podría acercarse a Caipiroska en este ambiente alejado de la organización para hacer una primera toma de contacto. Al jefe no le gustaba que esa chica usase a sus mendigos para espiarle, ¿pero por qué lo hacía? De paso, podría ver los resultados de la batalla aquí y ahora en lugar de revisarlos desde el despacho. No estaba nada acostumbrado a ello.

A la primera que encontró fue a Cassis, junto a otros miembros de rango medio, y con un rehén al que conocía bien.
-Anda, ¿lo has capturado tú? –dijo con sorpresa.
-¿Tú qué haces aquí?  –dijo ella con mayor sorpresa todavía.
-Ah bueno, quería demostrar lo completo que puedo llegar a ser, jugando también dentro del tablero, por una vez –la mira sonriendo-, pero sigo siendo el jugador, que no te quepa duda.
-No hace falta que te hagas el interesante conmigo…
-Ni tú la dura.
Cassis procuró cambiar de tema a toda velocidad.
-Dime que hago con este individuo  –dijo pegando un empujón al rehén que ya escapó una vez de Cassis y Dom.
Dom se lo quedó mirando pensativo, y se dirigió a todos.
-¡Llevad a este inútil a la organización, pongo a Cassis al mando sobre cualquier cosa que queráis hacer con él!  –se acercó a Cassis y pasó por su lado-. Es todo tuyo.

Dom se alejó y siguió caminando a la ya derrotada sede rival. Se encontró con Amarula en segundo lugar. Él sabía que lo más seguro es que hubiese tenido un encuentro con  el traidor Cristal, y podía suponer lo que había pasado. Amarula, al verlo, también sabía que Dom entendería lo que había pasado. Se cruzaron uno con otro y se quedaron parados cuando se tenían justo a un lado, mirando ambos al frente sin verse.
-Si realmente alguien como Cristal tenía algo que ofrecerte, seguro que es algo que puedes conseguir también por ti mismo. Pero si realmente la cosa se vuelve difícil, recuerda que tienes a tu disposición todo un equipo ganador.
-Lo sé. Si realmente ese hombre encontró lo que tanto tiempo llevo buscando, entonces podréis observar como yo también soy capaz de hacerlo por mí mismo. Ahora que he superado la prueba no habrá problema en que pueda dedicarme a ello, ¿verdad?
-Mientras esté yo arriba, no habrá problema.

Dom se alejó de nuevo, Amarula sabría que eso último lo dijo para ganar puntos de cara a si algún día la organización se enfrentaba a una guerra interna. El resto de altos cargos eran demasiado sanguinarios, ¿podrían confiar el resto de miembros en ellos así como así? Se puede matar pero sin beberse la sangre de las víctimas. -Estoy seguro de que un hombre cauto y cabal como el jefe está totalmente de acuerdo conmigo…-

Su siguiente encuentro fue un espectáculo de sangre. Málaga y Brandy estaban en las últimas.
-Eso os pasa por jugar demasiado  –dijo Dom mirando a Málaga, ya que era el único consciente de los dos.
-¿Acaso tú no has jugado con el tuyo?  –dijo Málaga sonriendo.
-Sí… La verdad es que un poco sí. Casi me envenena, pero aquí estoy.
-Aquí estamos también, aunque sea de milagro. ¿Hemos cumplido, no?  –se puso algo más serio.
-Tengo que revisar como fue todo pero… Me he enterado de que tu espectáculo ha sido cuanto menos extraño. ¿Tienes algo que decir?
Málaga volvió a sonreír, esta vez de una manera distinta a la anterior.
-Por el bien de la estabilidad de la organización, mejor no indagues demasiado en eso.
Ambos se miraron mientras Grant’s y Taylor llevaban a Brandy. Dom les dijo las posiciones de los coches más cercanos y lo dejó todo en sus manos.

Finalmente llegaba a su destino. La sede rival estaba llena de heridos y cadáveres. Algunos miembros aliados llevaban bidones de gasolina, por instrucción de Cordial, el cual sabía que uno de los últimos apartados del plan era destruir hasta los cimientos. Dom vio que casi todo el mundo estaba ahí, así que empezó a hablar.
-¿Habéis comprobado los datos de los ordenadores? ¿Los documentos? ¿Las pertenencias de las víctimas? ¿Todos los rincones y salas escondidas?
Todos los hombres empezaron a afirmar. Definitivamente fue un éxito.
-¿Queda alguien dentro?
Al preguntar eso, salió la última persona con vida de dentro de ese edificio.
-Ya no. Yo era la última.
Era Caipiroska, con su mirada ajena a todo, como era habitual, pero incluso más dura esta vez. Dom dio la orden de hacer arder todo. Todos los miembros menores esparcieron la gasolina y encendieron sus mecheros al unísono. Cuando el fuego ya se propagó bastante mientras todos los miembros miraban, Dom abrió los brazos, sonrió, y dijo con un tono optimista. -¡Vámonos!
En ese momento, el fuego llegó a las salas de maquinarias y todo empezó a explotar ante la alegría de los miembros, mientras se iban triunfales. Con eso resuelto, Dom se acercó a su objetivo.
-Caipiroska, veo que tú también tenías asuntos por aquí. Te hacía espiando al jefe.
Ella le miró con una mezcla de desprecio e indiferencia.
-¿Me vas a matar?  –dijo sin que pareciera que eso le importaba lo más mínimo.
-¿Es que sabes lo que pasa? Que el jefe se ha enterado, él, por si solo. Por una vez, y me da mucha rabia admitirlo, yo solo soy un mandado. ¿Qué hago contigo?  –dijo Dom quitándose el sombrero y rascándose la cabeza mientras caminaba con la chica de pelo azul.
-Si es verdad que eres tan listo, sabrás quien es el auténtico problema. ¿O es que tú eres partidario de matar al mensajero?
-Oh… ¡Oh! Eres convincente, igual te contrato para la división de estrategia y todo. Si vives para contarlo, por lo menos. ¿Sabes? Me parece bien lo que dices…  -Dom cambió su alegre cara por una más seria-. Si sabes lo que te conviene, dime dónde puedo encontrar a Vermouth.
Caipiroska miró arriba, al lugar desde donde Vermouth vio el enfrentamiento entre Caipiroska y su abuelo. Vermouth solo les miró todo el tiempo, no quiso ayudar en la batalla final. Dom se fue sin decir nada.

Vermouth caminaba hasta el bosque donde tenía aparcada su moto, se puso el casco y subió en ella. Pero la moto no arrancaba, algo extraño, ya que Vermouth no le puso ninguna clase de seguro. Se quitó el casco y vio una extraña cadena envuelta en las ruedas. De detrás de ella salió una voz.
-¿No crees que ya nos toca hablar a ti y a mí?
Dom Perignon
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Fiel a la organización
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